VUELVE EL CLUB DE LAS BRAGAS ROSA
Para el día de nuestro reinicio de actividades había una nueva chica en el club, que había estado esperando con ansias a que volviéramos, ya tenía su distintivo listo y no dudo en realizar el rito de iniciación y después la actividad del día. Y así fue su primer día en “El club de las bragas rosa»..
Sí, habíamos vuelto a juntarnos en “el club de las bragas rosas”. Con las que aún mantenía contacto había acordado que volveríamos a nuestras excitantes actividades semanales, que se las iba a preparar tanto o más excitantes que antes así que les pedí que volvieran a preparar sus distintivos del club, su braga rosa con mi nombre en su zona íntima que es lo que más las excitaba durante el día que tenían que usarla. Así, una vez a la semana, todas las chicas del club llevaban puesto su íntimo distintivo del club el mismo día. Y si por ahí notaban a una chica que llevaba puesta una braga rosa, no vaya a ser que estén viendo a otra chica del club.
Pero una noche antes, como siempre, ellas esperaban ansiosas a que les mandará las instrucciones de la actividad de la semana, y el solo recibir las instrucciones de cómo debían de hacerlo ya las ponía húmedas y preparaban no solo su tanga rosa para el día siguiente sino todo lo que necesitaran para realizar la actividad. Justo para el día de nuestro reinicio de actividades había una nueva chica en el club, que había estado esperando con ansias a que volviéramos, ya tenía su distintivo listo y no dudo en realizar el rito de iniciación y después la actividad del día. Y así fue su primer día en “El club de las bragas rosa”.
Esa mañana se levantó muy temprano, había pasado la noche desnuda, masturbándose pensando en lo excitante que sería participar en ese grupo selecto de chicas que alrededor mío hacían parte del club más excitante de chicas que hay. Al lado de su almohada había dejado su tanga rosa, lista para usarla en el día acordado, apenas abrió los ojos, la miró la tomó con la mano y la olió imaginando todos los olores y humedades que dejaría encima mi nombre al final de ese día, sintió un rico cosquilleo entre las piernas y se fue directo a la ducha agarrando en la mano su distintivo del club.
Fresca y una vez que había salido de la ducha, solo con la tanga puesta, dispuso su camarita y se sacó las primeras fotos, en su mano había escrito la fecha del día en numeral y poniéndola cerca de su tanga sacó un par de fotos, cosa que desde ya la excito mucho imaginando que otras chicas estarían haciendo exactamente lo mismo. Luego me las mandó y me dijo que como habíamos quedado, apenas tuviera la oportunidad haría el rito de iniciación y me lo mandaría y que más tarde, volviendo de la universidad se dedicaría a la excitante actividad del día de acuerdo a las instrucciones que le había mandado.
Para no hacerlo muy largo, les diré que en un puente o descanso largo que tenía en la universidad, se metió al baño y aprovecho para hacer el rito de iniciación y me lo envió, además me confesó que la había llenado de morbo que, aunque el baño estaba prácticamente vacío y solo escuchó entrar a otra mujer, le llenó de excitación saber que estaba dando rienda suelta a su excitación metida en aquella cabina del baño con la puerta bien cerrada, mientras otra ocupaba otra cabina sin siquiera imaginarse lo que ella estaba haciendo.
Ya en la tarde, cuando llegó a casa comenzó con lo que era la actividad del día, la excitación la había acompañado en todo momento: al sentir su distintivo del club puesto mientras caminaba en la calle, la universidad mientras pasaba clases o mientras iba al baño para orinar y ver mi nombre desprenderse de su vagina mientras se bajaba la tanga. Y ni que decir la explosión de placer que sintió al hacer el rito de iniciación. En fin, una continuada sobreexcitación que la mantuvo cachonda todo el día y que ahora iba a rematar haciendo la actividad que todas las otras chicas del club también la harían en el transcurso del día.
Se metió a toda prisa en su habitación, cerró bien la puerta, lanzó la mochila y cerró las cortinas de la ventana. Su zona íntima estaba que le hervía de placer, sus pezones despuntaban y pedían liberarse de su sostén, entonces, preparó la cámara del teléfono de manera conveniente. Y comenzó, se quitó el top y el pantalón de mezclilla, quedo en ropa interior y miro sonriente a la cámara, luego se fue quitando lentamente la tanga, la dejó en medio camino entre sus caderas, se había dejado el pelo entonces ya se le veía la mitad del monte de venus y era algo realmente excitante, luego se la bajo por completo tomándola del medio, ya en sus manos enseñó mi nombre en la tanga y se notaba la descarga de flujos vaginales que le había derramado encima. Finalmente, se quitó el sostén dejando libre ese tremendo par de tetas que tenía, con los pezones oscuros bien despuntados.
Separó las piernas, se tocó entre ellas, alborotó todo el pelo de su pubis hacia arriba, era un pelo oscuro, grueso que cubría por completo toda su zona, abriendo más las piernas y apoyando una rodilla encima la cama para su comodidad, dejó ver toda su vagina, con los dedos separó sus labios vaginales, haciendo que saliera su clítoris y su orificio se viera, luego se abrió lo más que pudo con ambas manos y la hizo hacia adelante para mostrarla toda, se meneo un poco, la dejo abierta todo lo que pudo, se dio los últimos roces encima. Acomodó la almohada sobre la cama poniéndola al centro, y subiéndose se montó encima.
Mientras se acomodaba sobre la almohada con las piernas abiertas dejó que las tetas le colgaran, las meneo para que se vieran bien, los pezones sobresalían duros. Una vez sentada sobre la almohada, acomodó bien la cámara para que saliera bien puesta su vagina y sus deliciosos pechos. Y entonces comenzó a moverse, a menearse encima la almohada rozando toda su vagina en la tela, sus senos empezaron a bailotear y sus primeros resuellos y gemidos no se dejaron esperar, atacaba con ganas esa almohada como queriendo rozar cada parte de su zona íntima desde su clítoris hasta sus nalgas. Montaba como una verdadera potra encima de esa almohada, y entre excitantes respiraciones, me decía mirando a la cámara: “MI cuerpo es todo tuyo, y se siente riquísimo”, y se seguía sobando sobre la almohada, me imagino lo mojada que la iba dejando.
“Lo estoy haciendo riquísimo, mira que delicioso, para que me hagas tuya”, así seguía gimiéndome sus palabras entrecortadas por la excitación, no paraba un solo segundo de sobarse con la almohada, estaba bien posesionada sobre ella con las piernas totalmente abiertas, su ombligo también se veía exquisito, pero lo que vino era realmente una ahogo de excitación, se tomó las tetas con las manos, esas tremendas tetas que apenas le cabían en las manos de lo redondas que estaban, y se las comenzó a sobar, los pezones se perdieron en sus palmas y amasaba con los dedos como si estuviera amasando para hornear.
“Mira como las sobo” me decía mientras las liberaba un poco y dejaba que sus pezones salieran entre sus dedos, luego llevaba sus manos por los costados de su cuerpo y hacia atrás acariciándose las nalgas, pero volvía a tomar sus pechos, los agarraba desde los costados, los amasaba y los subía hacia arriba como si fuera a morderse los pezones, pero en vez de hacerlo miraba a la cámara fijamente y me decía: “Todo esto es tuyo rica”. Sus senos aplastados por sus manos sobresalían por los costados, eran tan grandes que sus manos no podían contenerlos. Y seguía cabalgando en su almohada totalmente desnuda y sobándose los pechos con todo deleite, “Isa me encantas” decía entre gemidos.
Su voz seguía susurrándome cosas como: “Quiero hacerte mía y chuparte los senos, chupar tu vagina, me encantaría chupar tu clítoris y tú chupar mi clítoris delicioso y caliente, ay que rica esta mi chimba” todo eso decía entre roces de su vagina con la almohada, entre manoseos que le daba a sus pechos, “tengo ganas de ti, ay se siente delicioso” ella misma sentía como se movían sus senos “Mira cómo se mueven mis tetas” ahí fue que la escuche perdida en su excitación y me dijo “Me estoy viniendo para ti, ¿sí, te gusta?” Las venas se sus redondos senos se notaban claramente, sus pezones oscuros que parecía que le iba a reventar de tanta excitación. Y seguía sin detenerse: “Bien ardiente y viniéndome” seguramente esa almohada esta mojada por su vagina e iba a recibir una sobrecarga de excitación, podía sentir lo caliente que estaba su cuerpo, “Ay, que rico…, me voy a venir”. Y se sintieron las contracciones en su vientre al venirse, su ombligo se arrugó y todo su cuerpo se estremeció. Casi podía sentir lo que se estaba viniendo encima su almohada, los fluidos que le chorreaban y que la dejaban aún más húmeda de su abundante excitación.
Se había quedado paralizada y con los ojos cerrados, disfrutando de su orgasmo, parecía que ahora las tetas le colgaban más, y dando un largo suspiro salió de su arrobamiento, para apagar todo contenta su cámara. Al enviarme todo eso, dijo. “Me gustaría tener una de esas excitantes conversaciones contigo, dime cuándo puede ser”.
Y ustedes, ¿quieren enterarse de lo que se dijo en esa morbosa conversación? Escríbame a mi correo para comentarme que les pareció. [email protected] Y por favor, solo chicas.
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