TRATO MAL A MI NOVIA Y A ELLA LE GUSTA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi novia se llama Sandra y así fue como empecé a humillarla y someterla, dándonos placer con su dolor.
Ella tiene 26 años, físicamente es una chica de que a cualquier hombre le resultaría espectacular, tiene una melena morena y rizada, unos ojos grandes y azules que hipnotizan y que le dan a su cara especto angelical, unos labios pequeños pero carnosos. Su piel es muy blanca y lisa; perfecta.
No es la típica modelo, para mi esta mucho mejor, tiene unas buenas piernas y un buen culo, no flacas sino con curvas, tiene el vientre liso y para rematar, unas tetas grandes con el tamaño ideal, para que las manos de un hombre las pueda apretar hasta poder meter una en cada mano. Además le encanta llevar buenos escotes, que hacen volverse a los hombres por la calle. Y una altura normal, ni baja, ni alta.
Siempre había soñado contener una novia que este dispuesta a complacerme y que sea feliz bajo mi disciplina, aunque nunca lo había intentado con ninguna antes. Pero mis relaciones anteriores fracasaban porque a mi no me gustaba, que ellas tomen las riendas de la relación, el hombre soy yo, y todas ellas parecían no enterarse.
Hasta que conocí a Sandra, cuando la ví la imagine tumbada en mi cama dejándome hacer con su cuerpo lo que quisiera, totalmente sometida a mis gustos y placeres. Pero decidí ir despacio para no asustarla.
Me la tire desde el primer día de nuestra relación y durante un par de meses y poco a poco la iba insultando o le daba una palmadita en el culo, pero sin fuerza solo por ver como reaccionaba, le hacia chuparme la poya hasta correrme dentro y ella se lo tragaba, es mas muchos días, le hacia venir a mi casa, le ordenaba quitarse la parte de arriba para poder tocar sus pezones y le hacia chupármela cuando terminaba le mandaba irse, sin tocarla, sin que ella pudiera correrse, sin darle placer. Sin embargo ella se iba con cara de felicidad por haberme dejado satisfecho, nunca se quejo de mi trato hacia ella.
Así que creí que era hora de pasar a algo más contundente, pero siempre con cuidado de no asustarla, que fuera capaz de aceptar mi trato.
La llame y le dije que viniera a casa que me la quería follar.
En una hora mas o menos, ella llamaba al timbre, le abrí, sin contestar, y deje la puerta de mi piso abierta, ella entro y fue buscándome en el salón, en la cocina, al ir hacia mi habitación vio la luz que salía debajo de la puerta del baño. Fue a mi habitación se desnudo y se tumbo en la cama, así estaba, cuando entre yo.
Ella me saludo, pero no le contesté, me desnude, le dije que se levantara y me tumbe en la cama. Le di la orden de que me la chupara, se puso de rodillas encima de la cama a mi lado y su mano se poso en mis huevos los acaricio y con otra agarro la base de mi pene, agacho su cabeza y poco a poco me hizo una buena mamada, cuando estaba a punto de correrme le dije que parara, se quedo hay mirando mi poya con cara de deseo, mientras seguía jugueteando con mis huevos. Un par de minutos.
Le hice subirse en mi, clavándose mi poya en el coño, me follaba, le agarre los pezones con los dedos y empecé a apretarlos; cada vez mas fuerte; ella no se quejaba, pase a estirarlos, ella me cabalgaba mas fuerte, le di unas palmadas en las tetas, ella gemía, se iba a correr, así que las golpee con fuerza, varias veces, hasta que se corrió, gritando como una loca. Seguía cabalgando encima mió, le dije que se apartara.
La tumbe en la cama boca abajo yo estaba sentado con la espalda en el cabecero, y su cabeza quedo justo a la altura de mi poya, le dije que pusiera las manos bajo mi culo, para que no podría moverlas y así se podría apoyar un poco. La cogi por el pelo y le ordene que me la chupara, yo le tiraba del pelo levantándole la cabeza y sacando mi poya de su boca ella sacaba la lengua para chuparme el capullo, ¡joder, aquello me encantaba!, la veía boquear buscando mi poya, le volvía a soltar un poco el pelo y se la metía hasta la garganta, entonces hacia lo contrario le empujaba la cabeza hacia mi pene para que le entrara bien adentro, tocaba su garganta y le daban arcadas, yo a la vez le insultaba. ¡puta, guarra, perra! Así alternando los tirones de su pelo, con los empujones de su cabeza y los insultos, me corrí, como nunca, le llene la boca con mi leche, que gustosamente trago, la deje descansar un rato, ella estaba llorando pero nunca se quejo, cuando la vi mas calmada. Seguía boca a bajo en mi cama.
Me puse a un lado, comencé a tocar su culo primero, a pellizcarlo después y a darle azotes ¡por fin! ¡Cuánto había deseado tratarla así!. Le di fuerte con la mano y me dolió, así que cogi mi zapato, y le golpee duro con el. De dije que contara, así lo hico mientras su llanto cortaba sus palabras, fue contando uno a uno los golpes que le di, veinte.
Termine, puse mi zapato bajo su cara, le metí la almohada bajo el vientre, levantando su culo, lo tenia muy rojo. Le puse sus manos en su trasero y le ordene abrírselo y le escupí en el ano, fui dilatándola poco a poco con un dedo, luego dos, ella no se quejaba; asi que le metí tres, entonces, si que me pidió que parara, diciendo que nunca antes le habían metido nada, y que le dolía mucho. Pero yo no le hice caso; y seguí follando su culito con mis dedos.
Cuando creí que ya estaba lo suficiente dilatada como para poder meter mi poya; me coloque detrás y se la pase por el ano, le golpeaba con ella, ya estaba muy dura, volví a escupirle y se la metí de un solo golpe, ella grito, me quede quieto para que se acostumbrara y empecé a bombear dentro, hasta que me corrí, durante todo ese rato ella, solo una vez me pidió que la dejara, que se lo iba a romper.
Diciéndole yo- ¿quieres ser una buena puta para tu amo? Ella contesto que si. –¡vale pues entonces, calladita! ¡Espera a que me corra!- le dije, autoritariamente, Me corrí, y se la saque. Pero sin dejarle descanso, la cogi del pelo levantándola, me senté al borde de la cama, le ordene que la limpiara. Me la chupo a conciencia.
Cuando termino le dije que ya estábamos terminando, pero que aun quería disfrutar un poco mas de ella. -¿te quedas un poco mas? Pregunte, y ella acepto con la cabeza.
Fui a la cocina y cogi unas pinzas de plástico, de tender la ropa y volví a la habitación la hice ponerse de pie le puse una en cada pezón, y otra en el clítoris. Apoye sus manos en la cama dejando, su culo en pompa. Escurría, mi semen por sus muslos. Fui a por la espumadera y volviendo a la habitación, se puse delante de la cara, y le pedí permiso para azotarla con eso. Un lijero, si; salio de su boca, para mi fue suficiente. Le ordene que contara. Otros veinte golpes recibió su culo, esta vez fueron un poco mas suaves que los de antes. Pero este iba obteniendo un ligero color morado.
La tumbe en la cama y cogi el cinturón de mis pantalones, le golpee el estomago con el. Diez golpes, le quite las pinzas, y golpee sus tetas con fuerza. Otros diez, y le ordene que abriera las piernas, le dije que ya íbamos a terminar pero que quería, que se corriera otra vez, le coloque otra vez las pinzas en los pezones; pero no la del clítoris. Cogi mi zapato y descargue unas 5 veces en el. Deje el zapato a un lado y comencé a masturbarla. Le metía 2 y 3 dedos y le acariciaba y tiraba de su clítoris. Ella se retorcía. Cuando estaba caliente. Le golpee otra vez con el zapato, esta vez 10 golpes, lo volví a masturbar y esta vez, si que se corrió.
Le di un beso en la boca. Le dije que la quería muchísimo, que era la mujer de mi vida. Que quería pasar el resto de mi vida con ella, le quite las pinzas y deje que se vistiera, ella se despidió de mi dándome un tímido beso en la mejilla y salio de mi casa, en ese momento, yo temí haberme pasado y que se hubiera asustado, y llegué a pensar que nunca mas, la volvería a ver.
Pero ¡gracias a Dios! no fue asi. Ya que es ella; la que ha escrito esto bajo mis ordenes. Es evidente que mi puta, volvió a ofrecerse a mi.
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