EL MEJOR PADRE DEL MUNDO II
un padre único.
EL MEJOR PADRE DEL MUNDO II
Robin se vistió y salió a buscar comida, aun no eran las ocho de la noche y tenían hambre, regresó con una pizza y dos hamburguesas que comieron juntos. En el inter, cuando salió, ella se bañó y estaba dispuesta a seguir teniendo sexo y Robin sabía que al menos un par de orgasmos más podía tener esa noche. Solo dejaron pasar un poco más de una hora y volvieron a la cama donde repitieron algunas cosas de la tarde e hicieron otras, como bañarla con su semen. Al quedar dormida la niña, Robin se levantó y fue al cuarto de tv donde se puso a fumar y pensar en lo que haría ahora que ella volvía con él. No pudo evitar recordar cómo había pasado todo.
Un poco más de cuatro años atrás Robin se dio cuenta que su esposa, Karen, era adicta. Le propuso entrar a un programa anti adicciones, pero ella no quiso y tres semanas después ella misma inicio trámites de divorcio, que, dos meses después, se llevó a cabo. Cuando se fue ni se despidió de su hija. Robin estaba creciendo mucho económicamente y pensó en contratar una niñera, pero decidió que no, pues se pudo organizar. La llevaba a la escuela en la mañana, consiguió que entrara en un sistema donde a la dos de la tarde en vez de irse a su casa pasaba a comer y luego hacia sus tareas (deberes en otros países) hasta las 16:00 apoyada por una maestra, la recogía e iban a comer, a las cinco de la tarde ya estaban en casa, después de dos días la niña le dijo.
-papi, estamos mejor solos, mamá no nos quería.
Robin trató de atemperar las cosas. Esa noche mientras el veía tv en su cama ella entró en su recamara vestida con un pequeño camisón y se acostó con el apoyando su cabeza en su estómago, era algo común entre ellos desde que ella tenía cuatro añitos, él estaba en bóxer corto y muy tranquilo, entro en un estado soñoliento, cosa común, de pronto ella llevó su manita a una pierna de él acariciándola.
-me gusta sentir tus bellos-dijo.
El solo se rio entre sueños y la dejó hacer, y ella inocentemente acaricio donde se une la pierna a la pelvis y el sintió una descarga eléctrica y su verga se puso dura, apareciendo la cabeza en el borde de su bóxer; ¿Cuánto duraría? tal vez 10, 15 o 20 segundos en los que entre sueños sintió que alguien le agarraba la verga y eso pasaba realmente. Jennyfer había metido su mano en su bóxer y había agarrado el pene de su padre al verlo dormido, pues pensaba que no se daría cuenta, le pareció una piel muy suave, de pronto Robin abrió los ojos y al ver lo que pasaba le dijo.
-suelta eso…pero ya.
Ella soltó la verga paterna esperando una regañada, pero el, con mucha calma y sin enojo, le dijo.
-no vuelvas a hacerlo y ahora vamos a dormir.
Ella se acomodó como siempre lo hacían y se quedaron dormidos, al otro día se levantaron y se fueron a sus ocupaciones, al regresar el trataba de no dar importancia a lo que había pasado, pero Jennyfer era una niña de seis años que pensaba como niña de ocho, decidió enfrentarlo.
Él estaba en su estudio y ella entró y le dijo.
-papi, puedo hablar contigo.
-si mi amor, dime.
-anoche…anoche no me dejaste hacer lo que hacía…
-y nunca deveras da hacerlo.
-…¿Por qué?
-pues…porque no debes.
-es que…es que mis amigas dicen que ellas lo hacen con sus papás.
Robin no supo que contestar.
-¿Qué es lo que te cuentan?
-pues…que hacen cosas con sus papas, sus hermanos o sus tíos.
-¿Qué es lo que hacen?
-pues… le chupan su cosa, ellos se la meten por su…rajita o su culo. Dicen que lo disfrutan mucho y yo quiero disfrutar, me han enseñado videos y se ven muy felices.
-mi amor, eso no se debe hacer, lo prohíbe la iglesia y las leyes que nos rigen, si alguien se entera puedo ir a la cárcel.
-yo nunca diría nada, nadie lo sabría.
-pero tal vez cuando crezcas te arrepientas y me demandes.
-no papito, nunca haría eso, te quiero mucho.
Dejaron la plática, pero ella volvió a lo mismo durante tres días seguidos, el primero pudo eludirla, y hasta pensó en llevarla a un psicólogo, pero no quiso exhibirla y hacer un escándalo, pero al segundo día por primera vez en su vida se fijó bien en su tierno cuerpo de niña. Si, a sus seis años tenía un cuerpo de niña…de seis años. Delgada al grado que se le marcaban las costillas, torso alto y pechos planos, lo único que sobresalía eran sus nalguitas, redondas y rosadas. Muchas veces la había visto desnuda y jamás pensó en algo erótico, no era su naturaleza, pero algo se rompía dentro de el, al grado que pensó en un psicólogo para él. Al tercer día después de llevarla a la escuela se fue a su oficina a revisar facturas y pedidos pues su negocio, iniciado hacia dos años con solo 24 de edad, cada vez iba mejor. Después de dos horas decidió sacar una cita con un psicólogo, tomo el directorio para buscar uno…y de pronto algo cambió en él y se preguntó <<y si lo hacemos, ella está consiente de todo y me quiere mucho>> dejó el directorio a un lado y siguió pensando <deberá prometerme que no hablará, deberé decirle lo que pasará más adelante, debo saber lo que sabe por sus amigas>>.
Pasó por ella como todos los días y como era viernes se fueron directamente a comer y luego a una tienda para comprar comida para el fin de semana, apenas llegaron ella inicio el tema.
-papito, te quiero mucho, ¿Por qué no hacemos lo que te pido? ¿será que no me quieres?
Él se decidió en ese momento.
-a ver mi amor, lo que tus amigas te han contado tal vez sea mentira en parte, el sexo en sus inicios a veces duele o da asco, te quiero mucho pues eres mi princesa, pero hay cosas para las que eres muy chiquita, creo que si lo hacemos tendrá que ser por atrás, pues tu vagina es muy delicada, mientras que tu culito es más fuerte, pero deberé relajarte. Lo haremos con nuestras bocas, manos y órganos. Nos vamos a desnudar para conocer nuestros cuerpos; eres una niña de seis años, pero entiendes muchas cosas, te pregunto ¡lo haces de voluntad propia sin pensar que debes de hacerme feliz y complacerme?
-si papito, lo deseo mucho y creo que seré muy feliz.
-está bien.
La condujo a su recamara y empezó a desnudarla lentamente, Jennyfer no se sintió incomoda, pues su padre muchas veces la había bañado, vestido, y había dormido desnuda junto a él, cuando quedó sin ropa él le sonrió y empezó a desnudarse, el momento especial para la niña fue cuando se quitó el bóxer. A sus 26 años su padre era un atleta y además muy guapo, pero cuando vio su pene abrió la boca sorprendida: era enorme (algo más de 9 pulgadas) y nunca la había visto en su vida. Pensó que era imposible que se la metiera, pero él la tranquilizó.
-solo te meteré lo que puedas soportar, ahora agárrala con tus manitas.
Ella la agarró y por instinto empezó a sobarla, pero el empezó a explicarle.
-esta es la cabeza, lo que agarras es el cuerpo y si bajas tu mano tocaras mis testículos…eso, así, pero no tan fuerte porque me duele, solo acarícialos…muy bien, ahora metete la cabeza en la boca…bien, muy bien, ahora con una mano sóbala, con tu boca trata de mamarla y con la otra mano acaríciame los huevos…bien…Ufff…muy bien…continua…ugg…que delicia.
No supo cuánto duró con la verga dentro de la boca de su hija, tal vez fueron 5, 7 o 10 minutos, pero fue el momento más placentero de su vida, de pronto sintió que el orgasmo venia e increíblemente la niña también, sintió como su padre se estremecía de placer y por instinto llevó su manita a sus huevos acariciándoles tiernamente…fue la locura, Robin estuvo a punto del desmayo de tanto gozar y descargó su semen en la infantil boca, pensó que no se lo tragaría pero para su sorpresa se lo tragó casi todo pues algo escurrió por la comisura de su boca pues era demasiado. Tardó un par de minutos en reponerse y cuando la vio sintió una hermosa sensación; ella lo veía con sus lindos ojos llenos de amor, con una sonrisa en la boca, con un gesto de ternura infinita, él la besó en la boca y la atrajo hacia si acariciándola, la recostó sobre la cama y abrió sus delgadas piernitas quedando a su mirada su tierna vulva y sus rosados labios vaginales, no pudo evitarlo y empezó a mamar esa rajita.
La niña no pudo quedarse quieta, se revolcó sobre la cama retorciendo su cuerpecito llena de placer, de pronto cerró sus piernitas alrededor de la cabeza de él, apretándolas fuertemente. Su coñito empezó a escurrir jugos y el a tragarlos, de pronto abrió los labios vaginales e introdujo su lengua lo más que pudo dentro de la vaginita y Jenny casi se desmaya de placer. Era la locura y él se volvía loco, cuando sintió que el orgasmo de la niña había terminado la volteó y le abrió las nalguitas y se extasió viendo el pequeño orificio que estaba completamente cerrado, las pequeñas arrugas a la entrada de su culito le excitaron tremendamente y a pesar de haber tenido un orgasmo en la boca de su hija, su verga estaba igual o mas dura que antes, empezó a titilarlo con la punta de la lengua y trató de meter un poco pero no pudo, de pronto se descontroló y sujetándola la subió sobre su verga apuntando a su tierno ano, la deslizó tratando de penetrarla y sintió que el esfínter anal cedía, pero ella se quejó.
-me duele un poco papito.
Esto hizo que se detuviera y la moviera de lugar diciéndole.
-perdóname mi amor, no me contuve, pero no vuelve a ocurrir.
Se tranquilizó y dejó que Jenny se calmara, después le dijo.
-vamos a hacerlo despacio, te voy a preparar y luego lo intentamos de nuevo.
Se quedaron dormidos y al otro día Robin consiguió unas cremas y juguetes sexuales, durante tres días le dio masajes anales con su dedo y le introdujo un juguete sexual, poco a poco su culito elongó y a la cuarta noche lo intentó de nuevo; le aplicó crema con su dedo introduciéndola dentro de su pequeño ano, la masajeó un par de minutos y luego colocó su pene a la entrada y empujó, esta vez Jenny si aguantó y ambos sintieron cuando el glande entro, venciendo el esfínter anal, empujo un poco mas y entraron unas cuatro pulgadas en total y se quedó quieto. Era delicioso como apretaba ese culito y Robin gozaba como nunca, sentía que la verga le estallaba y cuando sintió que ella se acostumbraba, inicio un lento mete y saca que a los dos les gustó mucho, en menos de cinco minutos estalló dentro del delicioso orificio de su hija, ella sintió la tibieza de su semen y una sensación reparadora en su recto, después, con mucha delicadeza fue sacando su verga de tal deliciosa funda lo que también le provocó placer la niña.
Ese fue el inicio de una escalada de placer sin condiciones, ella se prestaba a todo y le exigía cada día mas y el se lo daba, de ser su princesita pasó a ser su putita y a ella le encantaba que le dijera así. A partir de entonces creció con el pene de su padre dentro de ella hasta que sucedió lo inevitable, con 12 años quedó embarazada, pero se fueron a vivir a centro América donde ella tuvo a una niña, para placer de su padre…lo demás queda al gusto del lector.


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