UN PERVERTIDO EN CASA 11. Paty, Catica y Pepe.
Paty y Cata llegan a casa de Pepe. Para sorpresa y vergüenza de la evangélica Paty, su hermana Cata se comporta de manera totalmente putona con Pepe, y el pervertido se aprovecha de la situación sin saber las verdaderas intenciones de la casquisuelta mujer. .
Escrito por Siremis.
PATY, CATICA Y PEPE.
La descarada y vulgar Cata salió de su casa con el beneplácito de su permisivo esposo y de su perezoso y descocado hijito. Ella se dirigió a cierta tienda y le compró, con mucho amor, un regalito al buen Pepe con el dinero que le había dado su esposo para ese fin.
Cata guardó ese misterioso regalito en su bolso junto con la Six Pack y fue a encontrarse con su preocupada hermana Paty.
Paty quedó sorprendida al ver el aspecto y la ropita de putita barata que su hermanita Catica lucía con desparpajo, y la Catica, igualmente, le criticó la forma simplona en que iba vestida Paty.
CATALINA: ¡Vas a una cita con tu tinieblo y no a un velorio, mami! ¡Esa falda está muy larga y esa blusita muy de santa! ¡Tienes que ir más sexy, mamasota! ¡No me explico por qué razón no te pusiste una buena minifaldita y un buen escote! ¡Tú tienes buenas piernotas y ricas tetotas para mostrar! ¡Se supone que vamos a perrear a la casa de tu mozo y no a orar al culto de tu iglesia, mijitica!
PATRICIA: ¡Oye!… ¡Respeta!… ¡Ni vamos a perrear ni Pepe es mi mozo! ¡Yo soy una mujer decente, cristiana, de su marido y de su hogar, y no una puta cochina y vulgar de por ahí!…
CATALINA: ¡Sí!… ¡Cómo no, señorita!… Jejeje… ¡Acuérdate de lo que hiciste anoche, fulanita!… Jejeje…
PATRICIA: ¡Te juro que no sé por qué lo hice! ¡Y estoy segura que el Señor Jesucristo ya me perdonó por eso! ¡Esta mañana le estuve orando bastante!… ¡Además yo soy hija de Dios! ¡No soy amiga de las minifaldas ni de los escotes ni de ninguna de esas prendas y modas pecaminosas y del diablo que incitan al morbo y a la perdición!
CATALINA: ¡Pero sí que eres amiga de las vergas ¿no perrita?!… Jejejeje…
PATRICIA: ¡Oye!…
La religiosa señora Patricia, al escuchar las ociosas palabras provenientes de la roja y malsana boquita de su irreverente e imprudente hermanita, la miró feo, y, demostrando un poco de mal genio, le dio unas suaves palmaditas en la espalda en señal de rechazo y disgusto.
PATRICIA: ¡Señor! ¡Dame paciencia contigo, Catica!…
CATALINA: Jajajaja… ¡Hipócrita!…
Antes de encontrarse con Cata, y antes de haber salido de la casa, Paty había llamado a su marido y le advirtió que después de ir al gimnasio iría al Seguro para un chequeo médico por el resfriado que tenía (resfriado que en realidad no padecía) y que era posible que se demorara, por su puesto todo eso era mentira. Le dijo a William que no se preocupara ya que estaba con su hermana menor Catalina, esa fue la llamada que el infiel del William recibió cuando estaba en la cama con su casquisuelta jefa Yamile.
Las dos mujeres tomaron el taxi y llegaron a las 2 de la tarde en punto a la casa del abusivo y tramposo pervertido.
Paty otra vez estaba frente a esa puerta donde horas antes había estado desnuda haciendo un ridículo y patético escándalo a la vista y oídos de los vecinos, los cuales la abuchearon, le gritaron palabrotas y estuvieron a punto de lanzarle un buen baldado de agua fría. La señora se sintió bastante avergonzada de acordarse de eso, solo miraba disimuladamente a las ventanas de esas casas a ver si alguien la estaba viendo.
Cata se escondió tras unos pinitos de jardín dejando a Paty sola para que Pepe abriera la puerta y no se hiciera el que no estaba si la veía acompañada a través del ojo mágico de la puerta.
Pepe miró por el ojo mágico y vio a Paty solita. El mañoso hombre sonrió y abrió, muy ansioso, la puerta.
PEPE: ¡Hoolaaa!… ¡Bienaventurados sean los ojos que te ven!… ¡Bienvenida, hermanita de la fe!…
La señora sintió su corazón acelerarse al volver a ver al falso evangélico después de esa tremenda noche de pasión y exceso que tuvo con él, donde ella misma no sabía si había sido drogada y violada o si ella había querido tener todo ese sexo voluntariamente o si había sido ella la que habría abusado de él. Eso aún era confuso para la esposa de William.
El hombre la abrazó con vigorosidad y gran efusividad, y Paty, muy seria y con voz temblorosa, le respondió el emotivo saludo al pervertido del Pepe:
PATRICIA: ¡Hola, Pepito!…
Catalina salió de su escondite y, acercándose a su hermana y a Pepe, dijo muy sonriente:
CATALINA: ¡Hooliiis!… Jejeje…
El malvado Pepe, se encontró con la sorpresita que Paty había venido acompañada.
El sujeto quedó impactado, primero porque Paty le había dicho que iba a venir sola, y segundo porque Catalina era una mujer hermosísima y estaba vestida y maquillada como una vulgar putilla callejera, la cual agitaba intensa e insinuantemente su indecente y minúsculo vestidito blanco de corazoncitos rojos con sus inquietas manitas como si fuera una niñita chiquita dejando ver toda su tanguita.
Paty estaba que se desmayaba, volver a ver a Pepe le hacía recordar muchas cosas de lo acontecido horas antes.
La señora se quedó callada, y Pepe, fijándose en la sexy acompañante de Paty, expresó:
PEPE: ¡¿Eeehhh?!… ¡Uyyyy!… ¡De dónde salió esta mamasota?!… Jejeje… ¡¿Quién es esta linda mujerona?! ¡¿Acaso viene contigo? hermana Paty!
Patricia respondió:
PATY: ¡Te presento a mi hermanita Catalina! ¡Ella es la que te dije por teléfono que necesita una liberación! ¡Y fue la que me hizo el cruce de decirle ayer a mi marido que estuve toda la noche en su casa!
PEPE: ¡Ooohhh!… ¡Wow!… ¡Qué vestidito tan chiquito tiene tu hermanita!… ¡Uuff!… ¡Qué hembrota tan rica!… ¡Señor Jesucristo, dame fuerzas!… ¡Qué tentación!… ¡Vaya que necesita ser liberada del puterío esta nenota!… Jejeje…
Pepe, como buen pervertido que es, primero morboseó a la deliciosa Catica y después la saludó:
PEPE: ¡Hola! ¡Belleza de la tarde!… Jejeje… ¡Mucho gusto, me puedes llamar Pepe, o Pepito, si lo prefieres!… ¡Eres realmente hermosa mi florecita! ¡La verdad es que anoche me imaginé que no eras tan bella y hoy me llevo tremenda sorpresota al ver a tan rica flor!
Catalina, usando palabras similares a las del depravado, respondió al saludo:
CATALINA: ¡Wow!… Jejeje… ¡Mucho gusto, Pepito! ¡Me puedes llamar Cata, o Catica, si lo prefieres!…
Pepe, mientras con un brazo abrazaba a Patricia con la mano del otro brazo se tocaba descaradamente su erecta vergota por encima del pantalón de manera evidentemente masturbatoria, y relamiéndose miraba a la Catica de pies a cabeza demostrando muchísimo morbo.
Catalina, sonriente, miraba al sujeto y a su terrible bulto, y añadió:
CATALINA: ¡En efecto, soy la linda y colaborativa hermana que le tapó anoche a la Paty todo el sexo salvaje que tuvo contigo, papi!… Jejeje…
Pepe, y sobre todo Paty, se estremecieron al escuchar las sinceras palabras de la Catica.
PEPE: ¡Wow!… ¡Increíble, Catica!… Jejejeje… ¡Muchas gracias por tu ayuda, dulzura!…
CATALINA: ¡Pepito, quiero decirte una cosita!
PEPE: ¡Dime, mi bella aparecida!
CATALINA: ¡Estás buenísimo, papacito rico!… ¡Me encantas!… ¡Estás de rechupete, mi amor! ¡Me generas ricos pensamientos!…
PATRICIA: ¡¿Eh?!…
Pepe se seguía tocando y manoseando su formidable paquete sobre la bragueta de su pantalón, y expresó:
PEPE: ¡Gracias ternurita! ¡Ya tu hermana Paty me había comentado sobre tu problema con el cochino espíritu de puterío que te ha poseído, mamita! ¡Para eso es necesario una liberación!… ¡Pero no te preocupes, yo soy experto en la materia!…
CATALINA: ¡Wow!… ¡Paty te dijo eso?!…
Paty se sintió muy apenada, no le había advertido nada de ese tema a Catica.
PEPE: ¡Sí, ella me lo contó todo! ¡Pero déjame decirte que apenas estés liberada dejarás de putear para siempre!…
Catalina miró de manera interrogativa a su apenada hermana, quien apenas le retiraba la mirada. Sin embargo, Catica sonrió con tranquilidad y dijo:
CATALINA: ¡Papi ¿podemos seguir a tu casa a divertirnos un poco o vas a dejar a este par de deliciosas nenotas por fuera al calor del sol?!… ¡Estoy caliente! ¡Tengo ganas de chupar algo grande, rígido y duro, un helado, churrote hermoso!… Jejejeje….
Patricia abrió sus ojos como platos mirando a la atrevida Catalina como queriendo devorarla de la ira al escuchar esas sucias palabras de su roja e impúdica boquita.
PEPE: ¡Uuuuffffff!… ¡Uyuyui!… ¡Ohh!… ¡Claro que sí, mamacita rica!… ¡Adelante!… ¡Bien puedas, amor!… ¡Sigan y se toman un refresco! ¡Podríamos divertirnos un rato antes de iniciar el culto de la liberación!
El sujeto soltó a Paty para señalar con juntas manos la entrada a su casa.
Cata empujó a Patricia para que subiera rápido unas escaleritas situadas frente a la puerta para poder entrar al domicilio.
La señora subió con mucho miedo.
En seguida, y tras de Paty, iba subiendo su hermanita, haciendo movimientos sexys y muy exagerados que hacían que su vestidito se le levantara y dejara ver su pequeña tanguita frente al pervertido Pepe.
La señora entró con temor y cuando Cata pasó cerca de Pepe se atrevió a palparle la verga sobre la bragueta del pantalón haciéndole una pícara miradita.
Cata hizo eso sin que su hermana Patricia se diera cuenta, y el abusivo sujeto se estremeció al sentir esa osada manita tocarle la verga y se excito mucho al ver la miradita de putita ganosita y viciosita que le hizo.
PEPE: ¡Pero qué putita esta!…
El muy abusivo osó a nalguear a la linda e ingenua Catica y a agarrarle y acariciarle el culote.
Catalina soltó una pícara risita al sentir la asquerosa manota del pervertido en sus nalgas.
El tipo se quedó mirando el tremendo culazo y las espectaculares piernotas de la insinuante y deliciosa Catica.
PEPE: ¡Uff!… ¡Wow!… ¡Qué culote se manda esta viejota!… ¡Deberíamos dejar ese espíritu de puterío adentro de esta puta para siempre y no molestarlo, más bien aprovecharlo y sacarle el jugo que más se pueda!… Jejeje…
CATALINA: ¡¿Cómo dices? papi!
PEPE: ¡No, que… que… que tienes lindo trasero, mi florecita!… ¡Uuff!… ¡Qué barbaridad de nalgotas te mandas, mi amor!…
Catalina con sus manos se levantó todo el vestido dejándole ver sus estupendas nalgotas al arrecho Pepe y moviéndolas excitantemente dijo:
CATALINA: ¡Ay!… ¡Muchas gracias, papacito hermoso! ¡Mi culote está todito a tu disposición si me lo quieres romper, amorcito!…
Paty le pegó un codazo a la sincera Catalina y le hizo una cara de quererla matar.
Pepe sonrió muy sorprendido y dijo:
PEPE: ¡Wow!… ¡Qué linda!… ¡Qué nenota tan sincera!… Jejeje… ¡Pero siéntense mis amores! ¡¿Quieren refresco de uva o de manzana?!
CATALINA: ¡Gracias, mi amor! ¡No te preocupes por los refrescos! ¡Paty y yo cambiamos de opinión! ¡Preferimos permanecer calientes y ganosas!…
PEPE: ¡Uy!… Jejeje… ¡Bien!… ¡Pero no me pueden negar ahorita unos vinitos!
CATALINA: Jejeje… ¡Gracias, papasote!… ¡Ahora más tarde beberemos una buena copa de rico y espumoso semen caliente!…
PEPE: ¡¿Qué?!…
Pepe estaba perplejo y alucinando con la atrevida Cata. Y Paty estaba que no hallaba donde meterse de la vergüenza.
CATALINA: ¡Ay! ¡Sordito!… ¡Dije que ahora más tarde beberemos una buena copa de rico y espumoso vino caliente!… Jejeje… ¡Tienes bonita casa, cariño!…
PEPE: ¡¿Te parece?!
CATALINA: ¡Sin duda, Pepito! ¡Y huele muy a rico! ¡Me gusta mucho el olor a peo, a orines, a sudor, a pecueca y a semen fresco y viejo!
PEPE: ¡¿Cóóómmooo?!
En efecto a eso olía toda la casa de Pepe. El hombre se estremeció y se sorprendió al escuchar esas osadas y sinceras palabras de la vulgar Catica, y Patricia sintió ponerse chiquita de la pena y nuevamente le dio un codazo a su indecorosa hermanita, esta vez más fuerte que el codazo de antes.
PATRICIA: ¡Mi hermana quiere decir que está muy contenta de conocerte, amigo!
PEPE: ¡Paty, pensé que habías quedado en venir tu no más! ¡Pero ha sido una agradable sorpresa conocer a tu hermosísima hermana! ¡Ella es súper preciosa y amigable!
El hombre dijo eso sentándose cerca de la pícara Catalina y acariciándole una pierna con total descaro.
CATALINA: Jejeje… ¡Gracias, Papito! ¡Muy amable! Jejeje… ¡Llegamos puntualmente ¿no?!
PEPE: Jejejejeje… ¡Exacto! ¡Son extremadamente puntuales!… Jejeje… ¡Es muy raro que alguien hoy en día lo sea!
CATALINA: ¡Yo soy muy puta! ¡Digo, yo soy muy puntual!… Jejeje…
La atrevida Catalina dejó su bolso a su lado sobre el sillón, y de un momento a otro, dio un enérgico salto y muy contenta se le sentó en las piernas a Pepe.
Patricia y ni siquiera el mismo Pepe podían creer la osadía de la mujer.
CATALINA: ¡Soy muy puntual en todo! ¡Sobre todo a la hora de culear, papasote rico!
Cata hizo unos movimientos imitando una penetración sobre Pepe. Este le agarró las tetas con toda la confianza del mundo.
PEPE: ¡Paty ya me comentó sobre tu problemita con ese terrible espíritu de puterío que te posee y te domina, mamasota rica! ¡Yo te puedo hacer la liberación!
Paty se puso una mano en la frente, estaba muy avergonzada con lo que estaba diciendo y haciendo su descarada hermana.
CATALINA: ¡¿Ah sí?!… ¡¿Me vas a liberar con tu pipí? papito!
PEPE: ¡En eso estaba pensando, perrita! ¡Tengo el don de liberar putitas como tú con mi buena vergota!
CATALINA: ¡Quiero ver eso, pijudo!… ¡Empieza por besarme, mi machote!…
La religiosa esposa de William estaba altamente nerviosa, lo que estaba escuchando de boca de Pepe y sobre todo de la de su inmoral y profana hermana la tenían extremadamente tensa, además, al ingresar a ese desordenado y desaseado apartamento volvió a recordar todo lo que había sucedido ahí hacía tan solo algunas horas, y haber traído a la puta de su hermana, por lo visto, estaba empeorando todo.
La audaz Catica se besó impúdicamente de lengua con el morboso hombre, mientras este le apretaba y le restregaba las tetas sobre su vestidito.
Paty, para desviar la atención de lo que estaban haciendo Pepe y su hermana, sacó de su bolso la sexy ropita que Pepe le había prestado y se la devolvió al hombre dándole las gracias. La ropita ya estaba lavada, planchada y doblada.
PATRICIA: ¡Muchas gracias Pepito por haberme prestado estas prendas! ¡Menos mal mi marido no se dio cuenta de nada!
Cata y Pepe separaron sus labios y el depravado le respondió a Patico:
PEPE: ¡No hay de qué, hermanita Paty! ¡Se necesita ser muy imbécil en la vida para no darse cuenta de las tremendas manchotas de semen que tenía este vestidito ni de la transparencia de la blusita!… Jejejeje… ¡Ahora sí huele a limpia esta ropita! ¡Estas prendas le pertenecieron a una putita cochina y vulgar que conocí y que follé hace un tiempo!
CATALINA: ¡¿A una putita como yo? mi amor!… ¡¿O a una menos putita que yo?!…
PEPE: Jajajaja… ¡Entiendo, perrita, eres toda una putita!… ¡La otra era una callejera! ¡Pero por lo que me doy de cuenta era menos puta que tú! ¡Por supuesto!… Jejeje…
CATALINA: ¡Sí! ¡Yo soy bien putita! ¡¿Te lo puedo chupar ya? mi amor! ¡¿Qué más esperamos?!… ¡Libérame de este mal espíritu de putería que me domina! ¡Dame pipí!…
Patricia, muy alterada, intentó cambiar la conversación hablando en voz alta.
PATRICIA: ¡Pepe!… ¡Serías tan amable de devolverme el otro bolso que olvidé aquí anoche con mis cosas y mis zapatillas?! ¡Es que tengo que irme rápido!
PEPE: ¡¿Eh?!… ¡¿Te tienes que ir ya?! ¡¿Se lo vas a ir a chupar a otro?!
CATALINA: ¡No te levantes, Pepito! ¡En realidad no tenemos afán! ¡Paty es muy bobita y apagada! ¡En verdad nos podemos quedar haciéndote la visita por mucho más rato! ¡Mira esto!
Cata estiró su brazo y de su bolso sacó el Six Pack que su esposo le envió a Pepe.
CATALINA: ¡Mi esposo Miguel te envió este regalito para que hagamos fiestecita!
PEPE: ¡Wow! ¡¿Tu esposo?!
CATALINA: ¡Mi esposo es un morboso! ¡Le gusta que se follen a la puta de su mujercita!
PEPE: ¡Wow!… ¡Unas frías!… Jejejeje… ¡Qué bien!… ¡Abrámoslas de una vez!… ¡Muy generoso tu esposo, Catica! ¡Él debe ser todo un bacán!…
CATALINA: ¡Es que él quiere que me folles y que me lo claves hasta por el culo, mi amor!
Catalina se movió sobre Pepe restregándole de forma sumamente descarada todo su buen culazo en el gran paquete de su bragueta.
Patricia, tosió fuerte a propósito, para tapar lo que su estúpida hermanita estaba diciendo y haciendo.
PATRICIA: ¡Catalina! ¡Nos tenemos que ir!…
CATALINA: ¡No seas aguafiestas! ¡Tú bien sabes que nos podemos quedar mucho más tiempo!…
Catalina besó nuevamente en la boca a Pepe, y este siguió con su toqueteo a sus buenas tetazas, las cuales ya solo eran “tapadas” por su transparente y descarado brasier, pues el escote de su ínfimo y vulgar vestidito se había abierto totalmente.
Ya sudando de la vergüenza, de la ira y del temor, Paty abrió su cerveza muy duro y se regó una buena parte en el piso.
Ella se levantó de su silla y se agachó en el piso haciendo el simulacro de limpiar con un pañuelo la cerveza derramada y aprovechando eso le dio un buen pellizco en un muslo a su sinvergüenza hermana y, subiendo el tono de su estricta voz, dijo:
PATRICIA: ¡Ay!… ¡Pero qué tonta! ¡Tengo que limpiar el piso!
PEPE: ¡Déjalo así, hermanita de la fe! ¡No te preocupes!…
PATRICIA: ¡Qué vergüenza!…
Patricia se levantó del piso y nuevamente se sentó en la silla.
Mientras Pepe abría y quitaba el vestidito de la vulgar Cata con una mano, dejando a la vista su transparente brasier y su pequeñísima tanguita, con la otra agarraba la lata y bebía su rica cerveza.
El hombre, dejó su cerveza a un lado e inició un fuerte tocamiento, sobre el brasier, de esas lindas tetotas con una de sus inquietas manos y con la otra le frotaba la raja sobre la pequeñísima tanguita, y Patricia prefería ni mirar.
PEPE: ¡Qué lindo brasier, mi Cata!
CATALINA: ¡Mi marido me escogió la ropa interior especialmente para que me la veas, bizcocho!
El vestido de Catalina estaba tirado en el sucio suelo, y Pepe, mirándole los calzones mientras le tocaba las tetas con una mano sobre el brasier, afirmó:
PEPE: ¡Se nota que tu maridito es una chimba, perrita!… Jejeje… ¡También me gustan mucho tus cucos!
La puta de la Cata, mirando morbosamente a Pepe, dijo:
CATALINA: ¡Papasote hermoso, también te trajimos este regalito!
PEPE: ¡Oh! ¡¿Un regalito para mí? mamasota! ¡¿Otro más?!
CATALINA: ¡Pero este es de parte de Paty y mía!…
PATRICIA: ¡¿Qué?!…
Pepe quedó sorprendido, y Patricia, la cual no sabía de ese regalo, quedó extrañada.
CATALINA: ¡Ábrelo! ¡Mi Sansón!…
El sujeto lo abrió y resulta que el regalo era un gigantesco pene de látex vibrador de múltiples velocidades.
CATALINA: ¡Para que lo uses con tus mujercillas y tus putillas!… Jejeje…
PATRICIA: ¡Señor Jesucristo y todos sus ángeles!… ¡Dios bendito!… ¡Qué diablos es esa cosa!…
PEPE: ¡Ángeles, arcángeles y querubines!… Jejejeje… ¡Está súper!…
CATALINA: ¡Vamos, quiero que lo pruebes con nosotras! ¡¿Dónde está tu camita?! ¡Llévanos a tu dormitorio y nos clavas con tu cosota y con esta máquinota!
PATRICIA: ¡Dios!… ¡Bendito Señor!… ¡Pero qué estás diciendo, Cata!… ¡Señor Jesús, líbranos de todo mal!… ¡Catalina, reacciona, pendiola! ¡Ya es muy tarde! ¡Tenemos que irnos!…
CATALINA: ¡Hermana, no seas arcaica ni retrograda! ¡Estamos en pleno siglo XXI! ¡Ahora es costumbre follar espontáneamente! ¡¿Es así? o ¿no es así? mi Pepito papasote!…
PEPE: ¡Te veo muy garosa, zorrita! ¡Trae esas cervezas y les meto este vibrador y mi vergota a las dos hasta por el puto culo en mi cuarto, zorrita!
PATRICIA: ¡No!… ¡Cata, nos vamos ya de aquí!
CATALINA: ¡Pero si acabamos de llegar… tonta!
PATRICIA: ¡Ya no voy a tolerar más esto! ¡Es una cochinada!… ¡Ponte tu vestido que tenemos que coger el taxi!
Patricia, muy enojada, recogió el vestido de Catalina, agarró a su hermanita menor de una mano y la jaló haciendo que esta se levantase de las piernas de Pepe. Catalina, con fuerza, jaló su mano y se soltó con ira.
CATALINA: ¡No!… ¡Cómo se te ocurre! ¡Ningún nos vamos!… ¡Yo puedo ser tu hermana menor, pero desde hace muchos años soy una adulta! ¡Quiero quedarme y gozar con Pepito y su gran pipí!
Patricia quedó perpleja. Cata le sonrió y añadió:
CATALINA: Jejeje… ¡Vamos, Paty! ¡No seas tonta! ¡Yo sé que tú estás que te mueres por volver a follar aquí con el Pepito, perrita! ¡Te propongo que hagamos un excitante trío!…
PATRICIA: ¡Esto no puede ser! ¡No- puede- ser!…
PEPE: ¡Vamos a mi piecita, mi Paty! ¡No te hagas de rogar! ¡Anoche estabas bien sexosa, hermanita en Cristo! ¡Yo sé que eres tan puta como tu hermana la Cata!… Jejeje… ¡Tu hermana es bien putita, ella sabe lo que es bueno ¿no? Catica!… Jajaja…
CATALINA: ¡Claro que sí, mi Pepe hermoso! ¡Soy bien putita! ¡Me gusta ser bien perra! ¡Yo sí me gozo la vida! ¡No soy nadita amargada como otras anticuadas que solo se la quieren pasar de esclavas de su esposo y de sus hijitas!
El vainazo para Patricia fue completamente evidente, la chica, sacó de su cartera la caja de condones que le dio su marido y se lo entregó a Pepe.
PATRICIA: ¡Los condones se hicieron para que nos podamos divertir sin problemas!… Jejejeje…
PEPE: ¡Wow!… ¡Es que esta perra viene preparada y todo!… ¡Juemadre!… ¡Me encantas, mujerzuela! ¡Me estás gustando más que la Puty, digo, la Paty!
PATRICIA: ¡Sabiamente mi marido me dio estos condones para que viniera a divertirme sin ningún problema contigo, Pepito hermoso!…
PEPE: ¡No me cansaré de decirlo, putita! ¡Tu maridito es un bacán!…
La pendeja de la Paty estaba a punto de llorar viendo lo puta que era su hermana.
CATALINA: ¡Ay!… ¡Todavía estoy muy caliente! ¡Hace mucho calor! ¡Me voy a desnudar!…
PATRICIA: ¡No lo hagas, Catalina!… ¡Pepe, dame mis cosas que me voy!…
CATALINA: ¡Tú no te vas de aquí sin mí!…
Ante la angustiada mirada de Paty, Catalina se quitó su brasier y su tanga y se la los tiró a Pepe por la cara, el hombre los agarró y los olió, y la tetona quedó totalmente desnuda.
PEPE: ¡Deliciosos!… ¡Ohh!… ¡Ricos tus cucos y tu brasier!… ¡Me encantan, putita! ¡Pero me fascinan aún más tus tetas, tu chocha y tu culazo!…
A Paty casi le da un infarto ver a su puta hermanita desnuda, solo con las botas rojas puestas, ofreciéndosele al corrompido Pepe, su mismísimo violador.
Pepe se agachó y miró desde muy cerca y con gran detenimiento ese buen par de tetazas y esa severa panochota de la sinvergüenza de la Cata.
PEPE: ¡Qué ricura de puta! ¡Qué tetazas y qué chochota!…
CATALINA: ¡Y son todas tuyas, cariño!
Catalina lucía sus botas largas, rojas, brillantes y de tacón alto.
La atrevida hermanita de Paty se dio la vuelta y contenta y agitando su excitante culazo se lo mostró a ese vil hombre. El hampón le dio un fuerte lengüetazo por toda la raya del culo.
PEPE: ¡Mmmm!… ¡Wow!… ¡Pero recontra wow!… ¡Qué culazo tan suculento!…
Pepe no dudó en agarrar y sobar las nalgotas de la deseada y putísima Catalina.
PEPE: ¡Están soberbias tus nalgotas, perra!
CATALINA: ¡¿Te parece? mi vida!
PEPE: ¡Sí!… ¡Mi puta!…
El morboso Pepe, paso sus dedos por entre la raya del culo de la osada Catalina y de una buena vez se atrevió a meterle un dedo en el ano.
Catalina al sentir su culote invadido dio un pequeño saltico como acto reflejo, y rio un poco.
PEPE: ¡Tu culazo está como para darle verga toda la noche, puta!
CATALINA: Jejejeje… ¡Basta de charlas! ¡Quiero verga ya!… ¡Llévanos a tu cuarto!
PATRICIA: ¡Pero qué rayos estás haciendo y diciendo, Catalina del Pilar! ¡Vístete y vámonos de aquí! ¡Fue un error haber venido y mucho más haberlo hecho contigo!
CATALINA: ¡Cállate, perra, que me estás comenzando a estresar!
PEPE: ¡Vamos a la cama, par de prostitutas!
CATALINA: ¡Si, vamos a la camita, mi amor!… Jejeje…
PATRICIA: ¡Y tú, Pepe!… ¡Me engañaste! ¡Eres un malvado!… ¡Me dijiste que íbamos a tocar guitarra, a alabar al Señor y a orar! ¡Por lo visto ni siquiera existe tu tal hermana Olivia!…
PEPE: ¡No te engañé!… ¡Bien, me rogaste para que te hiciera una liberación, y me pediste que también se la hiciera a la puta de tu hermanita que está poseída por el inmundo espíritu del puterío!… Jejeje… ¡Y precisamente les voy a hacer su liberación con este instrumento y mi vergota!…
PATRICIA: ¡Eres un pervertido!… ¡Un falso evangélico y un engañador! ¡Te odio!…
PEPE: ¡Te recuerdo, perra, que tú fuiste la que me engañaste! ¡Dijiste que ibas a venir solita! ¡Ahora aprovecho que trajiste a la putita de tu hermanita para hacerle esa liberación a punta de la fe de la verga!… Jajajaja…
CATALINA: ¡Ya, mi follador, no le hagas caso a esa tonta, ella lo que está es celosa! ¡Mejor dime dónde queda tu cuarto!… ¡Quiero que me enciendas y me levantes a punta de rica vergota!
Pepe, muy animado y estirando sus labios, le indico a Catalina cuál era la puerta de su dormitorio.
PEPE: ¡Mira, es allí! ¡Ese es mi cuarto, Catica!…
Pepe agarró de las manos a las dos acuerpadas mujeres y las quiso llevar a su cuarto.
Cata, desnuda y portando solo sus largas botas, iba muy feliz y contoneaba su cuerpazo, pero al ver que Paty no se dejaba llevar, se soltó de la mano de Pepe y le ayudó a arrastrar a su asustada hermana.
La puta de la Cata, en una mano, llevaba su cerveza y, con la otra, arrastraba a Paty al dormitorio del cerdo del Pepe.
Paty oponía férrea resistencia.
Finalmente, con la ayuda de Cata, los tres ingresaron a ese cochino dormitorio y cerraron la puerta con llave.
Pepe tenía la cama sin tender, estaba tal cual había quedado en la madrugada cuando le tocó sacar a la fuerza a Patricia, y aun tenía los fluidos derramados por él y la señora la noche anterior.
También estaba la cámara que Pepe había ubicado para filmar la follada con Patricia.
Entre risas pendejas, bromas de mal gusto y necias palabras, Cata y Pepe, le empezaron a quitar la larga falda de evangélica, los zapatos, las pantimedias y los cucos a la asustada y confundida Paty.
La señora ya no se siguió resistiendo tanto, estaba dando todo por perdido.
Paty estaba destrozada al ver el actuar de su hermanita querida, y empezó a llorar de la impotencia poniéndose las palmas de sus manos sobre su rostro.
La mujercita de William, sin decir nada, por fin se estaba dejando quitar todas sus prendas, para ella era terrible ver que su propia hermana le estaba colaborando tan fácilmente a ese individuo para que la volviera a violar y eso la tenía desecha.
CATALINA: ¡Vamos hermanita, no estés triste! ¡Tú misma me dijiste que tenías ganas de volver a follar con el Pepe! ¡Deberías alegrarte que te estoy ayudando a conseguirlo, tontita!
PEPE: ¡¿Eso te dijo esta puta? Catica!
CATALINA: ¡Sí, mi amor! ¡Eso me dijo! ¡Que quería volverte a ver para que la siguieras follando! ¡A mi hermana le gustó mucho todo lo que le hiciste anoche!
PEPE: ¡Vaya perra tan mañosa!… ¡Y yo que pensaba que era digna hija de Dios!… ¡Qué decepción!… Jejeje…
CATALINA: ¡Así es! ¡Mi hermana, aunque sea evangélica, a veces se porta muy puta! ¡Llevaba un buen tiempo en que ella no puteaba! ¡Pero ahora, a la muy puta, le encantó que la hubieras violado!
Paty retiró sus manos de su rostro y miró con rabia a su hermanita menor al escuchar que le dijo “puta”.
PEPE: Jajajaja… ¡Fue delicioso todo lo que hicimos!
CATALINA: ¡La violaste rico ¿no? so picarón!
PEPE: ¡En efecto! ¡Le di bien rico por este espectacular culazo!…
El detestable hombre, al decir eso, le dio una fuerte palmada en el culo a la estática Paty.
CATALINA: ¡Qué lindo!… ¡Me encantan los violadores como tú!
PEPE: ¡Yo violo a las putas que quiero! ¡A tu hermana la quise desde que la vi y la violé bien rico! ¡A la puta le encantó! ¡La muy perra no se quería ir de esta cama porque deseaba que la siguiera follando! ¡Me tocó echarla a la calle a la fuerza! ¡Todos los vecinos se dieron cuenta de ello!…
CATALINA: ¡Wow!… ¡Pepe!… ¡No sabía eso!… Jejeje… ¡Muy interesante!…
PEPE: ¡Es una perra! ¡No tiene perdón de Dios!… Jejejeje…
CATALINA: ¡Pepe!… ¡A mí me gusta drogarme para tener buen sexo!… ¡¿Tienes alguna droga para aumentar la lívido?! ¡Tengo ganas de probarla! ¡Quiero follar por horas!…
PEPE: ¡Estás de buenas! ¡Yo tengo!… ¡Ve acabando de desnudar a la perra! ¡Ya te traigo la sustancia!
Cata terminó de dejar a Patricia en bola. Paty quedó sentada en la alfombra del piso, tenía sus manos cerradas restregándose las lágrimas de sus ojos.
PEPE: ¡¿Quieres perica o de esta otra sustancia?!
CATALINA: ¡Pásame de las dos! ¡Lo que quiero es tener muchas ganas, pero muchísimas ganas de culear hoy toda la tarde y toda la noche!
El hombre le entregó a la arrecha Catica unos gramos de coca y una sustancia extraña, la misma que le dio a beber a escondidas a Patricia el día anterior. Cata observó esa sustancia y el sujeto dijo:
PEPE: ¡Bien, preparemos esto!… ¡Ésta va en la cerveza!… Jejeje… ¡Y esta otra es para esnifar!
CATALINA: ¡Qué rico!…
Cata hizo unas rayitas y las esnifó junto a Pepe, y tomó en su mano la otra sustancia que le dio el hombre.
La profana Catica miró a su evangélica hermana, la cual permanecía desnuda sentada en el piso con sus manos sobre su rostro, al parecer le estaba orando a Dios para que la librara de Pepe y de las acechanzas del diablo, y le dijo:
CATALINA: ¡Paty ¿ya probaste esta sustancia?! ¡Es buena, te hará volar!…
PEPE: ¡Ella ya la probó ayer!
CATALINA: ¡¿En serio?!
Pepe, sin saber que Cata le estaba sacando la verdad de lo que hizo el día anterior, se acercó a su oído confiado en la complicidad de ella, y le confesó:
PEPE: ¡Que sea nuestro secretito, amorcito! ¡Yo le suministre esta sustancia a la puta anoche y se puso como una moto de caliente la malparida! ¡Tú también te pondrás tan potente como ella lo estuvo! ¡Échate esta cantidad!…
El malvado hombre le indicó a la Catica qué cantidad de esa rara sustancia debía consumir y ella manifestó:
CATALINA: ¡Qué rico! ¡Qué bien, bizcocho! ¡Yo también quiero! ¡Voy a ponerla en mi cerveza!
PEPE: ¡Muy bien!… Jejejeje… ¡Así querrás que te lo meta hasta por los ojos, mujerzuela maniática!… Jajaja
CATALINA: ¡Mira a la puta de mi hermana! ¡Quiere que le toques las tetas!… ¡Ve y agárraselas mientras bebo esto!
Pepe, muy confiado, le hizo caso a Catalina, y fue a tratar de besar y de agarrarle las tetas, el culo y la chocha a Paty, quien gritaba fuertemente, y, forcejeando, trataba de soltarse de las infames manazas del aprovechado pervertido.
El muy idiota, siendo víctima de su exceso de confianza en Catalina, de su terrible arrechera y de su gran estupidez, se había delatado solito, le confesó a Cata que él había violado a su hermana usando esa sustancia para aumentarle en gran manera el deseo sexual y para dejarla muy confundida y dominada.
Cata, sin que Pepe se diera cuenta, puso unas gotas de esa extraña sustancia únicamente en la cerveza que él estaba tomando y la acompañó de otra sustancia extraña que ella se sacó de una de sus botas.
Catalina pensó:
CATALINA: Jejejeje… ¡Para algo tiene que servir lo que aprendí en enfermería y en esos semestres de ingeniería química que hice! ¡Ya vas a ver, desgraciado! ¡Tú mismo confesaste que le echaste esto mismo a mi hermana anoche y la violaste, malparido! ¡Te aprovechaste de ella! ¡Pero con lo que no cuentas es que soy una hija de puta muy inteligente! ¡Te voy a dar un trago de tu propia medicina, papasito lindo!…
CONTINUARÁ…
ESCRITO POR SIREMIS.
FE DE ERRATAS:
Las siguientes palabras las dijo Catalina y no Patricia como quedó en el relato:
«¡Sabiamente mi marido me dio estos condones para que viniera a divertirme sin ningún problema contigo, Pepito hermoso!…»
Aunque no se quiera y se revise varias veces se va publicado involuntariamente uno que otro error, espero que me disculpen y por favor me hagan saber qué otros errores hay en los escritos.
Muchas gracias.