Primer Encuentro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Apenas lo conocia, habiamos hablado antes por MSN y me dio las instrucciones para el encuentro del dia siguiente. Me dio cita delante de la cafeteria en donde trabajaba, junto al distribuidor de tabaco. Llegaba las piernas temblando, con un nudo en la garganta… bajo su mirada atenta. Ya no estaba tan segura como el dia anterior. Aun asi, espere su consentimiento para seguirle a su casa y camine detras de el, maquinalmente.
Cruzamos el portal y llegamos al ascensor. Hubiese querido tomar las escaleras para subir lentamente los 9 pisos que nos separaban de su apartamento. El prefirio que subieramos en ese maldito ascensor. Caja estrecha, cuerpos demasiado cerca, rubor en mis mejillas, latidos de corazon disparados, aliento sobre mi nuca, mirada fija al suelo, bolso estrujado sobre mi pecho y cuerpo tembloroso. Mente repleta de preguntas, temores, deseos, esperanzas. 9 largos pisos, retrasando el momento de mi humillacion, de mi sumision. 9 largos pisos dudando. Aun estoy a tiempo, aun puedo dejarlo. Por un instante abro la boca para hablar, para hecharme atras, pero el pensamiento de volver a mi vida triste y aburrida m e impide articular palabr Temblorosa, el corazon palpitando, cruzamos el largo pasillo que lleva a la puerta.
Espero autorizacion para entrar, casi deseando que no me la de. Estaba vestida con un conjunto de falda y top negros ajustados, bajo el cual llevaba un corset y unas medias de encaje. Nada de bragas exigio. Sentia el calor irradiar mis mejillas. A su invitacionm penetraba, la mirada bajada en el hall de entrada, el paso ligero, como para hacerme olvidar. No estaba segura de estar en mi lugar… La penumbra y un ligero olor a cera me avisaban de que ya no era mas que una esclava sometida a la merced y deseos de su atormentador. De paso, hecho un rapido vistazo a la habitacion a la cual me condujo. Los accesorios propios a someterme, a hacerme doblar estan rigurosamente dispuestos sobre una mesa de madera oscura ; latigo, pañuelo, esposas, cuerda, harnes, pinzas, mordazas, y demas "juguetes". No me atrevia a fijar por mas tiempo todos esos accesorios. Mi mirada tambien se perdio sobre la cama de cabecera de barrotes metalicos. Dejaba caer a mis pies el abrigo y me senti practicamente desnuda bajo su mirada. mis ojos examinaban mis zapatos de cuero negro… senti que enrojecia aun mas… T
ome posicion de inspeccion, pecho y trasero bien tensos, manos cruzadas detras de la nuca y piernas entreabiertas… y espere… la respiracion un poco oprimida, el nudo en la garganta. Vestia una chaqueta de cuero negro. Se acerco a mi, me miro detenidamente, me inspecciono, retiro el abrigo inutil a mis pies y lo poso sobre una silla, me retiro la ropa para dejarme con el corset, las medias y los tacones. El olor del cuero era agradable y fijaba en el mi atencion… para relajarme. Me sentia timida y torpe, estaba impresionada, tenia la impresion de jugarme mi porvenir en esa habitacion. Su voz tranquila, sus palabras susuradas, sus siencios, sus gestos lentos, me tranquilizaron un momento… Y coloco un foulard de seda sobre mis ojos, me hizo agacharme hacia delante, los pechos colgando… En mi celda de seda, intentaba averiguar a que pertenecia ese ruido casi imperceptible. El tacto de la cuerda, que de inmediato reconoci, me hizo sobresaltar, y como una serpiente, se enrollo alrededor de mis pechos, el roce de la cuerda que pende, la presion que transforma los senos en pelotas duras y dolorosas, estaba inundada de emociones contradictorias, entre el placer, el dolor, la espera… Y entonces, una mordedura en un pezon, inmediatamente seguida por otra. Al abrigo de mi foulard de seda, dejaba caer una lagrima de dolor y suplicaba el parar o no parar, de dejarme o atormentarme aun. Ya no tenia la nocion del lugar, ya no era mas que dolor y deseo, esclava de Y las palabras se hacen mas quebradoras, mas humillantes, mas duras y hieren mas. Me vuelvo perra, esclava… !!! Mis pechos me queman y laten como mil corazones bajo las cuerdas y las pinzas… Me sugiere el silencio, porque gimo y suplico que pare…
Me hace tensar la grupa y de golpe el aire se corta con el silbido del latigo. Recibo hasta lo mas profundo de mi ser la mordedura del cuero. Los latigazos se suceden, sin regularidad en el tiempo y en la fuerza… la carne es lastimada, las palabras humillantes que se alian al dolor de mi cuerpo… mis ojos lloran a pesar mio y pierdo la nocion del dolor, quiero gozar ! Estoy torturada entre las ganas de gozar y las de suplicar de que pare el suplicio, mi deseo crece… mi vientre arde, como un corazon que late, quisiera suplicarle que me haga gozar, pero no digo nada… Su mano acaricia como respuesta a mis ganas el hueco de mi intimidad, suave al principio, me mojo, gimo de placer… a pesar de la postura vergonzosa. Y su mano se hace pesada e insistente, amasa, urga sin verguenza mi sexo goloso asi como mi grupa, el placer de una caricia se transforma en doloroso deseo de gozar, pero no tengo permiso para ello. Su mano halaga mis senos, todavia ornados de pinzas y cuerda, un grito de dolor sale de mi garganta, y pronto lo reprimo para no darle el gusto demasiado evidente de la exposicion de mi dolor…
A pesar del constante dolor, el deseo lancinante de disfrutar me obsesiona, bajo el fuego de las caricias y las mordeduras del metal… el deseo crece, me niega el goce… respiro hondo e intento pensar en otra cosa para calmar mis ganas. Ya no soy mas que una hembra animal con el unico anhelo de pertenecer a su amo. Me ordena arquearme, mas y mas, de presentar ante sus ojos mi sexo y mi culo ofrecidos.
El arqueo exagerado de mis riñones, la sensacion de su mirada sobre mis nalgas me dan ganas nuevamente de ser tomada y un gemido de placer se me escapa. Se acerca a mi, lentamente, me susura suavemente, acaricia suavemente la caida de mis riñones, la esperanza de por fin ser tomada… Retira muy lentamente cada pinza, y suelto dos gritos de animal herido, la sangre que vuelve a apoderarse de mis pezones me hace tanto daño… Aflora con sus labios la punta de mis pezones… Le agradezco el gesto… pero grave error… de inmediato vuelve a colocar las pinzas ! De nuevo, me abre y me urga, con una mezcla de ternura y violencia… el beso furtivo sobre mi boca me da una secreta esperanza de liberacion, de salva conducto para gozar !! Pero la autorizacion no viene.
Sus largos dedos urgan mi sexo diabolicamente, parandose justo en mi punto de culmine. Su mano libre agarra mi pelo, tira mi cabeza hacia atras y me besa a plena boca. Su otra mano abandona el calor de mi sexo para tirar de la cuerda que hace quebrar mi cuerpo y exagera mi postura de esclava… Ya no soy mas que un animal en celo dispuesta a todo para conseguir la recompensa suprema… gozar !!!
Pierdo la poca dignidad que me queda y suplico a mi amo. Le imploro silenciosamente a traves de mis gestos trabados, mis resoplos, mis suspiros, mi unico deseo : el sexo del maestro, olvido hasta el dolor de las pinzas, halaga mis nalgas, y su sexo se clava de golpe en mi vientre… grito de placer, bajo los golpes de verga violentos casi de violacion, me corro una primera vez. Su sexo abandona mi vientre y ataca violentamente mi culo de un furioso movimiento que me hace chillar… la sodomisacion me hace gozar de nuevo, ya no soy mas que pertenencia… su perra, su esclava… ya no soy mas que goce ! Siento que voy a desfallecer, mis piernas ceden de tanto placer y dulzura, de dolor y bienestar. Me sujeta tiernamente entre sus brazos y me lleva a la cama para recostarme sobre la espalda. Con una infinita suavidad, retira las pinzas de mis pechos, ya no tengo fuerzas para gritar… a pesar del increible dolor. Su lengua se pierde sobre las puntas mortificadas de mis pezones y los calma. Retira la seda empapada de mis lagrimas, y suavemente, pausadamente, posa uno beso sobre mis ojos entrecerrados.
Esto nunca sucedio, pero asi me gustaria a mi que fuese.
Este relato esta dedicado a mi amo. Quisiera poner alguna frase especial, pero me fallan las palabras, cosa que suele suceder cuando estoy nerviosa.
Espero que esto no me cueste un castigo, y si asi es, bienvenido sea, lo admito con gusto.
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