Virginia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por dom.peri.
Cuando le lleve el cafe a Don Jose esta mañana pense que seria un dia de rutina, pero me ha sorprendido con un nuevo capricho.
Ya estoy acostumbrada.
Cuando empece a trabajar para él, aunque sabia algo de lo que me esperaba no sospechaba todo lo que podria humillarme.
Al principio me costaba soportar sus humillaciones, el que me usara a su antojo.
Pero me he ido acostumbrando y ahora no solo no podria vivir sin ser su puta, sino que disfruto mas cuando mas me somete y me humilla.
Cuando llame a la puerta de su despacho con el cafe y me dijo que pasara, crei que solo tendria que chuparle la polla arrodillada debajo de su mesa, que es lo que mas acostumbro a hacer en su despacho cuando tiene trabajo.
Pero en vez de eso, aparto el cafe a un lado, giro la silla y sin mirarme dijo
– Quiero el culo
Ya se sus costumbres y conozco sus ordenes.
Me arrodille delante de él, le abri la bragueta, saque la polla que ya estaba bastante dura y me la meti en la boca, solo para acabar de ponerla a punto y mojarla bien.
Despues me levante la falda hasta los riñones, me subi la blusa hasta el cuello, con las tetas y el culo al aire, porque desde el principio de trabajar para mi jefe sus ordenes fueron muy claras:
-Virginia, nada de bragas ni sujetadores, te quiero con los agujeros y las tetas bien disponibles siempre.
Me apoye en el lateral de la mesa, abriendome las nalgas con las manos todo lo que pude.
Para entonces ya tenia el coño mojado, tanto me he acostumbrado a que Don Jose me use que en cuanto me da una orden me pongo cachonda y me mojo.
El se levanto bien despacio, le note detras de mi y enseguida sus manos apretandome fuerte la espalda y aplastandome las tetas contra la mesa.
Metio un momento la polla en mi coño, hizo unos cuantos metesaca que casi me hicieron correrme y la saco.
Note la punta de su polla en mi ano.
Me relaje lo que pude, sabia de sobra lo que vendria a continuacion.
Un fuerte golpe de sus riñones me clavo la polla en el ano hasta que los cojones me pegaron en las nalgas.
Me esforce en abrirme mas para facilitarle las cosas.
Dejo un momento quieta la polla bien dentro de mi tripa y en seguida comenzo a moverse con violencia.
De vez en cuando salia del todo y volvia a meterla de un empujon hasta el fondo.
Aunque estoy acostumbrada, me relajo y estaba muy cachonda, eso duele.
Por eso me abro con las manos todo lo que puedo.
Despues de un rato de ese juego note que mi jefe se corria.
Se cuando va a suceder: se deja caer con todo su peso sobre mis riñones, me clava los muslos sontra el borde de la mesa.
Se queda casi inmovil y enseguida explota.
Tambien yo me corri.
Me toca aguantarle un rato encima de mi.
Cuando comenzo a sacar la polla de mi culo y me iva a volver y arrodillarme para limpiersela con la boca, me sorprendio.
– Ponte en cuclillas puta vieja.
Asi es como él me llama muchas veces.
Le obedeci sin hablar.
Se quedo mirandome.
Enseguida note como su leche salia de mi culo y caia al suelo.
Fui a moverme y me mando.
– Quieta guarra, no importa que se manche el suelo.
Despues lo limpiaras.
Me tuvo asi bastante rato.
El se puso delante de mi.
Ya sabia yo lo que tenia que hacer.
Me meti su polla en la boca y la lami bien, despues los cojones y las ingles hasta que estuvo limpio.
Despues se la meti en los calzoncillos y le cerre la bragueta.
Yo seguia en cuchillas, Su leche seguia goteando de mi ano.
El se sento en la mesa y aparentemente se puso a trabajar.
Temi que llamara a algun emplado y que al entrar en el despacho me encontrara asi.
No es que no este acostumbrada a esas cosas, ya me ha tocado pasar por eso muchas veces.
Pero en la posicion en que estaba y con el charco debajo de mi culo .
Eso no paso.
Al cabo de un rato, Don Jose volvio a girar la silla y
– Virginia, limpia todo lo que has manchado.
De rodillas y con las manos en la espalda.
No uses la lengua, solo recoge todo con los labios.
Deja el suelo bien limpio.
Ya he aprendido a obedecer en todo a mi jefe, asi que no lo dude.
Me coloque como me mandaba e hice lo que el queria.
Tarde un rato.
La posicion era muy incomoda y al rato me dolian las rodillas.
Pero lo limpie bien.
Don Jose continuaba mirandome sin decir nada.
Despues de bastante rato:
– Virginia, ya puedes levantarte.
Estaba entumecida, me levante con esfuerzo y me quede delante de el.
Aun tenia la blusa alrededor del cuello, pero la falda se habia bajado al levantarme.
Para prevenir algun castigo me la volvi a subir a los riñones.
Notaba los labios escocidos de rozar con el suelo y manchada la cara de semen.
– Estas hecha una guarra, Virginia.
Pasa a mi baño y aseate.
– Gracias Don Jose.
Bueno, al menos no tendria que cruzar la oficina delante de todos, tal como estaba, para ir al baño de empleados.
Despues de todo hoy no habia sido tan dura la hora del cafe.
Ya veremos lo que tendre que soportar en el resto del dia.
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