El rincón bajo la luna CAP3 (Violación)
Karen es una chica de 25 años que fue secuestrada, su único fin es ser usada una y otra vez por su captor, será violada, torturada y humillada por siempre. Está de más destacar que solo es una parodia o fantasía, quedando al criterio de C/U .
Capitulo tres
En la profundidad del paraíso equivocado.
Se acerca navidad, no estoy seguro de cuál puede ser el regalo perfecto para un saco de SEMENto. Por empezar ya recibe a diario descargas de wasca en todo su cuerpo, sigo disfrutando violarla como el primer día, aunque comienza a ser menos divertido. Ya no grita como antes, tampoco llora o suplica por dejarla ir. Eso me molesta realmente mucho, yo quiero verla llorar y suplicando por no meterle la verga en su concha. En fin, no importa, no debí torturarla tanto, pero era la única forma en convertirla en lo que espero sea.
Electrocuté su cuerpo hasta hacerla orinarse encima y no me detuve aunque tuviera espuma en la boca, por momentos pensé en que estaba muerta, pero sé rpc y podría volver a hacer latir su corazón, además que tengo adrenalina y otras drogas para reanimarla. De todas formas cada vez que bajaba por la caja de madera, Karen se orinaba encima con tan solo verme atravesar la puerta. La hice pasar la cara por el pis en el suelo, refregué su rostro como si fuera un perrito, una perrita en este caso y luego la golpeaba un poco para aflojar sus piernas.
Las torturas y violaciones no terminaron, no hasta que la hice entender cuál era su rol. Comencé a excitarme cada vez que la veía desnuda a pie de la cama, arrodillada y lista para chuparme la verga. Después de meses de tortura y violaciones, por fin, mis esfuerzos, estaban dando frutos.
Nuevamente bajo por las escaleras, sigo trayendo conmigo la caja de madera, nunca es mal momento para darle unos choques eléctricos. Aparto la puerta que me separa de mi esclava sexual, cuyo único fin es recibir mi verga y mi leche.
— Buenas noches, mi putita hermosa – Digo mientras ella está de rodillas, al pie de la cama, desnuda, ya que quemé su ropa y enterré las cenizas, tan profundo como pude.
— Bu-buenas no-noches – Balbucea, sus labios tiemblan por el temor a ser electrocutada.
— ¿Qué esperas? – Digo viéndola con el ceño fruncido — ¿Esperas que te vuelva a golpear? – Su cabeza se mueve desesperadamente de un lado a otro, al mismo tiempo comienza a caminar de rodillas hasta mí. Me baja el pantalón, luego el bóxer, para envolver mi verga con su mano y empezar a pajearme para que se endurezca. A decir verdad no le toma mucho tiempo, con unos segundos mi verga ya está completamente duda. El deseo de poseer su cuerpo, que sea mío y solo mío, es más que suficiente para estar excitado. Por fin poseo el tesoro mayor de todo el universo. Karen es mi puta personal, un depósito de wasca de por vida. Día a día vengo a darle su ración de leche y, hoy, es uno de esos maravillosos días. Dónde acabaré dentro de su boca.
— ¡Vamos! – Grito con fuerza – Empieza a chuparme la verga – La tomo de los pelos y acerco su cabeza. De inmediato Karen abre su boca, exhala provocando que aire caliente golpee la cabeza de mi chota, ese segundo me estremece. Luego se mete la cabeza de mi pija en la boca, siento su lengua jugando con ella, la calidez de su saliva empieza a envolverme la verga – Más, métetela más – Ella gime afirmando que entendió la órden, entonces el tronco de mi verga es devorado por su boca caliente y babosa – Eso, así – Comento mientras Karen sigue chupándome la pija, pasa su lengua por mi verga a medida que lo hace y, luego de un par de minutos, comienzo a sentir estar a punto de explotar. La tomo por los pelos y, con fuerza, la jalo hacía mi pelvis, es entonces cuando empiezo a mover mi cadera y a cogerme su boca. La sujeto por la cabeza y meto la verga hasta su garganta. La siento ahogarse, pero la sensación de llegar tan adentro es el éxtasis puro. Empujo mi cadera un poco más hasta que siento como los chorros de leche son expulsados en el interior de su boca, en la entrada de su garganta. Ella tose por ahogarse, pero sigo sin quitarle la chota de adentro. Veo sus ojos llorosos y aun así sigo empujando mi verga tan adentro como puedo.
— Bien – Comento sacándole la verga de la boca – Hiciste bien tu trabajo – Dejo la caja de madera en el suelo, Karen me observa y se traga la leche en su boca, hace lo mismo con la saliva espesa escurriéndose por su mentón y mejillas.
— Gra-gracias – Comenta poniéndose de pie – Ya aprendí – Continúa con voz serena y pasiva, con temor a hablar o, más bien, pidiéndose permiso a ella misma para hablar. No la culpo, estuvo insultándome las primeras semanas que la violé. Estuvo atada todo ese tiempo, aún hay marcas en sus tobillos y muñecas por las esposas. Ni bien bajaba de las escaleras ella empezaba a insultarme, por lo que la golpeaba en el estómago para hacerla callar y luego la violaba enérgicamente. Los dos primeros meses opté por cuidarme, pero, luego, de ser interrogado por la policía, decidí que era momento de hacerle una hija.
Por suerte la policía no sospechó de mí, solo me preguntaron cuándo fue la última vez que la vi o hablé con ella. Por dónde la llevé no hubo cámaras, tampoco hubo personas que la reconocieron a mi lado. Todo salió a la perfección. Fue una tarea que me llevó mucho tiempo, planificar el momento y la ruta no fue tarea fácil. Pero al fin de cuentas tengo lo que busqué. Una puta personal a la que violar todos los días.
— Sí, es cierto – Digo acostándome en su cama. Es la tarea de esta puta que esta cama esté limpia o volveré a golpearla y electrocutarla – Te estás portando bien – Empiezo a pajearme al ver su cuerpo desnudo, su tez algo morena, como si estuviera un poco bronceada, es hermosa y sus pequeñas tetas vuelven a excitarme.
— ¿Puedo enviarle una carta a mis padres? – Sus cejas se arquean, pero no me da lástima, sé lo que esta puta quiere hacer. Me pongo de pie y camino enérgicamente hasta ella – No, no. Perdón – Comenta poniendo sus brazo para protegerse, pero no la golpeo, solo la empujo con fuerza contra la pared, luego la tomo de los pelos y la llevo hasta la cama, acostándola boca abajo – Perdón – Empieza a chillar, su voz se quiebra y le doy un golpe en la espalda. Ella solo tose mientras empieza a sollozar. Pero tiene razón, se está portando bien. De hecho, ya no intenta resistirse como las primeras veces que la liberé. Esos días si la golpeaba con fuerza, pero, ahora, simplemente se mantiene acostada boca abajo.
— Muy bien – Me arrodillo detrás de ella, separo sus piernas y separo las nalgas de su hermoso culo. Amo su hermoso culo – Estás bien limpita, como te pedí – Meto la cara entre sus nalgas y empiezo a lamer su ano, paso mi lengua varias veces y la meto en su interior. Amo hacerle esto, lamerle el culo es lo más rico del universo.
— Perdón – Murmura mientras masajeo sus nalgas – No te enojes – Retiro la cabeza y luego muerdo con fuerza su nalga derecha, ella se mueve bruscamente por el dolor, pero no dejo de morderla hasta sentir como mi mandíbula se acalambra. Su grito ni siquiera cesa cuando libero su culo de mis fauces.
— Vos no das las ordenes acá – Me pongo de pie, vuelvo a separar su nalgas y escupo por sobre su ano, entonces acerco la cabeza de mi verga y empujo hasta penetrarla. Al comienzo me costaba violarla por el culo, era tan apretado que tuve que empezar a comprar lubricante. Pero, con el tiempo, éste empezó a abrirse y trato de violarla por el culo día por medio o todos los días. Ahora mismo la penetro con toda mi verga. Ella solo chilla por la mordida y empieza a sollozar.
— Lo siento – Chilla por dolor – No volverá a pasar – Cada vez que se equivoca y, luego de violarla, pasaba a electrocutarla, pero no será hoy. Después de todo, tiene razón, se está portando bien.
Empiezo a bombear con mi cadera, sentir sus nalgas pegadas a mi pelvis es demasiado rico, están calientes y son suaves. Pero más rico es sentir como las paredes de su culo envuelven toda mi pija. La sujeto por los pelos para levantar su cabeza y empiezo a cogerla con fuerza, su culo es mi depósito favorito de leche. Es lo que más amo violar de su cuerpo. Su mente ya está rota, su concha me pertenece, sus tetas las chupo cuando quiero y, su orto, lo violo cuando me place.
Me acuesto sobre el cuerpo de Karen, empiezo a menear mi cintura con mi verga dentro de ella y coloco mi cabeza por un lado de su cuello. La cama rechina un poco de tantas veces que me la cogí, pero me gusta ese sonido, representa todo el esfuerzo que realicé para llegar hasta este punto.
— Te amo, amo violarte – Digo mientras sigo moviéndome – Lo amo, amo tanto abusarte y que sepas que jamás, pero jamás, tu familia te volverá a ver – Elevo un poco mi cuerpo y sujeto su cintura con mis manos — ¡Jamás! – Grito — ¡Jamás! – Vuelvo a gritar mientras siento estar por acabar, entonces la tomo por los pelos para ponerla en cuatro patas y luego la abrazo por espalda, ella empuja su culo contra mí y mi verga libera chorros y chorros de semen en su interior – Como regalo de navidad, dejaré que les escribas algo – Digo sacando mi verga de su interior y acostándome en la cama, Karen gira en su sitio, apenas puedo apreciar una sonrisa de felicidad por la noticia, ella ya no sonríe por estar rota por dentro – Pero si intentas poner algo en clave o veo algo raro, vas a desear jamás haber aprendido a escribir –
— En-entiendo – Balbucea acostándose a mi lado, dándome la espalda – Prometo portarme bien, amo – Así es, una esclava debe llamar a su amo por lo que es. Giro en mi lugar y la abrazo, con la verga aun babosa de tanto semen que liberé.
— Eso es – Digo envolviéndola con mis brazos – Este es tu destino. Recibir mi wasca siempre —
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