Una foranea en CDMX II

Segundo relato contando mis experiencias universitarias..
Bueno, creo que sí te gusto mi relato, así que te traigo uno más, espero que lo votes y también me dejes tus comentarios, te lo agradecería mucho, besitos!!

Bueno, ya era marzo del 2015, aún no tenía novio pero no me hacía falta, tenía a mis roomies que para ese entonces ya eran mis amantes por derecho. Diego de 24 y Martin de 25, eran los encargados de hacerme gemir, no eran de mi carrera, pero cada que había oportunidad cogíamos.

Aquí va, mi primer trío.

Como dije, ya era marzo del 2015, ya estaba en segundo semestre de mi carrera, para ese momento mi vida sexual era increíble, aunque no tenía muchas parejas sexuales, si tenía sexo de forma constante y además, ya empezaba a experimentar, masturbación mutua, un poco de voyeur y algo de exhibicionismo, recuerdo que una noche de jueves, regresé de clases algo atormentada por culpa de un maestro, así que apenas entre a mi habitación, me tendí a llorar por impotencia, una es vulnerable en esos casos, así que después de unos mensajes de WhatsApp, Diego bajo conmigo, su intento por consolarme, termino en una buena chupada de vulva, me corrí, llene su boca con mi jugos y cuando creí que sería todo, llegó Martin, tocó la puerta y paso como si nada, me vio con la parte inferior de mi cuerpo desnudo, y Diego con una erección

Martin: llegué en buen momento

Kitty: Ay, al menos hubieras esperado a que te dijera adelante

Diego: efectivamente amigo, llegaste en buen momento.

En ese momento, Diego se puso de pie, se quito toda la ropa e insto a Martin a hacer lo mismo. Con ambos desnudos, yo quedé petrificada, no tenía intención alguna de tener relaciones en ese momento, pero ellos ya estaban buscando la forma de desnudarme por completo, no crean que miento, de verdad no quería coger, Martin se fue sobre mi, me aventó a la cama y se sentó encima, comenzamos a forcejear, me sometía al tiempo que quitaba mi suéter, blusa y sostén, como podía intentaba evitarlo, pero fue en vano, Diego se unió y me tomo de las manos, puso su pene erecto sobre mi cara al tiempo que Martin lograba quitar mi ropa, una vez que estuve completamente desnuda, Diego forzó su pene en mi boca, Martin chupaba mis tetas, y yo usando toda mi fuerza trataba de detenerlos a ambos, un esfuerzo inútil, pues ambos eran más grandes y obvio más fuertes que yo.

M: Copera mujer, veras que te va a gustar

Me dijo mientras intentaba penetrarme. Diego no soltaba mis brazos, ya tenía su pene en mi boca, y comenzaba a darme como si fuera mi coño el que penetraba.

D: te va a gustar putita, esto es lo que buscas…

Entre ambos, lograron darme la vuelta y dejarme boca abajo, Martin me jaló a la orilla de la cama, y así en esa posición comenzó a pentrarme, yo grite, lo juro, pero al parecer o nadie lo noto, o todos en ese piso pensaron que eran gritos de placer, pues nadie atendió mis súplicas. Al tiempo que Martin penetraba ví vulva, jalaba mi cabello para levantar mi cara, Diego, por su parte habia aprisionado mis brazos con sus piernas y metía su verga erecta en mi boca, yo por mientras, comenzaba a llorar y a experimentar un rara sensación entre placer y desagrado, sentir como me era obligada a tener sexo con ambos al mismo tiempo era de una forma muy extraña un tanto placentera y al mismo tiempo muy desagradable. Así estuvimos por quien sabe cuánto tiempo, Martin fue el primero en venirse, eyaculo sobre mi espalda y siguió penetrandome con sus dedos.

D: me toca, quiero darle bien duro.

Para ese momento ya me había quedado sin fuerza, así que solo me dieron la vuelta, cambiaron de lugar y ahora era Diego quien comenzaba a follarme, Martin se acomodo y metió su miembro flácido en mi boca, el sabor de mis jugos y su esperma no era algo nuevo, pero la situación si, Diego alzó mis piernas y comenzó a cogerme con fuerza, hacía que mis tetas rebotaran y de vez en vez bajaba a chuparlas, Diego comenzó a masturbarse y pronto tenía su verga dura de nuevo, yo, estaba comenzando a resignarme y aunque no era lo que buscaba en un inicio, me ví invadida de lujuria así que de la nada comencé a gemir.

M: ¿Ves? Te dije que te iba a gustar

D: Lo disfrutas mucho mami, me encanta como gimes, y tus tetas ufff…

Me empezó a penetrar con más fuerza y yo comencé a gemir como loca, el desagrado que había experimentado hacia apenas unos minutos, se convirtió en auténtico placer.

Cuando los tres entramos en sintonía, la situación se volvió mucho más caliente, puse mi atención en la verga dura que tenía en mi cara, comencé a masturbar y mamar como loca, mientras el pedazo de carne entre mis piernas arrancaba mis gemidos, que apuesto que todo el edificio escuchaba. En un momento, Diego comenzó a gemir, se estaba viniendo, justo dentro de mi, y aunque no era lo que buscaba, no me importo, lo deje hacerlo, dejar toda su leche caliente dentro de mi vagina. Apenas terminó, se quito de ahí, pude sentarme en la orilla de la cama y ambos acercaron sus vergas, limpie cada gota del semen de Diego alrededor de su pene, y mame la verga de Martin como desquiciada, ambos estaban muy calientes aún y fue en ese momento cuando decidieron ir más allá.

Martin me jaló del cabello con fuerza, tanta que me hizo gritar de dolor, Diego se acostó y me hicieron sentar sobre el, su pene estaba recuperando su firmeza y era obvio que apenas íbamos comenzando.

Cuando estaba sobre mi amante, Martin se puso detrás de mi, seré sincera, no sabía que planeaba, pero lo deje ahí, mientras uno comenzaba a jugar con mis tetas, el otro jugaba con mi vulva, en un instante, solo senti como Diego estaba dentro de mi de nuevo, comenzaba a moverme para sentirlo bien, cuando Martin me empujó, levantando mi cola sin sacar la verga de Diego, abrió bien mis nalgas y escupió en mi ano, ensalivo su verga y comenzó a intentar penetrarme analmente, Diego me sujeto con fuerza, y Martin comenzó a empujar su trozo en ese pequeño agujero detrás mío, comencé a moverme pero era imposible safarme, de nuevo me tenían dónde y como querían, el dolor era mucho, de nuevo comencé a gritar y de igual forma, nadie hizo caso, apenas entraba la punta de Martin, y yo sentía que me estaba rompiendo.

M: ¡Cállate! Deja de gritar parece que te estuvieran matando, y lo único es que vas a recibir la verga de un hombre.

Jalo mi cabello con fuerza y Diego metía sus dedos en mi boca para intentar silenciarme, ya no era la punta del pene lo que entraba, si no el tronco completo, era una sensación increíblenente dolorosa, aderezada con un placer apenas. Cuando por fin estuvo dentro de mi, paro unos segundos, momento que Diego aprovecho para volver a penetrarme, era raro, sentir mi ano destrozado y dolorido y mi vulva aprisionando una verga que la llenaba de placer, una, dos, tres penetraciones de Diego y Martin comenzó con lo suyo, empezó a bombear mi ano como loco, lo mismo que Diego, el dolor y placer me hacían gemir y gritar, ninguno paraba, yo comencé a llorar, les pedía que paracen, ninguno lo hizo, después de unos minutos el dolor dejo estar, y comenzó una de las sensaciones más deliciosas que he tenido, mi ano por.fin se había habituado a tener algo dentro, de nueva cuenta está disfrutando, otra vez comencé a gemir, me dieron en varias posiciones, siempre por ambos lados, después de varios minutos, por fin llego mi orgasmo, mi ano y vagina comenzaron a apretar, y un chorro salió de mi entrepierna, me sentía rendida, un poco adolorida, muy cansada pero muy satisfecha, apenas unos segundos después, Diego y Martin comenzaron a correrse dentro de mi, llenaron ambos agujeritos de su leche que apenas salió de mis cavidades, comenzó a amezclarse. Martin se acostó a un lado,mientras yo quedé encima de Diego, con su pene flcido dentro de mi aún. No sé cuánto tiempo habrá pasado, pero no dormimos un rato así. Cuando me desperté, ya estaba sola, desnuda y destapada sobre mi cama, rápido tome mi toalla y salí corriendo a las regaderas para bañarme, bajo el chorro del agua, comencé a lavarme, pude sentir aún algo de semen salir de mi, lave tanto como pude y en esas, note algo de sangre salir de mi cola, mucho más brusco de lo que había hecho alguna vez antes.

A la mañana siguiente, subí al piso de arriba, buscando a alguno de los dos, sorprendida, los encontré a ambos pláticando de la noche anterior, cínicamente me contaron que habían planeado todo, que había tiempo querían cogerme entre los dos y que su plan había salido, por un momento pense en tomar acciones, pero, por alguna razón no lo hice, les conté de la sangre, y dijeron que era normal, fuimos a la farmacia por una postday, y un par de gasas y artículos de botiquín, fuimos a mi cuarto en dónde volví a desnudarme y abrír mis nalgas de frente a ellos, pero está vez para ver qué no hubiera alguna herida, por fortuna no había nada. Les hice un oral a ambos y se fueron.

Y así fue mi primer trío, y la primera vez que tuve sexo anal.

Espero que este relato también te guste, que lo califiques y me dejes tus comentarios y sugerencias, creeme que es algo que valoro mucho.

Besitos!!