Chica Salvaje Capitulo 1
Atrapado en una isla con una única y hermosa compañía. .
Siempre fui lo que se le conoce como “hijo de papi”. Mi familia tiene dinero, mi papá es dueño de la cadena de restaurantes Japoneses más importante de la ciudad donde vivo (la cual mantendré en secreto para evitar problemas). Lo irónico es que ni él ni yo somos japoneses.
Soy un chico alto y delgado, mi cabello es color marrón, corto pero abundante, piel clara. Actualmente tengo algo de músculo, pero en ese momento era un completo alfeñique. No era lo que uno podría considerar “un chico fuerte”. Mi metabolismo es rápido y no como mucho por lo que no engordo, pero aun así, no hacia nada de ejercicio en mi día a día. Prefería pasar mi día jugando Call of Duty o algún otro juego en línea.
Actualmente tengo 22 años, pero en esos tiempos tenía apenas 17 años. Mi padre siempre me dijo que al cumplir los 25 me haría su secretario personal y que cuando él se retire me dejaría toda la cadena de restaurantes.
Soy hijo único, de familia adinerada, tengo el futuro asegurado, estudio en una buena escuela. Básicamente vivo sin preocuparme de nada.
Eso si, nunca fui bueno con las mujeres, en general soy muy tímido para hablarles, en ese tiempo no tenía ni una sola amiga mujer.
Todo comenzó en mi cumpleaños número 17, como regalo, mi papá me prestó su yate para dar una vuelta con otros 2 amigos el fin de semana.
Por cierto, no revelare mi verdadero nombre, pero en esta historia me llamaré a mi mismo “Andrés”.
En fin, llego el tan ansiado fin de semana, 3 días de pura diversión. Uno de mis amigos había sugerido contratar unas prostitutas, pero la idea se quedo en el tintero pues los tres éramos demasiado tímidos y la idea era mas que nada una broma entre nosotros. Además, si mi papá se enteraba de que hacíamos algo así, me mataba. Y francamente no confiaba en el capitán que nos contrató.
El primer día ocurrió sin ningún sobresalto. Fue divertido beber durante un rato, pero sin chicas y con tan pocas personas la cosa se puso aburrida muy rápido. Al final hubiera sido mejor quedarnos en casa, al menos ahí teníamos el Call of Duty para matar el tiempo.
El segundo día empezó de manera normal. Todos nos despertamos y tomamos nuestros desayunos. Sin embargo, el cielo se estaba nublando. No le dimos mucha importancia, decidimos nadar un rato, hacer snorkel.
Y así baje del yate, con nada mas que mi traje de baño, mi snorkel y un chaleco salvavidas.
Fue en ese momento que se me ocurrió lo que posiblemente es la tontería mas grande que he pensado en toda mi vida: ver de cerca los arrecifes.
Me quite el chaleco salvavidas y el tubo del snorkel (dejando solo la mascara para poder ver bien) y deje esto en el yate.
Nade por varios metros hasta la profundidad del mar sin darme cuenta que, en la superficie, estaba empezando una tormenta.
Mis dos amigos lograron subir al yate a tiempo, pero a mi me atrapo una pequeña corriente que me alejo del yate.
Cuando logre salir a la superficie, apenas si tuve suficiente tiempo para pensar que el yate estaba a una distancia inalcanzable. Una ola me arrastro aun mas lejos del yate y me hundió unos cuantos metros, perdí la mascara de snorkel.
Nunca fui un excelente nadador, de niño tome lecciones privadas pero las deje porque me aburría.
Al salir de nuevo a la superficie ya no pude ver el yate. Solo a mitad del mar y sin nada que hacer, comencé a patalear creyendo que moriría.
Después de lo que, a mi percepción, fueron horas, logre tocar arena por unos breves segundos, sin embargo, una enorme ola me arrastro hacia la orilla de una playa. Si no hubiera estado tan cansado, hubiera notado lo extraño que se puso el clima, sin embargo eso lo note hasta el día siguiente, pues en ese momento caí inconsciente sobre la arena.
Sentí un piquete en la mejilla, seguido justo por otro. Abrí los ojos. El brillante sol me dejo ciego por unos segundos, pero cuando mi vista se recupero pude ver a una hermosa niña. De aproximadamente 15 años, cabello largo y negro. Una linda carita blanca y bronceada, redondita. Un pecho modesto, no muy desarrollado para su edad pero igualmente hermoso. Unas caderas preciosas y un trasero hipnótico.
La chica vestía con ropa de palma y hojas: una falda muy corta que apenas si cubría nada, un poco de ropa en la parte superior que cubría su pecho, pero que le quedaba algo holgada.
Di un pequeño grito de sorpresa y ella se alejo asustada unos pasos hacia atrás.
-¿Dónde estoy?- Pregunte -¿quién eres tu?
La chica no respondió ninguna de las dos preguntas, solamente se acerco a mi oliéndome con curiosidad.
Me aleje bruscamente de ella un tanto asustado, a lo que ella dio otro paso atrás viéndome con curiosidad.
En ese momento note que algo raro pasaba: El sol, estaba reluciente y no parecía haber ninguna nube, por el contrario, parecía que no hubiera llovido en días. Era lo que podríamos llamar “un hermoso día en la playa”
En eso observe el mar y fue ahí cuando mi curiosidad se disparó. La tormenta seguía ahí. A lo lejos en el mar se veían nubes y la tormenta, pero esta no se acercaba a la playa ¿qué carajo?
La chica aun seguía examinándome y olisqueando mi cuerpo, se acerco para oler mis pies y de ahí subió por mis piernas hasta mi traje de baño, empezó a olisquear mi pecho y soltó uno que otro lengüetazo.
Sentir su lengua en mi pecho logro hacer que se me pusiera duro, al verla ahí oliendo y lamiendo mi pecho pude notar como la ropa holgada que cubría sus tetas caía ligeramente dejando ver su pezón rosa y pequeño.
En ese momento se alejo de mi y me dejo con tremenda erección que sentí que explotaría.
La chica corrió hacia unos arbustos y se agacho para tomar una fruta de estos, fue en ese momento que llego la gota que derramo el baso: la chica no tenia ninguna clase de ropa interior debajo de su corta falda, así que al agacharse pude ver su vagina, la cual para mi sorpresa estaba completamente lampiña. No rasurada, lampiña.
Mi verga estaba por estallar. Sin pensarlo dos veces, me saque la verga del traje de baño y comencé a masturbarme olvidando completamente el hecho de que esa chica que veía no era una película porno.
La chica regreso hacia donde estaba cargando un par de frutas color naranja, con textura rayada como un tigre, pero las rayas eran de color verde.
En ese momento no repare en lo extraña que era esa fruta, estaba muy ocupado tratando de poner mi verga de nuevo en su sitio. Sin embargo, fue demasiado tarde.
La chica dejo la fruta en el suelo y se me acerco con mirada curiosa sin apartar la vista de mi pene.
Pensé “tal vez sea la primera vez que ve un pene en su vida, debe ser normal que sienta tanta curiosidad”
Aun así, mi timidez natural así como el miedo a como podría reaccionar me impidieron tomar la iniciativa de alguna forma.
Poco a poco se acerco a mi y a mi verga la cual apuntaba directamente a su cara. La chica comenzó a olisquear mi pene de forma similar a como lo hizo con mi pecho. Y, de forma similar que con mi pecho, ella comenzó a dar pequeñas lamidas a mi pene.
Su pequeña y húmeda lengua recorría con velocidad el tronco de mi pene y la punta del mismo. Poco a poco bajo y siguió lamiendo mis testículos. No se los metía a la boca, únicamente los lamia.
Ver su rostro tan tierno y lleno de inocencia me ponía al cien. Su rostro no reflejaba excitación, sino curiosidad. Ella auténticamente no tenia idea de lo que estaba haciendo.
Finalmente tomó en sus manos mi pene y se metió un poco la punta de mi verga en su boca. No pude mas y disparé todo.
Rápidamente se sacó mi verga de su boca y retrocedió un poco asustada, todo mi semen calló sobre su rostro y pecho. Se veía preciosa con su inocente carita chorreando semen.
Dirigió su dedo hacia su mejilla tomando con el un poco de semen que tenia en el rostro, seguido de eso, se metió el dedo a la boca y comenzó a degustarlo. Su rostro se iluminó. Siguió recogiendo semen con su mano y llevándoselo a la boca, con una cara que reflejaba una inocente felicidad.
Auténticamente no había morbo alguno en su acción, únicamente placer por el sabor de aquella sustancia que era nueva para ella.
La chica tomó una de las frutas que había tomado hace un rato y le aplico un poco de semen encima. La comió y puso el mismo rostro que pondría cualquier persona al comer el alimento mas rico del mundo.
Me ofreció un poco de las otras frutas (a las cuales afortunadamente no llenó de semen) y siguió comiendo fruta con semen como si fuera un manjar. Poco a poco se fue acabando el semen y no tardó mucho antes de que se le acabara y se volviera a acercar a mi pene.
Sin embargo, este ya no estaba erecto.
La chica me miró con cara de protesta y siguió comiendo la fruta.
¿Qué sería de mí en aquel lugar? No lo sabía, pero sí sabía que no podía quedarme dormido aun a pesar de que estaba anocheciendo.
La chica era tierna, pero prácticamente no sabia nada de ella y nada me aseguraba que no fuera peligrosa. Además, necesitaba averiguar dónde estaba.
Tome una fruta (limpia) y la probé.
Era ácida pero muy buena.
Miré de nuevo a la chica, ella terminaba de comer los pocos restos de semen que podía colectar. Me llamó la atención el hecho de que no había morbo en su acción, no era muy diferente que comer mermelada para ella.
Ese pensamiento me excitó y mi pene se paró de nuevo. La chica notó eso. Se acercó de nuevo y rápidamente se metió la cabeza de mi pene en su boca, como esperando que todo el chorro cayera directamente a su garganta.
Pudé sentir la lengua de la chica jugando con la cabeza de mi pene dentro de su boca y eso me puso al cien. Era un placentero cosquilleo que me impulsó a tomar la cabeza de la chica y meterle el pene más profundo.
Ella hizo una arcada que me obligó a retirar mis manos, sin embargo, ella no se sacó mi verga de su boca, por el contrario, comenzó a juguetear con mi tronco usando su lengua. Su lengua le daba vueltas a todo el tronco del pene, de arriba a abajo y alrededor de este. Sentía la saliva de la chica escurriendo por mi pene de una manera deliciosa.
No pude contenerme más, me vine. No tanto como la vez pasada, sin embargo, ella se aseguró de no dejar escapar ni una gota.
Tragó todo el semen y rápidamente retiró su boca de mi verga
La chica se sobo el estómago en señal de satisfacción.
Sin darme cuenta ya había anochecido, hace apenas una hora estaba soleado y ahora era de noche. Pero no hacía frío. El clima, de hecho, era delicioso. Me recoste y pensé “mañana tengo que averiguar dónde carajos estoy y cómo saldré de aquí.
La chica se acostó junto a mi y se acurruco abrazándome. Francamente no esperaba eso. Tuve otra erección, pero la chica se quedo dormida prácticamente de inmediato. Yo estaba cansado por lo que volví a poner mi verga en el traje de baño y luego me quede dormido. ¿Donde carajo estaba?
Execelente relato, continua, me encantaría saber que sucedió después.
El siguiente capitulo está aqui
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fantasias-parodias/chica-salvaje-capitulo-2/
Si les interesa leer el siguiente capitulo, click aqui
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fantasias-parodias/chica-salvaje-capitulo-2/
Ahí la, llevas mi Robinson Crusoe