Sumisas de un pandillero (2)
de como me hizo darle sexo oral en publico y mi primer anal.
Juan era algo así como el numero dos de un grupo que se dedicaba a cosas malas. Siempre que iba a trabajar había fiesta después, a menos que alguno saliera herido. A esas fiestas me llevaba, al principio me daba miedo, la mayoría hombres de todas las edades, del mismo tipo que Juan. Todos tenían tatuajes y cara de malos. Las mujeres igual, hasta daban más miedo. Yo era la única que iba bien arreglada y tenia ojos claros. Él decía que eso le gustaba, tener una perrita fina. También era la más joven, a nadie parecía importarle mi edad.
Juan me daba nalgadas frente a ellos, o me tocaba los pechos, hablaba de nuestra relación sexual sin penas ni nada. Sus amigos me miraban con lujuria y al mismo tiempo se reían. Hacían comentarios como “¿Cuándo me la prestas?” y el solo se reía y les decía que luego. Todo eso me tenía con miedo, de lo que pudieran hacerme todos ellos, pero al mismo tiempo me gustaba. Además de que juan siempre me decía que me iba a cuidar.
Para ese entonces yo ya era muy dependiente de él. Lo obedecía en todo, iba por mí a la hora que quería, hacíamos lo que el quería, y yo ni pensaba en decir que no. Tomaba mi dinero sin pedirlo, obvio me cogía sin pedirlo. Él me enseñó a dar buenas mamadas, ya después decía que era la mejor en eso, y lo decía en serio, no tiene problemas en decirnos cuando hacemos algo mal.
En una de esas fiestas me pidió que usara un vestido muy corto y holgado, le gustaba que bailara y se me viera todo. Había unos diez de sus amigos y solo una era otra chica. Yo aun tenia 15 años. Todos estábamos ya en la sala, ya la música era más tranquila, ya habíamos bebido, ya todos tomados, juan hablaba de que toda mujer puede llegar a ser buena puta si se le enseña “por ejemplo, esta putita no sabia ni chupar una verga, y ahora mírenla, una mamadora profesional” dijo, todos se rieron, yo sonreí. Después me dijo “enséñales” y abrió las piernas, yo primero pensé que era broma, pero ya había aprendido a distinguir en su mirada cuando no lo era. Los miré a todos, en la expectativa de ver si lo hacía, no sé qué fue, pero al final, después de un debate interno muy corto, decidí arrodillarme frente a él.
Le gustaba que me pusiera en cuatro, con el culo levantado para agarrármelo, así lo hice y pude sentir de inmediato que el vestido dejaba ver algo de mi culo. Le saqué el miembro y comencé a chuparlo. Me había enseñado a usar la lengua incluso cuando la tuviera dentro, me enseño el movimiento perfecto de cabeza según él. A meterla toda, vamos, me hizo a su placer, y eso estaba haciendo mientras todos me veían.
Él me levantó el vestido, tenia todo el culo de fuera, sabia que mi tanga estaba húmeda y se iba a notar. “¿ven? Es la mejor” decía mientras me apretaba la nalga, yo seguí. Después hizo una demostración del tiempo que yo duro sin respirar y finalmente se vino en lo mas profundo de mi garganta. Me dio permiso de sentarme, noté como todos me veían con mas lujuria que nunca, me sentí muy avergonzada.
Un par de días después me llevó a una sexshop, me dio una lista y dijo que comprara todo. El de la sexshop se me quedó viendo con duda, no sabía si me lo iba a vender o no. Finalmente me llevó a su casa, ya cogíamos en su casa y no en un hotel. Me dijo “haz lo que dice el instructivo mientras regreso, no me tardo”
Lo que había comprado era una ducha anal, un lubricante y un plug. Era la primera vez que tenia eso en mis manos. Leí cuidadosamente las instrucciones e hice todo lo que debía hacer. Después me puse el plug y esperé a que volviera. En ese entonces me decía que en limpiara su casa mientras no tuviera algo mejor que hacer, por lo que me puse a lavar trastes y esas cosas. Cuando volvió me encontró desnuda con la escoba en la mano. De dio una gran nalgada y me llevó a la cama, me puso en 4 y comenzó a jugar con el plug, lo sacó y comenzó a meter su verga.
Me dolió, pero había aprendido a no quitarme para que no me castigara. Comenzó a meterlo hasta llegar al fondo, sentí mis nalgas en su abdomen y sentía su pene duro dentro de mí, se siente más grande por atrás. Así, sin sacarla ni moverse, me esposó las manos a la espalda y me agarró el pelo, lo jaló y me dijo “te voy a destrozar el culo, perra” y comenzó a bombear.
Después de que dejé de llorar por el dolor y comencé a sentir rico me dijo “Eres una puta fina, eres mi perra y la otra noche me la mamaste frente a todos ¿Qué se siente?” le dije que rico. Comenzó a decirme cosas y mientras más me decía más sentía como se excitaba y me daba más duro “soy dueño de tu culo, tu boca me pertenece y todos lo vieron. Eres un juguete sexual, una puta. Eres un depósito de mi leche” cosas así.
Cuando se vino, dentro, me saco el pene y me lo puso en la boca. Se lo mamé hasta que se paró de nuevo y me puso de nuevo en 4. Esta vez me hacía repetirle lo que decía, me hizo decirle que era su puta fina, su juguete y todo eso. Lo que más le gustaba oír era que era su puta fina y que mi se la había mamado frente a todos.
Cuando se vino unas tres veces me dejo para acostarse, yo me quedé boca abajo, me dolía mucho el culo, lo sentía rosado, aunque me echó lubricante, además de las nalgadas y apretones que me dio. Le dije que había sido mi primer anal y solo se rio. El dolor me duro uno tiempo, pero me hacia recordar y me excitaba.
Después de eso el anal pasó a ser parte del sexo, no cada vez, pero si seguido. La verdad me gusta, no me quejo de eso. Me haría mamarle la verga frente a todos unas veces más, pero siempre les decía “luego” cuando le pedían que me prestara. Una vez, el jefe del grupo le dijo que yo tenía buen culo, era su tío, y a regañadientes le dijo que me podía tocar. El señor me acaricio las nalgas bajo la falda. Nunca había tenido más miedo que esa vez, no solo por que no me iba a poder negar con ese señor si quería hacerme algo más, ni por que juan no iba a poder negarse, sobre todo por la mirada y la sonrisa que el tío de juan me hizo.
Lo bueno es que esa vez solo me tocó el culo y unos días después lo metieron a la cárcel. Esa vez juan estaba entre preocupado y feliz pues había perdido a su tío y al mismo tiempo se había vuelto el jefe. Me contó todo lo que pensaba a hacer con su grupo de gente, como lo haría crecer y todo. Pero también me dijo que alguien como él necesitaba mas viejas. Fue la primera vez que me pregunto directamente por mis dos amigas, Jessica y María.
Seguiré con más de esta historia después. Gracias por leerme. Besos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!