Chica Salvaje Capitulo 6
Me estoy encariñando de Lili y ella de mí. .
El paso del tiempo hizo que le tomará muchísimo cariño a Lili.
Nos dedicamos a pasear por la isla, nadar y, por su puesto, tener sexo.
Todos los días ella me despertaba con su hermosa sonrisa y algún desayuno delicioso, claro, yo la ayudaba a sazonar su desayuno con mi semen. Lili amaba tomar mi semen, casi tanto como amaba tener sexo. Muchas veces lo hacíamos hasta 3 veces al día: después de levantarnos, antes de dormir y en algún punto de la tarde.
También aprendía a hablar, no era muy diestra hablando y aún me era imposible mantener una conversación coherente con ella, pero, a pesar de eso, ya podía definir qué era lo que me quería decir.
Ella ya me llamaba “Andrés”
-Andrés, semen- me decía cada que quería que le diera de comer
-Andrés, sexo- me decía cada que queria coger
Algunas noches me levantaba y mientras ella dormía le metía el pene a la boca. Algunas veces ella despertaba y con gusto me lo seguía mamando, otras simplemente continuaba dormida y terminaba en su boca sin que ella lo note. Sea como sea, siempre terminaba con una sonrisa.
Un día, después de nadar un rato, nos sentamos en la playa a observar la puesta del sol
-Andrés- dijo ella -¿existir hombres fuera?
-¿qué cosa?- pregunté
-mas, mas, ¿existir hombres fuera más?
-¿Que si existen más hombres además de mi? si, muchos
-Yo conozco un hombre- dijo -pero muerto cuando niña Lili
-¿Conociste a un hombre además de mí?
Ella afirmó con la cabeza
-Yo conociste a un hombre además de mí- afirmó
-¿A quien?
Lili no pareció entender la pregunta, me miró con cara de duda por lo que entendí que su español aún no era lo suficiente bueno para entender.
-¿Todos tienen ta?- preguntó Lili
-¿Qué dijiste?- pregunté yo sin entender
-Ta, todos los hombres ta- dijo señalando mi pene por encima de mi traje de baño
-A… mi pene- dije -no se llama “ta”, se llama pene
-¿pene?
-Si, pene, todos los hombres tienen pene
-¿todos pene?
-Si, todos
Ella comenzó a acercar su rostro a mi pene y a sacarlo del traje de baño
-Todos quizá tienen pene ta- dijo ella -pero a mi solo quiero tuyo
-Jejeje- reí un poco avergonzado -no conoces a ningún otro hombre, tal vez si conoces a más encuentres otro que te guste más
Ella negó rápida y agresivamente con la cabeza, un poco ofendida, sacó mi pene del traje de baño y lo besó
-No, a mi solo quiero tu pene- dijo ella y besó de nuevo la punta de la cabeza de mi pene
Amaba sus labios, ella sabía exactamente como me gustan las mamadas, comenzó a lamer todo el tronco de arriba a abajo, luego se detuvo
-Andres- dijo ella mirándome con los ojos más dulces e inocentes que había visto en mi vida -tu gustar otras Lilis?
No entendí la pregunta
Ella comprendió de inmediato que no había entendido la pregunta a lo que preguntó
-Yo eres Lili- dijo -¿Existen mas muchas Lilis?
En ese momento creí haber entendido, ella me preguntaba si existían más mujeres
-Mujeres, tu eres una mujer, te llamas Lili
-¿Mujer?- dijo e inmediatamente dió una tierna lamida a mi pene que me hizo chorrear semen en su carita.
-Si… mujer…- dije jadeando
-¿Hay más mujeres?
-Si… las hay
Ella comenzó a limpiar poco a poco el semen de su cara y de mi pene, como siempre, comiendoselo y disfrutandolo.
-¿Tu gustan otras mujeres?- me preguntó
Su carita mientras se tomaba el semen poco a poco me llenó de ternura, en ese momento supe que estaba perdidamente enamorado
-no… no me gustan, solo me gustas tu Lili- dije sinceramente
Lili me sonrió satisfecha, parece que era justamente lo que quería escuchar, rápidamente engulló el resto de mi semen, sus lamidas hicieron que se me pusiera dura de nuevo.
-Andres, sexo- dijo ella y se quitó su ropita de palma justo frente a mi. No importaba cuantas veces la viera, seguir viendo su lampiña conchita me seguía poniendo al mil.
Se sentó encima de mis piernas agarrándose de mis hombros y sentí como mi pene se iba enterrando dentro de su conchita
Comenzó a moverse de arriba a abajo lenta y suavemente.
-Lili- dije
Lili sonrió y se sonrojó
-Me gusta que tu decir nombre Lili cuando sexo- dijo ella y comenzo a moverse mas rapido
Metí uno de sus pezones en mi boca y comencé a succionar, ella lanzó un ruidoso pero excitante gemido al aire.
Pose mis manos sobre sus nalgas y las comencé a acariciar, tenía unas nalgas blancas como la nieve.
Ella gimió e inmediatamente después me besó en la boca. Nuestras lenguas bailaron incesantemente una bella y romántica danza
Tuve otro orgasmo al mismo tiempo que ella, ambos caímos acostados.
Mi semen escurría desde su vagina y pronto mi pene salió
Nos quedamos dormidos.
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