Regreso al Pueblito Infernal
Relato Voyeur/Filial e infidelidad. Cuando la familia se muda al pueblo de su madre, el hijo descubre el secreto de ella..
Llueve, lo correcto es decir que diluvia, estoy sentado en un sofá, mi preferido, mirando por unos de los ventanales que dan a la cancha de golf del exclusivo country, disfrutando de un aperitivo y fumando, junto a mi gran y único amigo Rubén.
Rubén: –¡¡¡Que tiempo!!!! Pero son lindos días para reflexionar… pronostican un temporal, que mierda, suerte me invitaste justo a esta hermosa casa y gracias por permitirme quedar, como antes. Pero, sin ánimo de joderte, ya nos conocemos mucho, ¿No querés contarme que carajo pasó en esos 2 años en el pueblo, El Solar?, ¿Así se llamaba, no?, Nunca me dijiste bien esa parte de tu vida… acá estoy, para, si querés, escucharte.
Lo miré a Rubén, prendí otro cigarrillo, me sebo otro vermouth y pensé que no podía ocultarlo más a mi mejor amigo, mi único confidente.
–Ok amigo, mereces saberlo y necesito por fin compartirlo, ahí va…
Yo soy Gerardo, actualmente un próspero empresario, soltero, dedicado a los amores ocasionales, tal vez, con temor a confirmar alguna relación por lo que viví con mis padres, precisamente más con mi madre cuando era adolescente.
Mi mamá, Susana, tenía entonces 37 años, era rubia, de estatura media, menuda, con una carita angelical, ojos color miel, ese flequillo con algunos pelos rebeldes que ella resoplaba para correrlos, un ángel su rostro, unos pechos grandes, bien proporcionados a su cuerpo, una cintura fina y una hermosa cola bien paradita y un par de piernas hermosas.
Mi papá, Damián, un boludo total, digo eso como marido, porque él era un genio para los negocios, pero vivía para eso, yo pasaba a su lado y él no sabía si yo estaba armado, de tan compenetrado en sus planes, negocios, que la bolsa de valores, que los accionistas, etc. Mi padre se olvidó de la mujer que tenía a su lado, la abandonó, ya no cumplía en lo mínimo para satisfacerla, él era inocente y manejable en todo, hasta en los negocios, tenía asesores que llevaban la empresa adelante, porque a pesar de el tener excelentes ideas era un cobarde para ejecutarlas, le tenía miedo a todo.
Tenían que empujarlo y poner la cara los demás, obvio y entonces la empresa crecía. Pero sus asesores no podían acostarse y hacer feliz a mamá, no porque no lo desearan, sino porque ella era fiel al máximo. Ella también era inocente y una gran madre, pero no sabía que era la infidelidad, supongo que por su educación, crianza, principios, o lo que fuera pero ella nada, solo el idiota que tenía dibujado a su lado.
Mi mamá nació, se crio y vivió en un pueblito llamado “El Solar”, distante a 395 kms de la capital, rodeado de campos, donde mi abuelo era propietario de un campo de 600 hectáreas dedicado al trigo. Muy fértil y con una casa muy grande, de 6 habitaciones, 3 baños, ático, sótano, galpón.
Mi mamá hizo en ese pueblo toda su primaria y parte de la secundaria, tuvo un novio, Richard, un matoncito de pueblo, 5 años mayor que ella y que se frustró porque no pudo cojerse a mi mamá.
Y muere mi abuelo, ya era viudo pues un cáncer se había llevado a mi abuela hacía 5 años y mi mamá era hija única. Pero mamá era muy joven, imposible que ella siguiera con el campo y aparte ella quería ir a la gran ciudad, ya no soportaba la vida del campo ni ver a su ex Richard, un joven asqueroso, prepotente y muy manipulador entre otros lindos atributos.
Un muchacho que se mostraba con una bandita de adoradores que lo seguían, de esos tipos que en manada son importantes pero solos los abraza el pánico, menos Richard, que hay que reconocer que peleando era de ir al frente, todo eso me lo contó mi mamá luego del desastre y ante mi requisitoria cuando yo estaba en edad de entender.
Retomando, el matrimonio de mis padres comenzó a naufragar, no lo decían, pero mi mamá lo sentía y una noche, escuché un dialogo entre ellos que a mi edad me preocupaba y entristecía. Mi madre propuso mudarnos a su casa en el pueblito, la de su papá, mi abuelo, para tratar allí de recomponer el matrimonio con la intención de mi mama y la esperanza, que en esa casa, en ese pueblo, mi papá recuerde cuando era un hombre en serio y un marido ejemplar en todo y sobre todo en su atracción hacia mi mamá.
La casa de mi abuelo estaba arrendada todos los años desde que mi mamá se fue a la ciudad, cuando mis tíos la fueron a buscar, por un hombre que la producía, pero él se quedó viudo y decidió irse de ahí, el campo estaba libre ahora.
Mi padre aceptó y hasta yo me ilusioné, pero… no, nunca digas que ya está algo porque el sabio refrán dice “Hasta a Seguro se lo llevaron preso”. Yo creo que mamá contaba con que el pueblito no sería el mismo, que habría otra gente, que muchos también se fueron a la ciudad, pues ese era el pueblo del aburrimiento. No sé, eso supongo yo, porque en el viaje y cuando llegamos mi mamá tenía otro semblante, estaba alegre, cantaba en el viaje, y cuando llegamos hasta ella lloró al ver su antigua casa, donde pasó su niñez, donde fue feliz.
¿Mi papá?, Nada, si la casa estaba en el desierto del Sahara sin un oasis cerca era igual. Fue ahí, al verlo a él, que chico y todo me di cuenta que eso no funcionaría. Mi mamá quería salvar algo, a su matrimonio con el hombre que ella amaba. Mi posición era muy distinta, yo veía, sentía, y sentí que mi papá sería más de lo mismo, o sea nada.
La casa era enorme, estaba muy bien cuidada, y yo aproveché para recorrerla mientras desempacaban, y fui al galpón, donde un viejo pero activo tractor descansaba. Solo faltaría pintar el exterior, las galerías, las columnas, las puertas, las persianas americanas, todo el exterior y eso lo notaron mis padres que coincidieron en buscar gente para eso en el pueblo.
Al otro día mis padres decidieron ir al pueblo a buscar mercadería y a los pintores. El pueblo estaba a unos 20 minutos de ahí, por un camino de tierra mejorado y que no transitaba casi nadie. Llegamos al pueblo siempre guiados por mamá que recordaba muy bien algunas cosas.
Era un pueblo antiguo, con una plaza donde todo la rodeaba, el banco, la iglesia, el ayuntamiento, un bar muy viejo que vendía de todo y donde se podía tomar algo. Fuimos a comprar, había algunos parroquianos sentados tomando. Mi mama, estaba con tacos altos, una falda negra super ajustada y una blusa animal print de la cual sobresalían sus hermosos pechos por el escote.
Los parroquianos nos miraron, solo uno dijo: -¿Susy?, ¿Sos vos?
Era el más viejo y después si saludaron a mami como si fuera el regreso de la hija pródiga. A mí solo alguno me tocó la cabeza y a papá nadie, como si fuera invisible. Bebimos gaseosas y a la media hora nos dieron la mercadería y emprendimos el regreso al auto, que estaba estacionado a unos 50 metros de allí. Rodeando el coche había 3 tipos. Mamá ya miraba con desconfianza, a medida que nos acercábamos, el tipo más alto, un rubio con el cabello largo atado con una colita en la nuca, seguía fijamente el caminar de mamá.
Llegamos al auto y ese tipo se interpuso entre la puerta del auto y mamá y dijo: -Hola Susy… tantos años, seguís hermosa.
Mamá: -Hola Richard, vos cambiaste…
Richard: -Si cambié… en todo aspecto.
Mamá le presentó a papá, que estaba embobado mirando la estatua de la plaza y Richard lo saludo como con fastidio, papi de pronto le preguntó a Richard si conocía pintores.
Richard: -¡¡¡Pero claro Señor!!!, Los tiene frente a usted, jajaja… somos pintores del pueblo.
Mamá miró muy seria, papá arreglaba los detalles para que comenzaran el lunes, era sábado y Richard, con una sonrisa malévola miraba a mamá. Pero mamá no dijo nada, yo veía su preocupación, pero por supuesto, papá no veía nada, al contrario, se mostraba satisfecho con haber conseguido rápido y a buen precio a los pintores, sin siquiera imaginar quien era ese hombre rudo y burlón, el ex de su mujer. Papá se enganchó con una nueva actividad por poner un nombre, comenzó a hacer proyectos y a aprender cosas por internet y en su tiempo libre leía el blog www.gusbeckerelatos.blogspot.com o chateaba en twitter con su amigo @GusxBecker. De mí y de mamá: nada.
Estuvo todo el domingo haciendo cosas y pegado a la notebook, como si estuviera en una isla solo, sin nada a su alrededor para atender. Llegó el lunes y yo me desperté temprano y al rato, mientras desayunaba y mamá se arreglaba las uñas y papá estaba en pleno aprendizaje ya no sé qué mierda por internet, aparecieron los pintores.
Ese Richard, siempre mirando burlón a papá y con una sonrisa sarcástica, pero mirando serio a mamá, se metió en la cocina como si fuera su casa y mamá se levantó y papá… bueno, papá no abandonaba su dimensión y solo con cansancio se sacó los anteojos y saludó a Richard.
Les explicó lo que quería pintar y les dio un adelanto de dinero para la compra de los materiales, ellos fueron al corralón en la camioneta destartalada que tenía uno de ellos, de nombre Carlos, que parecía un pobre dominado de los demás.
Richard y su “lugarteniente”, El negro, así le decían, comenzaron a mirar las paredes, como si miraran una ruina antigua recién descubierta, y el cuarto desapareció, seguro a tomar pues su cara era de alguien muy aficionado el alcohol. Ese día creo que yo trabajé más que ellos. Solo hablaban, cada tanto se escuchaba a alguien rasquetear, y otra vez la charla amena. Pero eso sería lo de menos, sino fuera porque cada vez que mamá salía con su calza negra pegada a sus piernas y resaltando una hermosa cola firme, muy parada y su top azul, Richard y el negro devoraban con sus ojos ese trofeo que estaban dispuestos a lograr, mientras mi papá estaba absorto luchando con aprender un programa de retoques de fotos.
Llegó el jueves, y hasta ese día mi papá no tocó ni la mano de mi mamá que ya comenzaba a jugar con fuego y digo eso, porque ella se puso un vestidito de bambula crema, que a trasluz se le veía todo y salió a ofrecerles una gaseosa grande y cuando la vieron pensé que el asalto era inevitable, pero no pasó nada o si, pues mi mamá daba la sensación que comenzaba un juego de mostrarse y ver reacciones y si era así, ese juego no terminaría bien para ella.
No le bastó a mamá con mostrarse con ese vestidito, sino que en un momento se agacho a agarrar un vaso de plástico que se había caído y su tanga blanca salió a la luz y automáticamente Richard y el negro se incorporaron, tocándose entre ellos mientras el boludo de Carlos se manoteaba su bulto. Mamá entró a la casa y ellos quedaron como depredadores que habían perdido la presa. Pero como todo depredador, volverían a la caza con nuevas tácticas, yo lo veía, mamá no sé, y papá… bueno, papa estaba en guerra con el power point y perdía por nock out.
Al otro día no fue mejor, para mí por supuesto, que ya temblaba pues presentía lo peor y eso me alteraba. Richard y el negro estaban lijando la pared de la claraboya del baño principal, el de suite con el dormitorio de mis padres y mamá se fue a duchar. Cuando se encendió la luz del baño, Richard muy disimuladamente se asomó por la claraboya y los ojos se le pusieron rojos y llamó con su mano al negro.
Ambos miraban muy serios y ambos tenían una mano sobre sus respectivos grandes bultos de la entrepierna. El negro notó que yo estaba ahí cerca y vino hacia mí, me acarició la cabeza y solo me dijo:
-Anda adentro a jugar o mirar tele, pero desaparecé.
No dude, entré, pero escuchaba los sucios comentarios en voz baja sobre las tetas y el culo de mamá hasta que Richard le dijo al otro:
-Basta carajo, vamos a pensar algo.
Comencé a temblar, yo era chico, pero no era idiota y me aterraba que podía pasar. Pasaron dos días tranquilos, bueno, eso significaba que mamá no hacía nada raro voluntaria o involuntariamente, yo no sabía en realidad que era, papá seguía en su mundo, y los pintores seguían rasqueteando entre bostezos. Pero llegó el viernes y ellos llegaron temprano, imagino el sacrificio aunque después vi la realidad. Richard esta vez golpeó la puerta y papá le dijo que entre, entraron Richard y el negro.
-Buenos días, Señor Damián, quería invitarlo porque mañana hay un concurso de pesca en el lago, lo hacemos seguido y como vi que usted tiene varias cañas imaginamos que usted es bueno en eso. Usted es nuevo en el pueblo y es una buena ocasión para comenzar a relacionarse con las autoridades y empresarios de pueblos vecinos que vienen y de nuestro pueblo. Comienza a las 8 de la mañana y termina a las 20 hs. Por su familia no se preocupe, Susy conoce al pueblo a pesar de su prolongada ausencia y acá es muy tranquilo y seguro.
Mierdaaaa, ay ay ay, ya veo lo que se viene, me daban ganas de gritar: “¡¡¡Papaaa, nooo, no vayas es una trampaaaaaaa!!!”. Mamá miraba alternadamente a Richard y al negro que a su vez la miraban a ella con una sonrisa y también le sonreían a papá. Mi viejo estaba súper entusiasmado y giró a su esposa buscando su autorización:
Mamá: -Anda Querido, nosotros estaremos bien.
Papá sonrió como yo cuando me compraron la Play con 3 jueguitos y se levantó para ver sus cañas. Richard y el otro lo seguían con la mirada sonriendo burlonamente y se miraban entre ellos. Pero se ponían muy serios cuando miraban a mamá.
Papá: -Bueno chicos, mañana los espero, hoy tómense el día y muchas gracias por la invitación. ¿A qué hora pasan a buscarme?, Dejo el auto acá por cualquier cosa, mi esposa maneja.
Richard: -A las 7:30 hs señor
Papá: -Acá estaré esperándolos.
Y se fueron sonriendo y tocándose entre ellos, chocando las manos como si hubieran pasado a la final en un importante torneo. Me tumbé en el sillón y pensé que debería luchar mucho para no ser un boludo como papá, porque de muchas cosas se vuelve, de la boludez es muy difícil. Si papá no se acordaba que tenía una esposa y un hijo, ahora directamente no solo nos ignoraba sino que nos chocaba si estábamos en su camino. Mamá lo miraba absorta y yo seguía pensando que debía seguir así en mi actitud en el colegio y más ahora que iba a ser un colegio nuevo, para no parecer un nerd boludo como papa o mi futuro sería trágico.
No hizo falta que me despertaran al otro día, a las 7:00 hs y para sorpresa de mis padres bajé por el desayuno, mi leche con cereales. Papá estaba ansioso como quien espera presentarse en un nuevo trabajo, mamá estaba seria y pensativa, como ida y yo entre dormido y mirando a ese hombre que tenía sentado enfrente mío y sin todavía entender su actitud y como podía vivir en esa dimensión de florcitas y pajaritos donde todo es color rosa.
Llegaron ellos, el ruido de la destartalada camioneta era inconfundible. 7:30 hs en punto, yo dudaba quienes estaban más ansiosos. Papá se levantó como un resorte, agarró las cañas que tenía preparadas de ayer, tomó su caja con los implementos dentro y casi se olvidó de saludarnos, giro y nos dio un beso en la mejilla a cada uno que lo mirábamos boquiabiertos.
El hijo de puta de Richard y su no menos hijo de puta de amigo se reían mirando a papá pero se despidieron muy serios de mamá mientras la miraban de arriba a abajo. Y se fueron.
Mamá cerró la puerta, me miró y me acarició tiernamente mi cabeza.
Yo: -Mami, no podemos seguir así, tengo miedo.
Mamá: -Shhh… tranquilo hijo. Voy arriba a darme una ducha.
Yo intenté jugar con la Play pero no podía concentrarme, temblaba esperando que pasaran las horas sin nada raro. Mamá bajó como a los 45 minutos, estaba con una bata blanca de seda hasta las rodillas y se notaba un corpiño negro debajo. Ella estaba en la cocina tomando mate y mirándome fijo y a las 10 horas aproximadamente golpearon la puerta. Se me cayó el control de la mano.
¿Quién es? Preguntó mamá sin poder ver hacia la puerta por la posición de la ventana. Golpes más fuertes. Ella fue hacia la puerta y abrió, estaba Richard con una mano apoyada en el marco de la puerta y atrás el negro mirando hacia adentro.
Mamá: -¿Y mi esposo?
Richard: -Ohh, él está genial. Comenzó muy bien el concurso, ya había pescado y todo.
Mamá: -¿Qué quieren?
Richard: -Hace frío, ¿Podemos pasar a tomar unos mates?
Mamá: -Pasen.
Entraron y cerraron la puerta con llave y se sacaron las camperas. El negro vino hacia mí, se sentó a mi lado y con una sonrisa asquerosa me dijo:
– Tranquilo nene, todo está bien, seguí jugando.
Y paso su brazo por sobre mis hombros, poniendo su mano en uno. Richard entrecerró la puerta que va de la cocina al living donde estábamos el negro y yo. No podía ver bien y el negro disfrutaba que yo mire. Si vi que Richard fue a donde estaba mamá esperando que se caliente el agua y la tomó de la cintura por la espalda y le dio un beso en el cuello.
Mamá: -¿Qué haces?, ¡¡¡Salí de acá!!!
Richard: -No.
Y la tomó de la cintura y esta vez frente a frente le dio un beso en la boca.
Mamá: -Soltame hijo de puta. -dijo pegándole un sopapo-
Ella intentó caminar hacia el living. Pero él la tomó de los pelos dándole un tirón que la hizo gritar y le dio un cachetazo fuerte.
Richard: -Susy, no me obligues, acepta esto o será doloroso para vos.
Mamá: -¡¡¡Salí basura inmunda!!! –y le pegó otro cachetazo-
Esta vez, él le sujetó una mano haciéndola quejarse del dolor y le dio un puñetazo en un hombro que la tiró contra la mesada. Mamá lo miró aterrada, solo atinó a cubrirse con las manos su rostro. Él se le acercó, le acarició el cabello y le dio otro beso en la boca. Mamá intentó reaccionar, pero él levantó su mano con el puño cerrado y le gritó:
-Susyyyyyyyyy, te voy a lastimar carajo. Te voy a dejar postrada, no me jodas más.
Y mami comenzó a llorar tapándose la cara. Yo intenté levantarme, pero el negro me sujetó contra él y me dijo:
-No… no, quietito, no pasa nada, está todo bien… mami está un poco nerviosa pero ya se le va a pasar.
Richard tenía a mami agarrada de los hombros, mientras la miraba fijo a la cara de ella que ya dejaba de llorar, solo respiraba agitada. Las manos de Richard comenzaron muy lentamente a descender hasta donde estaba la tira que sujetaba la bata de mamá. Ella intentó agarrarle las manos para detenerlo, pero él, muy bruscamente le sujetó las muñecas y le puso las manos contra la mesada y mirándola con ojos de odio le dijo en voz fuerte:
Richard: -Bastaaaa Susyyyy, bastaaaa… a ver, ¿Querés mirar a tu hijo?, Está sentadito con el negro…. ya me cansaste y no te voy a pegar más, pero si me volvés a interrumpir el nene sufrirá algo muy feo, ¿Entendiste?
Mamá asintió con la cabeza con los ojos llorosos. Las manos de Richard volvieron a descender lentamente hasta la cinta y la desanudó, sacó la cinta violentamente y la arrojó sobre la cocina. Abrió la bata y quedó al descubierto la tanga negra de mamá y el corpiño del mismo color, con los pezones bien marcados. El cuerpo de mama era espectacular y Richard lo admiró un instante.
El negro se movió convulsivamente al ver ese hermoso cuerpo y me apretó los hombros. Richard se apretó contra ella y le pasó la lengua por las mejillas, el mentón y llegó a la boca que mamá, instintivamente y por miedo a algo, abrió dejando penetrar a esa lengua inmunda. Richard la besó y chupó un rato largo pero ahora mamá acompañaba los besos con sus ojos cerrados. Él tomó una mano de ella y la llevó a su bulto, que era grande y pronunciado y comenzó a frotarlo. Hasta que Richard se separó y la tomó de una mano y le ordenó:
-Vamos al sillón.
Automáticamente el negro se incorporó y me tomó una mano a mí diciendo:
-Nosotros vamos a la cocina jejejeje…
Cuando nos cruzamos en el camino, mamá cerró los ojos para no mirarme, y El negro le dijo a Richard con una sonrisa:
-Acordate que el culo es mío.
Richard: -Si, claro, es todo tuyo hoy.
El negro me sentó y se sentó el a mi lado en la cocina sin cerrar la puerta, quería disfrutar el espectáculo sin importar mi presencia. Richard arrojó con brutalidad a mamá sobre el gran sillón de tres cuerpos, arrancándole el corpiño y abriéndole la bata dejando sus redondas tetas al aire, luego él se sacó la polera gris que tenía puesta. Su pecho velludo quedó a la vista, se acostó sobre ella y la besó largamente hasta que se incorporó frente a ella y siempre mirándola fijo y muy serio agarró un costado de la tanga y la rompió. Mamá hizo un gesto instintivo de detenerlo, pero él tomó su mano y violentamente la colocó sobre la cabeza de ella:
-Susyyy, ni se te ocurra…
Mamá cerró los ojos y dejó sus manos quietas. Richard tomó el otro lado de la tanga y también lo rompió, sacó la tanga y la arrojó al piso. La hermosa y algo velluda vagina de mamá vio la luz. Richard la contempló como quien mira una obra de arte que va a adquirir, y bajó su cabeza ante la vagina y comenzó a chuparla mientras sus manos apretaban las tetas de ella. Mamá, no sé si voluntariamente o fingido pero comenzó a gemir. Y vi que era real cuando con sus manos tomó la cabeza de Richard, que estaba enterrada entre sus dos piernas chupando ruidosamente la vagina y se levantó, él se desabrochó el cinturón y se bajó el pantalón junto al slip, y apareció un terrible aparato gordo y largo, se escupió la mano y con eso lubricó su pene y puso la cabeza en los labios vaginales y se acostó sobre mamá y la besó mientras comenzaba a introducirse en ella.
Mamá gritó, y recibió ese enorme intruso en su interior que se abría paso todavía sin mucha lubricación ocasionando gemidos fuertes de ella que ahora trataba de acomodarse abriendo bien sus piernas para minimizar el dolor.
Y entró toda, mami comenzó a mojarse, volvió a tomarle la cabeza y levantó un poco su cadera. Eso fue la señal para que el comience a cabalgarla, primero suave y luego a gran ritmo.
Richard: -Aaaagggg, oggggg, despaciooooo, ¡¡Dame tu concha!!!
Todos tipos de gritos y gemidos se escuchaban y el hijo de puta del negro, sacó de un bolsillo una pastilla, me la enseñó y me preguntó:
-¿Sabes que esto?
Yo: -No
El Negro: -Esto es viagra jajaja… quiero tener la pija súper dura para dejarla mucho tiempo clavada en ese culito de tu mami, hummmm, la voy a desarmar toda, jajajaja
Ya nada me sorprendía, solo quería que esto termine. Yo estaba sin lágrimas ni fuerzas para seguir llorando. Richard seguía y seguía metiendo y sacando, a un ritmo infernal. Gritó mirando al techo y mamá también, señal que había acabado, pero no la sacó, la dejó un rato metida y volvió a cabalgarla. Seguro también tomó esa pastilla. Después de casi media hora, el negro se levantó, se sacó su camisa de frisa a cuadros negros y rojos, se sacó el pantalón jean gastado y quedó en diminuto slip que casi no podía sostener un enorme bulto que latía pidiendo salir. Me miró cagándose de risa el muy hijo de puta y se sentó.
Pero a los 15 minutos, Richard volvió a mirar el techo y lanzó otro alarido, mamá también pero ella ya estaba destruida. Se quedó sobre ella unos minutos, sacó su pene, de la vagina de mamá brotaba semen, en abundancia.
Richard giró su cabeza hacia donde estaba el negro y le hizo seña para que vaya. El negro se incorporó, me tocó la cabeza y fue. Richard se incorporó y vino hacia mí, se sentó a mí lado, traspirado, me miró y el inmundo me dijo:
-Ufffff, mierda con la concha de mami, estaba cerradita, también con el pelotudo de tu papi… ¿Qué pensabas? Jajajaja
Mamá abrió los ojos y vio al negro sacándose el slip.
-No negro, por favor, no puedo más, ten piedad.
El negro la zamarreó de los pelos, le dio un golpe suave a la cabeza y le dijo:
-Date vuelta, ponete boca abajo y ofréceme el culo o te reviento yegua.
Mamá casi llorisqueando se volteó quedando con el culo al aire, lo levantó un poco, el negro comenzó a chuparle, a pasarle la lengua por ese hermoso y cerrado agujero. La pija del negro no era tan gruesa como la de Richard, pero si era larga y con gran cabeza, y arqueada un poco para arriba. Comenzó a escupir y con eso lubricar el agujero introduciendo un dedo, luego dos y por último se escupió en la cabeza del pene que latía de lo duro que estaba. Se puso sobre la espalda de ella y con una mano apuntó su pija y comenzó la introducción.
Mamá lanzó un grito, arqueó su cabeza y torso para arriba pero las manos del negro la sujetaron apretándola contra el sillón. Yo tuve que cerrar mis ojos, solo escuchaba los gritos de mamá y los gemidos guturales del negro. No sé cuánto duró, pareció una eternidad, hasta que solo escuchaba ahora respiraciones agitadas y gemidos de dolor, pero apaciguados. Abrí los ojos y la pija ya había encontrado la cueva deseada y estaba adentro, toda, haciendo una tarea destructiva. El culo de mamá, ya abierto, se acostumbraba a tener esa bestia en su interior y al rato el negro comenzó a cabalgarle el culo, muy despacio, lentamente subía el ritmo, hasta que apoyó sus manos a los costados del cuerpo de mamá y se arqueó hacia arriba y comenzó a meter y sacar. Mamá se quejaba, pero lentamente y con las pocas fuerzas que tenía fue acompañando la cabalgata. Le estaba rompiendo el culo pero ahora mamá lo aceptaba no sin quejarse y pedir disminuir el ritmo, algo que el negro ignoró. Más de una hora, la pija del negro estuvo martillando ese pobre y hermoso culo. No sé cuántas veces acabó pero por fin cayó desplomado gimiendo sobre mamá. Lentamente la pija comenzó a salir y atrás una catarata de semen.
Después de 10 minutos aplastando el cuerpo de mamá y besándole y chupándole el cuello hasta marcarlo, el negro se incorporó, se vistió, le dijo algo al oído de mamá que seguía acostada boca abajo en el sillón, destruida y prendió un cigarrillo y caminó hacia la puerta.
El Negro: -Vamos Rich, ya mami sabe lo que debe hacer, son las 6 en unas horas llega el jefe de la casa, jajajaja
Richard, se levantó, me dio un beso en la cabeza y me dijo bajito al oído:
– Nene, ya conocés cuál es nuestro secreto, mami te va a explicar.
Y se fueron. Fui corriendo con la bata al sillón, cubrí a mama y me senté en un borde, junto a ella y le acariciaba el cabello, y le pregunté:
-¿Estas bien má?
Tardó un rato en darse vuelta, estaba demacrada, muy cansada, me tomó la mano y me dijo:
-Si hijo estoy bien, por favor, lo que viste y todo queda acá, entre vos y yo, por favor te lo pido, es gente muy peligrosa y temo por vos, no por mí.
Yo: -Tranquila má, ya se, me doy cuenta, no diré nada nunca. ¿Ellos volverán a hacer esto?
Mamá: -Seguro que si…
Yo: -Porfa mami, no pelees, no me gusta que te peguen.
Ella sonrió, me dio un beso en la mejilla, me abrazó contra ella y solo dijo:
-No, no peleare más, te lo prometo.
Mamá fue caminando con dificultad a darse una ducha. Fue rápido, luego fue a la cocina conmigo y preparó su mate mientras sacaba las hamburguesas y las papas para la cena y a las 20:40 hs llegó papá, entró triunfante, ¡¡¡No podía ser!!! Hasta hace un rato le habían cogido a su esposa por todos los agujeros y el contento, en su mundo.
Papá: -Hola familia… tuve buena pesca, salí tercero sin esforzarme, si me lo proponía a esos cabecitas negras los pasaba como Fangio… no son rivales para un profesional como yo… pesé un día hermoso en un lugar maravilloso… mmm… que ricas hamburguesas veo ahí… hijito por favor guarda el pescado en el frezeer.
Mamá: -Sos todo un campeón.
Dijo ella en tono sarcástico mirándolo con un odio inocultable. Yo nada, solo tenía ganas de tirarle un vaso por esa cabeza que era hueca. Ni siquiera vio las marcas que mamá tenía en el cuello.
Pasaron algunos días y todo estaba muy raro, papá por supuesto seguía en la boludez de la PC, los pintores algo avanzaron con las obras y mamá… bueno, ella era la cambiada. Salí varias veces al día a llevarle a los pintores gaseosa, mate, galletitas por orden del boludo de mi padre, pero nunca pude escuchar lo que hablaban pues lo hacían en murmullos. Mami estuvo bastante cambiada, ella comenzó a vestirse provocativa, calzas apretadas y algunas como la blanca un poco trasparente, vestidos cortos y agachándose como para que la vieran. Parecía que los provocaba y… bueno, así lo interpretaron ellos.
Una tarde, Richard tomó de la mano a mamá y la llevó a la galería del costado de la casa y yo de adentro escuche que le decía.
Richard: -¿Nos estas provocando mami?
Mamá: -¿Me vas a pegar?
Richard: -Si jodes si, te voy a cagar a golpes, te voy a romper la calza y vas a entrar en tanga a la casa y cuando salga tu esposo a hacerse el héroe lo vamos a reventar.
Mamá: -¿Que mierda querés?
Richard: -Cojerte mami, no sé cómo, pero buscá la manera que el pelotudo se vaya a la Capital por un día.
Mami entró, pero no estaba atemorizada, su mirada era calculadora. Fue a la habitación y habló por teléfono, no sé a quién. A las 2 horas sonó el teléfono, era para papá. Con cara de fastidio, el colgó y mirándonos dijo:
-Debo ir a la capital el viernes (hoy es miércoles), hay una reunión de la junta y me quieren ver allí, puffff.
Boludo, vago, con ideas pero miedoso, de todo lo malo, eso era él. Bueno, bueno, esta vez fue el llamado de mamá lo que se saca de encima a eso que aparenta ser un esposo. Mi asco por papá fue total, cuando la noche del jueves, previo al viaje de papá, mamá fue a la cama con una mini tanga y en tetas y jugueteo con papá, pero nadaaaaa, él solo le dijo:
-A la vuelta cariño, debo estar bien descansado para mañana.
Era inútil, todo inútil, hasta yo felicitaría a mamá. Pero el juego ahora de ella era muy peligroso. El viernes amaneció muy nublado, vino un reñís de capital a buscar a papá, pues el auto lo dejó por las dudas, después de todo era un gesto que demostraba que sabía de nuestra existencia. Saludo con un besito a cada uno y se fue. Mamá cerró la puerta, se apoyó en la misma, me miró y me dijo:
– Me voy a bañar, demoraré un poco.
Yo: -¿Mami hoy vienen?
Mamá: – Si, si hijo, vos tranquilo, todo estará bien…
A la hora comenzó a llover, no muy intenso, pero parecía que no se arreglaría el tiempo hasta mañana con suerte. Bajó mamá y vino mi sorpresa, ella estaba con la camisola blanca de tirantes, que le llegaba casi a la mitad de los muslos, pero ella se estiró para agarrar un paquete de azúcar de la alacena y vi clarito que ella no llevaba bombacha y seguro tampoco corpiño, solo esa prenda liviana.
Estaba seguro que mamá en cierta manera esperaba este momento y a la hora aproximadamente escuché el ruido de un motor detenerse, luego golpes en la puerta, mamá se levantó, me dio un beso y fue a abrir. Mi sorpresa fue que estaban Richard y otro chico, uno que yo no vi nunca, alto para su edad que no pasaba los 18 años, con el cabello muy enrulado, ojos negros, muy flacos y con cara de soberbio, de lujurioso, de hijo de puta resumiendo.
Mamá: -¡Hola Pequi!, Como creciste… te recuerdo un niño pequeño.
El pibe sonrió burlonamente, le dio un beso en la mejilla y entró si esperar invitación. Mamá miró a Richard que le dijo:
-El negro tuvo que llevar a su vieja a un pueblo cercano, al hospital, se descompensó, creo que fue la presión o algo así.
Y se metió. Ese Pequi me miró y solo me guiñó un ojo. Su cara estaba muy lejos de gustarme. Se sentaron en la mesa y mamá comenzó a cebarles mate.
Yo tomaba mi chocolatada y miraba como Pequi se comía con la mirada a mamá.
Y sucedió lo que tenía que suceder, mami se estiró para alcanzar un paquete de yerba y quedó con su hermoso culo al aire. Pequi se levantó como un resorte, hasta lo oí putear. Richard también se levantó y me agarró la mano, y me llevó al living. Estaba muy serio y me sentó junto a él. El pibe guacho se fue contra mamá, apretándose a la espalda de ella, frotándole el bulto contra las nalgas de ella y con sus manos le acariciaba la panza.
Mamá: -¿Que querés nene?, salí…
Pequi: -Shh… me desafió tu ojete y acá estoy.
Mamá: -Sali pendejo, por favor.
Pequi: -No te pongas en forra o terminamos mal.
Pero mamá llegó hasta ahí, cerró sus ojos y agarró las manos de él que acariciaban siempre su pancita pero ahora bajando. Ella giró y se puso frente a frente con él y Pequi le levantó la camisola mientras comenzaba a besarla en la boca y a tocarle el culo desnudo.
Richard suspiró y me dijo: -Hija de puta tu mami, está en bolas… esta noche la reventamos, mañana el culo va a hablar y gritar, la vamos a bañar en leche.
Pequi se apartó un poco, se bajó el pantalón, se bajó el slip y sacó a respirar un largo pene grueso y cabezón. Mamá se arrodilló frente a él, le agarró el pene con las manos y mirándolo le dijo:
-Si que creciste pendejo.
Me dio asco verla besándole la cabezota y después el tronco hasta los huevos y luego meterse ese pene en la boca, chupó y chupó, con destreza, apoyando sus manos en la cadera de él. El pibe gemía con los ojos cerrados, tomándole la cabeza a mami y empujando su pene dentro de su boca hasta hacerla atragantar. Y fue rápido, al poco tiempo eyaculó dentro de la boca de mamá, que cerrando sus ojos se tragó todo el pene y vino Pequi a mi lado y fue Richard y lo mismo, doble ración de leche para mami que fue al baño con arcadas.
Después de cenar, y luego de café comenzó el alcohol. Champagne en abundancia y luego comenzó el toqueteo, ellos comenzaron a tocarle las piernas a mami que se levantó y me dijo:
– Hijo, como dijimos vas a dormir acá abajo, en el sofá cama.
Me preparó la cama y ella subió seguida por Richard. Pequi tomó de la botella lo que quedaba y lanzó un gran eructo y con una sonrisa socarrona me dijo:
-Pendejito, dormí tranquilito y soñá con Mickey que nosotros vamos a atender a mami, que tiene el orto en guerra, nos desafía y va a gritar mal… le voy a hacer hablar el culo a mamita, hasta que vomite por ahí, jajajajajaja
Estaba borracho el guacho y subió apagando la luz de las escaleras. Yo daba vueltas y vueltas, no quería subir, estaba casi temblando. No sé cuánto pasó y escuché como un estruendo y ruidos y un grito de mamá y subí, sigilosamente. Me asomé al pasillo, vi luz en la habitación y en el baño, de ahí venían los ruidos.
Mamá estaba desnuda sentada en el inodoro, a un costado Richard con la pija golpeándole la cara a ella y Pequi arrodillado frente a ella mirándola fijamente y no veía bien pero al lado de él, en el piso, había una jarra plástica grande con un caño de goma y una pipeta. Era un enema y Pequi estaba metiéndole a mami la pipeta en el culo.
Mami no quería y Richard le tiraba del pelo y le decía:
-Vamos a vaciar bien ese orto porque va a estar lleno de pija toda la noche y no queremos sorpresas.
Richard de los pelos la incorporó y la puso contra la pared, de espalda a ellos, apoyada con las dos manos contra la pared y con las piernas abiertas y el culo bien para afuera y Pequi puso el largo caño de la pipeta en vaselina, y se lo metió todo en el orto, mientras Richard levantaba la jarra para que se introduzca el líquido. Apenas comenzó a entrar el líquido, mamá lanzó un gemido levantando su cabeza. Yo iba entendiendo, a mami le gustaba un poco la violencia, se negaba pero la disfrutaba. Richard la besaba mientras sostenía bien arriba la jarra. Pequi estaba de rodillas lamiendo las nalgas de mamá mientras el líquido entraba.
Termino el líquido de entrar, mamá se dio vuelta apoyando su espalda contra la pared y tomándose la panza con las manos hacía gestos como para ir al baño de urgencia. La tomaron de los costados y la sentaron en el inodoro y mamá estalló, era una asquerosidad, pero el hijo de puta de Pequi se arrodilló frente a ella y miraba mientras mamá evacuaba. Estaban todos en éxtasis.
Por fin terminó de cagar y el Pequi la limpió con papel higiénico y comenzó a putearla y amenazarla que le rompería el orto a pijazos mientras Richard la levantó otra vez y la puso contra la pared en posición de enema con el culo bien para afuera. Pequi se untaba la pija con vaselina y le introdujo en el culo, siempre insultándola, mientras mami le decía:
-Deja de hablar pendejo pervertido, a ver que mierda me haces.
Y le clavó el culo de una, toda de un saque y mamá del respingo que pegó obligó a Richard a sujetarla bien fuerte. Mami gritó mientras Pequi casi mordiéndose los labios le gritaba:
– ¿¿¿Asiiii, asii la querías mamita???
La mató, le rompió el culo de parados. De los empujones en el culo con la pija la estrellaba a mami contra la pared haciéndole besar la cerámica. Pero de a poco mami fue acompañando las embestidas y gemía y gritaba. Le llenó el culo de leche, ya mami comenzaba a agotarse. La llevaron a la cama, Pequi se puso de espaldas y mami lo montó, se clavó todo el pene en la vagina mientras Richard comenzó a lubricarse su gorda pija. Pequi la inclinó a mami contra él y Richard se acomodó detrás y le empaló el culo.
Mami bramaba de dolor y placer. Se quejaba de las dos pijas enterradas en sus dos agujeros. Le dieron muy duro, toda la noche, alternaban. Me fui a abajo, a mi cama. A la mañana los escuché bajar y muertos de risa. Se hicieron un té y se fueron. Subí a ver a mamá, estaba durmiendo agitada, seguro estaba dolorida. Llego papá, pero era lo mismo, ya no tenía arreglo, nada lo tenía.
Hasta que cumplí 18 años, todo cambió muy poco, cada mes aproximadamente papá se iba o lo llevaban y se cojían a mamá a discreción. Pero en mi mayoría de edad me fui de ese pueblo de terror.
Me asesoré con abogados que odiaban a papá y con el teléfono de mamá, que yo había sacado mientras ella lo dio por perdido y se compró otro, con ese celular saqué pruebas de las citas de ella cuando papá se iba. Los confronté, mis abogados consiguieron acciones que papi tuvo que transferirme. Papá murió a los 2 años en un accidente y sin importarme lo que mamá pensaba le dije que si venía a la Capital aceptando que yo era ahora dueño de todo, le pasaría una mensualidad, era eso o nada, caso contrario haría público todo lo que tuve que sufrir gracias a ella, para destrozarla socialmente.
Y acá estoy mi querido amigo Rubén, en este country, sin penurias económicas pero todavía recordando esos años en ese pueblo. Ya vendí esa casa y el campo. Ya encaré con amigos a Richard, el negro, Pequi, etc. y les dije que si intentaban seguir a mamá o buscarla, iban a tener problemas y no con la ley por abuso y violación de la cual fui testigo, sino conmigo, que era mucho peor.
Rubén: -Puffffffff amigo, lo siento, ahora entiendo todo. Solo resta olvidar.
Yo: -En eso estoy amigo… en eso estoy…
Marcel Milord & Gus Becker ©
Muy buena historia. Ojalá subieras una segunda parte en la que él se venga de esos hombres, cogiéndose a las mujeres de su familia.