EL VIEJITO DEL CHAT
Es una historia real, que sucedió hace muchos años atrás y que nunca voy a alvidar por todo el morbo que me provoca.
Mi historia sucedió hace ocho años atrás, justo para mi cumpleaños número ocho. Mis papás me habían comprado la computadora que siempre quise, solo que no sabía cómo usarla. Ese día, por suerte una de mis primas de la ciudad venía. ella había cumplido 13 años cuatro meses antes y sabía mucho de internet ya que desde niña tuvo una pc. Conocía un montón de páginas y trucos que al día siguiente anotaría en un cuaderno para no olvidarlos.
El festejo de mi cumpleaños fue a las 8 de la noche. Mis padres decían que era mejor porque las tardes en aquellos años eran muy calurosas. Recuerdo que habían un montón de niños incluyendo a familiares. Ese jugué tanto que a las diez me quedé dormida en el sofá, según lo me contaron al día siguiente en el desayuno. Mis padres reían y hacían bromas, decían que su hija era la bella durmiente. Bromas que luego de un rato me comenzaron a molestar, y entonces encontré la solución para salir de allí. Le pedí a mi prima que me enseñara a usar la computadora, que aún estaba en cajas, así que le pedí a mi papá que la desempacara. Ya cuando estuvo en la mesa mi prima la armó y luego la prendió, la configuró, e instaló algunos programas que creo que nunca usé. En la tarde me mostró páginas de internet, entre ellas conocí una para chatear. Mi prima me dijo que podía conocer gente de todos lados, y que además eran muy amables.
Desde ese día me comencé a sumergir en el mudo del internet, y en el chat conocí gente de todos lados y de todas las edades, también había subido fotos mías, que la gente comentaba. Creo que en aquellos años fui muy popular, porque mis fotos tenían muchos likes y mensajes que nunca pude terminar de leer. Un día, por una foto que subí, conocí a un señor de mí mismo barrio; pero que vivía en otra calle. Era muy amable y me contaba historias de cuando era joven y me mostraba fotos de sus nietas. Creo que en aquel tiempo tenía unos setenta y siete años, y yo le fui tomando cariño, por lo que cuando me propuso que nos conociéramos yo accedí sin pensarlo. Me dio su dirección y cerca de las cuatro de la tarde llegué a su casa. Era un lugar muy lindo, con mucho pasto y flores.
Al llegar a la puerta golpeé dos veces y él Salió, era alto, de piel morena, cabello canoso, delgado y muy simpático. Me invitó a entrar y me pidió que me sentara en un sofá bastante grande, de cuero marrón oscuro. Mientras estaba en la cocina supongo, me pregunto si quería galletas y yo acepté. Luego de unos minutos se sentó a mi lado mientras me pasaba las galletas.
Me preguntó por el colegio, si tenía amigos, si me gustaba leer, etc. Era muy buen conversador, en un momento me pidió un abrazo y yo acepté. Como era pequeña me senté en sus piernas frente a él y rodeé su cuello con mis brazos, él también rodeó mi cintura con sus brazos y se sentía tan bien que mis ojos se cerraron.
– Que lindas piernas tenés – me susurro al oído mientras me las acariciaba.
Yo solo sonreí. Me gustaba mucho que me dijera eso. El comenzó a acariciarme las piernas sin pudor.
– Increíble que tengas ocho años – me susurró
Él sabía lo que tenía que decir. Sabía que todo lo que quiere un niño es verse más grande de lo que es. Y después de mucho tiempo, me di cuenta porque quería que usara la pollera que tenía puesta.
El comenzó a moverse lentamente. Refregaba su pene en mi vagina, que estaban separados solo por mi ropa interior y su pantalón corto que además era muy fino y podía sentir a la perfección su salchicha. Yo reía porque para mí era solo un juego, que poco a poco se iba sintiendo más rico.
– Se siente rico, viste? – me dijo en voz baja y temblorosa.
– Si – dije con una voz que parecía suspiro.
– Pero es más rico sin ropa – y agregó – ¿querés que lo intentemos?
– Bueno – dije con mi voz suspirada.
Mis brazos que aún estaban abrazándolo lo soltaron para que me pudiera sacar la remera. Mis pequeños pezones quedaron a la vista luego metió su mano por debajo de mi falda y mientras acariciaba mis piernas me iba quitando la ropa interior. Luego me sacó la falda y fue cuando descubrí que él ya estaba sin pantalones.
– Abrázame – me pidió sonriendo y con voz temblorosa.
Y yo volví a rodear su cuello. Luego comenzó a moverse lentamente.
– ¿se siente más rico?
A causa de tanto placer le dije que si con un solo sonido. Se sentía muy rico. El placer era mucho más intenso. Además creo que sus besos cariñosos en mi cara y cuello ayudaban mucho a exagerar el placer.
– Quieres que probemos otra cosa igual de rica?
Y esta vez dije si con la cabeza. Me levantó con una de sus manos y con la otra hacía algo que no podía ver y cuando me pidió que me sentara, supe que con su mano dirigía correctamente su pene al hoyo de mi trasero, cuando sentí la punta tocando la entrada de mi ano, levante la cola instintivamente, y él me dijo, tranquila hermosa ya verás que rico se siente.
No dolía pero sentía raro. Era como que mi trasero era un poco chico para su salchicha, pero se sentía tan bien. Era como si me acariciara por dentro. Además recuerdo que estaba muy bien lubricado porque podía subir y bajar sin problemas.
– Mi amor esto es todo tuyo – me dijo despues de unos cincio o diez minutos, antes de cerrar sus ojos y comenzar a acabar.
Sentí cerca de tres chorros un poco largos y muy calientes que me humedecían por completa. Cuando se detuvo, me abrazó muy fuerte, me besó la mejilla y el hombro izquierdo y me dijo que yo le gustaba mucho, que era hermosa y que no me quería perder.
Continuará…
Buena historia espero mas
gracias 👍🏻 ya está la segunda parte 😊