Assassins creed (Capitulo 2): Entrenamiento
Sexo segun Ubisoft.
Por la mañana Zaida la llevo a la sala de las armas para que se equipase con todas las armas que supiera usar en combate, María cogió un par de cuchillos y dos hojas ocultas una vez acabado de elegir sus armas Zaida empezó a entrenar a su nueva alumna durante varios meses. Empezaron por el combate cuerpo a cuerpo, después le siguió el arte de la lucha con cuchillo, el uso del arco y las flechas desde distancias cercanas y lejanas, ocultismo, lucha con hojas ocultas en ambas manos, realizar saltos desde grandes alturas.
Casi dos años después de entrenamientos duros y huesos rotos María estaba casi preparada para pertenecer a la orden pero aún quedaban dos pruebas muy duras que tenía que superar, el último día de entrenamiento Zaida llevo a María a un bosque apartado de la civilización y empezaron con algunos golpes suaves de espadas pero la cosa se fue complicando y poniéndose más agresiva cuando Zaida le dijo a María que la muerte de sus no fue culpa suya. Esto hizo que María fuera hacia ella con toda su furia ya que no le gustaba hablar ni que hablaran de sus padres gente quienes no les habían conocido, Zaida le golpeo rápidamente la cara, estomago, y patada en el gemelo derecho lo que hizo que María se arrodillara sobre su rodilla izquierda y Zaida aprovechara para hacerle una llave en el brazo.
-¡Acepta que la culpa fue de tu padre por no haber sabido protegeros!
Zaida la soltó y la empujo contra el suelo María tardo un poco en levantarse pero cuando lo hizo el terrible empujón que le dio a su mentora hizo que cayera boca arriba, poniéndose María encima de ella con la espada en el cuello
-¡gano yo!
Decía María con una sonrisa en la cara.
-¡No me has ganado, has dado un buen golpe por dar un mal paso!
Le dijo Zaida mientras que esta hizo que su alumna se abriera de piernas para golpearle en el muslo izquierdo que era su punto más débil.
-¡observa siempre a tu alrededor!
Con esas palabras Zaida dio por terminado el entrenamiento y la lección a su alumna y le volvió a recordar que era más fuerte que sus padres.
-¡tú no sabes cómo eran mis padres!
Le contesto María mientras se iba doliendo del muslo Zaida decidió sincerarse con su alumna ya que había sido demasiado dura con ella.
-¡Yo no siempre he sido una asesina, tenía marido e hijos, y al igual que tu aprendí que hay cosas que no se pueden tolerar!
Cuando llegaron a la guarida Zaida dio el día entero de descanso a su alumna ya que iba a tener su ceremonia de iniciación y necesitaba estar descansada pero María decidió seguir entrenando hasta el anochecer, Zaida llevo una jarra de agua a su alumna que jadeaba con fuerza del duro entrenamiento María cogió la jara de agua y le dio las gracias a su mentora.
-¡Cuando se está sedienta de verdad no hay bebida que pueda compararse con el agua!
Zaida le pidió que se sentara a su lado para enseñarle sus últimas lecciones.
-¡Todas las artes que te enseño pueden salvarte la vida en cualquier momento!
-si mentora
Respondió María mientras que se levantó del suelo y se preparó para su primera prueba.
-¡haz lo que quieras conmigo mentora!
Mientras se quitaba sus armas y se iba desnudando poco a poco, Zaida fue dándole besos en el cuello uno a uno de forma muy suave y erótica sacando su lengua y empezando a lamer hacia abajo de su cuello.
La sensación que sentía María era nueva para ella porque era virgen y ningún hombre o mujer la había tocado, Zaida siguió lamiendo hasta llegar al culo redondo y bien duro que tenía su alumna lo abrió con las dos manos y metió parte de su cara en aquel culo cerrado.
Escupió un buen escupitajo en todo el ojete y metió la lengua hasta el fondo
-¡uum!
Empezaba a gemir María sintiendo como poco a poco su culo virgen estaba siendo desvirgado por su mentora, al principio puso los ojos en blanco por el dolor que sentía pero con el paso de los segundos sentía más placer que dolor Zaida fue cambiando de culo a coño durante buenos minutos ya que María no hacía más que correrse de gusto y flotar su coño sobre la cara de viciosa que tenía su mentora.
De pronto la que llevaba la iniciativa era María que levanto a Zaida del suelo y la llevo contra la pared, las dos empezaron acariciar sus cuerpos desnudos y rozar sus labios la una con la otra hubo un momento en el que las dos se mordieron los labios de forma salvaje y jugaron con sus lenguas mientras intercambiaban silaba.
-¡María tenía muchas ganas de que fueras toda mía y tenerte a mi servicio!
Decía Zaida entre gemido y gemido brutal María la puso tumbada en el suelo y estuvo un rato jugando con sus tetas, mordiéndolas junto a sus pezones que los mordía con ganas y pasión para que su mentora sintiera el máximo placer después fue bajando hasta el coño y se puso a jugar con el clítoris, dándole lamidas suaves y rápidas sin parar hasta que consiguió que Zaida explotara de orgasmos durante varios minutos sin parar de correrse. Zaida estaba hecha una perra de deseo así que agarro a María por el pelo y le metió toda la cara en su coño para que se lo comiera una y otra vez sin parar ni un segundo, aquella comida de coño que estaba sufriendo Zaida la dejo sin fuerzas y sin líquidos por todas las veces que se había corrido de placer.
-¡suficiente!
Le dijo a María mientras la empujo hacia atrás para que dejara su coño dolorido tranquilo ya que había pasado la primera prueba con excelente nota, María se levantó y fue a darse un baño de agua caliente. Después fue a descansar para el día siguiente ya que sería el día más importante de su vida a lo largo de la noche María volvió a tener sueños de su pasado y volvió a Madrid para visitar a su abuelo ya que no le veía desde hace años cuando esta llego a su hogar le dijo a su abuelo que iba a vender todo lo que poseía en Madrid, para acabar ya con todo y enterrar el pasado junto a sus padres.
-¡Esta casa a tenido a muchas generaciones de tu familia!
María lo miro con cara de ira y le pregunto a su abuelo
-¿porque sigues aquí, si tu hijo ya no está vivo?
A lo que su abuelo con lágrimas en los ojos le contesto.
-¡Porque una vez mi hijo me pidió que cuidase a su bien más preciado, por si alguna vez le pasaba algo!
María le sonrió tímidamente le dijo que siempre la tendría a su lado, más tarde fue a la habitación de sus padres y vio los objetos que aun habían en ella recordó los buenos momentos que había pasado con sus padres durante su niñez. Cuando hubo terminado de recordar esos momentos fue a su habitación y saco de su bolsa una daga ya que María no estaba en Madrid para visitar a su abuelo solamente, también para encontrar a uno de los cardenales quienes había declarado sentencia a sus padres María salió de su casa y vio a su vieja amiga de la infancia Dalia, quien la estaba esperando para verla después de tanto tiempo. Las chicas fueron hablando mientras caminaban cuando María vio que Torquemada estaba en una taberna que era de su propiedad y en donde él y Ojeda llevaban los asuntos de mayor importancia, Dalia se llevó a María hacia una esquina y le pregunto que si estaba bien ya que se había quedado blanca.
-¡No estoy aquí para ver familiares!
Le dijo María mientras sacaba la daga, Dalia la miro y le dio un bofetón.
-¡tus padres se sentirían avergonzados por la hija que tienen!
María le dio un ligero empujón y se fue hacia la taberna pero antes decidió tirar la daga con fuerza a un lado de la calle y entro. Los guardias la detuvieron y la registraron ya que iba como una flecha hacia Torquemada, al ver que María iba desarmada le pregunto:
-¿vaya sin armas?, me esperaba algo más por parte de ti
-no le tengo miedo ni temo a la muerte
Le contesto María desafiante.
-¡Si, tienes carácter como tu madre, veras te contare como mi amigo el cardenal Manuel y yo nos divertimos con tu madre durante sus últimas horas!
Torquemada ordeno llevar a Alia a su residencia privada para decidir que podría hacer con ella, una vez que la llevaron a los aposentos de Torquemada esta vio que tanto como Torquemada como otro cardenal estaban desnudos completamente esperando a que llegara aquella Árabe para cumplir sus fantasías.
Le pusieron grilletes y la obligaron a ir a cuatro patas como una perra hasta la cama cuando hubo llegado hasta el borde de la cama la levantaron del suelo y la tiraron contra ella, las tetas de Alia se movían de un lado a otro mientras esta se intentaba defender con sus piernas únicamente pero de nada le valió ya que el cardenal Manuel le agarró del cuello con fuerza y le dijo:
-¡Se una buena puta y piensa en tu hija!
Continuará en el capítulo 3.
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