SECRETARY 4 EXHIBIDA, PRESTADA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por markesdsad.
Mi señor tiene muchos clientes, algunos también son muy buenos amigos suyos, yo los conozco a casi todos, con algunos después de tanto tiempo de tratarlos tengo alguna confianza, el señor “Mayor” es uno de esos, es más amigo que cliente de mi señor, hace tiempo que se ha jubilado es por lo tanto muy mayor, casi un anciano, pese a ello mi señor le lleva asuntos de sus negocios y también personales.
Mi señor y yo no todos los días tenemos posibilidad de dar rienda suelta a nuestras fantasías y deseos, el trabajo es lo primero y algunos días me siento muy excitada y mi señor no puede atenderme por causa del trabajo, visitas, llamadas telefónicas, gestiones fuera de la oficina…
Recuerdo un día que pasó a ser muy especial para nosotros dos… mejor dicho tres. Yo estaba muy excitada, la ropa que me obligaba a llevar mi señor siempre era muy estimulante para mí, ese día esperaba ansiosa alguna orden de él para saciar mis ansias de ser dominada, pero esa orden no llegaba, quedamos solos un instante antes de recibir a la siguiente visita, yo tenía que ir a la calle a hacer un recado y quería que usara mi cuerpo con sus juguetes como había hecho otras veces, fui a su despacho me puse a su lado de la mesa y abrí el cajón de los juguetes, me puse en posición de recibir alguno y le dije que tenía que salir a la calle y que juguete iba a ponerme.
Me miro sorprendido, yo no había tomado la iniciativa nunca, era la primera vez que lo hacía pero ese día estaba muy caliente y excitada, necesitaba que mi señor me usara, subió mi falda recogiéndola en mi espalda, dejo mi trasero al aire y agarro una regla de madera de 60 centímetros que tenía en su mesa, alejo un poco su silla y me propino seis sonoros y fuertes golpes con la regla que dejaron mi culo caliente, enrojecido y preparado para recibir más, me gustaba que me castigara de ese modo, mi excitación se incrementó más aun y él lo comprobó como siempre introduciéndome dos dedos en mi abundantemente mojado sexo, después cogió del cajón el plug anal de acero con una argolla, lo lubrico con los abundantes jugos de mi sexo y apartando el hilo de mi tanga lo introdujo lentamente en mi ano y dándome un cachete cariñoso me indico que podía irme.
Me enloquecía salir así a la calle, en el ascensor de la oficina me di la vuelta por ver si la parte de la anilla que sobresalía de mi culo se notaba y comprobé que al caminar se notaba ligeramente y si me agachaba un poco se notaba completamente, ya en la calle miraba a mi alrededor cruzando la mirada con la gente y pensando si alguien se daría cuenta de cómo iba, la excitación iba en aumento y mi culo estimulado por los azotes y aquel plug provocaban en mi un deseo irrefrenable de ser poseída con brutalidad, cada paso que daba sentía aquel objeto alojado en mi cuerpo y empecé a notar que la gente me miraba como si supiera que estaba pasando, lejos de asustarme, aquella sensación me producía un placer inesperado, yo siempre he sido una mujer muy tímida, ahora me sentía la más puta del mundo y eso me causaba un enorme placer.
Llegue una hora más tarde a mi oficina deseando que mi señor estuviera solo para que me poseyera como solo él sabe hacerlo, al abrir la puerta vi que el señor Mayor estaba en el despacho con él, deje el portafolios en mi mesa y salude a los dos desde la puerta de su despacho pues estaba abierta, note que el sr. Mayor me sonrió de una manera especial y mi señor me pidió que no me fuera, me ordeno que me pusiera con los codos en la mesa frente a él y dándole la espalda al sr. Mayor, me quede petrificada, estaba muy excitada, pero no esperaba aquello, dude poniéndome colorada como un tomate, sin decir nada mire a mi señor con ojos de incredulidad, el sr. Mayor estaba allí, sentía mucha vergüenza que pudiera verme o descubrir la relación que mantenía con mi jefe, pensé que era un juego para ponerme a prueba y que solo quería ver si era capaz de ponerme en la postura de “a la mesa”, me puse como dijo y entonces él le dijo al sr Mayor que comprobara lo que le había dicho.
Creí morirme de vergüenza y excitación, el sr. Mayor subió desde mi espalda mi falda mientras mi señor frente a mí me sonreía y tranquilizaba con su gesto y palabras cariñosas, las manos del sr Mayor recorrieron mi culo y note como jugaba con el plug que tenía insertado, cerré los ojos y me deje llevar por la excitación, me abandone a ellos entregándoles mi cuerpo y mi alma para que hicieran conmigo lo que desearan.
El sr. Mayor extrajo el juguete y sus dedos exploraron el interior de mi sexo copiosamente mojado, mi señor se sentó en la mesa y abrace su sexo desnudo con mis labios mientras a mi espalda el sr. Mayor arrodillado lamia mi sexo y mi culo… una hora más tarde y después de ser utilizada y penetrada por todas partes por aquellos dos hombres terminaron de usarme cuando los recibí a ambos en mi boca no sin antes ser satisfecha por la boca del sr. Mayor que se ocupó de mi sexo proporcionándome un placer exquisito y un brutal orgasmo.
Por deseo de mi señor: Geisha.
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