Secuestrada (II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Pipo.
El cuerpo de Laurita disfrutaba de su primer orgasmo, olvidandose de su situacion y hacia mal porque Don Antonio tenia mucho que hacer todavia.
Las enormes manos del hombre volvieron a recorrer todo el cuerpo de la niña que pronto seria mujer a peticion propia, segun habia prometido.
Los pechos volvieron a ser amasados, los pezones pellizcados y tirados y la calentura de Laura volvio a aumentar rapidamente. Una mano se deslizo hacia el coño mientras la otra continuaba con las tetas.
De la palma de la mano que acariciaba la vulva se separo el dedo corazon que se dedico a castigar el clitoris. Pronto la niña estaba lista para otro orgasmo pero de pronto todo se paro. Las manos que la hacian tan feliz abandonaron su cuerpo y aquel orgamo que estaba a punto de disfrutar se desvanecio y esto no le gusto
Cuando se hubo tranquilizado un poco unos dedos abrieron sus labios vaginales y una lengua volvio a lamer lo mas intimo de su ser. Ahora la lengua penetraba en su interior como si quisiera desvirgarla. Esto era nueno para ella y pronto volvio a estar a punto de un nuevo orgasmo y todo volvio a pararse justo en el ultimo segundo.
Su cuerpo queria un orgasmo se encontraba tenso, queria orgasmar y no la dejaban.
Despues de unos segundos de tranquilidad, Don Antonio, volvio a la carga. Se olvido del coño. Le descubrio el ano y lo acaricio con su lengua. Laura salto como un resorte.
– ¡Ja, ja! Rio Don Antonio- el culo no es una de mis debilidades pero ya abra otros que te haran descubrir los placeres de la puerta secreta.
Este comentario la intranquilizo pero como el hombre volvio a pellizcar su clitoris se concentro en su placer.
Unos habiles dedos abrieron su vulva y una experta lengua recorrio todos los rincones de su coño y cuando estaba a punto de tener su merecido orgasmo todo se paro. Su cuerpo se retorcia porque queria orgasmar pero sola y atada no podia. Su chocho estaba totalmente humedo. Su torturador la contemplaba entusiasmado.
– Quiero tener un orgasmo- dijo Laurita con un hilo de voz.
– ¿Que dices? Pregunto Don Antonio, como si no lo hubiera oido perfectamente. Era lo que estaba esperando.
– Quiero que me la metas, sucio cabron- grito Laurita. Estaba histerica.
– Tu me lo has pedido y yo te complacere.
Se puso en pie y la niña se fijo por primera vez en el pene de su desvirgador. Era una buena verga, gorda, sin exagerar, llena de nervios que terminaba con un gran glande rojo y con un ojete que miraba a la niña desafiante pues se abria y dejaba salir un liquido como una baba brillante. Esta preciosidad de organo masculino se apoyaba en unos enormes cojones llenos de pelo negro.
Laurita se paralizo. Delante suyo se encontraba un oso lleno de pelo del que sobresalia un pene blanco con un ojete que tenia una mirada amenazante. Si antes lo tenia claro que queria ser penetrada ahora ya no.
– Si me penetras con esta monstruosidad me dolera mucho. –dijo Laurita con su vocecita asustada.
– Mi pene esta bien, es de buen tamaño pero no es nada exagerado. Los hay mucho mas grandes. Ya los conoceras. Si me la llenas con saliba de tu boquita entrara mas facilemente y no te dolera tanto.
Sin contestar Laura giro la cabeza a un lado y abrio la boca.
Don Antonio no se hizo rogar y en un santiamen le enterro su verga en la boquita virginal de la niña y empezo a culear como si estuviera follando en la boca.
Laura como queria llenar de saliba la enorme verga la recorria con su lengua por todos los rincones lo qual excitaba muchisimo a Don Antonio.
Los lenguetazos de la niña provocaron que la verga del hombre aumentara de tamaño y estuviera a punto de descoyuntar las mandibulas de la niña. Al llenar totalemte su boca, en el mete saca, los dientes rascaban en toda su longitud la verga del hombre que estaba a punto de alcanzar la temperarura de ebullicion.
El hombre empezaba a sudar como un cerdo debajo de la caperuza de cuero negro que tapaba parte de su cara para que la niña no pudiera reconocerlo. Solo dejaba a la vista una poblada barba negra con algunos mechones blancos.
– Eres divina, mi niña. Dijo.
La calentura tambien habia aumentado en Laurita.
Don Antonio salio de la boca y se situo entre las piernas de la niña. El ojete de su verga ya no miraba el coño que iba a desvirgar sino que miraba al techo mostrando toda su esplendorosa longitud.
Entre deseosa y aterrorizada la niña miraba la verga. La deseaba y la temia al mismo tiempo
El torturador de Don Antonio cogio la verga con una mano y con la otra abrio los labios virginales del coño de la niña y restrego su glande en la entrada. Con su ojete empujo el clitoris.
– A que esperas cabron. Metamela de una vez- grito desesperada.
Don Antonio apalanco su verga a la entrada y la solto. Coloco sus dos manos en la cintura de la niña y despacito atrajo en cuerpo virginal hacia el suyo. El no se movia era el cuerpo de la niña que penetraba en su verga.
La verga iba penetrando despacio y apretaba al intruso que se colaba en su interior.
– Que estrecho lo tienes. Que gusto me das
La niña recibia sensaciones nuevas y todas muy placenteras pero queria mas.
De pronto el avance se interrumpio. El glande habia tropezado con un obstaculo que cerraba su paso. La niña se asusto y el hombre sonrio.
Con un golpe de riñones Don Antonio perforo el himen de la virgen y penetro hasta el final al mismo tiempo que la niña dejaba de serlo para convertirse en mujer y para que todo el mundo lo supiera lanzo un grito que lo hubiera escuchado todo en barrio si la habitacion no hubiera estado insonorizada.
Si antes los movimientos del hombre eran lentos y cadenciosos ahora eran todo lo contrario eran rapidos y desesperados.
Las manos del desvirgador acercaban y alejaban el cuerpo virginal cada vez mas rapido de su verga. Cada vez resoplaba mas. El orgasmo de la niña cada vez estaba mas cerca
Y por fin llego un orgasmo explosivo, que no tenia fin y cuando parecia que terminaba recibio una descarga de semen que provoco que el orgasmo se prolongara mas
Cuando Don Antonio noto que le llegaba su corrida clavo su verga hasta el fondo de la vagina como intentanto que su leche le saliera por la boca a la niña. La clavo tanto que cuando termino se derrumbo sobre el cuerpo de su victima y asi estuvo hasta que se recupero y su polla dejaba de escupir semen.
Recuperada la respiracion, Don Antonio se incorporo y su verga antes tan orgullosa ahora se mostraba timida mirando al suelo. Al salir el pene del coño virginal tambien salio gran cantidad de semen mezclado con sangre.
Todo el esfuerzo realizado por Laurita hizo que se durmiera tal como estaba, atada de pies y manos a unas cadenas como de un columpio y con el coño babeando sangre y semen.
Espero vuestros comentarios en primerpipo@hotmail.com
Excelente relato me encantó 🙂