Rocío, adicta al sexo en grupo – 1 Inicio y mi primera verga
Resumen: Todo empezó al inicio de mi adolecencia cuando por hacerles un favor a unos amigos descubrí que era adicta a la verga, y desde entonces me acostumbré a tener sexo en grupo, al punto de tener sexo con más de 100 hombres diferentes a lo largo de mi vida..
Buenas Soy Rocio Cappeto y a la edad de 27 años tuve tantas experiencias sexuales que llegué a tener sexo con más de 100 hombres diferentes, desde pequeña me acostumbré a tener sexo en grupo y para mi era más común tener sexo con tres o más hombres que con uno solo, hubo ocasiones en las que llegaba a mi casa completamente desalineada, con el maquillaje corrido, sin ropa interior, despeinada, sudada y cubierta de semen. Me encantaba.
Primero voy a describirme, soy una mujer de estatura media 1,60m, pelo lacio castaño oscuro, con ojos color miel, mi cara es muy redondita por lo que siempre aparenté menos años de los que tengo, mis tetas no son gigantes pero si son más grandes de lo normal, mis pezones son rozados, no destaco precisamente por mis curvas, tengo el cuerpo algo cuadrado, con caderas y piernas anchas, si bien mi peso varió mucho estos años digamos que nunca llegué a ser una mujer muy flaquita tampoco una mujer gorda.
Quiero que sepan que no soy la clásica chica fácil que los hombres se van prestando para pasar el rato, pero siempre fui muy pajera, me encanta correr riesgos y sufro si un día no puedo tener un orgasmo. Me masturbo desde que tengo memoria, cuando era pequeña hacía un movimiento con mis piernas el cual me causaba mucho placer, mientras iba creciendo aprendí a masturbarme frotando mi vagina con almohadones o peluches, no paraba hasta dejarlos completamente húmedos con mis fluidos. En una ocasión mi tío Fernando me atrapó mientras me frotaba con mi oso de peluche Toti, recuerdo que me dio un gran sermón de como no tenía que hacer esas cosas pero lejos de asustarme toda la situación me causó un enorme placer, y desde ese día comencé a masturbarme frente a la puerta abierta de mi habitación con la idea de ser atrapada. Con el tiempo me acostumbré a esa sensación, y empecé a buscar lugares más extremos donde masturbarme como en frente a la entrada o el patio de mi casa, en la mesa mientras almorzaba con mi familia, los baños de mis colegios, las casas de mis primos e incluso amigos. En esos años fui descubierta unas cuantas veces, y siempre recibía el mismo sermón. Sin embargo mi prima Romina que era unos años más grande que yo, no me retó es más me enseño muchas formas de masturbarme, incluso me mostraba fotos de ella desnuda o teniendo relaciones con su novio, durante toda mi adolescencia ella fue mi referente sexual a la cual le preguntaba todo lo que necesitaba saber.
Cuando ingresé al secundario, a mis 12 años no era muy agraciada, tenía la piel grasosa, la cara llena de granos y era un poco gordita, la única virtud que tenía por esa época eran mis dos tetas que cada año se hacían más grandes, por eso nunca fui popular en el inicio de la secundaria, aún así me las arreglé para tener 3 amigos Oski, Juli Y Martín. Ellos eran los típicos vírgenes pajeros a los que nadie hacía caso. Durante los recreos si yo no me estaba masturbando en el baño por lo general me juntaba con ellos y eventualmente nos fuimos haciendo muy amigos al punto que empezamos a juntarnos en mi casa luego de la escuela. En una de esas juntadas estábamos en mi pieza viendo una película recuerdo que Martín estaba sentado en la cama, Oski y Juli en el suelo, yo aproveché para acostarme y usé el regazo de Martín como almohada, ahí pude sentir por primera vez su verga mientras se hacia cada vez más dura debajo de mi cabeza, sentí la necesidad de masturbarme estando en la misma habitación que mis amigos, la idea que me atraparan me volvía un poco loca. Entonces me tapé con una manta pase mi mano por debajo de mi pollera y comencé a frotarme, al poco tiempo llegué a un gran orgasmo para disimularlo mordí la pierna de Martín mientras yo me retorcía de placer. Recuerdo que empecé a pedir a los chicos que nos juntáramos en mi casa, para poder masturbarme sin que ellos se dieran cuenta, me daba mucha ansiedad si ellos no podían venir ya que masturbarme sola apenas me daba satisfacción, también comenzamos a hacer juegos de chicos que se tienen ganas pero no sabían como decirlo, me abrazaban, me empujaban, me hacían cosquillas, donde ellos aprovechaban para tocarme y rozarme. Todo eso me excitaba mucho.
Durante un recreo, en ese mismo año, los chicos me acorralaron en una esquina de la escuela y me preguntaron si les podía hacer un favor. Me explicaron que ellos nunca habían tocado una teta y se morían de ganas por saber que se sentía, lo que era obvio porque solo tenían 12 años, al principio me dio mucha vergüenza lo que me estaban pidiendo pero accedí ya que era un favor para mis amigos. Ellos comenzaron a tocarme las tetas de una forma muy torpe y tímida, recuerdo estar muy incomoda en ese momento, además como usaba un corpiño con armado y algo de relleno, los chicos tocaron más tela que teta, pero bueno lo dejé pasar. Cuando le conté a mi prima Romina, me explicó que no debía sentirme incomoda, seguramente ya me iba acostumbrar, le pregunté si a ella otros chicos también le tocaban las tetas y me respondió que además de tocárselas también se las chupaban, en ese momento me pareció mucho, pero cuando crecí entendí el porque lo hacía. Luego de eso, mis amigos me seguían tocando las tetas donde querían, incluso cuando nos juntábamos en mi casa empezaron a ver porno y a masturbarse en frente mío, la verdad no era muy erótico verlos masturbarse como monitos y sus vergas no me llamaban la atención.
Hacia mitad de ese año durante el cumpleaños de Martín, él me pidió como regalo que le muestre las tetas, los pajeros de Oski y Juli también querían verme así que me alentaron a hacerlo, fuimos a un lugar apartado de la escuela, yo me desabroché la camisa, para luego subirme el corpiño mostrándole a mis grandes tetas a mis mejores amigos, la situación y el peligro de ser atrapados, me generaba mucha adrenalina y me estaba excitando un montón haciendo que mis pezones se pusieran muy duros y sensibles, podía sentir todo. Oski alentó a Martín para que me las toque, él estaba muy nervioso y dudaba hasta que tomó coraje y empezó a acercar sus manos a mis tetas, recuerdo que de tan nerviosa y excitada que estaba me bajó la presión mis piernas tambaleaban, yo estiraba mi pecho para que las tocara más rápido, pero un segundo antes somos sorprendidos por un profesor, por suerte no vio lo que estábamos haciendo, por lo que me acomodé la ropa y fui directo al baño para masturbarme. Esta vez mi orgasmo fue tan intenso que unas chicas que también estaban usando el baño me escucharon, me preguntaron si estaba bien, yo salí del cubículo donde estaba completamente roja y acalorada les dije que estaba bien me lavé las manos acomodé mejor mi ropa y fui al salón para continuar la clase.
El viernes de esa semana, a la salida del colegio, nos juntamos los cuatro en la casa de Martín para celebrar su cumpleaños, a la noche vinieron a buscar a Oski y Juli, pero como mi mamá no podía venir a buscarme, los padres de Martín me dejaron dormir en su casa. A la noche cuando nos acomodamos para dormir pusieron un colchón viejo en el suelo entre la cama de Martín y la de su hermano menor para que yo pudiera dormir, le pedí ropa prestada, me quité el uniforme del colegio para usar uno de sus short de fútbol y una musculosa que me quedaba grande. Pasaron unas horas y cuando el hermano pequeño de Martín se quedó dormido, me pidió que me acostara un rato con él. Me acomodé con él en su cama y comenzamos a hablar de pavadas, no tardó mucho en poner una de sus manos en mis tetas, pero esta vez fue diferente. Como me había sacado el corpiño para dormir, no tenía prácticamente nada que separe las manos de Martín y mis pezones, la sensación me estaba gustando mucho y de apoco comencé a excitarme, mis pezones se pararon y él no tardó nada en apretarlos, esa sensación me empezó a volver loca. Pasé una de mis manos por debajo del short y comencé a frotarme el clítoris, Martín se dio cuenta obviamente, y no solo comenzó a tocarme las tetas por debajo de la musculosa, también comenzó a besarme, eso me excitó aún más, por lo que nos acomodamos pegué mi espalda sobre su pecho, mientras el me apretaba las tetas yo me masturbaba, a pocos centímetros estaba el hermano durmiendo, pero no me importaba yo solo seguía hasta llegar a un gran orgasmo no pude evitar gemir como una puta, por suerte el hermano no se despertó, pero si lo hicieron sus padres, que tocaron la puerta de la habitación para chequear que estuviera todo bien, nosotros le contestamos con calma y se retiraron. Luego de eso volvimos a acomodarnos en la cama y Martín me dice «Ro necesito pedirte un nuevo favor» yo le respondo «Querés que te muestre las tetas de nuevo esta bien» sacándome la musculosa por completo, pero el me responde «Eso no, por favor necesito que me la chupes» mientras se sacaba la verga del pantalón. Yo no sabía muy bien que hacer, pero recordé los videos porno que me mostraron así comencé a lamerlo y meterlo en mi boca, si bien ya les había visto la verga a mis amigos esto era completamente diferente, sentir su verga dura y caliente en mi boca, saboreándola con mi lengua era una sensación completamente nueva y muy placentera, como si hubiera nacido para hacer eso. Estuve así unos minutos hasta que recordé las fotos de mi prima teniendo sexo con su novio y pensé «porque no, seguro también me va a gustar» así que me desnudé por completo y me subí a su verga, la fui introduciendo con mucho cuidado, al principio me costaba pero con lo lubricada que estaba, terminó entrando casi sin problemas. El pobre de Martín no duro mucho, su verga explotó dentro de mi vagina y pude sentir su semen llenándola por completo, una nueva sensación también muy placentera, pero no tanto como cuando me masturbaba, luego de eso nos quedamos dormidos a la mañana siguiente cuando me despierto estaba completamente desnuda, noto que el hermano pequeño de Martín no estaba en su cama por lo que seguramente me había visto desnuda, muerta de vergüenza me vestí y me fui a mi casa.
Ese mismo año empezó a ser cada vez más común que mis amigos me toque las tetas en cualquier parte del colegio incluso dentro del aula, lo que obviamente no pasó desapercibido por otros compañeros incluso de cursos superiores por lo que cada vez más chicos querían tocarme las tetas y mis compañeras empezaron a tildarme de puta excluyéndome de sus grupos, así que solo me juntaba con puros hombres durante los recreos, empezó a ser cada vez más común estar rodeada por un montón de pajeros que me querían tocar las tetas, pero yo solo me dejaba tocar por mis amigos y por los chicos más lindos del colegio, a ellos no les podía decir que no incluso a muchos de ellos comencé a besarlos si me lo pedían. En ocasiones si salía al recreo y no estaba mi grupo de amigos, sentía mucha ansiedad y necesitaba estar rodeada de chicos, por lo que activamente buscaba algún grupo para insinuarme y llamar su atención de manera torpe, así me fui volviendo muy famosa dentro del colegio y cada vez que conocía un grupo nuevo ellos ya sabían que quería. Algunas veces me levantaban la pollera, me desprendían algunos botones de mi camisa, me sacaban fotos o hacían videos, incluso me confesaban que se masturbaban pensando en mi, yo soportaba todo eso porque me gustaba la adrenalina que me generaba pensar en ser atrapada por algún docente, al final de cada recreo terminaba tan excitada que corría al baño para poder masturbarme, así casi a diario. Mi historia se fue haciendo cada vez más grande incluso fuera del colegio, haciendo que varios compañeros de natación también me empezaran a tocar las tetas, dentro de la pileta y en los vestuarios, como en esos lugares solo usaba la nada más que la malla, la sensación y el placer de los toqueteos eran más directos e intensos y me gustaba mucho más.
Con el tiempo me fui acostumbrando a la adrenalina que me generaba ser atrapada, por lo que empecé a ser más arriesgada para satisfacer esa necesidad de adrenalina y hubo un breve periodo de tiempo donde estaba tan pajera y descontrolada que empecé a dejar que cualquiera me tocara las tetas, amigos, compañeros, vecinos, amigos de compañeros en otros colegios, y dejaba que me tocaran en cualquier lugar, en el aula, fuera del colegio, en parques, donde sea. En ese tiempo con tan solo 12 años y el libido completamente descontrolado no medía las consecuencia de mis decisiones. Hasta que fui sorprendida por un preceptor de mi colegio, él me llevó hasta preceptoría pensaba que me iba a suspender o llamar a mamá para contarle, pero en vez de eso me dijo «esta bien que explores tu sexualidad, pero tenés que tener más cuidado y hacerlo en privado por que sino te pueden expulsar del colegio» yo estaba tan excitada en ese momento que sin pensarlo le respondí «Acá estamos en un lugar privado ¿no?» El no tardó en tocarme las tetas de una forma mucho más sensual y directa en comparación con mis amigos, esa fue la primera vez que un adulto me tocaba. Luego de eso me calmé y empecé a evitar que me tocaran en lugares públicos.
Por eso comencé a dejarme tocar solo por mis amigos cuando estábamos en mi casa donde podía tomar más riesgos sin temor a que me expulsaran del colegio, entonces si me lo pedían también me desprendía la camisa y me quitaba el corpiño dejando mis tetas al aire. Ellos poco a poco se volvieron adictos y me pedían que se las mostrara todo el tiempo lo cual era un poco incomodo.
Durante las vacaciones de verano, un día estábamos en mi casa, mientras yo estaba acostada con Martín en mi cama, Oski y Juli comenzaron a ver porno, ellos comenzaron a masturbarse, mientras que Martín me pidió si le hacía el favor de nuevo. Entonces sacó su verga del pantalón y yo comencé a chuparla, recordé el placer que me había dado chupársela. En ese entonces se notaba mi inexperiencia, solo metía su cabeza y la lamía con mi lengua muy torpemente, toda la situación no pasó desapercibida por mis otros dos amigos que también me pidieron que les haga el mismo favor. Martín se negaba pero Oski y Juli no lo escucharon y me pusieron sus vergas cerca de mi cara para que las chupe. Yo me empecé a excitar un montón y les dije «Bueno esperen que termino con Martín y sigo con ustedes». Él no tardó mucho en venirse en mi boca, yo todavía no sabía como tragar semen así que escupí todo lo que me tiró, fue un poco asqueroso. Luego fue el turno de Oski, la verga de los tres era más o menos parecida así que hice la misma torpe rutina, como se había estado masturbando Oski no tardó casi nada en acabar, pero esta vez me la saco de la boca y me lleno la cara de semen, eso me excitó más. Por último el turno de Juli, a mi ya me dolía la mandíbula de tanto chupar, para colmo el aguantó un poco más que mis otros dos amigos y a su vez me pidió llenarme las tetas de semen. Sin darme cuenta, mientras le ofrecía mi pecho para que me lo llenara de semen, yo abrí las piernas para masturbarme. Para cuando su semen caliente tocó mis tetas yo estaba frotándome descontroladamente, me di cuenta que mis amigos tenían sus ojos clavados en mi vagina incluso Oski había comenzado a filmar con su celular, lo cual me excitó muchísimo haciendo que tenga un orgasmo increíble, mientras me seguían filmando yo me tapaba la cara completamente colorada y les pedía que dejaran de hacerlo. Luego de esa experiencia con mis amigos le conté a mi prima Romina ella me empezó a dar un montón de consejos para chupar mejor, también para que no me doliera la mandíbula, me mandaba fotos y videos de ella chupando vergas de diferentes tamaños, el video que más me llamó la atención fue uno donde ella estaba completamente rodeada de vergas, chupándolas como una profesional. Cuando le pregunté por ese vídeo me dijo «Ah ese es Maxi Messias con sus amigos, si un día querés chupar una buena verga mándale un mensaje, pero tené cuidado porque su verga es tan grande como un brazo, y sos muy chiquita todavía».
Fueron pasando los días hasta que vi una recomendación de Instagram para agregar a ese tal Maxi, apenas le envié la solicitud de amistad él me escribió, hablamos un rato le conté que lo había agregado por recomendación de mi prima, entonces él me escribió «Ah bueno y entonces ¿Qué querés?» Yo no sabía muy bien que responder, comencé a excitarme y cuando tenía la cabeza completamente nublada por mi calentura le escribí «¿Quiero saber si es verdad lo que dicen de tu verga?» Un segundo después recibo una foto de él mostrándome su verga, la tenía al lado de su brazo para que pudiera compararla y si, mi prima tenía razón era enorme. Al verla abrí los ojos sin poder creer lo que veía, mi corazón latía a mil por hora y de solo verla se me hacía agua la boca, sin pensarlo le respondí «¿La puedo probar?» Su respuesta fue «Obvio mañana te paso a buscar para que la pruebes»
Al día siguiente Maxi me pasó a buscar por mi casa en una moto algo descuidada, estuvimos viajando un buen rato, hasta que llegamos a su casa, era un lugar muy descuidado lleno de basura, dentro de su casa la situación no era muy diferente, estaba llena de ropa sucia y basura, cuando entramos a su cuarto para mi sorpresa había dos chicos jugando con una play, al verlos me asusté pero Maxi ya me estaba esperando con su verga afuera…
Como el relato me esta quedando un poco largo, voy a terminarlo ahí con ese gancho ¡Para que sigan leyendo la siguiente parte!
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