Tres mujeres de una vez
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace algun tiempo mantengo relaciones con una mujer que sin ser hermosa, siempre me proporcionaba muchas satisfacciones en cuanto al sexo se referia, ya hacia algunos años que andabamos juntos, y como ella era divorciada, y vivia con una hija pequeña y su madre, mujer interesante de unos cincuenta y cinco años que aun estaba muy bien conservada por cierto. Como tenia costumbre de pasar algunas horas con Pamela, que asi es el nombre de mi mujer, siempre que podiamos, nos encerrabamos en su habitacion y nos dabamos unas tremendas cogidas, durante horas algunas veces, en otras ocaciones nos quedabamos juntos a ver television o alguna pelicula, siendo normal que su hija que se llama patricia se acostara al lado nuestro en la amplia cama matrimonial a compartir con nosotros. Con el tiempo patri fue creciendo y yo tenia la sana costumbre de tocarle la concha a su madre por un lado y de acariciarle la conchita a patri por el otro. ella no me decia nada y entonces para mi era natural acariciarle los pechos que eran muy pequeños aun, y de vez en cuando meterle la mano bajo la ropa interior para tocar su precioso y humedo coñito. Cuando cumplio quince años se habia vuelto una preciosa hembrita que me dejaba la mano bien humeda cuando le tocaba su hermosa conchita, aunque se habia vuelto mas cuidadosa y no me permitia que le meta mano tan seguido. En ese tiempo y como tenia por costumbre yo solia ir a la tienda de ropa interior y le compraba tangas muy sexys a pamela, y tambien le compre unas cuantas a patricia, que se las entregue apenas pude. Naturalmente a su madre no le gusto que una chica de su edad utilize unas prendas tan diminutas mas aun cuando tuvo que depilarse totalmente la conchita para usarlos. Patricia sabiendo como me calentaba no perdia oportunidad en mostrarme lo bien que le sentaban esas tangas. Mi calentura era inclreible y ya no sabia al final si solo queria coger a mi mujer o a su hija. Entonces mi enfermizo cerebro comenzo a urdir un plan. En primer lugar y en el primer descuido me hice con una copia de las llaves del departamento, para poder acceder libremente cuando quisiera. Olvide mencionar que en mi calentura desenfrenada por Patricia varias veces llegue a hacerme la paja oliendo intensamente sus tangas usadas. La ocasion llego imprevistamente: una tarde me dijo pamela, esta noche vamos a tener un brindis por el cumple de mama, asi que te espero con algun presente. No lo pense dos veces, y fui esa noche debidamente preparado. No habian muchas personas en el departamento solo parientes y algunos amigos, eso si, las bebidas corrian generosamente. Cuando iba terminando la fiesta quedamos yo, pamela, patricia y su abuela solos, por lo que decidimos brindar con una botella de espumante. Servi cuatro copas, y en tres de ellas eche un sonmifero suave, que esperaba tuviera el efecto por mi deseado. Apenas terminado de brindar, me despedi y me fui a pegar una ronda para tomar coraje. Debo confesar que estaba muy nervioso por los resultados de mi travesura, pero la calentura que tenia por patricia era tal, que por nada del mundo me echaria atras. Pasada una hora regrese al departamento, y con las copias de las llaves pude acceder tranquilamente. Para evitar cualquier inconveniente, fui en primer lugar a la habitacion de mi mujer, que enfundada en una minuscula tanga negra dormia profunda y placidamente, a su lado en la misma cama dormia patricia que tenia un pequeño camison de color rosa y abajo una tanga del mismo color, casi me vuelvo loco de la calentura. En la habitacion continua dormia la suegra, con una tanga de color rojo, que le entraba profundamente en el canal del culo.
El banquete estaba preparado estaba servido y ahora con la calentura extrema no sabia por donde empezar. Habiendo comprobado que tanto mi mujer como su hija, asi como mi suegra dormian placidamente, y lo podia sentir por el aliento firme del alcohol surgiendo por sus bocas, la excitacion me estab jugando una mala pasada, ya que disponia a mi voluntad no de dos, sino de tres mujeres, pues ahora al ver el hermoso cuerpo de mi suegra ya la habia incuido en el objeto de mi calentura. Habia que empezar de inmediato, en primer lugar le saque la tanga a mi mujer, que ni siquiera realizo movimiento alguno, y segui durmiendo placidamente, enseguida pase al objeto de mis desvelos, la pequeña´patricia a quien en un segundo deje totalmente desnuda. ante mis ojos afiebrados estaba la hermosa conchita de esta hembrita, y no pudiendo mas con la exitacion, le abri las piernas de par en par, y comenze a chuparle profundamente la concha, perfectamente depilada, lo que me calento aun mas. Es notable que aun estando dormida la conchita se le humedecia abundantemente, lo que me llenaba de emocion.
Sentia como la conchita de patricia se humedecia cada vez mas, y entonces para cumplir, pase a chuparle la concha a mi mujer y luego fui a la habitacion de la suegra. Le retire la tanga roja y le abri de piernas, encontrandome con una hermosa concha, bien delipada tambien, que pase a chupar profundamente.
Coloque una almohada bajo la cola de la suegra y la concha quedo totalmente expuesta para mis deseos. La penetre y una sola vez hasta el fondo, lo que ocaciono un movimiento ligero de la señora. Segui con un intenso moviento, y como permanecia tranquila se me ocurrio comerle el culo.
La di vueltas cuidadosamente y fui abriendo camino con un dedo, dos dedos bien lubricados en mi espesa saliba, y cuando considere que estaba adecuado le introduje profundamente mi pija, lo que le causo una ligera conmocion. El semen salio a borbotones.
Fue una noche realmente apasionante
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