UNA NIñA CULONCITA 5
Bañandome otra vez.
UNA NIñA CULONCITA 5
por GrandPa
Se apresuro en llegar a la cabaña; y cuando llegamos abrió la puerta y una vez adentro la cerró bien, se quitó y aventó su toalla y nos metimos directo al baño, ya en el baño me bajo de sus brazos, se agacho y sin preguntarme comenzó por quitarme mi traje con toda confianza y allí me desnudo, puso nuevamente la cámara, instaló un nuevo cassette y empezó a grabar. Me dijo:
─ Ahora mi Marcelita preciosa, nenita monta vergas te lavare con mi gran verga ese culito.
─ ¡¡¡Siiii!!! Grite emocionada.
Después abrió la llave de la regadera, el agua estaba fresca y muy rica, me dijo:
─ Quítame mi traje de baño mi amor, quiero que desnudes a tu tío y que veas su pitote que se pone así por ti, eso es muy cachondo.
Me agaché enfrente de él y comencé por meter mis deditos en los bordes de su calzón y empecé a quitarle su traje de baño que era solo ese calzón blanco, era tal morbosidad; mi tío me quito mi ropita y ahora era yo quien estaba desnudando a mi tío, su verga nuevamente estaba a reventar, después me dijo:
─ Enjabona tu adorable verga.
Así lo hice, agarré el jabón y comencé por enjabonar su verga, ahora lo hacía con más práctica, le subía mi manita de arriba abajo, mientras que con mi otra manita le agarraba sus huevos peludos; me gustaba sentir en mis manitas su grandeza, su dureza, su calor, su poder, la belleza del hongo rojo, ¡Qué vergota tiene mi tío! pensaba; de repente me dijo:
─ Ahora me toca lavar tu culito y que sientas con tus nalguitas todo el pito parado de tu tío, date la vuelta mi amor.
Me paré y le di la espalda, él se paró detrás de mí y me tomo de mis hombros, yo sentía su fierro duro en mi espaldita, me dijo:
─ Levanta tus bracitos y tomate de mi cuello, cuando te cargue pon tus piernitas hacia atrás y me abrazas mi cintura con ellas.
─ Si tío Alberto.
En cuanto se agacho sabía que el momento tan caliente y ansiado para mí por fin había llegado, yo ya estaba ansiosa de tener toda esa verga parada, caliente y dura metida entre mi colita, que me sobara riquísimo de arriba a abajo y que hiciera de mi su pequeña putita y sin dudarlo alcé mis bracitos y me tomé de su cuello, él me tomo de mi cintura y me cargó, y una vez arriba me abrazo mi vientre con un brazo y con su otra mano agarro su verga y me la acomodo entre mis nalguitas y me la fue metiendo lentamente, ¡¡¡mmmm ufffff que delicia!!! yo sentía entre mi culito todo su enorme palo que estaba caliente y tenso y mi colita se la comía gustosamente.
No entendía como era posible que yo, la niñita nalgoncita qué hace algunas horas había negado mi colita a mi vergudo tío Alberto ahora era yo misma quien le entregaba gustosa mis enormes par de nalgotas y sobre todo estaba ansiosa de tener toda la verga parada de mi tío Alberto metida entre mis enormes nalguitas.
Así siguió empujándome y metiéndome toda su verga entre mis nalguitas y cuando ya me la tenía bien metida y acomodada entre mi colita me dijo:
— ¡¡¡Viste Marcelita como tu culito se comió toda mi vergota!!! Ya abrázame con tus piernitas mi amor.
— Ssssiiii.
Entonces lo abracé con mis piernitas y cuando ya estaba bien abrazada me tomo con sus manos mi cintura y me empezó a mover, ¡¡¡Ohhhh, que delicia, que rico era entregarse voluntariamente a la enorme verga de mi tío Alberto!!! Pensaba mientras él me movía para atrás y para delante, para arriba y para abajo, ya no fue despacio como la primera vez, ya me movía muy rápido y en todo el baño se escuchaban nuestros cuerpos desnudos chocando entre si.
Después se acercaba a la cámara que la tenía estratégicamente bien acomodada, y decía:
─ ¡¡¡Me estoy masturbando con una niñita de 7 años, que delicia, esto es el cielo, miren el culo de esta niña, esta riquísimo, es suave y terso, siempre esta tibio, es durito, es una niña! ¡Vean como se le mueve el culo, miren como se desliza en mi verga, miren, vean de frente, ahora de perfil!!!
Me cargaba y me ponía en un ángulo, luego en otro, pasaban minutos en esa posición subiéndome y bajándome, después otra vez decía:
─ Miren señores que locura, siento como le palpita el ano, lo tiene delicioso, lo siento en mi verga cuando le paso la cabeza, ella lo quiere aplastar con sus nalgas, que rico me aprieta esta niña de 7 añitos, vean como mi verga le gusta a Marcelita, le encanta montarse en mi verga, ¿Verdad que te gusta Marcelita?
Entonces le respondía:
─ Si tío y siento su vergota que me soba muy rico mi culito, yo también siento bonito en mis nalguitas, así apriétamelo hasta adentro para sentirlo mejor, lo que usted me dice me hace sentir que soy bonita, me gusta sentir su cosota, su vergota como le dice tío Alberto.
Y seguía
─ ¡¡¡Es increíble como la verga de este cabrón, un señor de cincuenta y cinco años, que se coge a sus nietas, le encante a esta precoz nalgona, este vergudo señor le encanta ponerle la verga a una niña tan chiquita!!!
Él disfrutaba de mi colita empalada en su enorme pitote, se estaba masturbando riquísimo con mis nalgas de Jennifer López y mi panochita lampiña, también hermosa e hinchadita, él gemía, decía cosas sucias, me decía cosas, hablaba de su verga en mi panochita y mi culito de niña, era como si estuviera enloqueciendo y yo de lo delicioso que sentía me arqueaba más parando todo mi culito para que él lo siguiera disfrutando, ya que yo también con todo lo que me hacía y decía sentía riquísimo y lo quería sentir muy bien, disfrutaba sin comprenderlo, para mí era algo nuevo y muy rico.
Así seguí entregándole mi culito y mis cachetes torneados y voluminosos que llevaba por nalgas se las entregaba gustosa a su enorme verga, sentía lo sabroso de su cabezota cuando empezaba a introducirse en mis nalgas y desaparecer en ellas, sentía riquísimo, me estaba volviendo una niña adoradora de vergas adultas.
Yo estaba super excitada, me encantaba todo lo que pasaba dentro del baño, yo sentía delicioso todo su pitote duro y cabezón cuando se enterraba riquísimo entre mis nalgotas de niña—mujer.
Después él nuevamente me movía muy rápido y yo empecé a escuchar ¡¡¡plaf, plaf, plaf, plaf, plaf!!! y cuando terminaban los aplausos nosotros hacíamos juntos ¡¡¡Hhhhaaaa!!! Y otra vez ¡¡¡plaf, plaf, plaf, plaf, plaf!!! ¡¡¡Hhhhaaaa!!!
Esto era la gloria para mí, a mi tierna edad de 7 añitos yo ya estaba disfrutando lo delicioso del sexo con un hombre mayor que sabía cómo disfrutarme y que yo gozara al máximo.
¡Qué locura! la verga de don Alberto, un hombre de 55 años que también abusaba de sus nietas, causa por lo cual ya no lo visitaban me estaba enculando riquísimo y así su verga de hombre después de traspasar todo el horizonte de mis nalgas rozaba mi pequeño e inexistente clítoris, sentía como me lo rozaba, aparecía y desaparecía entre mis piernitas saliendo por el frente de mi panochita.
Nuevamente pasaron como dos horas, él no se cansaba, era sorprendente, a mí ya me dolían mis piernitas, pero como era pequeña aguantaba más, él tal vez por toda la lujuria que tenía no quería desperdiciar ni un minuto de ese placer infinito que una nena de 7 añitos le estaba dando.
Así siguió enculandome por mucho más tiempo subiéndome y bajándome en todo su pitote con mucha libertad. Para mí era la gloria, me sentía en las nubes y mi tío Alberto no paraba de gemir, decía cosas sucias. Así estuvimos por mucho más tiempo hasta que me dijo:
— ¡¡¡Ufff Marcelita ya no aguanto, ya me quiero venir!!! ¿Te seguirás bañando conmigo cada que me visites en la escuela?
— Si tío, diario cuando salga iré a bañarme contigo.
— Qué bueno mi amor, ahora te daré tu lechita caliente mi amor.
— ¡¡¡Si tío, dame toda mi lechita!!!
Yo no sabía que era la lechita que decía mi tío Alberto, pero me imaginaba que era ese líquido blanco que le había salido por su verga cuando me lavó la primera vez.
Cuando se preparaba para terminar me tomo fuerte de mi cintura y empezó a moverme muy rápido, entonces empecé a escuchar por todo el baño el sonido de mis nalguitas al chocar con sus huevotes peludos, yo empecé a sentir súper riquísimo su verga fundiéndose con mis nalgas; entonces empezó a mufar y de repente a gritar:
— ¡haaaaaaaaaaay! ¡Mmmm! ¡Qué ricooo! ¡Qué rico me vengo! ¡¡Me vengo!! ¡Hayyy Marcelita me estoy viniendo! ¡Toma toda tu lechita! ¿Ya quieres que me venga Marcelita?
— !!!Siiii!!!
— ¡¡¡Ufff Marcelita, toma toda tu lechita mi amor!!! Uuuyyyy que sabrosa mi niña, mmmm que riiiicooo, haaaa, haaaa, ohhhh, ufffff que delicia, aaaahhhh, hhaaayyy que riiiicoooo, tomaaa tooodaaa tu lechita miii amoooor!!!
Sabía tal vez por naturaleza o porque lo vi la primera vez que mi tío Alberto estaba sintiendo riquísimo cuando le salía ese líquido, entonces empecé a sentir caliente en lo profundo de mis nalgas ese líquido que no sabía que era, pero sabía que a mi tío le daba un enorme placer.
Nuevamente estaba llevando a mi tío Alberto a la gloria al dejarle venirse en toda mi colita llenándomela completamente de toda su lechita caliente, yo sentía como le palpitaba y a cada palpitación qué daba me inundaba más y más mis nalguitas de niña con ese líquido caliente.
Nuevamente le salió bastante y de mi colita se caía al piso mientras mi tío Alberto me besaba mi cuello con mucha pasión. Cuando termino me dijo:
— Nunca pensé que mi sueño se hiciera realidad, tú mi nena de segundo, soñé con hacer esto contigo desde que te vi, sabía que tú eras una niña muy caliente, me alegra que te guste que mi verga sobe tu panochita y lo más rico tu lindo culote.
Le pregunte:
— ¿Es malo lo que me haces tío Alberto?
— No Marcelita, esto es lo más hermoso del mundo, despídete de la cámara. Dile, “Adiós camarita, yo y mi tío Alberto jugaremos después”.
Y así lo hice con mi infantil voz.
— Adiós camarita, por hoy ya no vamos a jugar, pero jugaremos después mi tío Alberto y yo.
Me bajo de su verga y nuevamente me lavo mi cuerpo, después cerro la llave de la regadera y nos fuimos al cuarto desnudos y mojamos y allí me seco, me vestí como había salido de mi casa y salimos como si nada de la cabaña.
Cuando salimos de la cabaña el balneario ya estaba semi vacío, no había casi nada de gente y ya se empezaba a oscurecer mientras que otras familias ya se estaban retirando.
Ya en el camino de regreso a mi casa me dijo:
— Es mejor no decirle a tu mamá que nos hemos bañado juntos y que hemos jugado.
— No tío Alberto, no le voy a decir nada y tampoco a nadie.
— Que bueno mi amor, este será nuestro secreto y cuando me vayas a visitar a la escuela te voy a seguir enculando bien rico.
— Si tío Alberto, quiero que me bañes diario y me laves mi colita y mi panochita con tu vergota.
— Si mi amor.
Yo sabía o inconscientemente algo me decía que lo que había hecho y permitido al señor Alberto era algo prohibido, y eso me excitaba a pesar de mi corta edad.
Cuando llegamos a mi casa él me entrego a mi mamá, platico un rato con ella y ella le agradeció el haberme llevado a distraer, él agradeció la confianza a mi madre y le dijo que a partir de ese momento él cuidaría mejor de mí, ya que él me adoraba y sentía por mí como una verdadera sobrina.
Se despidió de mí y cuando vi qué nadie nos veía le di un beso a lo que él también me lo correspondió, le pidió permiso a mi mamá para que me quedara un rato después de la escuela para quedarme con él y ella acepto.
Esa misma noche no podía dormir al recordar en todo lo que el señor Alberto había hecho conmigo, también lo que me decía al estarme restregando su verga entre mis nalguitas, eso me hizo pensar que me había gustado el juego de mi tío, aunque no podía entender mis sentimientos era algo que yo había permitido y, sobre todo, me había encantado.
Si quieren que continue comentenme en los comentarios…
Mi relato más esperado. Gracias por continuar!
Ya estaba ansioso por la continuación de esta historia tan deliciosa, por favor publica la siguiente parte por favor
Quisiera superar estos relatos pero contienen escenas que son de mis favoritas. Si pudieras continuar con una sexta parte, muchas gracias, y si no, de igual manera me complace todavia este y el que le precede. Con una sexta parte alimentas dos cosas, el morbo de saber cómo sigue, y el morbo de saber de lo que tu cerebro es capaz de organizar
Dm Tele @AlbertN_123