Sueño de sueños
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por YYPPSSAA.
La brisa de la noche entra por la ventana acariciando la piel, erizando aquellos vellos que va rozando; el soplo gélido poco a poco fue elevando el tono de sus pezones hasta un estado álgido. Las caricias fueron transformaban los roces en un flujo que refrescaba mas entre las piernas. Todo aquello la fue despertando del letargo sueño. Abrio los ojos y descubrio sus tobillos atados, extrañada intento abalanzarse a desatarlos, descubriendo que tambien tenia atado los brazos. El corazon empezo a bombear con mas fuerza, sus nervios estaban alterados, su cuerpo agitado y convulso. Extrañada de su situacion echo la vista al entorno, tan solo se escapa de penumbra la ventana, viendo la cornisa de un edificio colindante, al menos sentia un poco de alivio alguien podria oir sus gritar. En silencio procuraba percibir algun ruido, algun sonido, algo que denostara la presencia de otra persona.
Sin embargo pese aquel frio que seguia entrando sin tregua, unas extrañas ganas de sexo poco a poco iban calando en su pensamiento, intentaba apretar los muslos para aliviar su aquel ardor, la impotencia hizo tensar los musculos, mientras algo diminuto continuaba meneandose entre los labios de su sexo, el placer era mas profundo, nada anterior podia igualar de intensa esa excitacion. Aprovecho los cortos y breves movimientos para seguir con su deseo olvidando donde estaba, el orgasmo cabalgaba al exterior, un suspiro y podia percibir el alivio. De pronto, alguien irrumpio.
Con fuerte manos y dedos asperos apretaron sus pequeñas protuberancias, jalando a una distancia considerable, sus pezones habia al menos crecido cinco centimetros gritando de manera profunda. El corazon volvio agitarse con fuerza, el frio que habia dejado paso al calor del orgasmo en sus mejillas se volvio mas intenso. Un dedo perforo en su interior impregnandose de cuando flujo habia hasta llegar a los labios del invitado. Pudo percibir el sonido de como lo estaba saboreado. Nada tardo en clavar dos dedos en la raja, para pasar a ser tres y despues cuatro, haciendo gozar de placer y dolor en cada sacudida que los dedos penetraban, no podia obviar el placer y llenarse de el, confudido con el dolor que la otra mano ofrecia al estirar los pezones, no podia comprender como aquello la estimulaba de manera superlativa, estaba gozando, llegando a un limite para ella jamas explorado, no lo puedo evitar y avisando del orgasmo que se acercaba recibiendo una dosis extra de intensidad y dolor que la llevo a derramar sobre sus muslos todo el nectar que guarba en su interior.
Tras un ligero instante, cayo rendida a Morfeo sin percatarse que aun yacia presa.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!