Una foranea en CDMX IV (parte ll)
Continuamos con el relato anterior..
Hola, perdón por tardar tanto en escribirte esta continuación, es que estoy bastante ocupada últimamente, pero aquí ando de vuelta.
Creo que sí fue muy obvio de quién se trataba mi relato anterior, es mi hermano menor, como te dije, el amor filial es algo muy mal visto, especialmente en México y más aún en los pueblos como el mío. En fin, ahora voy a contarte cómo fue nuestro reencuentro después de un par de años en los que estuvimos separados.
Pues bien, ya era 2016, yo estaba iniciando el 5to semestre de mi carrera, y mi hermano estaba iniciando la suya, se quedó en la misma facultad que yo, y como era obvio, llegó a la misma residencia que yo, pero en otro piso, como sea, al principio una pensaría que apenas nos quedáramos solos, nos daríamos un encerron y nos dedicaríamos a coger día y noche, extrañamente no fue así, aunque nos veíamos diario, nunca pasó nada más allá de unos besos y toqueteos, un mes casi sin hacernos nada, tiempo en el cual yo me dedique a acostarme con otros chicos y el a conocer chicas nuevas, para el fue un despertar sexual muy fuerte, recuerdo que cuando intentaba ir con el, siempre estaba encerrado con alguien, ya ni tocar la puerta podía pues ya desde el inicio del pasillo escuchaba a mi hermanito cogiendo con alguien, así que me dispuse a lo mismo, en fin, dejemos las vueltas y vamos al grano.
Ya eran inicios del segundo parcial, yo ya tenía horario de residente, pues entraba en la mañana y salía hasta la última clase del día, no se veía tan fácil poder estar juntos, ya que el, apenas salía de sus clases se iba con alguna chica o al gimnasio o cualquier actividad, mientras yo me quedaba en la facultad buscando que hacer, o simplemente en clase.
Recuerdo bien que un viernes me encontraba bastante fastidiada, había sido un mal día por varias razones, así que decidí no entrar a la última clase, tome mis cosas y salí de la facultad con destino a la residencia, en el camino ví a algunas parejitas de la universidad, era viernes y obviamente se iban a algún lugar a beber y muy seguramente después a coger, admito que me dió envidia, pues además del pésimo día que tuve, no tenía con quien pasar la noche, y básicamente me estaba resignando a llegar, cenar, ver algo de porno y masturbarme, y sí, apenas entre, abrí el refri y ví un tazón con comida, lo tome, subí a mi cuarto y me dispuse a ver cualquier cosa en mi pc, dio la media noche y resignada, apague todo y me metí bajo las cobijas, no habrá pasado ni media hora, cuando tocaron a mi puerta, no tenía ya ganas de nada, pero ante la insistencia decidí abrir, sorpresa era mi hermano, un poco ebrio al parecer, se pasó, platícamos un rato y después se acomodo en mi cama, no había señales de que pasaría algo más, así que me acomode y nos dispusimos a dormir, mi cama es de una plaza, así que apenas si cabiamos, además, el grosor de las cobijas hizo que nos diera mucho calor, así que terminamos quitándonos la ropa, y así desnudos pasamos la noche.
A la mañana siguiente, no había nada que hacer, así que ninguno se levantó, y alrededor de medio día, un movimiento me despertó, podía sentir como la cama se movía de forma constante, además del sonido de tela frotandose, efectivamente, era mi hermano masturbándose, detrás de mi y al parecer usando mis nalgas como inspiración; no dije nada, estar ahí, escuchando su respiración agitada, la tela y el colchón con vaivén, hicieron que me comenzará a mojarme, no hice nada, quería saber si el egoísta de mi hermano terminaría por su cuenta o si me invitaría a la pequeña fiesta entre sus piernas, como pude, comencé a tocarme, pellizque mis pezones que ya estaban durísimos, y lentamente comencé a frotar mi vulva, mi hermano seguía en lo suyo, y de pronto paso, sentí su semen caliente escurrir por mis nalgas, salpicó todo mi culito con su leche, apenas termino, comenzó a embarrarla por todas partes, yo ya estaba súper excitada y con ganas de sentirlo dentro, así que sin avisar me di la vuelta de forma rápida y en un parpadeo tome su pene aún duro.
H: te tardaste mucho
K: demasiado, no puedo creer cuánto tiempo llevas aquí y no hemos hecho nada
Mi hermano solo rio; yo comencé a masturbar lo aunque fue en vano, pues acababa de eyacular y su erección estaba bajando.
H: Lo siento mucho, ya no está presentable.
K: ya ví, tengo ganas, muchas! Ponlo duro de nuevo para tu hermanita ¿si?
H: ok, pero primero déjame saborearte
Rápido se acomodo entre mis piernas y comenzó a mamar mi vulva, metía su lengua hasta donde podía al tiempo que metía un dedo en mi colita, alternaba sus manos entre mis agujeros y mis tetas sin desatender mi panochita que ya estaba súper empapada, comenzó a succionar mi clítoris, metió un dedo, luego dos y uno más en mi ano, yo comencé a temblar de placer y terminé viniendome en su boca.
K: ya metemela, me urge sentirte
H: me encanta como me ruegas para cogerte, eres una puta
K: soy lo que quieras, pero por favor ya penetrame
Yo ya estaba como ida, quería que mi hermano me cogiera y estaba dispuesta a lo que sea con tal de que que pasara; se senti sobre mi, puso su verga erecta en mi cara, la metio en mi boca y comenzó a follarme así.
H: pendeja! No me dijiste donde querías que te penetrara así que voy a iniciar por tu boca
Ni tiempo tuve de responder, pues comenzó a bombear su pene, lo metió todo, prácticamente me estaba asfixiando con un pene en mi garganta. No duró mucho en esa posición, se bajó, y se acomodo mostrando sus huevos y su ano.
H: ven aquí Kitty, tu hermano quiere que saborees todo, ven y chupame el culo
Cómo si de un hechizo se tratase, me dirigi a obedecerlo, metí sus testículos en mi boca, escupí en su culo y comencé a comerle el orto, si bien no era la primer vez que lo hacía, no era una experta, así que hice lo mejor que pude, mientras yo hacía lo mío, el se masturbaba como loco, parecía que quería arrancarse la verga, estuvimos así un rato, mientras mi carita estaba metida entre sus nalgas, las mías se quedaron al aire.
H: mete un dedo en mi culo hermanita, anda hazlo
Hice caso, mientras le picaba el ano, comencé a chupar sus huevos, y en menos de dos minutos me lleno de semen, era tanta leche, que parecía que llevaba días sin venirse.
K: ahhhh! Es muchísima!
H: te gusta? Que linda te miras con tu carita llena de mi leche
K: sí, pero yo quiero más
H: no te preocupes, ya te doy lo tuyo
No supe cómo, pero a pesar de que recién había soltado su leche, su pene no había perdido su erección, por el contrario parecía más duro que antes, e incluso se miraba más venoso, se acomodo detras de mi, abrió mis nalgas y escupió en medio de ellas, embarro su verga y apunto justo en mi agujerito trasero, de una sola estocada lo metió, provocando en mi un grito de dolor y placer, jalo mi cabello con fuerza y comenzó el mete y saca. Después de un par de años, volver a sentirlo dentro de mi fue una sensación indescriptible, ya no era el niño con el que había aprendido a coger hacia apenas unos años, ahora era todo un hombre haciendo su perra.
Comenzó a cabalgarme con fuerza, con una mano jalaba de mi pelo con fuerza haciéndome gritar, y con la otra me daba de nalgadas con furia, el sonido de su pelvis chocando con mi trasero, mis gritos, sus gemidos y los míos, los jadeos de ambos, la escena era increíble, sentir como cada centímetro de mi hermano abria mi cola, sus manos grandes azotando mis nalgas, la sensación de mis tetas columpiándose al ritmo de sus embestidas; mi hermano menor me estaba convirtiendo en su puta personal. Debió haberme cogido así por unos 10 o 15 minutos, cuando saco su trozo de mis entrañas, para ahora apuntar a mi vulva, me tomo por la cadera y comenzó a meterlo suave, mordía mis hombros y espalda, al tiempo que yo soltaba gemidos de placer.
H: te está gustando Kitty?
K: si, no pares por favor, no dejes de cogerme sigue, sigue, sigue.
Así detrás, tomo mis tetas y me levanto con el, su verga dentro de mi, y sus labios besando mi cuello, era un cuadro hermoso, sexo apasionado. Te juro que me sentía la hembra más sexy, más puta, más perra del mundo entero. Comenzó a cogerme, más lento pero igual de firme, me hizo agachar para quedar en cuatro y seguir con lo suyo, dos minutos o quien sabe cuánto, pero terminamos explotando juntos, uno de los mejores orgasmos de mi vida, lleno mi vientre con su semen, y yo su verga con mis fluidos. Termine limpiando se pene, saboreando su jugo combinado con el mío, nos besamos, tocamos, jugamos y más por el resto del día.
Y así como te lo cuento, fue el reencuentro con mi hermano, espero que este relato te guste mucho, tanto como a mí escribirlo y recordarlo, admito que mientras lo escribía, me toque muy rico, así como espero que tú lo hagas mientras lo lees, pero también recuerda dejarme tus comentarios, recuerda que me haces mucho muy feliz con eso, así sé si te gusta y si debo seguir contandote mis aventuras y experiencias, también no olvides calificarlo, en fin, te mando muchos besitos. Bye!!
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