Violada por un cliente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sumisa-rebelde.
Ese día como tantos otros, sobre las 12 de la noche salió de casa vestida con su vestuario más provocativo para atraer a la mayor cantidad de clientes posible, su chulo le exige un mínimo de 200 euros por noche, cuando llegó a su zona habitual el ambiente estaba bastante caldeado, pocos clientes y muchas prostitutas lo cual provocaba peleas entre ellas. La mayoría de los coches pasaban de largo… al cabo de un rato vio un coche conducido por un hombre solo rondando la zona, deteniéndose a observar a las chicas, cuando pasó cerca de ella se dirigió hacia él.
– Hola guapetón ¿buscas compañía que te haga pasar un buen rato?
– Puede… ¿Cuánto cobras guapa?
– Por 10 euros te hago la mejor mamada que te hayan hecho en la vida, 20 por follarme el coño y 30 por el culo. No te arrepentirás, te lo aseguro corazón, te haré ver el cielo. Le dijo Clara acercando su escote a la cara del tío para provocarle.
– ¿Cuánto me cobras por el lote completo? Le preguntó él sobándole las tetas ligeramente.
– El completo te lo hago por 50, una horita, la mejor hora de tu vida, te lo aseguro y si me das 60 puedes follarme a pelo.
– De acuerdo, sube al coche.
Ella subió al coche y él le dio el dinero acordado.
– Si quieres podemos ir a una pensión que hay aquí cerca, o si no podemos montárnoslo aquí mismo en el coche, le dijo Clara.
– Prefiero ir a mi casa, contestó él que ya había arrancado el coche y le sobaba los muslos a Clara.
– Ah… De acuerdo, contestó ella dudando pues no tenía por costumbre ir a casa de ningún cliente, pero la noche prometía poco en cuanto a clientela y aceptó empezando a acariciarle la entrepierna al tío.
– Vaya, si que sabes sobar pollas ¿eh? Le dijo él abriéndose la bragueta, -¡Vamos come!
Ella dobló la espalda y empezó a chupársela metiéndosela cada vez más en la boca mientras le acariciaba los testículos y él gemía de placer, casi le costaba concentrarse en conducir… Cuando llegaron a su casa la tenía dura como una piedra.
En cuanto entraron en casa de él, la acorraló contra la pared, sobándole todo el cuerpo y comiéndole las tetas con rudeza apretándose contra ella.
– Tranquilo cielo, tenemos tiempo…. No seas tan ansioso, sin brusquedades ¿vale? Le dijo ella un poco asustada por la brusquedad de él.
– Quieta puta, te voy a follar aquí mismo, le dijo tirándola al suelo arrancándole el sujetador y las bragas y follándola con dureza.
– ¡Así puta, así muévete!
– Para, para por favor, así no joder, gritó ella intentando deshacerse de él.
– ¡Calla fulana, he pagado y te tienes que joder con lo que te haga!
Él empezó a azotarle el culo bien fuerte, mientras ella chillaba y le insultaba intentando zafarse de él.
– Si, intenta escapar puta que así me da más gusto.
– Suéltame cabrón de mierda, me has pagado por follarme, no por maltratarme. ¡SOCORRO!
Él le tapó la boca con la mano advirtiéndole que no hiciera ninguna tontería o se arrepentiría mientras ella seguía forcejeando con él.
– ¡CALLA ZORRA! Le gritó él metiéndole las bragas en la boca y atándoselas con el sujetador para que no pudiera escupirlas.
De repente Clara notó algo punzante en el costado y empezó a sollozar a través de las bragas, él la llevó a empujones hasta una habitación y la tiró al suelo, ella intentó huir pero él se lo impidió poniéndole un pie haciéndola tropezar y cayó de nuevo al suelo llorando. Él se echó encima de ella y le pasó el cuchillo por el costado de las tetas.
– ¡Como vuelvas a intentar escapar te rajo, puta asquerosa!
Él siguió azotándola y sobándola… Clara estaba temblorosa y llorosa pero… mojada.
– ¡Vaya golfa tan cerda y poco profesional! Le dijo él carcajeándose mientras seguía azotándola.
– Mmmmmmmmgggggggg
– ¿Qué dices? No te entiendo puta, jajajaja mientras seguía follándola con violencia y ella se revolvía debajo de él como podía…
Cansado de forcejear con ella, él le ató las manos a la espalda para así tenerla más inmovilizada.
– Tus gemidos y sollozos me excitan aun más puta y más al ver cómo te retuerces… pero mueves el culo de una forma muy curiosa… le dijo él notando que el culo de Clara se empezaba a mover al compás de las embestidas de él.
– Mmmmmffffffff, aaaaaaggggg, Clara movía el culo mientras miraba al tío suplicante.
– ¿A ver como tienes el coño fulana? Descubriendo que lo tenía mojado… menudo chochazo tienes fulana, a saber cuántos habrán estado ahí, esto está demasiado ancho para mí.
Clara notó como empezó a apretar en su ano sin lubricar.
– Aaaaaaaaaaaaaggggggggggg.
Ella gritaba pero inexorablemente él empezó a romperle el culo.
– Por aquí no han entrado tanto las visitas ¿eh puta? Jajaajaja.
Aaaaaagggggggg , Clara forcejeaba, le estaba haciendo mucho daño.
– No te quejes puta, que cuanto más te duele más te gusta, tengo aquí un juguetito que te va a encantar, le dijo sacando su polla de su ano, dándole un respiro.
Clara se quedó mirándole con los ojos muy abiertos, el tenía en la mano algo parecido a un micrófono, era enorme, asustada pensando que iba a metérselo por el culo quiso gritar.
– Nooooffffgggg.
De repente empezó a notar una tremenda vibración en el coño, creía que el coño le iba a explotar y sentía un placer como jamás lo había sentido en la vida.
– Vamos córrete puta, que ningún hombre te había dado tanto gusto.
Clara se retorcía de placer.
– ¡Tendría que pagarme tú a mí, puta!
De pronto Clara empezó a sentir espasmos, movía el culo como una loca.
– Mira que bien, estoy haciendo que una puta de 60 euros se corra como una cerda, le dijo el tío riéndose.
A Clara la corrida le parecía eterna, parecía que fuera a reventar de gusto. Él de dio la vuelta dejándola boca arriba, ella estaba extasiada de placer y casi no respondía a nada y él empezó a azotarle las tetas.
– ¡ESPABILA PUTA!
Él le inmovilizó las piernas, ella estaba totalmente a su merced, retorciéndose de dolor pero sus gemidos eran de placer… su mirada era una mezcla de miedo, ira y estupor porque lo que ese hombre le estaba haciendo la excitaba.
– Te voy a romper puta.
Las tetas de Clara pronto tuvieron marcas moradas y él volvió a meterle ese extraño artilugio entre las piernas mientras seguía azotándola. Ella se retorcía en sus manos gimiendo de placer y dolor. Por un momento Clara pensó en rendirse pero se resistía con las pocas fuerzas que le quedaban, el placer y el dolor eran intensos, sentía el coño mojadísimo.
Se sentía humillada pensando que las prostitutas tienen el control siempre y ella había dejado someterse por un cliente yendo a su casa como una estúpida y ahora estaba pagando su estupidez, a punto de correrse por segunda vez en manos de un psicópata que la torturaba… pero que le estaba dando más placer que nunca. Empezaba a pensar que se merecía lo que le estaba pasando, por idiota, Clara intentaba evadirse pero ese maldito aparato vibrando entre sus piernas la hacía flaquear, podía con ella.
“No debo correrme, soy una profesional” se decía Clara a sí misma, no podía pensar en otra cosa, en eso y en el intenso dolor que sentía en sus tetas siendo azotadas por ese hombre, un intenso dolor que por alguna razón le resultaba placentero.
– Te gusta ¿eh putón? Tu coño me dice que si, le dijo él riéndose, -consuélate, no eres la primera puta que rompo, es mi hobby, ver a mujeres hechas y derechas convertidas en guiñapos excitados.
Clara lo miraba suplicante gimiendo como una desesperada, las palabras de él le dolían más que los azotes, pero le resultaba igual de placentero.
La mirada de ella encendió aún más al tío provocando que le diera aún más fuerte.
A Clara los ojos se le iban a salir de las órbitas, las palabras de él se clavaban en su mente, se iba a correr otra vez… humillada y casi vencida, intentaba reunir fuerzas pero su mente era un torbellino y su coño estaba rezumando flujos e inexorablemente Clara volvió a correrse convulsionándose como loca mirando al tío con adoración.
– Eso es córrete, parece que la puta barata se ha roto y ama a quien la tortura, le dijo él riéndose.
Clara tenía el cuerpo dolorido y la mente confusa y sentía un placer que la impulsaba a entregarse a su torturador, él le quitó las bragas de la boca y pronunció un tímido “Gracias”.
– De nada, golfa, si tus compañeras te vieran ahora…
Clara estaba totalmente rota y no podía consigo misma y se abrazó a él para sujetarse.
– Venga, agárrate putita, te has portado muy bien, ¿te ha gustado?
-No sé muy bien porque pero si, dijo ella avergonzada, ¿pero de verdad te importa que haya disfrutado? Ningún cliente me había preguntado nunca si había disfrutado…
-Me importa porque conseguir que una profesional disfrute con lo que le hago es un reto para mí.
– Ha… ha sido ese trasto, ¿Qué demonios es eso? Joder creía que me iba a explotar el coño
– Es un magic wand y doma a la puta más recalcitrante, jajajaja.
Clara estaba totalmente extasiada y no podía con su alma y cuando él la soltó para levantarse cayó al suelo.
– A ver, una fotito para mi álbum de putas vencidas, sonríe puta, sonríe, le dijo él riéndose. Estupendo, cuando estáis rotas es cuando más guapas estáis.
– Esto no tenía que acabar así, mi chulo me va a matar, no puedo volver con solo 60 euros de toda la noche, por favor dame más dinero te lo devolveré, te lo juro, por favor.
– Está bien te lo daré pero todas las veces que te recoja tienes que hacérmelo gratis, puta.
-¿Gratis? Pero yo tengo que rendirle cuentas a mi chulo todos los días.
Clara sabía que no podía volver con solo 60 euros pero si ese tío la recogía demasiado a menudo iba a tener problemas de todos modos.
-¿Cada cuanto querrás mis servicios? Le preguntó pensándoselo.
– Cuando me apetezca, unas épocas más a menudo que otras, y no creo que tengas problemas para conseguir ese dinero…
– ¿Unas épocas? ¿Pero tendrá que ser para siempre? No puedes tenerme toda la noche ocupada… de ese modo, ese día yo no gano nada, le dijo Clara sollozando.
– Pues tendrás que trabajar más los otros días ¿no te parece puta?
– Está bien, no me queda otra, dijo ella viéndose entre la espada y la pared.
– Así me gusta puta y no llores que eres una profesional.
– Las profesionales no lo hacemos gratis, le dijo Clara encarándose a él.
– ¿Ah si? Le gritó el dándole dos bofetadas.
– Basta por favor, no me pegues mas, dijo ella llorando.
Clara lloraba diciéndose a sí misma como había podido ser tan estúpida de ir a casa de un cliente.
– Chupa puta, le dijo él metiéndole el dedo pulgar en la boca mientras seguía abofeteándola.
– Aaay basta por favor no me pegues más, deja que me vaya ya por favor.
– ¡Te irás cuando a mi me salga de los cojones puta!
– Oye de verdad que si te va lo duro tengo amigas que ofrecen esa clase de servicios pero yo no hago esas cosas, puedo decirles que te hagan un buen precio, yo no soy el tipo de profesional que tú buscas.
– Es que yo no busco una profesional del sado, busco una sumisa solo para mí, – ¡Chúpame el dedo zorra ¡
– Pero si yo no soy sumisa… por favor deja que me vaya.
– Ah ¿es que no quieres comerme la polla? Le dijo mientras se la sacaba volviendo a abofetearla. ¿No la quieres puta? ¡VAMOS PUTA!
Clara empezó a chupársela pero sin muchas ganas, estaba derrotada.
– ¿Así comes la polla puta inútil? Le dijo agarrándole la cabeza para metérsela toda en la boca. Creo que te gusta el dolor zorra, veamos si es eso…
Le puso unas pinzas en los pezones y le apretó la cabeza metiéndola polla hasta el fondo de la garganta, ella intentaba deshacerse de él pero la agarraba con fuerza, casi no podía respirar y las pinzas le mordían los pezones sin piedad, ella intentaba zafarse de él pero todo esfuerzo era inútil, él tiraba de las pinzas y las retorcía, Clara emitió algo parecido a un grito pues tenía toda la polla de ese tío en la boca e instintivamente empezó a chuparla más fuerte.
– Vaya, ¿así que es esto lo que necesitabas eh? Le dijo él riéndose.
Clara empezó a metérsela ella sola hasta la garganta mientras él le sobaba el coño que estaba encharcado y sin que ella se diera cuenta, le puso unas pinzas en los labios del coño, Clara se retorcía de dolor pero a la vez chupaba con más pasión.
Él le sacó la polla de la boca y se alejó de ella.
– Si quieres polla ven a buscarla a 4 patas, putita.
Clara dudó.
– Ven perrita, ven a buscar tu ración de polla.
Clara se quedó mirándolo lastimeramente pero avanzó hacía él arrastrándose a 4 patas y cuando ya casi la había alcanzado él volvió a retirarse.
– Me encanta jugar con las putas, le dijo el riéndose.
– Por favor, dijo ella suplicante.
Él le sujetaba la frente con la palma de la mano mientras ella intentaba llegar desesperadamente hasta la polla, sacando la lengua incluso.
– Que ridícula quedas fulana viciosa.
– Quiero polla por favor.
Él la dejó dar una chupada a su polla pero enseguida volvió a retirarse dándole un par de azotes en el culo, ella gemía y se contoneaba.
-¿Quieres más polla eh putita?
– Si, por favor, le dijo ella.
-Bueno pues eso será la próxima vez que te recoja, ahora vístete y vete, puta.
– Pero…
– Nada de peros puta, vístete y sal de mi casa o te echo a la calle en pelotas.
– No por favor, dijo ella.
– Pues venga, vístete y lárgate que no tengo todo el día para perderlo con una puta como tú.
Clara estaba excitada y tenía ganas de polla pero tenía miedo que ese hombre cumpliera su amenaza y se vistió y se fue.
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