Adrián y su sobrina la putita. II
Quedo en el aire la pregunta de Zaidita. -¿esto es el sexo?.
Adrián y su sobrina la putita. II
Quedo en el aire la pregunta de Zaidita.
-¿esto es el sexo?
-esto y muchas cosas más……que poco a poco iras aprendiendo. Debemos irnos con calma para no lastimarte.
Adrián seguía con la verga más dura que una piedra y ella estaba emocionadísima pues creyó que la penetraría por su rajita, pero le sorprendió lo que él le dijo.
-mira mi amor, el tuyo es el primer coñito virgen que mamo y me gustó mucho. Tal vez jamás lo vuelva a hacer por eso quiero pedirte que nos tardemos unos días antes de meterte mi verga. 6 o 7 días me darían mucho placer mamándotelo a diario y te iras preparando poco a poco para cuando te la meta.
-Yo siempre hare lo que tú quieras-contestó ella.
En ese momento recordó que tenía en su botiquín dos cremas; una para las manos que un día compró pues se le resecaron con el frio y otra analgésica que usó un día que se sacó una uña enterrada. Y se le ocurrió una idea.
-voy a ir preparándote para metértela en tu culito. Te voy a dar unos masajes para que lo vayas relajando poco a poco.
Se dirigió al baño y trajo las cremas, ella aún estaba sobre la cama boca arriba con las piernas abiertas y en camiseta y calcetas. El no entendía porque, pero le gustaba verla así, tan abandonada a sus placeres y dispuesta a complacerlo. La levantó con una mano y la volteo boca abajo quedando sus nalguitas respingadas ante él. Con sus manos separó los globos de sus nalgas y apareció su rosado ano a su vista. ¡¡Guauuuu!!! Que delicia de hoyito. Él le restiraba los globos de sus nalgas y el anito se abría y cerraba excitándolo mucho. Estuvo a punto de intentar penétrala de nuevo, pero se contuvo pues no quería que le doliera y luego no quisiera hacerlo. Metió su dedo medio en el tarro de crema y luego muy lentamente le metió dos falanges en culo.
-¡Uuuggg! Me duele un poco tiito.
Poco a poco fue metiendo y sacando su dedo sintiendo como el esfínter anal exterior le apretaba el dedo muy fuerte e imaginó como le apretaría la verga cuando se la metiera. De a poco fue relajando el culito y ella llegó a disfrutarlo balbuceando.
-¡UUfff, me gusta! Que rico siento tiito, me estoy excitando.
Entonces el llevo su otra mano al coñito virgen y le acaricio el botoncito sintiéndolo ella de inmediato cerrando sus piernas y atrapando su mano entre ellas y moviéndose al ritmo de los dos dedos, el de su culo y el de su clítoris. Adrián noto que la niña estaba muy excitada y dispuesta a todo lo que él quisiera y decidió intentar de nuevo romperle el culito. La levantó con una mano y la colocó sobre su verga apuntado a su culito; la deslizó sobre ella y de pronto sintió como cedió el esfínter anal de Zaidita dejando pasar casi todo el glande de su pene, ella se crispó más de miedo que de dolor, pero él le dijo que no la lastimaría, que cuando no aguantara le dijera para detenerse y ella se calmó. Todavía le entraron unas tres pulgadas más en su culo y en total tendría unas cuatro adentro cuando él se detuvo. La sensación era brutal. El esfínter de la niña apretaba como nadie le había apretado la verga. Había enculado a muchas mujeres pero ninguna le había dado tanto placer. Ella se apoyaba con sus manos y el llevó la suya a su clítoris para provocarle sensaciones nuevas y sin darse cuenta ella misma empezó un sube y baja sobre la verga de su tío, de pronto estalló. Entre la mezcla del dolor por la distención de su ano y el placer de las caricias en su coño le vino un orgasmo que la mojo toda, pero al mismo tiempo que su coñito apretaba y aflojaba sobre el dedo de él, esas pulsaciones se reflejaron en su culito, apretando y aflojando la verga de su tío, provocándole a Adrián el orgasmo de su vida. Nunca había gozado tanto del sexo. Era la locura.
Estuvieron varios minutos sin moverse y como la verga no cedía su dureza él la fue sacando lentamente. Cuando se sabe hacerlo, al final a la mujer le provocas otro tipo de placer y Zaidita lo sintió. Se quedaron un buen tiempo semidormidos hasta que el comenzó a besarla y decirle palabras cariñosas.
-eres extraordinaria, nadie me había hecho gozar tanto, me haces muy feliz mi amor.
-tú también tiito, te quiero mucho.
Los olores eran varios y muy fuertes. Olía a semen, a sudor, saliva, los jugos de ella y hasta a mierda pues unas heces fecales se habían embarrado en su verga. Ni a él ni a ella les molestaban los olores y hasta los disfrutaban, pues ella acercó su cabeza a la verga y le dio varios besos. Él la llevó al baño donde los dos se asearon y después le aplicó la crema analgésica en su ano que le terminó de quitar el poco dolor que sentía. Zaidita estaba feliz pensando lo que sería su vida de ahí en adelante y así se durmieron esa noche.
8 DÍAS DESPUÉS.
Cayeron en una vorágine de sexo que los llevo a hacer cosas que jamás creyeron que harían. Durante los 7 días siguientes Adrián la enculaba a diario y el séptimo lo hicieron dos veces. En la mañana y en la tarde. Ella se había acostumbrado muy rápido y hasta aceptaba un poco más de verga en su culito. El empezó a notar que ella cada día pedía más sexo, el inventaba un sinfín de cosas, cual más degenerada, que ella aceptaba dócilmente pensando que lo complacía y que eso era el sexo. Se venía en su cara, en su boca, en su cuerpo y hasta llegó a orinarla, pero ese día le iba a desvirgar del coño. Empezaron besándose apasionadamente pues a ella le encantaban los besos de lengua, se acariciaron un buen rato y el trajo la crema analgésica que había usado al inicio de su relación. La acostó sobre la cama con las delgadas piernas abiertas solo vestida con calcetas y una camiseta; con sus dos dedos gordos le separó los labios exteriores y le mamó el virgen coñito por última vez. Lo disfrutó como nunca pues pensaba que sería el único coñito virgen que mamaria en su vida, y cuando sintió que se mojaba completamente se colocó entre sus piernas y apunto a su abertura empujando suavemente. Sintió como su himen cedió al empuje y logro meterle unas cinco pulgadas ante su pequeña resistencia con las manos, pues no dejaba de temer al dolor, pero en realidad aguantó muy bien la penetración. Él se detuvo un buen rato hasta que ella se acostumbró a tener la verga adentro, luego poco a poco fue iniciando el mete y saca a lo que ella respondió también. Así estuvieron por unos cuatro o cinco minutos hasta que sintieron los espasmos del orgasmo e increíblemente lo tuvieron al mismo tiempo, algo muy difícil de lograr cuando es la primera vez de una pareja. Ella disfrutó mucho y se sentía muy relajada. Después de reponerse la llevo al baño y se limpió la poca sangre que le embarró en el pene y la que tenía en su coñito, para después aplicar la pomada analgésica. Siguió una tanda de besos, caricias y tiernas palabras.
-te adoro mi niña hermosa, eres la luz de mi vida.
-yo también te amo tiito, me siento muy feliz.
-no sabes cuánto te agradezco que me dejaras mamar tu coñito todos estos días. Lo más seguro que sea el único coño de una niña que mame en mi vida.
-tal vez no tiito.
-¿Por qué dices eso?
– porque algún día me embarazaré de ti y te daré hijas y me harías muy feliz si les mamas el coño como a mí.
-¿harías eso por mí?
-Sin pensarlo tiito.
Se durmieron esa noche muy abrazados con sueños lúbricos.
……….continuara.
Espero sea una saga muy larga para ver qué hace con sus hijas