Y No Lo Olviden Niñas… Sus Tíos Las Aman – Cap. 02
Alan y Serge le dan su buena estrenada a la pequeña Analía.
Nota: Este relato contiene violación a menores e incesto, si no te gusta la extrema violencia, no sigas leyendo.
CAPÍTULO 02
Serge
Ver a Alan azotar a la pequeña Analía me puso muy burro, nosotros siempre hemos decidido follar a las pequeñas y no azotarlas como parte de nuestros juegos, porque entre someter a la pequeña puta que usaríamos y en ocasiones tener que someter a madre e hija, no nos daba el tiempo para jugar, porque hay que tener en claro algo muy importante, una cosa es golpear a una nena para poder follarla y otra cosa muy diferente es azotarla para jugar con ella, los golpes son siempre rápidos y con fuerza para poder someterlas lo más pronto posible y poder disfrutar de sus huequitos, mientras que azotarlas por juego, es poder golpearlas con la fuerza que uno quiera y el tiempo que uno desee, es más podríamos hacerle lo que sea y Analía no tendría a dónde correr. Podría incluso ponerle las pinzas para pezones y ponerle otra en el clítoris, amarrarla y así sentarme a escuchar por horas sus gritos y llanto, deleitándome en el sufrimiento de mi putita, eso es algo que definitivamente tengo que conversarlo con Alan, tengo muchas ganas de hacer todo lo que no he podido hacerles a nuestras putitas temporales.
- Ya me ardió la mano y veo que estás igual de emocionado. Tu turno.
- Justo esperaba mi turno, pero ya tiene todo el culo colorido.
- Las piernas y la espalda siguen siendo un lienzo en blanco.
- Maldito sádico, sabes ponerme burro.
- Solo resalto lo obvio. Si no le hacemos entender a la putita que necesita ser educada, entonces nunca pondrá todo su esfuerzo en ser una buena putita.
Alan se movió de su lugar, avanzando hasta la cabeza de Analía, la cual tenía hundida en la cama sollozando, yo me subí a la cama ocupando el lugar que dejó vacío Alan, apenas vi ese culito tan rojo me dieron ganas de seguirlo azotando hasta que quede completamente hinchado, quizás hasta que pase del rojo furioso a un morado intenso, ganas no me faltaban, pero Alan tenía razón, las piernas y la espalda de Analía estaban en blanco, entonces ¿por qué pintar sobre lo pintado si puedo ponerle del mismo color rojo intenso a otras partes de ese cuerpecito?
- Voy a azotarle los muslos mientras le follas la boca.
- ¿Cómo sabía que haría eso?
- No te bajaste de la cama y te mueves a la cabecera, ¿acaso me crees estúpido?
- Ya calma, calma, pero es que mira ese rostro, no deja de llorar y está con los ojitos hinchado y todo rojos, ¿acaso no te da ganas de follarle hasta los ojos a esta hermosa criatura?
- Ufff, no pongas ideas como esas en mi cabeza hermano, pasaríamos todo los límites haciendo eso.
- Es verdad, da muchas ganas hacerlo, pero sería mucho problema.
Empecé a azotar los muslos de Analía, el primer contacto que hizo mi mano con su carne desnuda fue gloriosa en sentidos que no podría explicar, hacer que chupe mi riata fue espectacular, pero no hay nada que se compare a una primera vez, mi mano chocando con su carne, fue por mucho uno de los momentos más felices de mi vida, ver su piel cambiando de un tono blanco a un tono rosa, dejando mi mano marcado en esa piel, es como marcarla como mía, me sentí granjero marcando a su ganado y Analía no está muy lejos de ser mi ganado.
Mi emoción se demostró cuando empecé a azotar los muslos de Analía en rápida sucesión, un azote tras otro, entre azotes fuertes y otros con menos fuerza cuando me dolía la mano, no podía escuchar los gritos de Analía y eso era un poco frustrante, Alan le estaba follando la boca y no me dejaba disfrutar de sus hermosos gritos, reflejando así el dolor que sentía por mi mano, por otro lado podía escuchar sus sollozos y ver cómo la larga polla de Alan entra y sale de su boca me causa otro tipo de emociones y sensaciones, las cuales solo aumentaron cuando vi a Alan agarrar el cabello de Analía fuertemente y embestir con su cadera lo más al fondo posible, como yo sostenía a la pequeña putita casi no se pudo mover y sus desesperación aumentó tratando con sus manos de apartar a su tío, el cual seguramente tenía su larga polla lo más al fondo posible de su boca, quizás llegó a su pequeña garganta recién abierta, eso me dio el impulso que necesitaba para azotar a Analía tan fuerte, que mi mano quedó un poco hinchada.
- ¡Qué gusto con esta perrita! Ya le pude mandar media verga.
- Mi mano está hinchada pendejo, me hiciste emocionar.
Alan sacó la polla del interior de la boca Analía
- Es que ésta si es una buena puta carajo.
Alan se emocionado empezó a embestir y embestir dentro de la boca de Analía hasta que se derramó dentro de ella, dejándole todo la boca llena de esperma.
- No mames cabrón ya la llenaste, me toca a mí, hazte a un lado.
Alan no se apartó, siguió y siguió embistiendo la boca de nuestra putita después del orgasmo, hundiéndole su leche con cada embestida.
- No me pienso apartar hasta que la putita se trague toda mi leche
Y así como dijo, así lo hizo, siguió embistiendo en la putita hasta que le hizo tragar a fuerza toda su leche y su polla quedó flácida.
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Alan
No hay nada como deslecharse a gusto en la boca de una putita, bueno, en cualquier parte de ella mientras quedes deslechado.
Sé que Serge está cabreado porque él también quiere usar la boca de nuestra putita lo más pronto posible, pero se puede ir a la mierda.
- No me pienso apartar hasta que la putita se trague toda mi leche
Y así como dije, lo hice, seguí embistiendo en la putita hasta que le hice tragar a fuerza toda mi leche y mi polla quedó flácida.
- Ahhhh, nada como una buena deslechada, ahora sí puedes usarla como te dé la gana.
Me aparté y vi la cara de Analía, tenía un reguero de leche en su mentón y el rostro lleno de lágrimas, se veía como una puta obra de arte, me dieron ganas de follarle el coño, pero ya estaba desgastado, puedo ser joven, pero dos corridas de esa magnitud dejan agotado a cualquiera y por lo que sé, Serge no se ha corrido ni una sola vez.
- Entonces le romperé el virgo, porque eso es lo que quiero, quiero meterle la verga y escuchar como grita mientras veo como sangra.
- ¡No! Sabes que no puedes hacer eso, su cuca es mía, pero puedo otorgarte el ser el primero en romperle el culo, te lo ganaste por tu paciencia, entre compas siempre nos damos la mano.
- Ufff, eso es lo que quería oír, por fin romperé el culito de esta zorra.
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Serge
El perro desgraciado de Alan me dio la noticia menos esperada y más satisfactoria, no cabía la emoción en mi pecho, rompería otro culito, el culito de una de nuestras putitas, aunque Alan está obsesionado con ser el primer hombre en la cuca de Analía, la verdad es que yo seré el primer hombre en profanar su agujerito, así como fui el primero en abrirle la garganta, nunca podrá quitarme de su mente, una puta jamás olvida la primera verga que se traga.
Analía estaba como desmayada, vi que Alan se hizo a un lado, se veía saciado, relajado y cansado, con la polla flácida y sucia, al igual que estaba el mentón de Analía. Recogí con mis dedos los restos de leche que Analía tenía y se los llevé a la boca, no cooperó mucho, pero igual le mandé mis dedos para que pueda tragarse toda la leche, debe quedarle claro que la leche de macho que le hacemos el favor de darle, no debe ser desperdiciada, debe atesorarla, desearla y cuando le hagamos el favor de derramarnos en ella, ella debe estar completamente agradecida por darle nuestra leche.
Fui al buró por el lubricante, sé que Analía no dará ningún problema, no le queda nada de fuerza, con solo 3 años, todo lo que le hemos hecho, la ha dejado completamente exhausta y adolorida.
Cuando estuve de nuevo con ella, la acomodé boca arriba y le abrí las piernas, dejándola con las piernas abiertas como sapito agarré el lubricante y empecé a jugar con el contorno de su agujerito, estaba tan chiquito, rosadito y muy, muy estrecho, seguramente será un buena jodida.
Cuando ya terminé de jugar con el contorno de ese anito rico, empecé a meter mi dedo índice, Analía sintió incomodidad y quiso apartarse, le di un buen azote a su pierna derecha y le dije que se quede quieta, porque su tío le va a dar el amor más grande.
Introduje más mi dedo índice y empecé a hacer círculos dentro de ella, una vez más se empezó a retorcer y tratar de huir, no soy muy conocido por mi paciencia, es más, soy menos paciente que Alan, incluso puedo decir que suelo ser un poco más cruel con las putitas que usamos, a él le gusta escuchar su llanto y sus gritos, incluso nos excitamos más cuando las perras gritan pidiendo ayuda a sus mamis, pero por otro lado a mí me gusta ver sangre, incluso quisiera ahorcarlas hasta dejarlas sin vida, pero me contengo, no soy asesino.
Hice círculos más rápido con mi dedo tratando de que ese pequeño agujerito se abra más, pero no tanto, porque quiero gozar de su estrechez, abrir uno así chiquito y cerradito es lo que más me gusta, por eso Alan insiste en que el culo de los bebitos es lo que más me gustará, yo discrepo de ello porque la verdad me gusta más cuando gritan pidiendo ayuda, en cambio a Alan lo que más le excita es cuando lloran y gimen, pero no hablan.
Analía sigue forcejeando en su interior, haciendo fuerza con su ano tratando de expulsar mi dedo invasor, debo decir que estoy sorprendido, no pensé que le quedara algo de fuerza en ese cuerpo tan pequeño.
- Ya deja de jugar Serge y cógete a esa puta
- Ya escuchaste putita, tocará abrir ese culito de la mejor manera.
Me puse un poco de lubricante en mi polla, no quiero quedar lastimado, alineo mi polla al huequito de Analía y forzo mi entrada, no pude hacerlo a la primera, intento e intento haciendo que Analía empiece a llorar y eso solo me emociona más, así que con todas mis fuerzas forzo el anito de Analía hasta que entra la cabeza de mi polla junto a unos pocos centímetros, el grito que da Analía es música para mis oídos, seguido de las palabras más hermosas que puede decir una nena cuando le está entrando una verga.
- Quelo a mi mami. Lele tío, pofavo ya no quelo, lele, lele mucho.
- Eso es puta de mierda, grita, grita para que no olvides que es tu tío, tu tío te está metiendo la polla por ese culo de puta que tienes, recuérdalo siempre pedazo de basura, tu tío fue el primer en meterte su amor. Siempre seré tu primero puta de mierda.
Aunque sigo tratando de meter mi gorda polla por el huequito de la puta, está tan estrecho que me está empezando a doler, lo bueno es que ya he pasado por este dolor, chorreo lubricante directo del frasco a mi polla mientras sigo forzando a que entre en el estrecho y virginal agujero, poco a poco sin descanso y con mucha fuerza, logro enterrar toda mi envergadura. Analía sigue llorando, gritando con la poca voz que le queda pidiéndole ayuda a su mami y a su papi, la verdad es que estoy más que excitado por sus gritos.
- La puta madre, si esa perra sigue gritando me va a parar la verga y voy a terminar por romperle esa cuquita rica.
- Alan, esta perra está tan apretada que me hace doler la verga, maldición, es la mejor puta que podríamos tener hermano. Escucha como gime de dolor y gusto, ésta nació para recibir polla a cantidades hermano, ¿por qué no le destrozas la concha mientras le termino de abrir el culo?
- ¿Una doble en su primer vez? ¿Crees que aguante?
- Y si no aguanta ¿qué puede hacer? ¿Irse a quejar con sus papis? Jajajajaja. La perra no tiene con quién irse a quejar.
- Pero después no podremos usarla
- ¿Y quién dice que no, hermano? Nosotros somos sus dueños y decidimos cuánto y cuándo la usamos.
- Y si queda rota, pues tenemos el culito de Pamela, hasta que la puta de Analía se repare.
- Exacto, para eso son nuestros juguetitos.
- Loco, tú sí que sabes ponerme arrecho hijo de las mil putas. Gírate y ponla sobre ti, ábrele esas piernas que es momento de que reciba amor por partida doble.
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Alan
El perro de Serge como siempre es un sádico, ha propuesto una idea que está de puta madre, casi nunca le podemos hacer dobles a nenas tan pequeñas, nunca hay suficiente tiempo, en especial cuando somos los primeros en abrirlas.
Cuando Serge queda con media verga dentro del culito de una Analía completamente dócil, semidesmayada, empieza a embestir lento pero duro, seguro está un poco ansioso por hacerle una buena metralleta en el culito, pero esos agujeritos de la nena son muy estrechos como para poder joderla como se merece.
Veo que ya puede entrar un poco más la polla de mi hermano en el culito de Analía y ésta está llorando de nuevo, imagino que ya le abrió bien el segundo anillo, porque se nota un poco de sangre adornando en la verga de mi pana. Cuando veo la sangre de las primerizas mi polla se llena de sangre de inmediato, me encanta cuando pierden sus virginidades.
Me ubico arriba de la pequeña puta, la cual ha regresado en sí y no está llorando desmayada como creí en un principio, está llorando con los ojos bien abiertos, viéndome desde abajo con su carita llena de terror, es como si supiera lo que le espera, pero la verdad es que no sabe todo lo que le falta por sufrir, si pudiera enterrarle la verga entera, aunque le destroce el útero sería lo más hermoso del mundo, pero por ahora mi amigo Dennis no está en el país y no tengo quien repare mi juguete si se llega a averiar.
- Ahora vas a recibir el amor de tus tíos, muñeca. Vas a recibir su amor al mismo tiempo
Me bajo a la altura de su rajita, tan chiquita y tan apetitosa, virgen por completo, jamás profanada, pero ahora será destruida y abierta por mi verga y así será a diario, hasta que se acostumbre bien a recibir cuánta verga a mí se me dé la puta gana.
Con la cabeza de mi polla acaricio su rajita, con mis dedos índice y pulgar abro esos diminutos labios vaginales, la puta es estrecha por donde sea, tiene unos labios tan delgados que parece que se van a romper si sigo abriéndolos más, bueno, quizás otro día se los rompamos, cuando Serge esté aburrido le pediré que juegue un poco con nuestra putita como a él le gusta, con un poco de sangre y gritos.
Cuando ya me canso de jugar con la cabeza de mi polla en su rajita, empiezo a entrar, o al menos lo intento, no puedo meterle ni la cabeza a la puta de mierda, es tan estrecha que me va a hacer doler la polla, agarro el lubricante y aprovechando que es de esos que tienen pico, le mando el pico por la raja a la pequeña puta y exprimo el envase para que se llene bien, como pavo en navidad, porque más rellena quedará después.
Serge sigue metiéndole la verga por el culo, el desgraciado no ha parado ni porque intento meterle la verga por la concha a nuestra nena, el maldito solo piensa en abrirle bien ese hueco y no se preocupa por la comodidad de su hermano.
- Hey Serge, estoy tratando de meterle mi riata a la puta, ¿puedes dejar de moverla? Sé que está que pide verga, pero detente.
- Hermano, es que el culito es tan estrecho y se pega a mi verga de una manera que única, jamás he sentido algo tan apretadito, creo que cuando le saque bien la verga, va a salir con sus entrañas.
- Me importa una mierda, quédate quieto que voy a intentar metérsela de nuevo y necesito que esté quita para forzar mi entrada.
Serge se queda quieto metiendo casi toda su gruesa verga en ese ex virgen culito, le hizo tremendo hueco amoldándolo al grueso de su polla. Yo voy a hacer lo mismo, amoldar el hueco de mi putita a mi polla, lastimosamente no se puede amoldar al largo, eso solo queda esperar que crezca para metérsela más al fondo.
Solo le dije a la puta que grite si le duele, aunque no se lo dije para detenerme, se lo dije para poder oír una vez más la sinfonía más dulce que puede salir de un juguetito, gritos de dolor mientras una verga le está entrando por algún hueco, forzando a expandirse para albergar la polla del afortunado que está invadiendo el interior, rellenando ese agujero de carne y después de leche.
La cabeza tuvo problemas para entrar de nuevo, así que la dejé firme en la entrada, agarré los hombros de la puta y se la mandé hasta donde más pude, lastimosamente no le entró ni la cabeza completa, al ser tan gruesa y grande como un champiñón, pues las nenas siempre tienen problemas cuando les meto la verga. Aunque no pude ni meterle la cabeza fui recompensado con los gritos más dulcemente desgarradores de Analía, no había gritado de esa manera tan dolorosa ni cuando Serge se la clavó en el culo.
- Oh nena, grita más, sufre como la puta que eres, eres una zorra que se está tragando las dos vergas de sus tíos, si así de puta eres empezando, pronto te estaremos alquilando a muchos amigos -mientras le digo los deseos de mi alma y su pronto futuro, sigo y sigo forzando mi polla en su interior, con una mano la abofeteo de lado a lado, dándome gusto por ver su cara llena de lágrimas, roja e hinchada, mientras la pequeña perra grita como cerda en matadero, yo me deleito con su sufrimiento sintiéndome tan lleno de dicha, sabiendo que soy como dios para mi par de putas, puedo hacer con ellas lo que me de la gana y nadie puede detenerme.
- La vamos a matar perro, métele bien la verga antes de eso, no se puede ir de este mundo sin estar bien llena de carne.
Las palabras de Serge me sacaron de mi trance glorioso, me dejé llevar un poco y mi amigo también, porque mientras yo estaba abofeteando al pedazo de basura, él la ha estado ahorcando con su mano derecha y con la izquierda está presionando la cadera de la chamaca para que entre más de mi verga y la de él. El rostro de Analía está bastante rojo e hinchado y se ha quedado sin voz para gritar y llorar, solo abre la boca, pero no salen palabras, gritos o gemidos de ella.
- Ya se rompió. Ya no puede hablar.
- La estuve ahorcando un buen rato, casi se la lleva el chamuco, hubiese sido cheverísimo.
El cuerpo casi sin vida de Analía no representa un verdadero desafío, pero se disfrutó hasta donde se pudo. Antes de dar por terminada mi intervención, pues tengo que correrme, no puedo estar con la verga parada, así que usando el huequito que he tratado de follar, le vuelvo a meter con fuerza más de la cabeza de mi polla y sigo en eso hasta que logro entrar y no solo hago que entre la cabeza le mando su buenos 5 o 6 centímetros, el dolor hace que Analía regrese en sí, pero nada puede hacer salvo recuperar la conciencia para sentir el dolor de su himen rompiéndose mientras mi cabeza traspasa esa membrana dentro de ella, ella trata de gritar, trata de gemir, seguramente trata de pedir ayuda, pero sigo adelante hasta sentir que verdaderamente rompí todo su virgo, la sangre bañando mi polla es algo adictivo, quisiera siempre estar estrenando chochitos para que la sangre que causa el rompimiento de su himen siempre esté bañándome la verga.
Al sentir como la rompo me lleva hacia mi propio final, así que entro y salgo de su interior lo más rápido que puedo, follándola con los pocos centímetros que le puedo meter, después de varios minutos, me vengo dentro de ella, llenándola de mi leche y deseando secretamente que pronto pueda quedar preñada, quiero hacerle varios hijos y así tener siempre culitos a mi disposición.
- Eso estuvo de puta madre, ahí te la dejo Serge, date vuelo.
Serge la bajó de él y la puso en la cama, le abrió las piernas de lado a lado para ver bien mi obra maestra, la pucha de la putita toda lacerada y roja, le escupió en toda la roja y empezó a masajear esa rajita lastimada, solo para darse gusto al verla retorcer por el dolor provocado, seguido a eso puso su polla en la entrada del culito hizo fuerza en sus caderas haciendo palanca en los hombros de la pequeña y se la mandó hasta el fondo, a pesar de que Serge tiene una polla normal/pequeña su grueso siempre hace gritar a cualquier puta que follemos, grande o chica, no le cabe sin un poco de fuerza bruta, pero al ya haber amoldado ese hueco, se la metió casi que sin dificultad alguna, su expresión de placer me indicó que se la encajó hasta los cojones, pero sigue estando bien apretada, a pesar del uso.
- No mames pendejo, esta escuincla aprieta bien rico.
- Y eso que no probaste el otro agujero, una verdadera delicia.
- Después.
Y diciendo eso empezó a meter y sacar su polla del agujero de Analía, se nota la dificultad que tiene para follarla de manera apropiada, pero eso no lo detiene, logro ver con gran morbo como entre tanto forcejeo por meterle y sacarle la verga, la nena está sangrando de su agujerito, es poco, pero lo suficiente para manchar el miembro de Serge, quien al ver la sangre se emociona más y empieza a follarla con más fuerza y brutalidad e imagino que si se pudiera más rápido, lo haría.
Unos cinco o seis minutos después logro escuchar el rugido de victoria de mi amigo al descargar sus huevos dentro de una de nuestras putas.
Pamela es la siguiente que debe conocer el amor de sus tíos, espero que Serge logre gozar de ella, como creo que lo hará y como definitivamente lo haré yo.
Después de unos segundos, al recuperar el aliento, Serge lleva al baño a Analía para limpiarla, al salir le aplica pomada en sus abusados agujeritos y le dice que descanse. Nosotros hicimos lo mismo.
Tercera parte
Me gusta mucho por donde va la historia, podrías después continuar con otro relato, donde un tipo secuestre nenas para hacerlas vacas de cría y usar y vender a las nenas que dan a luz.
Espero pronto la continuación