Antología de Famosos: Ernest
Historias cortas de distintas celebridades de España, llenas de todo tipo de cosas. .
*Todos los hechos narrados aquí son ficticios. Esta historia contiene Violacion y Abuso Sexual*
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Ernest
Ernest se encontraba conduciendo a Barcelona desde Madrid. Había ido a dar una charla sobre la autosuperacion, una semana bastante agotadora pues no había parado de hacer ejercicio en Madrid. Por ello, estaba deseando volver a su casa para desnudar se y tirarse a la cama. Sin embargo, vio a una chica parada en mitad de la carretera con el brazo alzado. No pudo evitar pararse para socorrer a la chica. Era más baja que él, aproximadamente 1,60. Era pelirroja, de pelo lacio y ojos marrones con pecas.
-¿Necesitas que te lleve?
-Si, por favor. Necesito ir a Barcelona.
-Estas de suerte-sonrió Ernest-Voy para allá. Deja que te ayude con las cosas.
Tras unos minutos, los dos se dirigían a Barcelona. Mientras hablaban, descubrió que era una estudiante de 19 años que iba a Francia de vacaciones, pero perdió el tren. También, mientras la chica llamaba al hotel donde haría noche resultó que había hecho la reserva para un día equivocado y no quedaban habitaciones disponibles. Ernest sin ningún problema le ofreció quedarse en su casa y tras dos horas llegaron. Vivía en una casa a las afueras de la ciudad, algo grande para una persona pero estaba muy bien.
Esa noche tuvieron una agradable cena. Durante toda la cena, Ernest no supo hacer otra cosa que fijarse en los redondos pechos de la chica, en sus labios finos y en su melena pelirroja que le encantaría agarrar mientras la empotrada. Para la noche, la chica se fue a dormir en la cama de Ernest y él al sofá. Estuvo horas dando vueltas, con una erección que iba y venía con su imaginación y la chica. Finalmente, no pudo más. Él la Había ayudado mucho, era hora que ella pagase.
Fue a su habitación y la encontró tumbada, solo llevaba unas bragas blancas y una camiseta larga que hacía de camisón. Tenía el pelo despeinado y tenía la boca abierta, por donde caía saliva a su almohada. Sonrió lascivamente mientras se ponía encima suyo, sin tocarla aún. Se acariciaba su polla mientras le hacia fotos a la muchacha. No era la primera vez que hacía aquello, pero siempre era tan excitante como la primera vez. Se acercó más a su cabeza hasta que su polla tocó su cara, y empezó a moverla suavemente por su cara mientras grababa hasta que empezó a mover la cabeza de su polla alrededor de sus labios. Sólo estuvo así cinco minutos, hasta que decidió meter su cabeza en la boca. Su polla media 20cm y tenía un grosor normal para ese tamaño, pero su cabeza era bastante grande y eso hizo que ella se despertase. La chica aturdida tardó en darse cuenta de que pasaba, pero en el momento en el que intentó apartarse, Ernest dejó caer todo su peso en ella. La chica apenas pesaba 50kg mientras que él era una mole de 1,80 y 90 kg. Sin dejar de grabar y la chica dando débiles puños, agarró su cabeza con su mano y entró todo lo que pudo su polla. La chica se atragantó, su cara se volvió roja y lágrimas caían de sus ojos. La dejó así un rato hasta que los golpes se volvieron una clara señal de falta de aire.
-Que boquita tienes.
-¿Qué coño haces?
Ernest la ignoró y se levantó para ir a la cómoda. La chica intentó huir pero la puerta estaba cerrada con llave. Mientras empujaba la puerta inútilmente, Ernest se acercó por detrás y la agarró del pelo, llevándola a la cama.
-Llevó toda la noche queriendo hacer esto.
Sin mucho esfuerzo, Ernest la esposóa la cama. Rompió la camiseta que llevaba, le bajó las bragas y empezó a lamerle sus pezones. Se aburrío rápidamente, pues no tardó en bajar a su coño rosado y depilado. Labio con pasión y saboreo el jugo que salía de él. Ella no disfrutaba de aquello, pero ver cómo su cuerpo reaccionaba de forma diferente le llenaba de placer. Dejó de comerle el coño para grabar un poco el coño, jugando con los labios con sus dedos y metiendo de vez en cuando a alguno. Ella gritaba que parase, llorando y al final le tuvo que poner cinta americana para que no molestase mucho. Tras un rato más de juego, fue a por un condón y empezó a meter su polla. Otra persona habría ido con más cuidado al ver que su coño se resistía, pero a él no le importó y siguió empujando hasta que entró todo. Una vez dentro, se agarró a la cama y empezó a follarla salvajemente. Ella intentaba gritar de dolor pero la cinta se lo impedía. Cada vez aceleraba más ante el sonido de su piel chocando con la de la chica y el sonido húmedo que salía de su coñito hasta que finalmente corrió.
Cuando sacó su polla, se quitó el condón y lo tiró a un lado para después contemplar a la bajita chica asustada y agotada que lo miraba. Sonrió con amabilidad de nuevo, como si no la hubiese violado y salió de la habitación, dejándola ahí. Cuando volvió, lo hizo con un vaso de agua y muchas pastillas. Obligó a qué se tragas todas y no tardó mucho en dormirse. Estaba tan drogada que no se despertó cuando Ernest volvió a follarla salvajemente una segunda vez. Podría haber hecho aquello desde el principio, pero la idea de violarla con ella consciente le causaba mucho morbo. Después de esa segunda vez, la ducho y lavo para eliminar pruebas de él. La vistió y la montó en el coche junto a su maleta. Condujo por dos horas hasta un camino en mitad del campo y allí la dejo. Con su maleta y su ropa. Lo único que se quedó de ella fue su ropa interior y sin saberlo, también su virginidad.
Podéis dejarme en los comentarios si queréis a algún famoso en la siguiente historia. La edad máxima es de 35 y la mínima 12. Sólo famosos de España y que sean hombres.
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