Una historia no contada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El relato siguiente es muy comprometedor, pero ya pasó casi un año y no pasó nada, asi que quiero compartirlo, es muy caliente.
Mi padre tiene una empresita pequeña de alquiler de yates en una playa turística en una de las playas al sur de México. Tenemos dos pequeños y uno grande para viajes de turistas. MI padre, mi hermano Alfredo y yo manejamos los yates. Es el caso que una pareja de esposos en plena luna de miel requirieron nuestros servicios, los llevamos a bucear un día viernes, la chica de unos 20 años, rubia, ojos celestes y de piel blanca, llenita, pero con cuerpo increíblemente atractivo, caderas y trasero de miedo. A mi me tocó manejarles, ella tenía un bikini rosado que por su piel blanca, se miraba como una barbie, lindísima la mujer.
Ese día ella en mal español me dijo que querían el servicio para el siguiente día, porque quería brocearse un poco en el mar adentro. Asi que reservé de nuevo el bote, que bueno que me daría otro taquito de ojo. Ellos llegaron como a las 10 a.m. como habíamos quedado, pero algo había sucedido, al parecer habían encontrado algunos otros paisanos que habían convencido al esposo de llevarlo a otro lugar que no era mar adentro, asi que decidierón que la linda barbie se quedara conmigo y que se bronceara, pero antes de irse, el esposo me hizo señas de que quería hablar conmigo, me dijo que su esposa padecía de ataques y que se quedaba desmayada varios minutos, si eso pasaba que la trajera de nuevo al muelle y me dio una dirección donde encontrarlo Yo no entendí bien todo eso, pero bueno, crei que no había posibilidades que pasara eso.
La linda chica se puso un hilo dental que en ocasiones, podía verle sus vellos púbicos rasurados, realmente era muy bella y excitante. Anclamos en alta mar y ella puso una toalla y se puso bronceador ella misma y se tendió, se puso exactamente frente a la cabina de mando, donde yo estaba. Ella me daba la espalda y sus lindas nalgas blancas y su hilito que apenas tapaba su ojete del culo me quedaban de frente. Como en el servicio ofrecemos bebidas, había pasado una hora ya el sol estaba más a estar fuerte, salí de la cabina y llegué con ella, ella tenía gafas de sol, -eyy, quieres algo de beber?- le dije. Ella no movió ni un dedo, repetí el ofrecimiento –do you want a drink?- y hubo igual respuesta, nada. Me acordé de lo que me dijo su marido y reclinándome le toqué la espalda, el hombro, la moví y nada.
Fue entonces que la voltee, ella se había desatado antes el top del traje de baño, asi que al darle vuelta me mostró todas sus tetas, blancas con pezones rosados grandes, eran bellas, de muy buen tamaño y duritas, intenté volverla de despertar, a propósito le toque sus tetas y no hubo reacción. El morbo me envolvió, tenerla allí mostrándome su lindo busto, semidesnuda y bellísima, y vulnerable. Comencé con apretarle sus senos uno por uno, sintiendo su tersa piel y la dureza de su busto, luego con los dedos le pasé encima a a sus pezones, luego se los froté e increíblemente se fueron casi erectándo. –que hago?, que hago?- me decía, si zarpar de regreso o seguir acariciando semejante hembra, antes de despertara.
-Señora!, señora!- le grité bajándo la cabeza, puse mi mejilla izquierda en su pecho para oir su corazón, y quedé entre sus bellas tetas, fue entonces que comencé a besarle la carne de sus senos, luego con la punta de la lengua le chupé los pezones varias veces y ella seguía igual, asi que tomé uno de sus senos con una mano y apretándolo lo chupé con los labios, luego pasé al otro y lo mamé también, yo ya tenía una erección enorme, como nunca. Mientras seguía mamando sus tetas, las llené de mi saliva, su pezón era una bolita entre mis labios y los apretaba, no conforme con todo lo que le hacía, deslicé una mano entre su hilo dental, ella estaba boca arriba, pude palpar su raja totalmente depilada, sus labios vaginales eran muy suaves al tacto, acaricie su clítoris que era de buen tamaño, luego mi dedo abrió y recorrió el camino entre sus labios hasta llegar a la entrada de su vagina, metí primero la puntita de mi dedo y le veía el rostro a la chica, para ver si hacía algún gesto, pero nada de nada, ella estaba como muerta.
Deslice más profundo mi dedo, a más de la mitad y luego lo saqué, repetí la operación varias veces, como haciéndole una masturbación. No cabe duda que le estimulé algo allá dentro porque luego de varias veces, mi dedo ya salía mojadito de su rajita, llevé mi dedo a mi nariz para oler su néctar íntimo y luego lo metí en mi boca para saborearlo, era algo acido y dulce, varias veces lo metí y lo saboree.
Luego de eso, me coloque de forma que le fui quitando la parte de abajo de su bikini, ohhh que hembra!, me repetía. Ella quedo desnuda totalmente. Tenía un coño de campeonato, con labios protuberantes al igual que su clítoris y por haberle metido un dedo su vagina rosadita estaba abierta como una florecita. Siempre con algo de nervios, le abri y le fui besando y lamiendo los muslos con su piel tersa, como si fuera una paleta gigante y luego subía a ver su rostro, no había reacción. Seguí besándole los muslos, luego me saltee su vulva y besé y lami su vientre plano, bajé con dirección a su vulva, sentí su vellos rasurados en mi lengua. Por fin llegué a su clítoris, el cual abracé y froté con mi lengua varias veces, luego con los dedos de ambas manos, abrí sus labios vaginales para meter allí en su rajita la puntita de mi lengua húmeda y caliente, creo que yo había mojado mi traje de baño, pero seguí comiéndome esa apetitosa fruta, intenté varias veces de meterle más que la punta de mi lengua en su vagina y en cada una recibí un poco de su néctar. Su coño estaba mojado de mi saliva.
Era enfermo lo que yo hacía, pero no podía detenerme. No conforme y ya abusando del tiempo, la voltee y quedo boca abajo, le arreglé los brazos y su cuerpo y me quedó a mi antojo sus bellas nalgas de frente, las tomé y las besé y casi las mordí de puro gusto y excitación, yo lamía y llenaba de saliva todas sus carnes, le pasaba la lengua por todos lados, luego le abrí sus nalgas con ambas manos y divisé su lindo, rosado y bello ojo del culo, no me pude contener nuevamente y lo lamí con grandes chupetes como si fuera la fruta más codiciada, después con una mano le metí un dedo primero y luego otro en su rajita y la masturbé mientras le lamía el orto, mis dedos cada vez entraban con más rapidez a su rajita, mis dedos se llenaron de sus líquidos lubricantes, al sentirlos entre mis dedos y mi lengua comiendo su culo, me corrí como un adolescente, mojé completamente mi bañador. Fue una tremenda corrida.
Cuando me recuperé de mi orgasmo, vi que aún tenía la erección casi intacta, me fui subiendo sobre el cuerpo de la chica, sobre sus nalgas, froté mi glande contra su culo y su raja y colocándolo en ésta última, de un empellón la penetré, increíblemente estaba caliente allá dentro, se la fui metiendo y me empecé a mover encima de ella metiéndosela hasta adentro de su raja, su vagina era húmeda y tersa, algo estrecha al inicio, pero poco a poco se tragaba muy bien mi verga completa, me movía con mucha locura sobre ella y por la corrida anterior, no tenía aún ganas de venirme, después la follé lento, luego duro, fuerte, luego suave y profundo, sus nalgas se bamboleaban con cada vaivén que yo le daba y sonaban contra mi cuerpo –plop!, plop!..-. En ese momento ya no me importaba nada, si despertaba o no, yo estaba en lo mío, cogiéndome semejante hembra divina y dándole todo, cuando estaba más excitado le besaba y le lamía el cuello y la espalda..
Luego de buen un rato asi , nuevamente la coloqué boca arriba como al principio, me puse entre sus piernas y la penetré de nuevo en su raja, yo le levanté ambas piernas y las puse a mis costados para estar más cómodo follándola, ahora tenía sus tetas a mi alcance y las tomé para mamarlas mientras de nuevo le daba suave y duro, por turnos. Solo tuve el cuidado de no dejarle marcadas las tetas ni ninguna parte de su cuerpo. Al rato si ya estaba llegando al límite, asi que comencé a moverme fuerte hasta que me vine, fui tan tonto, lo reconozco, que acabé adentro de su vagina, fue una cantidad enorme de leche que le eché en su coño.
Luego como si hubiera matado a alguien, me di prisa, le puse su ropa de baño y me dirigí a la playa, en el camino recordé que había terminado dentro de su rajita, agarré varios pañuelos desechables, pare el yate y le limpié la raja, por afuera y por dentro de su vagina, saqué lo que pude de mi semen, luego le eché agua fresca encima de su vulva porque la tenia colorada, eso ayudó..
Llegué a la playa y la dejé acostada en la cabina, fui a la dirección a avisarle al esposo, lo encontré tomando cervezas con sus amigos, le dije lo que pasó del desmayo, ellos llegaron y la llevaron al hotel donde se albergaban y llamaron un médico. Alli los dejé. Luego le dije a mi papá que me diera un día libre y me fui de allí, con un sentimiento de culpa grosero y me escondí con un amigo. Pero no paso nada, por eso cuento esa mi baja historia. Quiero dejar claro que no tengo ninguna patología sexual, solo lo disfruto como muchos de uds que leen estos artículos.
Al regresar a los dos días, vi todo normal, le pregunté a mi padre sobre esa pareja y me dijo que el esposo me había venido a buscar al siguiente día, -mijo no le habías cobrado y me vino a dejar la lana, además de dejó $20 de propina por hacerte cargo de la esposa- en ese momento exhalé de tranquilidad, aunque aún todo podía pasar.
Luego de casi un año de eso, créanme que lo único de lo que me arrepiento, es no habérmela cogido por el culo y haber disfrutado de ese ojete rosado que se veía y sabía delicioso, y derramarme dentro de su recto calientito, no todos los días se te presenta algo como lo que me sucedió, con una hembra de almanaque. Aún sueño por las noches y repaso cada segundo con ella allí en el yate y termino pajeándome.
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