2 hermanas y 1 hermano
Esto es solo una historia inventada, nada de esto es real. Son hermanos de edad pequeña, la forma de hablar de los niños está mal escrito a propósito..
Los pequeños trillizos siempre estaban juntos, Rosa con ese cabello largo y lacio, su hermanita Dana con un corte que le llegaba a los hombros y el dulce Daniel que compartía ese mismo color castaño que ellas y pestañas rizadas.
Solían dormir juntos aún teniendo ya 6 añitos, aunque en cierta noche Dana escuchaba pequeños gemidos provenientes de su hermana. Desperté asustada pensando que algo le pasaba y le quitó la sábana.
—¡Dana! —Rosa tenía sus pequeños deditos metidos en su apretada vagina, tenía bastante pena y volvió a taparse rápido.
—¿Qué hacías? —Movió la cabeza de lado y siguió preguntando, dejando ver su pequeño hueco en la boca donde le faltaba un diente de leche.
—Nada… Ya duemete.
Entre tanta plática que tenían despertaron a su hermano que dormía a un lado. El lindo niño Daniel fue hasta ellas, preguntando la razón de su escándalo.
—Es que Rosa se taba tocando ahí abajo donde hacemos pipí —acusó la de cortos cabellos y volvió a destapar a su hermana.
Al parecer tampoco el niño entendía la razón, pero al ver a su hermanita con la parte superior desnuda sintió bastante calor.
—Poque se siente rico… —al fin admitió Rosa, moviendo sus piernas—. Itetalo, Dana, te va a gutar —puso una carita de puchero.
Dana no entendía pero se bajó la pijama y se acostó en la cama, puso sus dedos en su rosita vagina. No sintió nada, tan solo un pequeño escalofrío.
Esa vista de sus dos hermanas hizo que el pene de Daniel despertara, de por si una vez vio pornografía en el celular de su papá. Eso le recordó algo.
—P-pueden…juntanse y movese —explicó con sus dedos—, como tijelas… Una vez vi a papi ver un video así de dos señoras —ya la cara la tenía roja.
Rosa rápido hizo lo dicho, ya su mojada intimidad chocó con la de su hermana.
—¡ahhh! —Dana tuvo bastante placer de pronto y por inercia empezó a mover sus cadera al igual que Rosa, tallando sus ricas vaginas que soltaban jugos de placer.
—Ta’ dico… Ahh… Mucho…
—S-sí… Mucho, Rosa… Ahhh…
Daniel podía oír como esas vaginas producían un ruido al chocar, empezó a tocarse su pene por encima de la pijama y también gemir… Recordó ese video de su papá donde la mujer era tomaba por un hombre.
—P-pueden besase…
Ellas se sorprendieron por lo dicho e hicieron caso, con pena acercaron sus labios puros para darse pequeños poquitos que rápido aprendieron a abrir la boca para besarse como en las películas que veían. Su caderas seguían moviéndose, tenían mucho placer y sus vaginas las sentías mojadas. Dana empezó a cansarse de las piernas y gimió, teniendo su primer orgasmo.
Aunque Rosa seguía con ganas de más, metió sus dedos de nuevo en su vagina, era pegajosa y jugosa. Sus hermanos veían.
—D-daniel… Metelo… Ya ssabes qué… Po favo… Quelo tu pene aquí…
Daniel estaba a su punto. Se quitó el pantalón y se subió a la cama para poder desvirginar a su hermana.
—¡Ahhh! —Rosa echó su cuerpo para atrás—… Rico… Ahh… Me gusta mucho… M-más… Fuete… Halo fuete, Dani…
Como buen Hermano obedeció, no tenía ni idea de qué exactamente hacía pero le encantaba. Con fuerza metía su pene, dándose cuenta que su hermana abrazaba su pene con la vagina… Después de unos largos segundos de moverse en ella ya no aguantaba, quería hacer pis pero no salió de ella hasta que se corrió. Llenandola de su delicioso y dulce semen…
Los trillizos habían descubierto una buena forma de pasar las noches… En la pequeña habitación se oían gemidos casi todo el rato.
Ohhh que rico
Muy buen relato, ademas escribir la forma como hablan, aumenta el morbo. Ojala escribas mas historias de como experimentas y van descubriendo mas sensaciones.Felicidades.