CAMPING SERIES: Ayer domingo, me follé a una niña de 3 años
Pasaba mi polla arriba y abajo de su chochito y ella se reía. Seguro que también sentía placer. Estuvimos un rato así y cuando ya me costaba aguantar la eyaculación, la cogí y le di la vuelta, así que podía acceder perfectamente a su culito..
Escribo esto el lunes 3 de agosto de 2020.
Este pasado fin de semana, mi esposa y yo aceptamos una oferta del Camping para pasar el fin de semana. No ha venido mucha gente este año y el precio era muy aceptable.
Como bien saben los del hemisferio sur, acá es pleno verano. Así que la oferta de camping y playa a muy buen precio no está para despreciar. El maldito Covid-19 está cerca, pero aún no ha llegado al camping.
El sábado día 1 pasó estupendamente. La noche anterior fue muy agradable, habíamos llegado por la tarde y nos instalamos en el bungalow en poco menos de media hora. Nos duchamos allí mismo (por turnos) en cuanto comenzó a ponerse el sol (hacía un calor horrible esa tarde), nos cambiamos y nos fuimos al (famoso en esta serie) BAR DEL CAMPING a beber una cerveza.
En el bar corría un brisa fantástica, que ya no era caliente. La gente, las familias comenzaron a llegar para sus cervezas, colas, batidos, aguas, limonadas, naranjadas, polos y helados.
Nikki ya hace muchos años que no está. (Ver: «Nikki, el depredador de niñas» – Primera y, cuando salga, la segunda parte de ésta aclamada serie sobre el camping). Pero seguro que donde esté tiene alguna niña entre sus piernas.
Cervezas, alguna cosa para picar, mucha calma, duchados, perfumados y frescos. El paraíso se debe parecer mucho a ésto.
¿Qué me faltaba? Alguna niñita para disfrutar.
Pues he aquí, no se qué tiene mi esposa, pero enseguida conecta con los niños. En la mesa de al lado, una niñita de unos 3 años, como hacen todos los niños, se quedó embelesada mirando a mi esposa, quién también le correspondía haciéndole carantoñas y caras de sorpresa (ella sabe hacerlo muy bien) para que la niña, que al principio parecía sorprendida, luego sonriera y en seguida se reía a mandíbula batiente. Risas y risas, y más risas.
Sus padres, también observaban la escena y, desde luego, se divertían.
Pasamos un rato muy agradable. Luego, teníamos que irnos al restaurante cercano a cenar con tranquilidad.
Nos despedimos deseándonos buenas noches.
Una cena agradable, unos pasos de baile en la pequeña disco anexa al restaurante, llena de adolescentes enseñando sus culitos con esos mini, mini shorts que me entusiasman y esas camisetas cortas, mostrando sus pechos recién crecidos y enseñándole con orgullo a todo el mundo que ya los tienen. Algunas estaban para comérselas allí mismo.
Yo practicaba las técnicas que me enseñó Nikki para tocar algunas tetas y algunos culos. Estando al lado de mi esposa tenía la excusa perfecta para hartarme de sobar y sobar otra vez, tetas y culos. (Nota para interesados: Éstas técnicas estarán disponibles en un próximo capitulo de «Nikki, el depredador de niñas»)
Unas cuantas tetitas y culitos sobados, unas copas, bailes y un par de horas después, de vuelta al bungalow.
Esa noche mi esposa tuvo una noche de sexo increíble para ella, bueno también para mi, porque cuando la follaba a ella me estaba imaginando que estaba follando a alguna de las adolescentes que conocí en la disco. ¡Guau, qué fuerte!
A la mañana siguiente, me fui a nadar temprano. Desnudo, porque me apetece mucho esa comodidad y porque no hay nadie en la playa a esa hora. Y si la hubiera, no creo que estén mirando a «ese sujeto que sale del agua, se coge una toalla y se la pone a la cintura».
Después, ducha y vuelta al bungalow, donde mi esposa había preparado un suculento desayuno.
Cuando acabamos de comer y de recoger todo, mi mujer prepara todo lo que necesitamos para la playa, la acompañé, pusimos toallas y sombrilla. Nos pusimos crema y ella se quedó en la toalla, mientras fui a comprar prensa para mi y una revista para ella.
Como hago muchas veces, después me fui a las rocas, a ver peces que me relaja mucho por un lado y a ver las pre-púberes y las adolescentes que van en topless, que me despiertan mucho apetito sexual.
El día continuó como de costumbre, cervezas, aperitivo y/o comida en el chiringuito (parador/carrito) de la playa, siesta en la playa o en el césped al lado del bungalow, baño de media tarde, cervezas, ducha y a vestirse bien, porque esa noche tocaba ir a cenar al pueblo de pescadores cercano.
Los propietarios del camping tienen organizado un servicio de «shuttle» que une éste con el pueblo, varias veces al día y a la noche. El último servicio suele ser salida a las 00:30 hrs. del camping y vuelta a la 01:00 hrs. del pueblo. Éste fue el servicio que usamos, porque ya estábamos necesitando dormir. Bueno, un poco de sexo antes de dormir.
Ayer domingo por la mañana, continué con la buena costumbre de nadar temprano y desnudo. Nadie en la playa. Ni siquiera las jóvenes que se quedan dormidas pegadas a la pared del chiringuito, medio desnudas o completamente con las piernas abiertas, con algún remanente de líquido sospechoso entre éstas y también pegadas a las botellas, los porros (fasos/caños) apagados y los vómitos. (Esto saldrá en algún próximo capítulo).
Terminé el ejercicio físico y. como siempre, me fui para las duchas comunes. Llevaba, como siempre un neceser con los utensilios del afeitado de barba y cabeza, de limpieza de dientes, gel de baño, esponja y alguna muestra de perfume. Lo dejo siempre sobre el mármol, frente al espejo que cubre de punta a punta a la pared.
Saqué los utensilios del afeitado, para poder sacar lo que necesito para la ducha y como tenía suficiente espacio, lo dejé por allí, sobre el mármol.
Mientras sucedía todo ésto ya estaba escuchando el agua de la ducha y a un hombre con un niño o niña. El hablando y el niño o niña no estaba de acuerdo, porque se escuchaba un lloriqueo de vez en cuando, pero era más bien fingido por parte del menor.
Me duché en unos pocos minutos y salí desnudo a medio secarme (no del todo porque así permaneces más fresco durante más tiempo).
Iba a comenzar a lavarme los dientes, cuando salieron el hombre (y la niña) de la ducha. ¡Eran los que encontramos el viernes pasado en el bar! Desnudos, claro. Lógicamente saliendo de la ducha y como es costumbre no escrita de ese camping (Ver «Preciosas niñas: Sylvie y su hermana Monique (I)»).
Los tres desnudos.
Nos saludamos claro, pero la niña estaba muy seria, aunque miraba mucho en dirección a mi pene. Su padre le explicó quien era, mientras yo le hacía carantoñas y caras de sorpresa, como las que le hacía mi esposa.
Aquí ya le cambió la cara y comenzó a sonreír.
El padre comenzó a buscar algo dentro de la ducha, salió con el neceser buscando algo que no encontraba y diciéndole a la niña: «Otra vez, tu madre no ha puesto la crema».
Se le veía preocupado, pensando «¿qué hacer?»
Dijo: «tengo que ir a buscar la crema», «¿te importaría cuidar a la niña mientras?»
«No, para nada» – le dije (y espero que no se diera cuenta porque me comenzó una erección que intenté disimular como pude).
Me dio las gracias y salió de allí. Cogí a la niña y la senté en el mármol. Ella estaba calmada, pero seguía mirando a mi polla que ya comenzaba a crecer, mucho y muy rápido. La excitación me subía por momentos y pensando cómo podría aprovecharme de la niña, rápido, antes que vuelva su padre.
Para romper el hielo: «¿Cóme te llamas cariño?». Nada, me miraba muy seria. «Yo me llamo Viktar». «¿Te acuerdas que nos vimos en el bar, el otro día?. Asintió con la cabeza. «¿Te acuerdas de mi esposa?» – Volvió a asentir». «¿Quieres ir a ver a mi esposa?» – Asintió con mucha excitación. «Pues le diré a tus padres que vengan a visitarnos». «¿Te gustaría?». Asintió nuevamente.
Entonces, llegó el padre y desde la puerta me explicó que su esposa no estaba en la caravana y que seguramente se había ido a la playa, que si me importaba seguir cuidando a la niña mientras vuelva con la crema.
«No te preocupes» – le dije. «Es temprano y no tengo prisa para hacer nada más que lavarme los dientes y afeitarme». «Tranquilo, tómate tu tiempo».
Otra vez me dio las gracias y se fue.
Comencé a calcular mentalmente, «ha tardado unos 2 minutos entre salir de aquí, ir a la caravana y volver». «Ahora tiene que ir a la playa, hablar con su esposa, volver a la caravana y volver aquí». «¡Esos son un mínimo de 7 a 8 minutos!»
Inmediatamente me acordé de mi maestro Nikki, que decía: «Cuando tengas una oportunidad, adelante, no la desaproveches. Nunca sabes si te volverá a suceder»
«Adelante» – me dije. Cogí mi reloj y puse en marcha el cronómetro con alarma.
Tumbé a la niña en su toalla, encima del mármol. Comencé a hacerle cosquillas primero con mis manos. Después con mi boca, en su vientre, soplando para que sonara como un pedo y se reía. Al mismo tiempo pasaba mi lengua por sus tetitas, su cuello, sus muslitos y su chochito, que cuando llegué allí le dio un respingo de placer.
Al ver esto, acerqué mi polla (que ya estaba enorme) a su chochito (el mármol estaba a la altura perfecta para no hacer esfuerzos en llegar. Hay que tener en cuenta que está a una altura no elevada donde puedan llegar también menores).
Pasaba mi polla arriba y abajo de su chochito y ella se reía. Seguro que también sentía placer. Estuvimos un rato así y cuando ya me costaba aguantar la eyaculación, la cogí y le di la vuelta, así que podía acceder perfectamente a su culito.
Ahora ella miraba al espejo y me veía a mi. Así que comencé a hacerle caras raras y ella reía y yo le metía el pene por su culito. No entraba, claro, pero lo paseaba y el calor de su cuerpecito y la textura tan suave de su piel me producía un placer enorme.
Con una mano se lo abría y con la otra la aguantaba por debajo para que no se cayera.
Paseo para arriba, para abajo, la niña riendo y me vino una eyaculación enorme, y claro, ella me veía una cara cada vez más rara, y reía y yo me corría y la eyaculación seguía y seguía y seguía, otra vez.
Le llené todo el culito de esperma, pero yo seguía arriba y abajo, arriba y abajo, paseando mi polla por ese culito tan suave y calentito.
Ni la eyaculación exagerada me devolvía la calma. Yo seguía excitadísimo.
Así que la puse de costado, con una toalla en sus axilas y le metí la polla en la boca. ¡¡¡Aaaaaah!!! – ¡¡¡Qué placer!!!.
La niña chupaba y chupaba y al poco tiempo me vino otra eyaculación, más potente y más placentera que la anterior. Y cuanto más me corría más chupaba la niña.
Hasta que ya no me quedaba nada, nada y ella seguía chupando. ¡¡¡Buffff!!! ¡¡¡Que dos corridas más bestias!!!
¡Sonó la alarma de 7 minutos!
Con calma y hablándole de lo bonita y guapa que era, abrí los grifos y con agua templada lavé a la niña con mucha delicadeza por todo su cuerpo, incluyendo su boca.
La sequé toda toda con mi toalla, examinado que no hubiera ninguna prueba. Cuando terminé con ella, me lavé el pene y me sequé con mucho cuidado.
Limpié y sequé todo el mármol y ya está.
Seguí hablando con la niña (que no me dijo su nombre). «¿Te gusta?» – Asintió. «A mi también cariño». «¿Me dás un besito?» Y le ofrecí mi mejilla. Me dió un beso cogiéndome la cabeza y dejándome babita en mi cara.
Escuché pasos (la gravilla -los guijarros- que hay en los caminos del camping son cojonudas para evitar sorpresas). Apagué la alarma del cronómetro.
¡Su padre!
«Hola» le dije. «Nos lo estamos pasando muy bien». «Hemos jugado al escondite, a hacer carreras, a tirarnos agua en la ducha y se ha comportado muy bien».
Como no podía ser de otra forma, me dio las gracias y me invitó a mi y a mi esposa a pasar por su caravana para tomar alguna cosa.
Por la tarde, fuimos a su caravana y nos presentó a su esposa. Aunque ya nos conocíamos de vista, al verla más de cerca, besar su piel y oler su perfume, me provocó una erección… Hemos quedado con ellos a mediados de Septiembre, que volverán al camping…
Viktarugo
Hermosa experiencia y relato
Gracias amigo. Si fue muy bonita, pero no extraordinaria. Durante 40 años pasé en ese camping por muchísimas experiencias de ese tipo y mejores. Algunas ya se han publicado, otras están a punto de salir o saldrán más adelante. Todo depende si van gustando a los lectores y por lo que veo, hay muchos de ellos pero pocos votos. Quizá algunos solo quieran leer las acciones sexuales concretas, mucha acción y pocas explicaciones. Pero yo soy más partidario de mostrar un contexto para que el lector se pueda imaginar donde sucede y con quienes sucede. Porque yo soy quien ha vivido esas experiencias, algunas sucedidas hace muchos años y no puedo explayarme en algunos hechos concretos como relatar todos y cada uno de los movimientos que se llevaron a cabo en cada encuentro sexual. Algunos si lo tengo frescos en la memoria. Otros, no. Por eso, me gustaría leer las opiniones de los lectores para ver en que se pueden mejorar mis relatos. Cosa que, como a ti ahora mismo, agradezco de antemano.
Por suerte hace +3 años no publica. Me gusta que se cojan niñas o niños y siempre hetero como yo soy, pero de los 11 en promedio. Con niñas, el límite es sobar, fregar, lamer, chupar y pajear, o sea todo menos penetrar.
Por eso celebro mucho que nunca más hubo nuevos relatos.
Pero se puede comenzar con ellas a esa edad y si te duran hasta los 10, seguir al otro nivel. Si a ellas deja de gustarle antes de los 10, solo quedan los recuerdos de años placenteros.