CAMPING SERIES: Mi pequeña Inge (Segunda parte)
Acercó sus pechitos a mi boca y comencé a lamerlos con un placer enorme. Al mismo tiempo notaba que su coñito estaba empapado y yo quería penetrarla.
Me desperté pensando si había sido un sueño. Se me puso dura recordando esos pechitos, ese culito…ummhhh!!! Me tuve que descargar la tensión.
Comenzaba un nuevo día, se respiraba paz, muchos pajarillos cantaban, había gente ya camino de la playa. Me duché. Me sentía fresco y me fui para el bar del camping a «desayunar».
Un café con un poco de leche y una tostada con mantequilla y mermelada, o un croasán relleno de jamón de york y queso.
Después, un cigarrillo untado con aceite de hashis y escuchando a los pajarillos y al siseo del viento en los árboles. También al último de Pink Floyd que el camarero de turno pinchaba a poco volumen, cuando yo estaba allí.
Entre la gente que iba para la playa, pasó Inge. ( ¡¡¡¡ Siiii !!!!! )
La ví con dos personas mayores. Parecen jubilados.
Pensé para mi mismo, que ya era hora de ir a la playa.
Me esperaban Karl-Heinz (19 años), su novia Helge (18) y Karin (17), hermana de Karl-Heinz. Nos conocemos desde el año pasado, cuando mi amigo nos presentó. Sus padres y ellos van cada año al camping. De hecho, Karl-Heinz nació en el mismo camping.
Helge y Karin hacen topless. Helge tiene unas tetas grandes, pero enhiestas. Totalmente apetecibles. A veces me descubro prendado mirando fijo entre sus tetas, pero pronto desvío la mirada porque pienso que no podrán ser mías. Me equivoqué.
Karin, tiene unas tetas más pequeñas. Preciosas, con sus pezoncitos rosados. Y cuando los miro, me doy cuenta que se ponen duros, pero pronto desvío la mirada porque pienso que no podrán ser mías. Me equivoqué.
¡Allí está Inge! Lleva un bañador de cuerpo entero rojo. Está preciosa. Cuando se moja se le insinúan los pechitos.
Me ve y viene hacia nosotros. El idioma es una barrera, pero Karl-Heinz y Karin me sirven de traductores.
Dice Inge que ha venido con sus abuelos. Sus padres se quedaron en Alemania, por trabajo, Sus abuelos se duermen pronto y para toda la noche. Ella primero jugaba con los hijos de mi amigo, pero después me descubrio un dia y se quedo prendada, diciéndose a si misma que yo tenia que ser su novio. No paraba de seguirme a escondidas hasta que me consiguió.
Karl-Heinz y Karin se reian pensando, ¡son cosas de bebé!. Yo también me reía y les seguía la corriente. Le guiñé al ojo a Inge y también sonrió.
De inmediato la llamaron los abuelos y se fue con ellos, creo que a comer a su caravana.
El día siguió como de costumbre, cervezas, aperitivo, comida, siesta en la playa, baño de media tarde, cervezas, ducha y… a cenar.
Todas las familias poniendo cada uno su mesa, pegadas unas a otras, y mezclados sin distinción de nacionalidad o idioma. Intercambiando comidas, bebidas, bromas y risas. Muchas risas. El idioma no era una barrera cuando se puede hacer reír sin hablar.
Después de recoger todo. Algunas familias y yo nos dirigimos al bar del camping, como casi todas las noches.
Poníamos las mesas juntadas, nos reunimos siempre muchos amigos y familiares. Los niños en el parque, bien a la vista de donde estábamos. Allí estaba Inge. Jugando con otros niños/niñas y mirándome sin perder ojo. Los niños jugaban mientras los padres bebían y se acostaban todos muy tarde (o muy temprano) ¡estaban de vacaciones!
Delante estaba la barra. A un lado una diana con dardos. Arriba a la izquierda, una televisión. Mas abajo dos mesas de billar y otras maquinas de juego, manuales y eléctricas. Como he dicho antes, en el otro lado el parque con los niños, a la vista.
Pues allí estábamos todos. Intercambiando comidas, bebidas, bromas y risas. Muchas risas.
Sobre las 2 y algo de la mañana nos despedimos. Fui a pagar la ultima ronda a la barra, mientras cada familia se iban con sus hijos para sus parcelas/tiendas/bungalows/caravanas, etcétera.
Mientras esperaba el cambio, Inge se me acercó, pegada a mi con una sonrisa virginal. Como siempre, dejé una propina generosa (así los/las camareros/ras me hacían algunos favores, rellenar mis copas sin cobrar, poner mas spaguettis en el plato, otra pieza de pollo, dejarme entrar en el almacén para un rapidito, etc.)
Inge me cogió de la mano y me llevó camino de mi tienda. ¡ Sabía donde estaba !
Ésta estaba en una parcela pequeña, en la parte trasera de las duchas y baños WC (nunca tuve mal olor por ello) con la entrada en zig-zag a través de setos altos y rodeada con una vaguada, para que no se inunde cuando llueva y con setos altos que la tapaban de cualquier curioso (solamente se podría ver desde el techo del edificio de las duchas).
Se descalzó y entró en la tienda, cuando yo comenzaba a entrar ya se estaba desnudando y sin braguitas. No tarde nada en desnudarme yo también.
Hizo que me tumbara y se puso en cuclillas pasando su chochete sobre mi polla que ya estaba subiendo y subiendo de manera vertiginosa. Acercó sus pechitos a mi boca y comencé a lamerlos con un placer enorme. Al mismo tiempo notaba que su coñito estaba empapado y yo quería penetrarla, pero no sabia si le podria hacer daño. Comencé a entrar poquito a poco, y un poco más (¡entraba sin oposición!!!) y más y más (soltó un gemido, paré un poco) y de pronto ella misma movió la cadera para que entrara toda!!! Qué inmenso placer. Me corrí como un loco y más y más y más, ¡jodeeer! que no para ¡oohhh! que bueno y que duuulceeee. Ahora ella comenzaba a jadear y se abrazo a mi con mas fuerza y tuvo un orgasmo descomunal, que no le bajaba, gemía, respiraba muy agitada, me abrazaba fuerte, hasta que, después de mucho rato, respiraba más lentamente hasta quedarnos dormidos.
Durante la noche llovió intensamente. Me despierto con Inge encima, con mi polla erecta y dentro de su coñito. Ella se despierta, sonríe, me besa en los labios y comienza a moverse. La tomé por su culito, blando, caliente y arriba, abajo, arriba, abajo ¡Qué polvazo! El ruido de la lluvia tapaba nuestros jadeos y nuestros gritos de placer.
Cuando acabó de llover, la acompañé a su tienda. Todo estaba tranquilo, todos duermen. El vigilante debe estar al otro lado del camping.
La dejé en su tienda, me señala a la caravana de al lado y hace la señal que están durmiendo. Un besito, entró en su tienda y hasta mañana.
Viktarugo
sigue contando amigo… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Gracias amigo. Este fin de semana fui de nuevo al camping. Visitando rincones y sacando a la luz buenísimos recuerdos escondidos, que me están dado material para unas cuantas historias más. Así que intentaré sacarlas cada semana, cuando sea posible.