Unas niñas nalgoticas
Me culie a 2 niñas en la uní .
Esta historia pasó en mis tiempos de universidad.Donde, por cosas de la vida, tuve sexo con dos niñas nalgoticas.Me llamo Yak, soy un joven de 20 años.
Estaba alquilando un pequeño cuarto porque no tenía más dinero y me salía barato.La casera era una madre trabajadora y su esposo, amoroso con ella y con las niñas, ambas chiquillas, Laura de 10 y Jazmín de 11 años respectivamente.
Pasé un primer año tranquilo conociendo a la familia y haciéndome amigo de las pequeñas.Hasta ese momento estuvo todo tranquilo; las niñas eran sumamente hermosas, pero yo andaba como perro rogando por una lamida a una gótica de la uni que me traía de locos.Al finalizar el siguiente año, ya me había cogido varias veces a la gótica, pero no pasábamos de amigos.
En la última semana salí temprano de la uni, decidí ir a la casa y después al gin.Al llegar a la casa y subir las escaleras, me topé con Laura, que ya tenía 11 años y estaba más buena.
Ella iba saliendo del baño de la planta alta que estaba al fondo del pasillo (un pequeño dato: mi cuarto estaba en la planta alta, en frente del cuarto de las niñas).
Ella se me acercó y me abrazó; estaba superfeliz porque había sacado un diez en matemáticas.Estaba tan feliz que saltaba de la alegría y se burlaba de su hermana.
Yo, en venganza, le sostuve la tuaya quecubría su cuerpo y le dije: «Mira a tu hermana». Ella se da la vuelta y mi broma casi me infarta; al salirse la toalla, ella quedó de espaldas a mí, dándome la mejor vista del mundo.Unas nalgas sabrosas, unos ricos muslos para morirse y una buena cintura. Al voltearse, ya tuve otra vista impactante: una nena de 11 años de labios rojos, ojos azules, con unas tetas que gritaban «cógeme» y una vagina rosada y depilada.ELLA agarró su toalla y se fue molesta a su cuarto; yo entré a mi cuarto, me di una furiosa paja y salí al gym.
Al comenzar las vacaciones de 2 meses, yo me embarqué en un viaje de carretera con las panas por 15 días y la pasamos genial.
Al terminar el viaje, nos despedimos y regresé a la casa; la familia estaba almorzando, los saludé y me dispuse a subir a mi cuarto; aquí alcancé una imagen mental. Imagínense ver a una nena de buenos muslos, una rica nalga, buenas tetas, pero de 12 años, y el plato fuerte, es gótica.
Resulta que en la estancia, la hija mayor comenzó a gustarle todo lo gótico, dando como resultado una nena con minifalda ceñida al cuerpo, botas, mallas, pelo corto y blusa ajustada (a mí me encantan las góticas y, de no ser por los padres que estaban en la casa, me la hubiera reventado ese mismo día). Ella me saludó y bajó a comer con sus papás, que para mi buena suerte no tenían problemas con el estilo de la niña.
Al llegar a mí. Cuarto me di cuenta de algo; ese algo era el porqué de que las niñas fueran nalgonas.
La respuesta llegó cuando me asomé por la ventana y vi a mi vecino, un moreno de cuerpo de roca; entonces todos los puntos se unieron.Mi hermana se casó con una persona de color y sus dos hijas también eran culoncitas, pero blancas. Por otro lato era que yo tenía un compañero moreno y una de sus hermanas tenía un buen perro para observar.
Entonces llegué a la conclusión de que esta tipa no solo engañó una, sino 2 veces a su marido.Yo, por otro lado, comencé a formular mi plan; primero hice una prueba de ADN que, para mi fortuna, fue fácil reunir lo necesario y sí, no era sus hijas.Ahora lo siguiente: al terminar las vacaciones me hicieron una propuesta, ser el tutor de matemáticas de Jazmín; obvio, dije que sí.Entonces comencé a ablandar a Jazmín. Por medio año, en sus clases privadas, le indicaba que era una gótica, cómo vestirse y, claro, las matemáticas. Entré en tanta confianza con Jazmín en ese tiempo hasta el punto de que ella andaba en sostén, pero el resto estaba cubierto.Todo ese nivel de confianza fue sencillo; solo tenía que tratarla bonito y decirle lo hermosa que era, darle ropa y algo especial, un sostén que mandé a hacer de acuerdo a sus gustos, solo que con mi toque. Le quité la parte dura que tienen los sostenes e hice que le cosiera una tela fina. Dios, pasé magníficos días cuando usaba ese sostén y podía verles los senos; eran una delicia para la vista.A mitad de año ya había estudiado su rutina, así que salí temprano de la uni, ya que ellas llegaban a la 1:00 p. m. y a la 1:30 ya salían del baño y caminaban desnudas unos 6 metros hasta su cuarto.
Llegue en silencio a las 01:20 pm, entré a mi cuarto y esperé con una toalla puesta a que dejara que mi génerosa polla de 32 cm de largo y 7 de ancho se asomara.
Al escucharlas salir, yo también salí y me las topé en el pasillo y, por Dios, la vista fue de otro mundo.Ellas se asustaron y me preguntaron por qué estaba allí; yo, con cara de susto fingido, les dije mientras me acercaba: «Salí temprano y solo vine a cambiarme para ir al gym».Al estar seca de ellas y ya con mi polla claramente asomada y dura, me atrevía a arriesgarme otro poco.Me saqué la tuya poniéndola encima de Laura, diciéndoles a Anvas: «Vayan a cambiarse, que hace frío».
Me di cuenta de que Laura no dejaba de ver mi polla, así que me acerqué un poco más a ella, haciendo que mi dura polla quede a la altura de sus tetas. Le acomodé la toalla y me dirijo al baño.
Después de una paja violenta y un día en el gin, regresé a darle las clases a Jasmis para confirmar que todo estuviese bien antes de que llegaran sus padres.3 días después, un sábado en la mañana, Laura entró a mi cuarto con cara molesta.Me pregunto si yo le compré esa ropa a su hermana; yo le dije que sí, que yo se la compré. En ese momento ella cambia su actitud hacia mí y me pregunta.Laura: Me puedes comprar a mí también.Yo: —Pensando rápidamente, le dije que si solo tenía que cogerle las medidas.Laura: Está bien, pero ¿cómo haces eso?Yo: Bueno, voy a necesitar que te saques la ropa y me traigas la cinta métrica que está en el cajón.Laura: Está bien, pero rápido, mis papás no tardan en llegar con Jasmin de hacer el mercado.ELLA procede a ir al baño a desvestirse y regresa con una toalla puesta y me pasa la cinta métrica.Yo le informo a Laura que tenía que quitarse la toalla y que, para emparejar las cosas, yo también me iba a desvestir. Mi polla ya estaba dura y la niña no la perdía de vista. Le pregunté: «¿Qué ves, bb? ¿Es la primera vez que ves mi polla? ¿No la habías visto hace 3 días?»ella me dijo que se centia rrar.
Le comencé a coger las medidas del pecho y sus tetas, que se veían bien ricas, y le chupé una y se sobresaltó, pero no dijo nada y le chupé la otra. Le cogí la talla, me levanté y acerqué mi polla a la boca de la niña y le dije: «Tú también puedes chuparmela, así estamos iguales». Ella volvió a decir que no, así que le chupé las tetas de nuevo y le volví a indicar que me la chupara. Ella se metió mi polla y comenzó a chuparla con torpeza; yo le agarré la cabeza y comencé a mover a la muy obediente niña de a poco, por un rato. Después se la saqué porque aún tenía que coger la talla de sus nalgas.Hice que se inclinara, poniendo sus manitas al filo de mi cama, y le cogí las tallas. En esa posición le di un lengüetazo a su bajina y su culito, besándole las nalgas. Ya tenía pensado follarla ahí mismo; ya le estaba haciendo presión en el culito, pero llegaron los padres.
Después solo reflexionaba sobre todo mi esfuerzo que tenía con Jasmin, y la primera en caer era Laura.
A la semana siguiente volví a intentar lo de llegar temprano de nuevo y, para mi sorpresa, volvió a funcionar.Digamos que mi plan falló perfectamente.
Llegué a la puerta del baño y entré al mismo tiempo que ellas salían del baño.Yo, con la polla tiesa, las saludé y le pregunté a Laura que tal mamoncita.
Laura: —Hola, Yak.
Yo: En ese momento tenía que arriesgar más y con una sonrisa les dije: «Hola, Jazmín y Laura que bueno que las encuentro, vengan, les tengo una sorpresa».LAS agarré de la mano y las llevé a mi cuarto sin que pucieran resistencia.Una vez adentro de mi cuarto las niñas me preguntaron ¿yak nos vas a cojer? Tenía mi polla a reventar, me saqué la toalla y la puse en mi cama, agarrando las 2 fundas que estaban allí y se las di a las niñas. Ambas fundas estaban con ropa interior nueva y un teléfono para cada una; les dije sorpresa, feliz cumpleaños adelantado.Ellas, al ver los teléfonos, olvidaron completamente el hecho de que estaban desnudas y solas en el cuarto de un hombre con la verga tiesa.Ellas me abrazaron con fuerza, así que mi polla quedó entre ellas. Yo solo aproveché, bajé las manos y les agarré las nalgas a cada una, apretándolas y diciéndoles que les gustaron sus regalos; ellas, con una sonrisa, asintieron.Yo ya tenía mis dedos acariciando el ano de cada una y, sin pena ni miedo, les pregunté.Yo: —¿Saben, niñas, a cambio del celular? Quiero vaciar mi polla en sus culitos. Ellas: —No sé, Yak, estamos muy chiquitas todavía y tú la tienes grande.Yo: —No se preocupen. Y besando en los labios a cada una mientras les apretaba las nalgas, les dije: «Las voy a culiar despacio a cada una, mis amores, ¿okey?».Ellas: Okey, pero despacio.Al escuchar esas palabras, no lo dudé y las puse a 4 patas encima de mi cama y procedí a chuparles la vagina y sus rosaditos anos.Ese momento fue superrico; tener a una gótica es una cosa, pero tener a 2 niñas góticas fue muy placentero.La suavidad de sus nalgas rozando mis mejillas, la delicia de meterme la lengua en la vagina de cada una.Después, vi que Laura me chupaba la polla mientras le chupaba el ano a Jazmín.Le pregunté a Jazmín si está lista para ser mi putita; ella no dijo nada, así que la comencé a nalguear hasta que respondió.Jamin: «Sí, papi, hazme tu putita, méteme tu verga, papi». Saqué mi polla de la mamoncita de Laura y la puse en el culito de Jazmín; mi polla estaba toda babosa y lista para culiar a Jazmín.La ventaja de tener la polla grande es ver cómo estas putitas sufren por ser penetradas en sus pequeños anos, pero estas putitas estarán más que contentas de dejarse empernar el culo después.Por eso fue tan delicioso ver cómo el ano de la pequeña Jazmín se comía lentamente mi polla. Después de eso, la hice gemir como una perra e hice que moviera el culo ella solita, mientras que Laura miraba ansiosa cómo me culiaba a su hermana.Después de probar ese anillo apretado, hice que Laura me la chupara, ya que le tocaba a su hermanita ser culiada.Ella chupó mi polla con desesperación, dejándola limpia, mientras yo le chupaba el ano a su hermanita para que esté babosito y listo. Le pregunté a Laura si ya quería y la desesperada putita de Laura me dijo.Laura: —Sí, papi, sí, dame duro, papi, así como le diste a mi hermana. Apúrate, papi, quiero sentir tu verga en mi culito yo también.Ante esas súplicas la mandé a la verga más rápido y agarrando sus nalgas; Bonbie duró ese anito de niña putita hasta saciarme, y Laura gemía más rico y más fuerte que Jasmin hasta que me corrí como nunca, ya que los gemidos de esta niña cada vez que la penetraba mandaban ondas de placer a mi cuerpo.Fue muy rico ver cómo el ano de esta niña se contraía y chorros de mi semen salían de su culito.Ya estaba feliz al ver que tenía a 2 culoncitas góticas a mi disposición, y que me faltaban 4 años para terminar mi carrera.Al terminar, cargué a mi pequeña putita Laura al baño junto a mi otra putita Jazmín y las seguí culiando en el baño; después de todo, faltaban 2 horas para que los padres llegaran a la casa.Pasé los próximos 4 años follando con esas niñas y enseñándoles a ser mis putitas góticas.En ese mismo año también me culé a las hijas de mi hermana y a una de sus amiguitas que resultó ser una chupa pollas de primera la putita, pero les contaré en otra ocasión.
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