El emprendimiento que me reencontró con mi ex alumna…y su mams
Andaba buscando un vibrador a distancia para jugar con mi ninfómana pareja, hasta que encontré por un particular sexShop .
Cinthia no era alumna de mi jefatura, por lo tanto, aplicaba con ella el saludo protocolar que como profesor tengo con mis alumnas: nada de besos en la mejilla, les doy la mano al igual que los varones. Pero Cinthia hacía caso omiso a esa distancia cuando me pillaba desprevenido. Dueña de unas tetas redondas, duras y pesadas, de una pequeña cintura y de un trasero tonificado por gracia de la naturaleza, siempre mostró un interés más por mi que por mi asignatura y solía percibir la instancia para saludarme de beso y dejarme algún vestigio de sus atributos. Lo del peso de sus tetas lo sé porque un día mientras escribía en la pizarra y llegaba atrasada, sin percatarme que había entrado, sentí unos labios posándose en mi mejilla cerca de la comisura de mis labios y un par de tetas intencionalmente dispuestas sobre mi antebrazo. «Disculpe, por llegar tarde, profe» , me dijo con voz tierna cerca del oído a medida que tomaba la distancia correspondiente.
No me excitaba el disfraz de escolar, hasta que lo vi cubriendo el cuerpo de la madre de Cinthia, hembra que había heredado sus atributos a su apetecible hija, pero, sin duda, a sus 45 años lo diminuta que se veía la falda, la tensión de la blusa desabotonada hasta donde llegaba el sostén que contenía apenas sus pechos y el corbatin que tiraba para provocarme a través de las videollamadas que comenzó a hacerme luego de que me volví su cliente, lograron que cambiara de opinión.
A la madre de Cinthia la encontré por instagram, sin querer encontrarla, en realidad lo que quería encontrar era un vibrador a distancia que me permitiera controlar los orgasmos y excitación de mi pareja de aquel entonces, de mi curvy sumisa a quien quería ver derramar su squirt amordazada y esposada mientras jugaba con el poder que me daría ese control remoto que accionaria el vibrador que incrustaría dentro de su vulva.
Mi novia curvy quería probar un vibrador a distancia, le calentaba la idea de botar sus líquidos en algún lugar público, pero era demasiado evidente cuando soltaba su squirt y alcanzaba sus orgasmos, que se traducía en gritos desaforados y una cara de placer que reconocía por el cierre de sus ojos, por el levantamiento de su mentón y su boca posicionándose para introducir una verga en su boca.
Decidí ponerme a cotizar en sexshop que funcionaban por esa red social y llegué a una que tenía lo que andaba buscando, ese preciado juguete con el que mi pareja quería experimentar luego de que el cable de su vibrador , que tanto placer le dio durante su tiempo de soltera, estando a solas y también como recurso para aumentar su placer mientras follábamos. Y efectivamente, ese sexshop virtual lo tenía, así que decidí regalárselo para Navidad , para que tuviésemos muchas Noches Buenas. En el catálogo había otros implementos que también compré pero no funcionaron tan bien como esperaba, a ella no le satisfizo tanto como verse controlada a distancia por un dispositivo que aumentaba la velocidad y los movimientos dentro de su concha con vibraciones que podían estimularla y desencadenar su lujuria.
Bueno, el asunto es que concerté el encuentro con la vendedora que no era nada más ni nada menos que mi ex alumna, Cinthia. Me puse rojo al descubrir que la persona con la que me reuniría era mi ex alumna, la que dejaba caer sus pechos en mi antebrazo, la que dejaba ver sus anticonceptivas poniéndome en conocimiento de que follaba con su desaliñado novio a quien consideraba afortunado por tirar a su edad con aquella chica digna de un sexo experimentado para satisfacer o provocar la excitación que hombres mayores podrían lograr con su despampanante cuerpo.
«Hola, profe. Qué sorpresa. Mi mamá no me dijo que era usted el cliente, pero sí que me conocía. Me dejó intrigada y no me dijo nada más. De verdad estaba intrigada. No se asusté, no es mi negocio, es de mi mamá , pero ella no pudo venir. Tiene cara de nervioso, es de lo más normal. Hasta nosotros con el Cristian usamos algunos de los que ella me ha regalado y vaya que son una experiencia muy rica, más cuando a veces el sexo no te deja tan satisfecha. Yo le digo «profe» porque así nos conocimos, usted haciéndome clases. Jaja ya, ya relájese, yo solo le ayudo a mi mamá con las entregas».
Me tranquilizó saber que el tema de los juguetes y accesorios eran usuales en sus experiencias, en realidad, me calentó saberlo y aún más , el saber que mi sospecha de su satisfacción con el Cristian no era plena. Él era un flaco afortunado al tener la novia exquisita que tenía, pero era más bien recatado y, evidentemente, debía ser poco dado al desenfreno sexual. Pero tenía una pareja y una suegra que lo incentivaba a que exploraran en límites más morbosos de la vida sexual. «La otra semana llegan más cosas y sí, hay zungas,de las que le consultó a mi mamá y fundas para su pene, de esas porosas que uff qué son ricas, satisfacción garantizada jajaja. Igual dijo que le diera el recado y que cualquier cosa con los productos le hablara por si quería orientación», dijo mirándome con morbo, dimensionando el tamaño de mi pene con su mirada rápida al paquete que comenzaba a hincharse al ver su escote y los pezones endurecidos debajo de una polera de tiras que apenas cubría lo que debía dejar oculto. «Mamá me dijo que preguntó por tangas y su tamaño-tomó las cosas que debía entregar a otros clientes con una mano y dirigió la otra a su cintura, metió la mano bajo su pantalón y me mostró una fina hebra de hilo, casi tan chicas como las que trajo mi ex pareja de Brasil. Tengo que tomar micro para devolverme, si me deja en el paradero puedo enseñarle como se ve por atrás, es con dos hilos para abrirlo según por donde usted y su pareja quieran usarlo. Le cuento algo? Yo y la Dani usábamos de estos mismos para ir a clases, pero la Dani tenía una cola enorme, se le perdían entre tanta nalga. Cristian dice que a mi igual, pero nunca sentí que se separaran los hilos verticales en el colegio, nunca quiso hacerlo ahí. Y yo, toda caliente, desde que me los ponía hasta que lo hacía manosearme. Sí ,profe, yo tenía que llevarle las manos hacia mi culo, a lo más me agarraba a la pasada una teta. Tampoco me dejó chupárselo en el colegio. Menos mal los productos de mi mamá nos ayudaron a tener relaciones más intensas. Ya, la última confesión si ya somos los dos adultos: me gustaba que jugáramos al profesor-alumna, así que yo actuaba de alumna floja y él me ponía en cuatro y me daba cachetadas en la colita. Yo deseaba que eso en realidad pasara. Pero igual sospecho que la fantasía de él es con una mujer mayor. Nunca me lo ha dicho, pero como ve vestida a mi mamá lo noto cuando se le van los ojos y cuando eso pasa, le agarro el paquete y siempre está como parándosele. Yo le he dicho a mi mamá que sea más recatada cuando esté él ,pero no hay caso. Bueno, me sirve que se caliente un poco porque es medio lento el hombre jajjaaj. Lo siento, lo siento. Fue su alumno también y mi pololo hasta el día de hoy, pero no sé, esto me ha hecho querer probar más cosas».
Le dije que aceptaba el «botón de muestra» de la tanga pero que debía tomar el metro, que podía pagarle y así volvía más rápido o llegaba más rápido a la otra entrega si es que debía seguir ayudando a su mamá. Me dijo que sí, pero que pagáramos un solo pasaje y cuando el guardia estuviese distraído pasáramos juntos, lo que implicaba que sus nalgas duras tocaran mi pene que ya se había endurecido y levantado con una angulatura que permitía disimular lo largo de mi polera. Le dije que así no podría ver la tanga, pero que si quería podía enseñármela mientras subíamos al andén ,que en la escala mecánica podía abrirse el pantalón. Dicho y hecho. Esperamos que bajara la gente que venía en el tren y dado lo largas de las escaleras subió un par de peldaños y me enseñó su culo entero, que podía sacarle fotos pero con ellos puestos si quería, que era una cortesía. La fantasía comenzaba a excitarme al borde de querer tirar mis manos pero dejé el deleite solo para los ojos, pues sabía que eso podía transformarse en otra cosa. Mi erección habiendo contemplado esa cola partida por unos finos hilos fue completa ,pero debí cubrirla con la bolsa de los productos. Cinthia sonrió y me dijo:»ya, profe, vamos al fondo del andén para acomodarme bien, pero tápeme igual, camine detrás mío». Seguí sus instrucciones y repentinamente aún con la tensión de mi miembro contenida por mi ropa sentí que se detuvo y empujó sus glúteos hacia atrás , provocando un accidental punteo que hizo derramar una gota de líquido seminal y un gemido discreto pero con la mirada de calentura sobre su hombro, su labio inferior mordido ñ, su frente arrugada y un «qué rico» cuando se volvió a poner de pie. «Ya, profe, debo ir a hacer otra entrega y después irme a casa, va a llegar el Cristian y mi mamá está sola. Salí sin llaves y ella tiene que hacer en la tarde. Gracias por su compra», río coquetamente. «Excelente servicio. Cinco estrellas, señorita. Ojalá sigan bien todas sus cosas. Y un consejo: es joven, guapa, osada. Pruebe todo lo que deseé y no sienta culpa. Si su pareja no la complace use y busque las formas que le den el placer morboso que busca. Siempre habrá alguien dispuesto». «Qué nota me pone? » «solo presentó una parte del trabajo, así que por ahora solo en cuatro, perdón, un 40». «Ya, si hay otra oportunidad seré más esforzada. No llame a mi apoderada, bueno? Me puede castigar y yo quiero otros castigos».
No bien pasaron algunos minutos desde que nos despedimos de ese intenso momento de frotarnos con mi ex alumna, algo que me perturbó pues ella tenía apenas 20 y yo entraba a los 35, me entra un mensaje de su madre, que si había recibido los productos y si estaba satisfecho con la compra y la sorpresa de la repartidora. Y efectivamente lo estaba tanto por el morbo que detonó el rozar y mirar a Cinthia, por el fantasear con los detalles de su vida sexual que sutilmente ventiló, y su interacción con los productos que compraba a su madre. Sin embargo, ella llegó más allá como comenté iniciando el relato, pues llegó el momento de volver a verla. La primera contaba fue entrando del cigarro que salía a fumar durante los recreos, y la veo de espalda, trasero redondo, parado. Ningún corte de tela partía ese nalgaje. Pantalón ceñido que limitaba en su parte superior con una chaqueta de cuerina en la que dejaba caer su cabello Rubio teñido, de un largo que en 4 patas era accesible a las manos y al tirar su pelo, para dejar las nalgas moverse con mayor soltura, sin el límite de su mentón. Así me la imaginé la primera vez que la vi en la vida real. La segunda fue por videollamadas donde me abordó con un chaleco negro y una blusa blanca. Me preguntó qué le había parecido la sorpresa. No supe decirle lo que me sucedió ni lo que sugirió y dejó ver para incentivar las compras al emprendimiento de su madre. Bueno, el asunto es que hizo esa videollamada para ofrecerme un tutorial del vibrador a distancia, no sin antes de sacarse el chaleco, desabotonar su blusa y ponerse la corbata del colegio y acomodarla entre su pecho insinuado en el escote que generaba su blusa abierta. Se deshizo de dos botones más y tiró de la corbata con una mano para acercar sus tetas a la cámara del celular desde el que me hizo la videollamada. Yo venía aterrado pues acababa de despedirme de Cinthia, sentía mi pene aún gordo por su roce en el momento de atravesar el torniquete y ver su hilo en la entrega, a la altura de mi cara en la escalera mecánica y el desfile breve por el andén, y ahora tenía en el celular , en el metro a su mamá enseñando escote ofreciendo tutorial del juguete más preciado de la compra. El que me hizo volver a pensar en mi polola , mi putita y lo que pensaba hacerle con ese juguete. La apoderada se levantó y dejó ver una falda parecida a la del colegio , a la que veía puesta a su hija pero que por el tamaño del culo y lo chico del disfraz dejaba ver cómo se flotaban entre sí unas nalgas que o estaban desnudas o con un hilo enano.
«Este es el que se mete adentro de la vagina y este el control-lo dejó en un mueble alejado de la cama hacia la que se dirigió con el vibrador ,poniéndose en cuatro , para luego sacarse la falda. Efectivamente, andaba con un hilo enano ,ni siquiera se le notaba en cuatro, yo lo noté cuando se levantó de la cintura para arriba, para girar y correr el hilo minúsculo que no entendía cómo no se cortaba con lo que sujetaba, unos cachetes enormes. Mi polola culona tenía 100 cms y ella fácil entre 120 y 150. Bueno , tomó el hilo lo corrió y se introdujo el vibrador» se fija, así se mete, uoh ya solo meterlo da placer» dijo como actriz porno mirando a una cámara. » y luego que está adentro, préndelo y anda subiendo de a poco. La madre de mi ex alumna, estaba en tanga de hilo con la corbata del colegio dónde conocí a su hija entre medio de las tetas gritando de placer con el vibrador. «Ahora, máximo potencia al máximo » empezó a gemir extremadamente fuerte al punto que bajé el volumen de mis audífonos y oculté aún más pa pantalla pero veía y vi como ese chorro de squirt escapaba de dentro de su vagina y sus manos se deslizaban a sus tetas apretando entre índice y dedo medio sus pezones ,mirando a la cámara. «Pasa el teléfono, pásame el teléfono. Así funciona y eso provoca. Buena o mala compra?»
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