CAMPING SERIES: Preciosas niñas: Sylvie y su hermana Monique (I)
¡¡¡Qué locura vas a hacer!!! – pensé – Si es una niña que no tiene su fisiología preparada para recibir un pene adulto. Estaba obnubilado. Así que acerqué mi polla a su chochito y ¡¡¡¡oooohhh!!!, pudo entrar un poquito. Ella gimió, pero de placer. .
Sylvie: Primeras veces
La mañana en el camping siguió como de costumbre, playa, cervezas, aperitivo y después comida sobre las 2 de la tarde.
Todas las familias poniendo cada uno su mesa, pegadas unas a otras, y mezclados sin distinción de nacionalidad o idioma. Intercambiando comidas, bebidas, bromas y risas. Muchas risas. El idioma no era una barrera cuando se puede hacer reír sin hablar.
Después de acabar la «comida de hermandad», entre todos sacábamos los platos para llevarlos al fregadero, para recoger las mesas y llevarlas a sus lugares correspondientes. Al acabar, unos se dedicaban a jugar a la petanca, otros a juegos de mesa, cartas, dominó, parchís, etc., yo a veces me unía a ellos, o si la noche anterior había sido larga (es decir, corta en sueño), iba a la playa a dormir la siesta en alguna sombra, o me quedaba por allí cerca, en el césped, donde ponía la toalla para tumbarme y dormir a la sombra de un árbol, oyendo a los pajarillos, el murmullo del viento en las hojas de los árboles y los murmullos lejanos de la gente, lavando platos, viendo la TV o jugando a esto o aquello.
Ese día no contaba con el hecho que, algunos niños habían decidido que me tocaba jugar con ellos.
Así que una vez me había tumbado en la toalla, me vino un niño con no sé qué excusa y cuando quise reaccionar dijo: «¡¡¡Al ataque!!!», y de pronto se me vinieron cinco o seis niños y niñas encima, haciéndome cosquillas, gritando y riendo.
«Socorro, socorro» – decía yo, participando en el juego. Los menores se lo pasaban bomba y yo también me reía, claro.
Pero lo mejor de todo, es que sin que yo pensara en ello, notaba un chochito justo encima de mi polla y que se movía de manera rítmica, arriba y abajo, aprovechando que todos los niños y niñas estaban encima mío.
«Espera un segundo» – pensé-, son todos niños y niñas de entre 5 y 8 años, ¿cómo es posible que una niña de esa edad actúe de esa manera?. Pasaron unos minutos y con el movimiento del chochito me comenzó una erección, que pude disimular cuando los menores se retiraron por primera vez.
«!!! Al ataqueeeee !!!» – se escuchó de nuevo. Otra vez encima y otra vez el chochete moviéndose y haciendo que mi erección crezca y con un placer enorme. «sigue, sigue mi angelito» – pensé – «sigue, sigue». Notaba perfectamente la rajita que se ajustaba a mi polla. ¡¡¡Qué placer, más enorme!!! – ¡¡¡Me va a estallar!!!.
Pero antes de que ésto suceda, se vuelven a retirar, como si se hubiera acabado el juego. «Mierda» – pensé. «Si vuelven a subirse, seguramente ya la niña no podrá aprovecharse de la posición y me quedaré sin sentir como abrazaban esos labios a mi pollita»
Un nuevo «!!!al ataqueeeee!!!» y ya me preparé para que al menos no me metieran algún rodillazo. Pero como si fuera a cámara lenta noté que un brazito me empujaba para que separara mis piernas y otra vez sentí la rajita como se ajustaba perfectamente a mi polla, que ya comenzó a crecer desbocada, mientras ella se movía arriba y abajo, arriba y abajo en un movimiento rítmico que indicaba no era la primera vez que lo hacía. Pero eso no lo pensé hasta más tarde, porque en ese momento estaba disfrutando de un placer enorme que me proporcionaba un chochito suave, suaaave y duuulce.
Como pude saqué un brazo y entre el marasmo de niños, conseguí coger a la niña por el culo y apretarla contra mí. («¡¡¡Aaaaahhhmmm!!!, ahogando mi orgasmo para que no lo oyeran los mayores) ¡¡¡Que eyaculación más inmensa!!!. Noto que la niña me agarra más fuerte. Los menores seguían sobre mí y ahora yo no quería que se fueran.
Cuando después de un buen rato se acabó mi orgasmo, tuve curiosidad. ¿Quien era de éstas niñas?. La miro. Me mira con cara de pícara. ¡Vaya!. ¡¡¡Es Sylvie, la francesita!!!
Unos pocos minutos después y algún padre o madre los llamó para que se fueran todos a la playa. Yo me excusé diciendo que haría la siesta (ya me había dado la vuelta para que no se viera la mancha grande de esperma en el bañador).
Sylvie, volvió de donde estaba, se me acercó y me dio un besito en la mejilla. Después salió corriendo junto a los otros y se fueron para la playa.
Por la noche nos encontramos en la sesión de música y baile del bar. Estaba unos pocos metros delante, sentada junto a su familia y embelesada mirando a la gente en la pista de baile.
Tenía toda la cara de la actriz Julia Roberts, la más guapa que recuerdes en «Pretty Woman», pero de niña.
Yo la miraba todo el rato y mientras recordaba como me masajeaba con su chochito se me volvía a poner dura del todo.
Pensé – «Me parece que me estoy enamorando de una niña de 8 años». Los hechos que sucedieron después y durante los siguientes días me hicieron enamorarme del todo.
También me enamoré de su hermana Monique (7 años), que estaba a su lado y de quién os contaré nuestros particulares encuentros.
Pero, la noche no había acabado.
Tenía necesidad de orinar. Los lavabos estaban fuera de la zona del bar, a unos 20 o 30 metros dentro del camping. Aquello ya era como otro mundo. Incluso casi que no se podía oir la música del bar.
Era una cabaña de madera grande. Por un lado las duchas y lavabos de mujeres (10 duchas y 10 lavabos) y por el otro lado, exactamente igual para hombres. Lo cual no quiere decir que en cualquiera de ellos te podías encontrar a cualquier persona de cualquier género a cualquier hora del día y de la noche (algunos y algunas salían de las duchas desnudos porque, decían, se encontraban más fresquitos) y nadie se escandalizaba por ello. Era, como una costumbre no escrita de aquel camping desde que lo inauguraron.
Pues bien, voy al lavabo (cualquiera de ellos estaba limpio en todo momento, tanto por limpieza del personal como buena educación de los campistas). Me alivio. Termino de tirar de la cadena (jalarle al baño) y salgo.
¿Quien estaba esperando fuera?
¡¡¡SYLVIE!!!
Con una sonrisa maliciosa, preciosa. Que invitaba a comértela, a lamerle toda. Me agaché con los brazos abiertos. Vino corriendo y nos abrazamos, mientras la besaba por toda la cara, sus labios carnosos, su cuello y orejitas. Otra vez, con delicadeza en los labios. Yo creía que no sabía usar la lengua, pero ella comenzó a meter su lengua en mi boca. Me volví loco, mientras la metía en el lavabo y cerraba la puerta. Mi polla ya estaba a punto de reventar.
Me bajé los pantalones liberando a la pollita que pedía a gritos más acción. Seguíamos abrazados. Ella, lógicamente me abrazaba con sus piernas a la altura de mi vientre. Mientras no dejaba de besarle, le bajé sus pequeños shorts y le saqué sus braguitas. Quería penetrarla.
¡¡¡Qué locura vas a hacer!!! – pensé – Si es una niña que no tiene su fisiología preparada para recibir un pene adulto.
Estaba obnubilado. Así que acerqué mi polla a su chochito y ¡¡¡¡oooohhh!!!, pudo entrar un poquito. Ella gimió, pero de placer. No parecía que sintiera daño alguno.
Seguí apretando y entraba, más y más, poco a poco, pero sin oposición. ¡¡¡Qué locura!!! ¡¡¡Qué placer!!! Ella gemía y disfrutaba tanto o más que yo. Cuando de pronto comenzó a mover sus caderas, arriba y abajo, arriba y abajo. Tenía la sensación de estar despegando del planeta y que volaba por la inmensidad del Universo.
Me vino un orgasmo, grande ¡¡¡Enorme!!!. Al mismo tiempo, Sylvie comenzó a jadear como si le faltara el aire, pero me apretaba más y más fuerte, hasta que los dos alcanzamos el zenith entre jadeos, gemidos y besos como nunca había besado a ninguna mujer antes, durante un acto sexual.
Seguimos abrazados un buen rato. Yo me senté en el inodoro, sin soltarla, y ella no quería soltarme.
Fueron unos minutos que me sentí ingrávido. Feliz. Enamorado de mi niña Sylvie, con la cual había cruzado sólo unas pocas palabras y muchas sensaciones.
Me besó una vez más y se fue corriendo al bar, donde luego supe que no la habían echado de menos.
Estaba deseando que llegara la mañana siguiente.
Viktarugo
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!