Vanesa mi primera becaria
Tengo la oportunidad de ayudar a una alumna y de obtener placer a cambio.
Como lo he comentado en anteriores ocasiones, comencé como docente al iniciar este milenio, actualmente tengo poco más de 20 años enseñando, cuento con estudios hasta el doctorado, me he actualizado y he logrado obtener estímulos en mi sueldo por estudios, antigüedad y carrera magisterial, lo que me pone en una posición económica mejor que el 99% de mis compatriotas. México es un país donde más de la mitad de la población es pobre, los demás más o menos la sobrellevan y solo el 1% puede comer carne diario, comprar casa propia (no heredarla, comprarla) y vivir tranquilo en general.
Esto sucedió por primera vez hace unos 10 años, tenía una alumna llamada Vanesa, era muy inteligente, aprendía rápido, orientada a resultados, se adaptaba con facilidad, excelente en el trabajo en equipo, de esas personas que son buenas en cualquier cosa que hagan. Delgada, morena, pelo negro lacio a los hombros, bonitas nalgas, redonditas, paradas, bonitos senos, de buen tamaño, redondos, firmes, pezones grandes, nunca le había conocido un novio, chica de casa, con sueños de grandeza, soñaba con ir a la universidad, tenía mucho potencial, pero su familia era otra cosa, mediocres y malhechos por decir lo menos, hacían el mínimo esfuerzo para lograr lo que querían, vivían hacinados, como siete gentes en una casa, entre todos compraban la comida, pagaban la renta, etc., no había espacio propio, terrible la situación, Vanesa odiaba ir a su casa, siempre se quedaba unas horas por la tarde en la biblioteca municipal haciendo sus tareas antes de ir a casa.
Un día la vi muy mal, muy triste, le faltaba solo un par de semanas para egresar, tenía los ojos hinchados con ojeras, se veía que había estado llorando, ella se sentaba frente a mi escritorio, así que era fácil para mi darme cuenta, además generalmente era muy alegre, pero ahora era todo lo contrario, le pregunté que sucedía y me dijo que había quedado admitida en la UNAM pero que el día anterior iba a ir a hacer su inscripción y sus papás no le dieron dinero ni para el pasaje, le dijeron que no tenían para apoyarla más tiempo, que no podía estudiar, que tenía que trabajar y contribuir a la casa, que ya estaba bueno de hacerse tonta y soñar con pendejadas, ella sabía que con $1 peso se podía inscribir, pero no la dejaron salir de casa, no hay tolerancia, sino vas el día que te toca pierdes el derecho, su cara reflejaba los sueños rotos, entras a Pedagogía en la mejor universidad de México y tu familia te sabotea, conocía el sentimiento, viví algo similar de joven. La dejé tranquila, uno o dos días después estaba en la cafetería en una hora libre, ella vino y se sentó junto a mí, seguía triste y me dijo «haría cualquier cosa por poder estudiar y ser maestra», no pude evitar reir un poco, le dije, que muchas decían eso pero en realidad no estaban dispuestas a todo, ella me dijo, yo sí, a lo que sea, le pregunté ¿qué tipo de persona crees que puede pagar tus estudios? ella me dijo que hombres mayores, profesionistas o con negocios, le pregunté de nuevo ¿qué crees que te van a pedir? ella me contestó, pues sexo, yo le dije ¿y estarías dispuesta? y me dijo sí, pero no creo que me quieran, le pregunté ¿por qué? ella contestó, soy virgen, ni siquiera he visto un pene, no creo que quieran una tonta inexperta que no sabe que hacer, aunque si me dieran la oportunidad estaría dispuesta a aprender como si fuera una clase o un empleo y daría lo mejor de mí para que disfrutarán mucho a cambio de que pagaran mis estudios. Eso me puso súper caliente, así que decidí jugarmela, al fin y al cabo ya tenía 18 años y le pregunte ¿crees que yo tengo los recursos para pagar tus estudios? y me dijo, sí, obvio, hicé mi servicio en las oficinas y vi la nómina, sé cuánto gana, gana bien y sé que si me ayuda podría entrar como docente por lo que dicen las secretarias de usted. Cabe hacer mención que ese fue el primer año en que se entró por examen y había ayudado a un par de familiares a estudiar, ambos quedaron, así que eso me dió bastante fama porqué tuvieron tan buen resultado que no necesitaron palancas, ni mordidas. Le dije, bien, saqué una libreta, escribí mi número de celular, arranque el trozo de papel y se lo entregué, si estás hablando en serio, llamamé cuando tengas tu certificado y ya no seas más alumna de esta escuela, no me gusta revolver las cosas. Ella se pusó roja, se dio cuenta de mis intenciones, pero también sabía que había aceptado sus limitaciones, como había dicho antes, era una bala, se recompusó al instante, se dió cuenta muy rápido que yo era su única oportunidad y sabía que era un tiro «seguro», se enderezó en la silla me miró a los ojos y me dijó, sí, en cuánto tenga mi certificado lo llamaré, gracias por la oportunidad, sabía que había aceptado mis condiciones eso me excitó demasiado.
Un par de semanas después como todos los docentes acudía a la ceremonia de entrega de certificados, la ví subir y recibir el suyo, nadie de su familia asistió, todo transcurrió con normalidad, cuando bajó de la tarima me saludo y me sonrió, todo normal como siempre, me excitó verla tan bonita, con su uniforme completo, falda a cuadros rojos y azules, blusa blanca, calcetas blancas, zapatos de colegiala, suéter gris, muy bien peinada, con un maquillaje muy lindo. La ceremonia comenzó a las 9am y terminó a las 11am, ese mismo día nos liberaban a los docentes para gozar de nuestro período vacacional de 3 semanas, salimos una media hora después que se fueron los alumnos con sus padres. Estaba saliendo de la escuela en mi carro cuando recibí una llamada en el celular, era Vanesa – Profesor, ya tengo mi certificado, dígame ¿que hago? usted manda lo que necesite. Sobra decir que eso me provocó una tremenda erección, le pregunté ¿segura?, ella me contestó – Sí, segura. Le dije que me viera en 30 minutos en una plaza que quedaba a 10 minutos caminando de la escuela, así como iba vestida, ella me dijo que estaba bien, que aún no llegaba a su casa, que me estaba hablando de un teléfono público porque no tenía celular, le dije que me estacionaría frente al local de Domino’s, que la vería dentro del restaurante, ella dijo que sí y colgamos.
Llegué en menos de 5 minutos, ella llegó unos 5 o 10 minutos después, no demoró mucho, entró, me buscó y se sentó junto a mi, le dí un billete de $200 y le dije que pidiera una pizza grande y un refresco, me dijo ¿de cuál? y le dije que sino le indicaba de cual le estaba dando la libertad de decidir, ella me dijó, eso pensé, pero no me quería equivocar, fue y pidió una coca cola grande y una pizza hawaiana y regresó a mi lado. Comenzamos a platicar de su situación y le dije, sabes que te pediré a cambio de ayudarte, ella me dijo sí, no tengo problema mientras no tenga problema en enseñarme porque literal no sé nada. Le dije, bien, pasaremos a un motel a ver si es cierto ¿ya tienes credencial de elector? me dijo que sí y me la mostró, le dije, bien, seguro nos la piden porque vas de uniforme, ella se puso roja, sabía que perdería su virginidad en un momento y eso la avergonzaba mucho. Le pregunté si tenía algo de valor en casa de sus padres que quisiera conservar, ella me dijo que no, que solo ropa, le dije, bueno, eso te lo puedo comprar ¿algo más? me dijo, no, traigo mis documentos de la escuela, cuando me dieron el certificado de prepa me devolvieron el de secundaria y primaria, el acta y el CURP se sacan fácil. Lo pensé por un momento y le dije, el trato es este, íremos al motel y si haces todo lo que te pida sin peros, al terminar te irás conmigo a mi casa, llamarás a tus padres y les avisarás que te fuiste con el novio, no les dirás quién es el novio, si te reportan como desaparecida, vas, muestras que estás bien en donde te hayan reportado, que ya eres mayor de edad y te regresas, no necesitas decir donde estás. Estudiarás en la UNAM Pedagogía pero los sábados nada más, pero obvio tienes que volver a hacer el examen, aunque son menos puntos, así que seguro quedas, como te dije no irás del diario, cuando te gradues te ayudaré a entrar a trabajar como maestra. Ella sonrió, le pregunté ¿por qué sonreía? y me dijo, profe, mañana iba a ir a limpiar casas con mi mamá, sentí que mi vida había terminado antes de comenzar, ya me imaginaba casada con un tianguista como mi papá o un velador como mi tío, comenzó a sollozar y solo me dijo, gracias, me esforzaré. No tienen idea de lo caliente que me pusó, una chica de casa, virgen, inteligente, bonita dispuesta a ser corrompida absolutamente por mí, siempre supe que el dinero era importante, pero cada año entiendo mejor que tanto realmente lo es, le dije bien, me hago cargo de ti a partir de este momento y a partir de ahora estás a prueba ¿de acuerdo? ella asintió, le dije que yo practicaba algo llamado free use o uso libre que quería decir que podría hacer uso de su cuerpo cuando quisiera, como quisiera, en dónde yo quisiera, estando solos o con más personas, también le platiqué brevemente sobre la dominación y sumisión, así como que era ser una sumisa, ella hizo algunas preguntas, las aclaré y aceptó, le pregunté si estaba lista y me dijo con voz temblorosa – Sí, lista.
Le dije que antes de subir a mi auto tenía que ir al baño y quitarse la ropa interior, regresar con ella en su mano y ponerla sobre la mesa. Ella se puso colorada, se agachó y susurró – está bien… se fue, demoró unos cinco minutos en regresar, eran unas pantaletas y un sostén blancos sin gracia, de esos aburridos y baratos del tianguis, se veían muy desgastados, los tomé y los tiré en el bote de basura a la entrada, le dije que no volvería a usar ropa interior mientras estuviera conmigo, en sus días usaría tampones. Subimos al carro, decidí llevarla a un motel que tenía habitaciones con alberca y jacuzzi que estaba de 10, para que pudiera disfrutarla con comodidad, en el primer semáforo rojo me baje el cierre, me saque la verga y le dije que se la metiera en la boca, así manejé unos minutos con ella intentando torpemente hacerme sexo oral, era malísima, supuse que el instinto la ayudaría, pero no, se notaba que no sabía que hacer, le dije que se levantará. Llegamos al hotel, como me esperaba me pidieron su credencial de elector, vieron que era mayor de edad y ya no me la hicieron de emoción, más bien era mirada de envidia, a pesar de tener 18 años se veía más joven de lo que era, de unos 14 o 15 años, metí el carro a la cochera, cerré la puerta de la misma y le dije que se desnudara, doblara su uniforme y lo dejara en el carro, eso hizo, su cuerpo era muy bello, tenía el abdomen marcado, no sabía si por no comer, por hacer ejercicio o ambas, pero se veía delicioso, ella uso su mano izquierda para tapar su pubis y la derecha para cubrir sus senos, se notaba que se sentía expuesta, le dije que no podía tener pena conmigo que siempre debía permitirme ver su cuerpo así que puso las manos en sus costados y se notaba que respiraba con dificultad, pensé que tendría un ataque de ansiedad, comenzó a sudar también, pero de a poco se controló. Entramos a la habitación, ella la vio, me dijo, es enorme, es muy bella, me dijo que jamás había estado en una alberca, tampoco se había bañado en una regadera, puros jicarasos, todo le parecía nuevo y hermoso, le explique que en casa siempre estaría desnuda, que no debía vestirse a menos que se lo dijera, al salir vestiría con vestido y sandalías o falda con blusa y zapatillas, yo se las compraría a mi gusto, ella siempre debía presentarse como mi becaria, sin dar más detalles.
Le dije que primero le enseñaría como hacer un oral a mi gusto, me senté en un sillón, me recargue e hicé la cadera hacia adelante, no podía evitar recordar a Angélica y su manera de hacer oral, que se había convertido en mi favorita, así que le dije que comenzará lamiendo mis huevos, como si fuera una paleta de caramelo, se sentía delicioso, luego le indique que comenzará a besarlos, succionarlos, dar pequeños mordiscos, era delicioso. A continuación, la puse a hacer lo mismo con el palo, lamer, besar, mordisquear, para meterlo en su boca y comenzar a subir y bajar, por un momento lo tomó con su mano y supongo por instinto lo comenzó a masturbar, le dije que el oral era con la boca y solo con la boca, lo soltó, siguió mamando, la detuve, tomé mi verga por la base y le di de golpes con ella en la cara ante su mirada atonita, le dije revolcara su cara en mi paquete, que se la embarrara completo con su aroma y eso hizo, luego continuo mamando, cuando estaba cerca le dije que tomaría su cabeza, la atraería hacia mí y no dejaría ir hasta que dejara de eyacular, ella se veía preocupada pero resignada, soy un hombre grande, 1.80, 120 kilos, ella era menudita, 1.50, 40 kilos, le llevaba casi medio metro y pesaba tres veces lo que ella, cuando llego el momento puse mis piernas sobre sus hombros, las cerré detrás de su cuello y con fuerza la atraje hacia mi empujando hasta el fondo, sentí como se ahogaba, mientras le llenaba la garganta de semen, ella luchó al inicio, luego se resignó y comenzó a succionar para que saliera todo más rápido, funcionó, casi de inmediato terminé de vaciarme y la dejé ir, ella se hizo para atrás, jalo aire, tosió un poco hizo ademán de escupir el semen, pero ya lo había tragado. Le dije que ahora debía limpiarme, el sudor, el semen, lamiendo hasta dejarlo reluciente, así lo hizo, al terminar le dije que era hora de ir a nadar. Estuvimos nadando y disfrutando una media hora era delicioso ver su hermoso y joven cuerpo desnudo, la alberca tenía luz natural a través de un domo que servía como tragaluz, la trate como novia, la besé en la boca, en el cuello, la abracé, la alberca tenía como un metro de profundidad, en un momento la empine sobre la orilla le pusé mi verga en la entrada del ano, ella volteó a verme con cara de pánico, pero se aguantó, vio al frente y se resignó, como ya saben, me gusta empujar de una hasta el fondo y eso hice, se escuchó su grito, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, era obvio que le había dolido, estaba apretada y deliciosa, nunca volvería a estar así, así que continué empujando con fuerza, un par de minutos después tenía el ano lleno de semen, me salí me senté en la orilla de la alberca y la hicé limpiarme, ella lo pensó un poco, pero lo hizo, había un poco de chocolate en mi pene, ella tuvo un par de arcadas, por un momento vio el agua como meditando si podría enjuagarme con el agua de la alberca, me vio y se resignó, lo dejo nuevamente limpio.
La llevé al jacuzzi a relajarnos con el agua tibia masajeando nuestros cuerpos por otra media hora y después de eso la llevé al cuarto, me senté en el potro la hice sentarse frente a mi viendo y la enseñé a montarme, sentir como entraba y salía de ella mientras me besaba y podía escuchar sus gemidos en mi oído era una sensación increíble, era el cielo, me valía madre lo que tendría que gastar para ayudarla, era dinero bien gastado, era una putita de primera calidad, nuevamente la llené de semen y le dije que ahora la limpieza la haría en otra posición, me paré frente a ella, yo soy bastante fornido, así que la cargue y puse boca abajo, su vagina quedaba a la altura de mi cara con mis brazos la sujetaba fuerte de su cintura como si la abrazara y la hice limpiarme estando boca abajo mientras yo le hacía sexo oral, sentía como le temblaba la boca y se le iba el aire por las nuevas sensaciones que estaba experimentando, caminé con ella así hasta estar junto a la cama, cuando sentí que estaba limpio la dejé caer, escuché su grito de miedo pensando que azotaría en el piso, pero se calmó de inmediato al sentir la cama bajo su cuerpo al caer. La dejé con la cabeza colgando de la orilla de la cama y la puse a lamer mis huevos hasta que se me empalmó de nuevo, la hicé abrir la boca y me la cogí por la boca, sentía como se ahogaba constantemente, pero eso me excitaba, sentía como luchaba por aire, pero eso solo me hacía pensar en lo puta que era tolerando todo esto por interés, a medio camino por así decirlo, me volteé, me abrí las nalgas y me senté en su cara, le dije que me lamiera el ano, tomé sus manos y guíe una a mis huevos le dije que los acariciará, guíe la otra a mi verga y la hice masturbarme, así estuve sintiendo me lamía el ano mientras me acariciaba los huevos y me jalaba la verga, era tan placentero y a la vez tan estimulante, era delicioso, me vine en su mano me volteé, la hice lamer sus dedos, luego me limpió, nos bañamos, descansamos un rato en la cama y nos fuimos. En el carro camino a la casa no pude evitarlo y le pregunté cómo había estado la experiencia, ella me dijo que creyó que iba a sufrir pero que en realidad había sido muy placentero todo lo que había sucedido y que le hubiera encantado probar algo así desde antes. Ese fue el inicio de cuatro deliciosos años con mi primera becaria, más adelante les contaré más sobre ella.
Estuvo bueno!