sesión en la sierra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por laninfomanaazul.
Las piernas me temblaban, mis manos se resbalaban según me iba acercando más y más, notaba culebrillas que recorrían mi cuerpo y me hacían sentir escalofríos.
Llevaba bastante tiempo hablando con él y me había imaginado esa situación miles de veces pero la realidad me superaba había quedado a las siete en punto en un pueblo de la sierra, un pueblo alejado, a más de media hora de cualquier lugar civilizado, llevaba más de dos horas conduciendo, la carretera era sibilante y desequilibrada, todo un reflejo de mi mente, en esos momentos, faltaban solo diez minutos para la hora y yo no veía el momento de llegar y ponerme a sus píes.
Un cartel en la carretera me indicaba el fin de mi inquietud solo faltaban dos kilómetros para el pueblo, en tres minutos estuve allí, parecía un pueblo deshabitado, yo solo sabía que la casa estaba allí, en la calle principal y que a la puerta colgaría una cinta negra, busque la casa primero desde el coche, pero no dio resultado era ya casi de noche y apenas había iluminación. Pare el coche, me retoque los labios, y pegue una última mirada a mi ropa,camisa blanca, falda negra, medias y zapatos de tacón baje del coche tiritando de frío, y andando rápido para no llegar tarde, casi al final de la calle, encontré la cinta negra que colgaba de un viejo llamador de hierro y que daba entrada a un lúgubre corralón, al fondo unas escaleras apenas iluminadas por tres velas separadas en los escalones, sabía que él estaba ahí, la casa no parecía iluminada pero debía cumplir la primera sencilla orden que se me dejó encargada “antes de abrir la puerta de la casa y tras subir las escaleras debes colocarte la venda negra, recogida a la puerta, en los ojos y portar una vela encendida que encontrarás junto a la entrada”, una vez hube realizado las premisas me dispuse a cruzar el umbral de aquella casa, sentía miedo a resbalar o a tropezar por la falta de visión, pero nada más entrar una mano sobre mi hombro , presionando hacia abajo, me hizo arrodillar, en mis manos desnudas portaba la vela que había recogido y ésta, ante mi movimiento , derramo su liquido sobre mis manos aun heladas de la calle, ese calor repentino me devolvió a la realidad del momento .
Arrodillada, con las piernas separadas y pese a que la venda me evitaba la vista baje mi cabeza y estiré mis manos hacia el vacío, note sus pasos alejándose, mi nerviosismo se acrecentó, pasados unos pocos minutos note se presencia cerca de mí, pero no lo había oído acercarse, ni sabía cuánto tiempo llevaba allí. Ya no tenía frio sin embargo los escalofríos continuaban recorriendo mi cuerpo, y mis pies se movían dentro de mis zapatos encogiéndose y estirándose, sabía que me estaba observando giraba en círculos a mi alrededor con la tranquilidad que le caracterizaba, el silencio lo inundaba todo, incluso, cuando contenía mi arrítmica respiración, podía notar la suya, paciente y controlada, cada vez más cerca de mí, tan cerca que por momentos pude sentir su aliento en mi piel, suavemente soltó uno a uno los botones de mi camisa descubriendo el corsé que cubría mis pechos, una vez abierta quito la vela de mis manos y la puso junto a mis rodillas, tiro de la camisa hacia atrás, mientras yo lo facilité colocando mis brazos caídos hacia atrás, la camisa se deslizo muy despacio por mis brazos cayendo al suelo. Sus pasos volvieron a alejarse pero no mucho, esta vez volvió enseguida, aparto mi pelo y puso sus manos rodeando mi cuello , yo eleve la cabeza, bajo las manos suavemente acariciándome hasta la cintura pero evitando tocarme el pecho,volvió a subirlas recorriendo el mismo camino y entonces sentí como me ponía mi primer collar, un collar para mi muy simbólico ya que demostraba su interés real, en adiestrarme, en aceptarme como sumisa, mi entrega… al ponérmelo note que era de cuero y que tenia pequeñas tachuelas de metal frio y duro, ese gesto consiguió acelerarme el corazón y la respiración, por fin oí sus primeras palabras hacia mí,” LEVANTATE, PONTE SOBRE LA PARED, QUE HAY A TU IZQUIERDA Y DESNUDATE MUY DESPACIO” en esas palabra no conseguí notar ninguna expresión de su estado, no tenían matices era como si no tuvieran sentimiento de ningún tipo, eran firmes y justas.
Se separó de mi y se sentó en un sillón, a observarme igual que había hecho tantas veces a través de la Webcam, pero esta vez estaba ahí y me veía entera demasiado cerca como para perderse ningún detalle. Yo me levante despacio, palpe la pared que se encontraba a la izquierda tan cerca de mí que pude tentarla sin desplazarme, me gire y coloque mi espalda sobre la fría pared de piedra, desabroche mi falda y la deje resbalar por mis piernas, solté mis zapatos y descalcé mis pies, agaché mis brazos un poco más desabrochar el porta ligas que unía las medias al corsé.
Una vez libres deslice las medias por mis piernas hasta sacarlas por los pies, con una calma casi refleja, que me sorprendía, esta vez puse las manos cerca de mi pecho desabrochando cada una de las más de veinte presillas, que cernían el corsé a mi cuerpo, por fin pude deshacerme de él dejándolo caer sobre la falda. Tan solo quedaba sobre mi cuerpo la liga y el tanga, bajé las palmas de mis manos desde mi cintura dejándolas entrar en el tanga y obligándolo a bajar, pase mis pies y me lo quité, con cierta impaciencia quite la liga y por fin me sentí desnuda ante él, que nuevamente estaba junto a mí, dejo unas silla junto a mí, y se acercó a mi oído y me susurro “ BIEN PERRITA, ¿ESTAS PREPARADA?” quise contestar pero apenas sonó mi afirmación por lo que, solo asentí. “ARRODILLATE” Puso su manos esta vez sí en mi pecho, intentando abarcarlos estuvo un rato acariciándolos, pellizcándolos, tanto que me hizo pensar que llevaba tiempo deseando tenerme así, después de un rato bajo sus manos rozando todo mi cuerpo, acarició mis piernas hasta los pies, sus manos sin esperármelo volvieron a subir y se detuvieron en mi entrepierna, siempre depilada “ABRE LAS PIERNAS, TENLAS SIEMPRE ABIERTAS PARA MI” obedecí sin dudarlo, metió sus dedos como buscando algo, me palpo, comenzó a masturbarme pero apenas había empezado paro y saco sus dedos húmedos, como era de esperar, que miro con asombro y refregó por mi cara, yo intenté chupar los dedos pero al intentarlo metió su mano entera en mi boca, sin darme tiempo a reaccionar, ”LIMPIALO PERRITA, ES TUYO”, yo me afané en chupar sus dedos, igual de rápido que insertó su mano en mi boca, la saco. Me cogió las manos y me puso las muñequeras, y ató mis tobillos.
Volvió a tocar mis tetas esta vez con menos delicadeza, note acercar su cara y pude oler su pelo, un muerdo en el pezón me despertó y me hizo estremecerme por primera vez, ¿DUELE PERRA?, AHORA ESTAS EN MIS MANOS, NO PUEDES ESCONDERTE DE MI, COMO HASTA AHORA… mientras apretaba con fuerza los pezones se acerco a mi oído y me repitió “¿DUELE?”, “si “ fue la única respuesta que acerté a decir, nada más decirlo note una fuerte nalgada a la vez que decía
– “SI ¿QUE?”,
– si duele Amo,
– ASI ME GUSTA PERRITA
Enseguida note como me colocaba una pinza en mi pecho dolorido, primero una, asegurándose de su colocación y presión, y seguidamente otra… No fui consciente de que ambas estaban unidas hasta que una vez colocadas pego un pequeño tirón de la cadena que las unía haciendo adelantar mi cuerpo y casi haciéndome perder el equilibro,
– QUIETA, ¿QUIEN TE HA DADO PERMISO PARA MOVERTE?
Yo solo me recoloque en mi posición, supongo que no esperaba respuesta oral, pues mi falta de respuesta no desencadeno nada más, pero la siguiente pregunta si que pretendía buscar una respuesta:
– ¿A QUE HORA LLEGASTE PERRITA?
– A las siete Amo
– NO ES CIERTO YA PASABA ALGUN MINUTO, DEBO ENSEÑARTE QUE LA PUNTUALIDAD ES DESEABLE EN UNA PERRA
– Lo siento Amo no volverá a pasar.
Pero al parecer mi disculpa no fue suficiente, ya que se sentó y me obligó a colocar mi pecho sobre sus piernas y elevar mis nalgas, como si de una niña pequeña se tratara, la idea, en principio me excitaba, aunque recordaba nítidamente su explicación de castigo, que me recordaba que sería algo que no me gustará y que debía hacerme sentir vergüenza y sentimiento por haberlo hecho disgustar. El primer azote fue cálido, hasta sensual podría decir, el segundo fue similar, pero la cosa no paró ahí, después de la decena, dolían mucho, me escocía, y sin poderlo evitar las lagrimas llegaron a mis ojos, él estaba muy pendiente pues lo noto inmediatamente y paro, me levanto la cara y puso mis ojos frente a los suyos, pese a que yo por la venda no podía verlo, al parar, sollozando yo dije:
– Gracias Amo, de veras no lo volveré a hacer.
Rozo suavemente mi cara y beso mi frente diciendo “DEBES APRENDER PEQUEÑA” aquellas palabras me dieron tranquilidad y me hicieron comprender que él no haría nada que me pusiera en peligro, pero debía ser estricto con mi comportamiento ya que todo eso formaba parte de mi educación. Asentí y me relaje dejando que decidiera sobre mí. Sentí como su mano buscaba algo en el suelo , pronto supe que era, su sonido era inconfundible , y él sabía que era algo que yo temía , era una vara fina , supongo que de avellano, la acercó a mis nalgas y me encogí , él volvió a acariciar mis enrojecidas nalgas, pero instantes después no le tembló la mano , para separar la vara y descargar en el mismo sitio que segundos antes había acariciado, dolió como si de un corte se tratara , no pude acallar un sonoro grito entre miedo y dolor, no quería más, pero en mi interior sabía que él no se conformaría con uno y que era fácil que no cesara hasta que me rindiera, y aceptara mi castigo , algo que en principio veía lejano, puesto que mi cuerpo estaba muy tenso, y solo podía pensar en que mi castigo terminara.
El segundo golpe, fue seguido de un tercero y de un cuarto, volví a llorar con fuerza, él dijo “LLORA Y GRITA CUANTO QUIERAS AQUÍ NADIE PUEDE OIRTE”, intenté mejorarme de nuevo y me deje caer sobre el buscando con mi cabeza su protección. Me serené y deje de llorar , un quinto varazo a penas me inmuto, preparada ya para el siguiente, el paró y yo quede inmóvil , dejo la vara en el mismo sitio donde la había cogido y levanto la mano hacia mi cuerpo dejando algo en mi espalda, liberando sus manos que revoloteaban entre mis nalgas , buscando acercarse a mi clítoris, abrí mis piernas y me introdujo dos dedos en mi húmeda vagina, mientras jugueteaba con los otros fuera, acerco su otra mano a mi boca , esperando para que la chupara , lo hice afanosamente y la dejé marchar, se dirigió directa a introducirse en mi ano, metió un dedo y lo dejó inmóvil, comprendí entonces que lo que intentaba masturbándome era buscar mi excitación y reducir la tensión y el dolor, introdujo un segundo dedo demostrando gran habilidad, los movió, haciéndolos girar. Esa posición en la cual estaba muy expuesta me resultaba muy humillante y me ruborizaba, las lágrimas habían desaparecido de mi rostro y el dolor aunque era latente había pasado a un segundo plano.
Después de jugar con mi elasticidad, saco los dedos y cogió lo que había dejado anteriormente en mi espalda, un plug que coloco primero en mi vagina, para cubrirlo de mis flujos y más tarde en mi ano, le costó entrar pero una vez dentro no molestaba demasiado.
Me levanto y me puso en píe comenzó rodeando mis tobillos con una cuerda, sujetándolos, un par de vueltas y un nudo que devolvieron ambas puntas al frontal de mis piernas, tirantes subieron hasta mis rodillas donde las volvió a rodear , con firmeza, en este momento ya no podía mover mis piernas presas ya por las ataduras en rodillas y tobillos, tras las rodillas sube a mis caderas dando cinco vueltas, cada cual más prieta , pero no para ahí, recorre mi espalda en cruz y con una vertical en mi cintura, cuando la cuerda llega a mi pecho se detiene, rodeando con cada cabo un pecho de forma firme y prieta resaltando y estirando mis tetas, aún continuaba con mis muñequeras, así que se acercó y me las soltó yo elevé la cabeza sorprendida, oí como acercaba algo a mí , algo que pesaba y que rozaba el suelo, yo estaba alerta pero no podía adivinar qué era, cogió de nuevo mis muñecas por detrás de mi espalda y les rodeo otra cuerda, que sujetó a lo que había arrastrado. Toco mis nalgas aún muy doloridas y comprobó que el plug estuviera en su sitio, cuando me tubo totalmente inmóvil y sumisa retiro la venda de mis ojos, mostrándome una habitación en penumbra con velas, escasa de muebles y con un alto techo había un espejo en la pared de enfrente que aunque lejano me mostraba mi cuerpo lindamente atado con una simetría perfecta, se alejó dos pasos y se agachó a coger la vela que entre mis manos había traído del exterior, era una vela muy ancha y de color rojo… la juntó a mi pecho desnudo y atado, derramando cera en él , no podía moverme , pero comencé a gemir , siguió derramando cera mientras tiraba de la cadena que sujetaba las pinzas de mis pezones, dolía y poco pero resultaba muy excitante, separo mi pelo y volvió a derramar cera sobre mi espalda, mi cuerpo se curvo, el entonces cogió todo mi pelo tiro y puso mi cara de nuevo junto a la suya:
– ¿TE GUSTA PERRA?
– Si Amo
– Amo tengo sed,
En principio no hizo caso y siguió tirando de mi pelo y escupiendo en mi boca pero minutos después se fue y me dejo allí sola. Cuando volvió traía un bol con agua que puso en el suelo. Y comenzó a soltarme las cuerdas de mi cuerpo, cuando estaba suelta y quieta volvió a decir “DE RODILLAS” rápidamente obedecí y me coloque a sus pies, “SI LA PERRA QUIERE AGUA HABRÁ QUE DARSELA, PERO DEBES BEBER COMO LO QUE ERES “ entendí que lo que quería era que lamiera del bol, y no que bebiera sujetándolo con mis manos, así lo hice mi pelo se mojó al caer sobre el agua y yo no hice nada para evitarlo , cuando terminé de beber levante la cabeza y dije :
– Gracias Amo
– “NO ME DES LAS GRACIAS, DEMUETRA QUE ESTAS AGRADECIDA A TU AMO”
– “ABRE LA BOCA PERRA”
Me coloqué de rodillas y abrí la boca el soltó su cinturón y desabrocho su pantalón, mostrándome su secreto un gran secreto que erecto acerco a mi boca, lo chupé, y jugueteé, besando sus testículos, era muy grande, me cogió del pelo y me envistió fuertemente consiguiendo de mi alguna arcada, siguió follando fuertemente mi boca dándome poco tiempo para respirar, yo estaba feliz de estar ofreciéndole mi uso, tras bastantes envestidas separo mi cara por mi pelo y pregunto:
“¿QUE QUIERES PERRITA?, MUSTRATE DOCIL PARA QUE TE USE COMO QUIERA”
Me levante de un salto coloque mi vientre en el respaldo del sillón, con las piernas todo lo abiertas que pude, el hizo una mueca de estar complacido con mi elección, se acercó a mí por detrás, retirando el plug que llevaba en el ano, comprobó metiendo los dedos si había cumplido su función, y debió ser así porque puso la punta de su pene sobre mi ano, su pene era mucho más grande que el plug pero empujo, pese a mis de rogativas:
– TE HA LLEGADO LA HORA VOY A FOLLARTE ESE CULO, SEGÚN TE PORTES ASI LO HARÉ YO
Comenzó a introducir su pene despacio mientras tocaba mi clítoris y tiraba de mi cadena yo estaba un poco nerviosa y sin querer contraje un poco mi esfínter, su reacción fue rápida tiro fuerte de mi cadena hasta soltar mis pinzas por el tirón, me quejé y el no retrocedió por el contrario envistió contra mí dejando poco trozo fuera , y a continuación ya despacio introdujo el trozo restante, una vez estuvo dentro lo saco y metió cada vez con más rapidez, tras los primeros instantes la situación me parecía cada vez más placentera , volvía gemir y a excitarme, tanto que debí preguntar :
– Amo, puedo correrme
– SI HAZLO PARA MI
Conseguí correrme, mientras tiraba de mis pezones y sujetaba mi pelo, fue un orgasmo muy fuerte y muy simbólico era la primera vez que conseguía hacerlo mientras me follaba el culo, el saco la polla de mí pero para volverla a meter en mi empapado coño embistiéndolo con brusquedad , durante un rato pero sin llegar a correrse por último volviéndome a sujetar del pelo me giró, me colocó de nuevo de rodillas y volvió a follarme la boca hasta estallar en mí exigiéndome limpiarlo todo de forma inmediata… al terminar anclo a mi collar una correa y tiró de mi cuello pidiéndome así andar a gatas, me condujo al baño, sin dejarme sola, me hizo entrar a la bañera me lavó y me seco como a una perrita y como tal me hizo sentir, me regresó a la sala y se fue a la cocina trajo algo de comer que acerco a mi cara , para mi sorpresa lo puso sobre la mesa y me invito a sentarme, incluso retiro la silla para que me sentará, puso los cubiertos a mi alcance y charlamos un rato, me resultaba extraño estar en una cena desnuda y con collar y correa , el me explico que no quería que todo fuera de repente y que al día siguiente si estaba dispuesta a avanzar las cosas cambiarían, y mis permisos serían restringidos al mínimo, pero que así podía conocerme más y educarme mejor… Una vez terminada la cena cambio radicalmente su voz y su expresión, y me dijo:
– DE RODILLAS PERRITA
Esta vez me llevo a su habitación, me dejo sobre la mullida alfombra, me tapo, y solo dijo
– DESCANSA PERRITA ES TARDE, TE HAS PORTADO BIEN, MAÑANA CONTINARA TU EDUCACIÓN
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