Xime, Xime, Ximenita
Mi amiguita de tan solo 7 años estaba allí….
Xime, Xime, Ximenita (2)
Como les conté en la parte anterior, pedí al universo poder tener cercanía con esa niña linda que vivía cerca de el negocio donde yo trabajaba (pide y se te dará).
Continuamente, Fani debía acudir a juntas de su trabajo o exposiciones y no tenía quién cuidara de Ximenita. Fani veía lo cariñoso que yo era con su hija y lo mucho que yo la hacía reír y no lo dudó dos veces en esa ocasión; así que me la encargó para cuidarla.
Como les conté, yo trabajaba en una tienda y en algunas ocasiones me dejaban a cargo del negocio. Para mi buena suerte, era puente largo y el dueño de la tienda había salido con su familia a algún balneario (a ver culos… de jovencitas, maduras, y hasta los culos de sus propias hijas supongo).
Eso para mí fue la gloria porque así yo podía apurarme a limpiar y rellenar los anaqueles y pasar tiempo con Ximenita. 🙂
Fani no disfrutaba mucho de ser madre, o al menos eso notaba yo porque no era muy cariñosa todo el tiempo. Fani había tenido a Ximenita muy joven y al parecer Ximenita no conocía a su padre. Y yo me preguntaba, «Cómo puede ser tan estúpido un padre como para abandonar a su hija!» Obviamente, para mí estaba genial porque no era el padre pero me habría encantado que fuera mi hija para que me diera todo su amor antes que a nadie 😉
Ese día tan caluroso de semana santa me puse a bromear y jugar con ella, le hacía bromas, le decía chistes, la correteaba para hacerle cosquillas. Después de tanto correr nos cansamos y la atrapé y le hice cosquillas con mi barbilla en su pancita y bebimos un jugo.
Nos quedamos un tanto cansados y felices por nuestros juegos. Yo me senté en un banco y la recosté en mis piernas y la mecí un poco de lado a lado cargándola como bebé y ella jugo a estar dormida boca arriba mientras abría uno de sus ojitos de vez en cuando :-*
De repente se levantó y se bajó de mis piernas para subirse a una sola montando de caballito y comenzó su juego imaginario de «cabalgata» sujetándose de mi pierna mientras yo la sujetaba de sus hombros y yo le decía que lo hiciera más y más rápido. Ella aumentaba la velocidad cada vez más fuerte y llegó un punto en el que sentí un calorcito de algo que mojaba mi pantalón de color café claro. Se había orinado encima de mí bañándome con su lluvia dorada y al darse cuenta se levanto la falda del vestido para mirar qué acababa de suceder y después con sorpresa y temor me miró con un cierto temor.
Yo solamente la levanté y la bajé de mi pierna y le dije que no pasaba nada y que me diera un minuto. Yo simplemente me bajé los pantalones para que no se terminara de mojar toda mi pierna. Me quedé en calzoncillos y puse a secar el pantalón sobre una silla mientras aún entraba un poco de sol a través de la ventana.
Volví a sentarme frente a ella y levanté su carita para que me mirara con esos ojitos tiernos y le dije nuevamente que no pasaba nada y que solamente debíamos secar nuestra ropa. Al terminar esa frase la acerqué hacia mí y metí mis manos para bajar sus calzones rosas de algodón suave húmedos con su pipí. Ella simplemente me obedeció y sacó sus pies uno a la vez. Fui y tendí su ropita no sin antes oler su aroma tan delicioso y pensar en la paja que me haría a su salud después.
Entonces regresé a sentarme y tomé una toalla seca de un mostrador (que afortunadamente teníamos para secarnos las manos después de lavarnos). Le extendí mi mano y ella fue a mí y la abracé para mostrarle protección. Ella simplemente se acurrucó en mí y le besé su frente y le besé su manita tan tierna y delicada y suave y morena / trigueña.
La alejé de mí un poco y metí la toalla bajo su falda hasta llegar a su conchita y ella se asustó por un momento pero después se mantuvo allí mientras yo secaba su panochita rica por encima con toquesitos suaves y delicados mientras la miraba a los ojos. Ella se quedó allí mirándome con sus ojitos café oscuro y sus labios entreabiertos tan carnositos y coquetos y no pude evitar darle un beso en la boca.
Me aparté de inmediato pero ella me tomó por el cuello y me dió un beso también. Nos sonreímos y volvimos a hacerlo una y otra vez mientras yo seguía tocando sus muslos para secarlos pero usaba el costado de mi mano o la base de mi pulgar para frotar sus labios vaginales suavemente y ella no se había percatado.
Poco a poco nos acercamos más y ella ya comenzaba a besarme como lo hacían las actrices de telenovelas (buena escuela) y yo terminé por tirar la toalla para comenzar a tocar sus labios vaginales más directamente. Esto no le molestó y tomé una de su manita de siete años para llevarla a mi verga tiesa. busqué la entrada de mi calzón y saqué mi verga para rodearla con su mano.
Continuamos besándonos y continué haciéndome una chaqueta con su mano pero ella quería mirar y se alejó para poder ver lo que hacía su manita. Justo en ese momento salpicó un chorro de semen y aún estando sentado exploté tan duro que le salpiqué la esquina de su boquita, su frente, su barbilla y su pechito por encima de su vestido.
Ella parpadeó y se alejó pero sonrió por aquellas chispas que salieron sorpresivamente y que ella desconocía pero estaba por conocer 🙂
Seguiré el relato después…
Felices pajas, dedeadas y demás…
Muy ricooooo
Gracias por tu comentario!!!
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