LA ESCUELITA DE FÚTBOL. (6).
La vida no detiene su andar y las cosas pasan, muchas veces es necesario que sucedan, pero… cuando te caen todas juntas, gran parte de un todo se complica….
PLACER – DUDAS – SUSTO – TRAMPA. -6-.
Me desperté temprano y lo primero que recordé fue llamarla a Josefina para avisarle que no viniera porque tenía gente en casa todo el día, le pagaba como si hubiera venido así que no me puso problemas. No sé por qué era, ella tenía claro que me movía con “amigas” en mi casa, pero yo tenía un cierto pudor para que se las encontrara allí.
Después de ir a otro baño a hacer mis necesidades, pasé por mi habitación, Elena dormía boca abajo y en su culo parado se veían los correajes del strapón, Sandra estaba también boca abajo ocupando más de media cama, tenía las piernas abiertas y de su vagina asomaba la mitad del consolador.
Traté de no hacer ruidos cuando busqué ropa para cambiarme, pero Elena me escuchó y me habló como tratando de ubicarse en el lugar que estaba, “buen día cielo, no me mires que debo estar horrible, Sandrita me destruyó” … De inmediato se escuchó la voz de Sandra, “hola Nachito, la “viejita erótica” me carga las tintas a mí y no es precisamente manca para esto, me duelen desde las uñas hasta las pestañas” … Nos reímos los tres, se despabilaron y ya sin hacerme problemas, tomé mi ropa y me fui a bañar al otro baño, ellas ocuparían el que tenía en suite.
Luego desayunamos en un clima inmejorable, con ellas contando de las sensaciones que habían experimentado y aunque Sandra afirmó que le costaría repetirlo, estaba más que contenta de haberse brindado con otra mujer, máxime cuando esa mujer era del calibre de Elena con quien lo había pasado de maravillas, además estuvo en un todo de acuerdo en hablar con las demás para bajar el tono de las confidencias porque, al final de cuentas, ellas serían las más perjudicadas si el tema llegaba a oídos de otras personas. Después, antes de que llegara Leticia, Sandra preparó sus cosas y se fue.
A la hora prevista llegaron todos los demás, le di al equipo de investigaciones los datos de los Directores con los que debían comenzar a trabajar, quedé con Leticia en que le daría los contratos que le pedí a Ivón que me pasara vía mail y le mostré a la gente de la custodia el lugar en dónde se instalarían cuando yo estuviera en esa casa. Después de esto, como ya se había hecho el horario, me acompañaron al banco donde, efectivamente me allanaron todo y pude disponer del dinero que les entregué como adelanto a cada uno de ellos, esto es un 20% del total pactado.
A casa regresamos Leticia, uno de los custodios (Luis) que ya comenzaba con su trabajo y yo, nos habíamos movilizado en mi auto y no bien llegamos Elena nos avisó que ella se retiraba porque quería cambiarse, además le dijo a Leticia que se tomara el tiempo que creyera necesario porque ella se quedaría en casa con su nieto. Me saludó con un beso, otro para su hija y no perdió tiempo en marcharse. El custodio se puso a recorrer la propiedad y la Abogada y yo nos fuimos a mi estudio para imprimir los contratos que debía estudiar y desmenuzar.
El contrato que firmaban los Directores al acceder al puesto era un contrato “tipo”, se había confeccionado uno y todos firmamos una copia de éste, cambiando, lógicamente, los nombres, en él existía la cláusula de prohibición de contratar a parientes directos hasta la tercera generación, además, tampoco se podía contratar a empresas subsidiarias de servicios en las que tuvieran injerencias, yernos, nueras, consuegros, cuñados o concuñados. Al ser hijo único y como mi padre no tenía empresa alguna a la que se la pudiera vincular, recuerdo haber leído la cláusula en cuestión, pero no le había dado mayor importancia.
- El que hizo redactar o redactó este contrato debía tener un problema con los familiares o estar aislado de ellos o no tener ninguno, -opinó Leticia leyendo precisamente el que había firmado yo-.
- ¿Por qué lo decís?
- Porque parece no querés saber nada de parientes y esto puede ser porque no sabe lo que son o porque es de la opinión de que mezclar entorno familiar con entorno laboral no resulta conveniente, algo que por otro lado en cierto y puede volverse engorroso porque todos tienen opiniones desde afuera que dificultan las decisiones, -yo entendía lo que quería decir, pero quise que se explayara-.
- Explicame bien eso porque no lo tengo claro…
- Suponte que el Director contrate al cuñado y el tipo no rinda trayéndole problemas, nunca va a faltar la hermana de ese cuñado que salte a favor, “como lo vas a echar o sancionar si es mi hermano”, “vas a dejarlo en la calle a mi hermano no pensás en su familia, en sus hijos”, así como esos hay miles de ejemplos que pueden surgir con familiares de por medio.
- Debe ser entonces porque no tiene familia, a la mujer la vi una sola vez en una reunión de fin de año y creo que tuvo un hijo que murió en un accidente de aviación a los veinte años, es posible que no tenga familia.
- Bueno, pero, al margen de eso, si cada Director decide por sí, puede hacer las trampas que quiera, basta con un apellido distinto o falsear la declaración de datos que nadie controla.
- Eso ya lo pensé y vas a tener que redactar y hacer homologar un contrato nuevo adaptándolo a las nuevas Leyes. Allí se suele hablar de Presidente y Directorio, pero no hay accionistas el Directorio son los Directores de las distintas áreas y se decide acorde a la voluntad del Presidente.
- No hay problemas con eso, de todos modos, éste no pierde vigencia porque es un compromiso firmado y asumido y en las Leyes nuevas se tuvo en cuenta el respeto a los compromisos laborales asumidos con anterioridad.
Sabía perfectamente de lo que estaba hablando, conocía su trabajo, pero yo notaba que, de vez en cuando, su mirada era de intriga y pensé que era más que probable que la cosa tuviera que ver con su madre y conmigo. Se había pasado un poco el mediodía, decidí cortar un poco el tema del trabajo y le pregunté si quería tomar té, café o preparaba algo para almorzar. Prefirió almorzar porque no había desayunado y me pidió de elegir la comida y preparar todo ella…
- La cocina es toda tuya, elegí y prepará, prometo hacerle honor a todo lo que
- Sos un tipo raro Nacho, cuando estás trabajando y tocando temas de trabajo, la mirada, los gestos y hasta el tono de voz es completamente distinto, por ejemplo, al que utilizás como recién diciendo que le harías honor a lo que yo quisiera darte, sin embargo, no parecés un tipo de dos caras.
- Trato de actuar con espontaneidad y sin dobleces, hay un tiempo para lo profesional y laboral y un tiempo para las relaciones sociales, la relajación y/o para disfrutar o divertirse. Aquel que logra mi confianza lo debe comprender rápido, aunque, por otro lado, no se la doy a cualquiera.
- Alejado de lo laboral parece que son varias a las que les das la confianza, mi madre incluida porque debo reconocer que hacía mucho tiempo que no le veía el ánimo tan mejorado y un brillo en la mirada que pensé que había perdido. ¿Acaso son pareja?…
- No cometas el error de preguntar nada sobre las personas, en este caso mujeres, con las que mantengo algún tipo de relación, sólo lograría que te retire la confianza y no hable más del tema contigo. No soy del tipo al que le gusta que le pregunten y mucho menos hablar de otras.
- Eso es muy loable y no pienso preguntar, aunque reconozco que lo de mi madre me intriga un poco.
- Respecto de tu madre y de mí, sólo te voy a contestar que no somos pareja, en el sentido que se le suele dar a esa denominación, nos llevamos fenomenalmente bien y lo pasamos de lo mejor, esto porque tu madre tiene un sentido de la ubicación, una personalidad y una experiencia que sabe plasmar en todos los ámbitos, es la misma persona dándole la gaseosa a los chicos de la Escuelita como moviéndose en un coctel de Embajada y es admirable por ello.
- Todo eso se lo reconozco, pero estoy segura que hay algo más, hasta ha cambiado mucho conmigo, me escucha, me comprende, me ayuda.
- ¿No te pusiste a pensar que vos, debido a la necesidad de contar con alguien, te has dado cuenta que tu madre está, sin darte cuenta que estuvo siempre y no supiste verlo?
- ¿Por qué me decís eso, que sabés lo que fue mi vida junto a mi madre?
- Saber no sé porque tu madre no me contó nada o muy poco de su vida Al igual que yo sabe que todos tenemos una vida anterior, pero uno no puede estar mirando siempre hacia atrás, te hace perder mucho de lo que tenés por delante. De todos modos, se me ocurre imaginar que auto-cegada por el brillo de tu madre, más de una vez te negaste a escuchar sus consejos o el traspaso de su experiencia junto al cariño que te profesaba.
- ¿Tan seguro estás para opinar sin conocer?
- Es un albur y estoy imaginando, pero creo que esa “ceguera” derivó en caprichos para molestar a tu madre, por eso elegiste a una mujer de pareja sin estar muy convencida totalmente de tu sexualidad, tuviste un hijo porque “se te antojó” y lo dejaste bastante de lado para seguir insistiendo con tus errores o para no admitirlos, pero, haciendo sufrir a tu madre con tu proceder.
- Ella hizo lo lógico, tragó sus penas, sufrió y aceptó porque era TU vida de “adulta” y trató de ocuparse más de su nieto que nunca tuvo la culpa de tus errores, rogó para que las cosas te fueran bien, pero cuando las cosas se dieron como ella preveía, en lugar de machacar con culpas o “pasar facturas”, se acercó y te brindó su apoyo y ayuda sin condiciones demostrando que siempre estuvo. No sé si lo entenderás, pero eso es una manifestación enorme de amor, ¿acaso estoy muy equivocado con mi imaginación?…
Leticia no pudo ni habría podido contestarme, yo le estaba dando un “palazo” en medio de la frente esperando la reacción que tuvo, se largó a llorar como una Magdalena y sólo pude atinar a abrazarla para que las piernas no la vencieran. Supe en todo momento que estaba removiendo sus heridas o las heridas de alguien que se encontraba golpeado feo por un fracaso reciente, pero no me importó… ¡Qué joder!, hay algunos que se merecen que los basureen o los cacheteen un poco para que asuman sus errores y acepten las culpas que ayudaron a que quienes los quieren la pasen mal y eso que me quedaron varias cosas en el tintero.
El caso es que yo la apretaba contra mi pecho sintiendo la presión que ejercían sus tetas apoyadas por debajo de mis tetillas y su dureza natural no me pasó desapercibida, tenía la cara apoyada a la altura de mi clavícula y no podía contener sus sollozos. La dejé que se descargara acariciando sus cabellos y a medida que se iba controlando noté el movimiento de su pelvis pegándose a uno de mis muslos para tratar de sentir el bulto que se había puesto “morcillón”.
No sabía que le pasaba por la cabeza, pero no era momento para aprovechar esa entrega, me separé de ella pidiéndole que se calmara, le dije que ahora las cosas le irían mejor y la hice sentar en una de las sillas de la cocina para dedicarme a sacar la comida preparada del freezer. No hice mención a todo lo que le había dicho, puse los platos, los cubiertos y los vasos preguntando que quería tomar y eligió gaseosa. Ya sentados y degustando unos ricos ravioles con salsa, me habló:
- Disculpame por lo de recién Nacho, a medida que tomaba conciencia de las verdades que me ibas diciendo, no pude contener el llanto, los errores fueron sólo míos, mamá no hizo más que respetar mis veleidades de adulta y tomé plena conciencia de algo que me dijo siempre y lo llevó a cabo, “yo te marco lo que a mí me parecen errores y equivocaciones, pero jamás te voy a decir lo que tenés que hacer, vos tendrás que encontrar tus propias paredes para golpearte” y vaya que las encontré.
- ¿Sabés cómo se llama eso?, se llama VIDA y está plagada de escollos para saltar o tropezar con ellos, algunos no se pueden saltar ni rodear y te dejan más de un chichón, lo importante es capitalizar esos “chichones” para que no se repitan.
- Aparte, hay otra cosa más que me pasó recién y…
- En esa VIDA de la que hablábamos, hay momentos para todo, algunos se dan rápido y otro merecen un tiempo de espera para que se den mejor y de modo más placentero. ¿Cuándo crees que tendrás listo el nuevo Contrato Laboral para Directores?, -se dio perfecta cuenta de que no quería tocar más ese tema, que lo dejaba para más adelante y no lo descartaba-.
- Gracias Nacho, por todo, respecto al nuevo Contrato, no es difícil de confeccionar, habría que tener claro que la Dirección de Recursos Humanos es la única que tendrá potestad para darle el visto bueno a cualquier nuevo empleado u operario o, en su defecto que lo resuelva el Presidente, lo mismo sucedería con las empresas prestatarias, aquí se podría obviar el tema del parentesco y se llamaría a licitación.
- No, con el tema de empleados u operarios eso no será así, no voy a pretender estar en la misa y en la procesión, a lo sumo, cada Director me tendrá que informar que es lo que amerita esa o esas contrataciones y allí es donde decidiré.
Seguimos en esta temática de trabajo hasta las quince horas, horario en que nos teníamos que ir a la Escuelita, ella lo hizo en su coche y yo en el mío, con el custodio. Con éste aproveché para explicarle cual era el desenvolvimiento en la Escuelita con los padres y con las madres, no le iba a pedir a ninguno de ellos que se portara a “cara de perro” con los padres, pero entendía que la presencia de la custodia no debía ser cercana a mí, no los quería “pegados” ni me convertiría en “cuida-conchas” o “cuida-culos” de nadie, pero exigía absoluta discreción y sin “filtreos” cuando estuvieran de servicio. No hubo demasiado que explicar.
Todavía faltaba para que llegaran todos los chicos, saludé a los presentes, principalmente a Roberto y a los chicos que se acercaron, me puse a conversar con un grupo de madres, distinto al de las más íntimas, esto era algo normal que se daba, las supuestas “separaciones” pasaban por el tema de las afinidades, aunque cuando el problema a resolver era común los padres y madres “tiraban parejo” para llegar a acuerdos comunes.
Luego de distintas conversaciones, muchas de las cuales no pasaban de ser las comunes, como se comportaban los chicos en la casa, algún que otro problema hogareño de entrecasa, sobresaltos en lo económico y yo escuchaba a todos, era algo que me había fijado desde el primer día, si cada chico era distinto para reaccionar y el modo de trato variaba acorde a la personalidad y a lo que exhibía cada uno, con los padres era exactamente igual, es más, muchas veces se acercaban por el mero hecho de ser escuchados.
Me había fijado que en la mesa donde se encontraban las más “íntimas” había varios modelos de trofeos para decidir cuales comprar para los chicos, saludé a todas notando que faltaba Shui, según me dijeron, le tocaba trabajar y había mandado al chico con Irina. Se notaba que Elena y Sandra habían hablado sobre los “comentarios indiscretos” y el tono de sus conversaciones era distinto. Respecto de los trofeos le dije a Elena que lo consultara con todos los padres y que eligieran el que más les gustaba, así fuera por votación, siempre habría alguna disconformidad, pero… la mayoría siempre se imponía, por otro lado, ellos no gastaban un peso con los trofeos.
En la práctica de los chicos no hubo novedades y estiramos la permanencia en el lugar porque festejamos el cumpleaños de dos de ellos, para eso aparecieron tortas y globos aportados por las madres y las gaseosas de las que se hizo cargo “el Profe”. Luego de que todo terminó se me acercó Elena y me preguntó qué tal habían estado las cosas con la hija…
- Estuvieron más que bien, trabajamos, pusimos algunas cosas en claro y creo que lo más importante y lo que más te interesa es que se está redescubriendo a sí misma y está volviendo a descubrir a la madre y lo que ésta significa, significó y significará en su vida.
- Me das una alegría inmensa, aunque, entre todo eso, creo que le intriga nuestra relación.
- Algo me dijo como una manera de “tirarme de la lengua” pero hasta ahí llegó, no obtuvo ninguna respuesta definitiva y creo que entendió que no debe meterse en la vida de los demás.
- Me pareció entender que había algún tipo de atracción contigo, ¿pasó algo?…
- No, no pasó nada, aunque ya sabés que de haber pasado no te enterarías por mi boca, de todos modos, reconozco que no me es indiferente, pero debe poner en orden muchas de sus ideas, después se verá.
- Te hago otra pregunta sin compromisos, ¿tenés quién te haga la cena hoy?…
Los dos teníamos claro que no se podría afianzar ningún tipo de compromiso de pareja entre ambos, pero también teníamos claro que la atracción existía con reciprocidad y a mí en particular, hasta el perfume de “la abuela” me ponía a mil, por eso le contesté: “Sin ningún tipo de malos entendidos, me gustaría que una “abuelita” me cocine y me venga a hacer mimos” … “La comida la ponés vos, te prometo que la “abuelita” te lleva el mejor postre”, -dijo sonriendo con picardía-.
Quedamos en que aparecería temprano y luego de saludar a todas, nos fuimos Luis y yo para casa. Aquí también le hice una aclaración… “Luis, va a venir gente a casa, normalmente serán féminas, te toca “desaparecer” a menos que te avise por medio del canal del intercomunicador”. Ni punto de discusión. No bien entré a casa me fui a bañar, luego fue camisa de mangas cortas, pantalón liviano de vestir sport y mocasines náuticos.
Unos cuarenta minutos después llegó Elena, vestía un vestido de verano de color rosa con algunos toques de rojo, entallado hasta la cintura y un poco más acampanado desde las caderas a mitad de muslo, no era minifalda, pero sus piernas largas y perfectas calzadas con sandalias de taco medio se hacían notar. La saludé con un “piquito”, sin apasionamientos desmedidos y como no podía ser de otra manera, alabé su belleza mirándola cuando se acercó a una repisa a dejar un pequeño sobre y su celular.
- Es difícil mantenerse callado cuando se trata de admirar tu belleza, el halago surge tan sencillo como un dos más dos, igual a cuatro.
- Callate loco, me gusta demasiado cuando me decís piropos, pero lo que más me llena es que lograste darme una energía que ya creí olvidada, había entrado en una faceta decidida de “abuela” y orillando casi los “cuarteles de invierno” y ¡zasss! apareciste para reflotar a la mujer y a la hembra sin dejar de lado a la persona.
- Me alegro por eso, juro que no me esforcé para eso, la mujer todavía estaba muy latente y la parte que me toca disfrutar a mí, además de hermosa, es maravillosa.
- Amé a un solo hombre en mi vida y te aseguro que no fue fácil. Al final las cuentas te dan un resultado positivo, pero hay muchos altos y bajos con los que hay que batallar y cuando crees que tenés todo ganado, aparecen los sopapos. Ya sé, no me digas nada, sé que hay que apostar a lo positivo y ya te dije que tengo mucho que agradecer, vos, nuestro pensamiento en conjunto, una relación sin imposiciones, con libertad, la recuperación de mi hija, ver a mi nieto feliz, sin embargo, todo eso muchas veces te juega en contra.
- Entiendo lo que querés decir, mirando todo lo positivo se está fenomenal, pero lo negativo siempre ronda, ¿no?, es imposible de borrar.
- Sin dudas, hoy fue un día de angustias raras porque se me cruzaron por la cabeza todas las cosas, no diría las que hice mal, pero sí las que podría haber hecho mejor, además de pronto te encontrás con tu peor enemigo, “Don Espejo” se junta con el ego y te “comés” cada cachetazo…
- Bueno, dejemos de lado las “pálidas” y vemos que hay para comer, cenamos, lo pasamos bien, nos hacemos mimos y vemos de pasarla lo mejor posible.
- Tenés razón, disculpá lo que te dije, sucede que siento que con vos puedo hablar todo lo que surja, incluidas las “pálidas” que rondan.
- Para eso estamos los amigos, con mucha más razón los amigos con “derecho a roce”, perdón, con “derecho a cualquier roce”.
- Dale, vamos a preparar la comida porque si seguimos así, nos vamos a olvidar de comer para dedicar a otras cosas, apetecibles pero que no alimentan, jajajaja.
Hicimos la comida entre los dos y no faltaron roces, besos y sonrisas, alguna que otra “apoyadita” en las que Elena no se privaba de tirar su culito para atrás buscando más intimidad en el “arrime” y no la hacía desear porque no sólo me pegaba más a ella haciéndole sentir, sino que me aferraba como naufrago al madero, ora de sus caderas, ora de sus tetas en que los pezones endurecidos se llevaban la mejor parte. En un momento se agachó y se apretó el pecho poniendo la mano entre sus tetas y mis manos que las tapaban, no fue un gesto habitual y sentí que todo su cuerpo se endureció, esto me extrañó y le pregunté:
- ¿Estás bien mi cielo?, ¿algún problema?
- No es nada, me acelera cada vez más el juego previo, no veo la hora de terminar de cenar para irnos a la cama.
- Sos una viciosa, yo estoy igual, aunque creo que ya te diste cuenta, -le dije apoyándole la erección entre sus nalgas-.
No me contestó nada y se sirvió un vaso con agua del que tomó unos sorbos. Habíamos puesto en el horno de la cocina un matambre a la pizza para que se calentara mejor que en el microondas y poniéndome un par de mitones saqué la fuente para llevarla a la mesa seguido de Elena que aún llevaba el vaso con agua en la mano, en eso escuché, “Nacho, me duele mucho el pecho”.
Justo apoyaba la fuente con la cena en la mesa y me giré para ver que “la abuela” se arrodillaba tomándose el pecho y dejando caer el vaso. Mi movimiento fue felino y llegué a evitar que se golpeara el costado de la cabeza contra el piso, la apoyé en él, grité en el intercomunicador llamando a Luis y me puse a darle R.C.P., según nos habían enseñado en un curso de la empresa, todo hacía saber que era un infarto o algo similar.
Luis entró apurado a la cocina, tenía el arma en la mano que pronto dejó sobre la mesa y tomó mi lugar en el ejercicio de reanimación para que yo llamara a una urgencia médica, tardaron muy poco mientras un Médico me daba indicaciones por el altavoz del teléfono. La respiración de Elena era muy tenue cuando ingresaron corriendo el médico y el enfermero, Luis ya había corrido la mesa para hacer lugar y el conductor de la ambulancia acercó la camilla, yo me corrí para que el médico la auscultara con el estetoscopio, a la vez que el enfermero tenía preparado el desfibrilador.
“Está respirando, tiene pulso, alcanzame la jeringa”, -le pidió al enfermero y la inyectó directo por sobre una de las tetas-. De inmediato se notó que respiraba mejor y Luis y yo la subimos a la camilla. Salimos de raje para la Clínica. Luis nos seguiría con mi auto y se ocupó de cerrar todo. El médico, que, dentro de la ambulancia, la había conectado a un par de aparatos que marcaban los latidos y una serie de números me habló tranquilizándome y me hizo saber que gracias al R.C.P. había salido del paro total, había sido un infarto, aunque no me podría decir el grado de la lesión aortica, eso sólo se sabría con una batería de estudios. Lo que le escuché y entendí más claro fue cuando dijo: “Quédese tranquilo, está fuera de peligro”.
En la clínica la metieron urgente a una habitación y me fui a sentar en la sala de espera porque fue allí donde me comenzaron a temblar las piernas, al rato se acercó una enfermera o empleada del lugar y me pidieron todos los datos de la paciente y los míos, no tenía ni idea de algunas cosas que me preguntaban. Luis acudió en mi ayuda trayéndome el sobre donde Elena guardaba los documentos y su celular, los había recogido al salir. Luego de los trámites me percaté de que no había traído mi celular y la llamé a Leticia con el celular de la madre, “hola mamá, necesitás que te dé una mano, jajaja”, -fue la contestación al llamado-.
Se asustó un poco cuando escuchó mi voz y se desesperó cuando le conté lo que había pasado y dónde estábamos, se atropellaba con las preguntas y le contesté levantando la voz, “calmate por favor, fue un aviso de infarto, tu madre ahora está bien, está internada porque le están haciendo pruebas y análisis, te repito que está bien, vení tranquila y hablás con los médicos”. Me pareció más correcto eso que decirle, “tu madre sufrió un infarto”, pues la “película” que se hace el que escucha suele ser dramática.
Leticia tardó poco y nada, venía con el nene y cuando comenzó a preguntarme lo llamé a unos de los médicos que la estaba atendiendo y se quedó hablando con ella mientras yo me iba con el nene a comprarle unos chocolates en el comedor de la clínica. “¿Qué le pasó a la abuela Profe, mamá lloraba, decía que era por culpa de ella y no me dijo nada?”, le tuve que explicar que le había dado una puntada en el pecho y que la internaron para hacerle análisis, que la estaban atendiendo como tres médicos y que después la veríamos antes de irnos.
No me importaba que podría decir la madre, nunca se tenía en cuenta que, si el adulto conociendo y entendiendo un poco más, se hace sus propias “películas” de miedo, culpas y pensamientos agoreros, en los chicos esto es peor porque ignoran todo y su imaginación suele captar todo tergiversado, bastaba con explicarle algo de lo acontecido y se daban enseguida por conformes, para él ya estaba bien y sin hacerse dramas eso era lo que le importaba.
Nos quedamos allí por espacio de una hora y media y, a pesar de estar internada por precaución en una sala de terapia intensiva, nos permitieron verla por un par de minutos. “Nacho, cuando me caí no perdí el sentido, me di cuenta de todo, te debo la vida y a Luis” … “No jodas mujer, lo que me debés es una cena, cuidate y en un par de días repetimos con lo que te dejen comer, jajaja” … Era al pedo que nos quedáramos en la clínica, nos lo dijeron, lo comprendimos y nos fuimos para casa, ninguno había cenado y dije de aprovechar la comida que teníamos lista. Al llegar enseguida nos quedamos solos porque, después de que Leticia le volviera a dar las gracias, Luis se fue para su aposento.
El nene se puso a jugar con la computadora, Leticia se dejó caer en el sofá y yo me fui a recalentar la comida retirando la fuente que estaba sobre la mesa, no me llevaría mucho tiempo, además, la mesa estaba tendida y sólo fue necesario agregar un plato y otro juego de cubiertos para la criatura. Estaba por sacar nuevamente la fuente y sentí los brazos de la Abogada que se apoyaban a mi pecho viniendo desde atrás, no sólo los brazos, también noté en mi espalda cuando apoyó sus tetas macizas en ella y la dejé hablar aferrando sus manos…
- Por favor Nacho, no te enojes conmigo, necesito que me dejes sentirte, darme cuenta de mi error al haber elegido por despecho y estupidez a una mujer como pareja, el tiempo perdido, la reconciliación con mamá, descubrir que me gustás y que te siento como hombre, el miedo que sentí al pensar que la había perdido y el agradecimiento que tendré con vos de por vida por haberla salvado. Sí, sí, no me digas nada, el médico me aseguró que de no haber actuado como lo hiciste ella no estaría hoy con nosotros. Todo eso me tiene alegre, motivada, agradecida, pero también muy confundida, -me giré abrazándola para hablarle mirándola a la cara-.
- Lo de tu madre se dio porque se dio y reconozco que ella para mí es “especial”, respecto a lo tuyo, no puedo negar que me gustás, que me encantás diría, pero no soy hombre de una sola mujer, equivocado o no entiendo así mi libertad y quienes me rodean lo saben. Tampoco, aunque me muera de ganas, podría ahora ni tan siquiera acariciarte porque vos no estás en tu mejor momento, tenés un montón de incertidumbres que unidas al agradecimiento nos podrían otorgar un momento de placer demasiado efímero y me niego a cambiar por sexo el apoyo que estás necesitando.
- Es que yo lo acepto así, mamá me dijo como sos, no tengo problemas en ser una más…
- Leticia, me calentás hasta las muelas, pero, te lo pido por favor, vayamos despacio, lo que tiene que ser será, vos también sos “especial” para mí.
Había logrado controlar a “mi amigo” que comenzaba a encabritarse y, de algún modo, a capear el temporal, yo mismo estaba confundido porque sentía distinto con Leticia, lo había notado desde el primer momento en que la conocí. Aparte de tener un físico que hacía parar el tránsito me gustaba la forma de mirar, sus gestos, sus mohines, la sencillez para reconocer sus errores, su inteligencia y capacidad de trabajo, opinaba que era un diamante en bruto tremendamente mal pulido, quedaba mucho resto para formar una joya única y no quería que todo se limitara al sexo por el sexo en sí, puesto que, si canalizaba todo por ese lado, me sentiría como incompleto con ella.
Le di un “piquito” que aceptó con gusto y nos sentamos a comer, ya para los cafés el nene se estaba durmiendo y se lo llevó a una de las habitaciones, todas las cuales estaban preparadas, lo dejó descansando y regresó al living para tomar una copa conmigo. Las horas se nos fueron volando, la charla se hizo íntima, habló de los dos novios anteriores, de su relación con la madre y el padre, del vacío que significó para ambas su muerte, de su elección con la que había sido su pareja, de la decisión para tener a un hijo. Yo también dije mi parte y abrazados y sentados en el sofá nos sentimos cómodos sin necesidades del sexo.
Aún no había amanecido pero el canto melodioso de un zorzal criollo que sonó como si estuviera dentro de la habitación, nos hizo notar que las horas habían pasado sin que nos diéramos cuenta. Su beso fue íntimo, dulce y se separó diciendo que se iba a acostar un rato porque quería ir a la clínica en el horario del mediodía para saber la evaluación de su madre. Le hice saber que no contara conmigo para eso, tenía aversión a visitar a enfermos, además iba a recibir al Jefe de los Investigadores para que me pasaran las posibles novedades. Me despertó mi madre a media mañana, estaba parada al costado de mi cama acompañada de Josefina y me sobresalté al verlas a las dos.
- ¿Qué pasó vieja, está todo bien? -Ella, con un enojo fingido me contestó-:
- No sé, vos dirás, hace más de dos meses que no nos pasás a visitar, me vine con Josefina porque tu padre no quiso que te molestara y no das señales de vida.
- Ves, el “viejo” es el único que la tiene clara, si algo estaría mal serían los primeros en saberlo.
- Tal para cual los dos, ni que fueran padre e hijo. Hay un nene jugando en la computadora y nos dijo que la mamá está durmiendo en otra habitación, ¿quiénes son?, aparte hay un muchacho en el parque que dice que es parte de tu custodia y yo caigo como “peludo de regalo” sin saber qué es lo que está pasando.
- Tampoco tenés porque saberlo, ya estoy un poco grandecito para hacer y deshacer en mi casa, ¿no? Denme un beso las dos y mientras tomo unos mates les cuento, no la despierten a la chica, es mi Abogada además de amiga y ayer tuvimos un “baile” bárbaro acá. Josefina, fijate que le podés dar de desayuno al nene, enseguida me cambio.
Mi madre enseguida tomó las riendas y le preparó el desayuno a Peter, que así se llamaba el hijo de Leticia. Al aparecer en la cocina me miró contento y me dijo: “Hola Profe, mi mamá sigue durmiendo y la abuela Lidia me preparó leche chocolatada, está riquísima”. La cara de mi vieja cuando escuchó lo de “abuela Lidia” no tuvo desperdicio y Josefina no pudo retener la carcajada, Peter inocentemente le había movido toda la estantería a mi madre.
Les conté rápido lo que había pasado con la visita que tenía invitada a cenar, lo de la clínica y que nos habíamos venido a comer a la casa porque la hija y el nieto estaban un tanto alterados, “nos quedamos hasta tarde conversando y por eso nos dormimos también hasta tarde” … Mi madre miró por los ventanales al “ropero” que se paseaba por el parque y preguntó el porqué de la custodia, “es por el nuevo puesto que tengo en la empresa, me nombraron Director General con facultades de Presidente y la custodia viene incorporada, de todos modos, son muchachos muy eficientes y educados”.
Me felicitaron las dos con abrazos y besos y en ese momento hizo su aparición Leticia, a la cual presenté con mi madre y con Josefina. Leticia pidió disculpas por la situación y por las molestias, “que situación ni que molestias, sentate acá que ya te hago un café con leche, Nacho toma mate solo, porque no le convida a nadie”, -dijo mi madre y fue harto evidente que la Abogada le gustó, distinta hubiera sido la cara si notaba algo que le molestaba.
Leticia le preguntó a Peter que estaba tomando, “la abuela Lidia me dio chocolate con leche y Josefina me dio unas facturas que hace ella, están riquísimas má”, -contestó como algo de lo más normal-. Josefina me miró y me sonrió, hacía tiempo que mi madre me venía inflando los huevos con eso de ¿cuándo me vas a presentar a tu novia?, ¿cuándo pensás casarte y darme un nieto?… Al comenzar la “cantinela” mi viejo se iba para no escucharla y yo, varias veces, estuve a punto de enojarme feo con su insistencia y escuchar la salida espontánea de Peter llamándola “abuela”, la ponía en las nubes.
Josefina se puso a hacer las cosas de la casa y mi madre se sentó a conversar con Leticia, en instantes parecían conocerse de toda la vida, máxime cuando se enteró quien había sido Elena en su época de modelo pues afloró todo su “cholulismo” y como era lógico, me dejaron al margen de lo que hablaban. La completó el nene cuando me preguntó: “¿Profe puedo ir a jugar al parque?”.
No pude evitar lanzar la carcajada cuando, aun cuando parecía estar enfrascada en la conversación con Leticia, mi madre se giró para preguntar: “¿Qué es eso de “Profe” hijo?”. Fue Leticia la que le contestó, “Nacho dirige la Escuelita de Fútbol donde Peter va a aprender a jugar y es muy bueno como profesor, los chicos están encantados con él”.
Mis padres conocían del tema no por nada cuando era chico me llevaban a un club de fútbol infantil esperando que descollara, uno u otro o los dos juntos se pasaron años en ese ambiente y después de las felicitaciones por el emprendimiento, entremezcladas éstas con las preguntas referidas a cómo hacía con el trabajo, se desentendió de mí y lo llamó a mi padre para darle la novedad.
En ese momento llegó el encargado del grupo de investigación y pasé directo a mi despacho para hablar con él, Leticia, previendo que me tardaría un rato me avisó que había hablado con Sandra y con Diana para ir juntas a visitar a Elena a la clínica, les mandé saludos y le pedí a mi madre que trataran de no molestarme porque estaría tratando temas del trabajo. La información que me acercó el Investigador no tenía desperdicio y me enfrasqué en eso. El Director que tenía el mando de la Logística, envasado y distribución de los productos parecía ser el que verdaderamente decidía en la empresa y daba a pensar que “distraía” muy buenos dividendos de allí.
Me enseñó una lista con sus bienes muebles e inmuebles y una lista de diez personas, presumiblemente parientes directos o indirectos en los mejores cargos y sueldos. No era definitivo, era muy poco tiempo para proceder y se estaban ocupando de conseguir datos irrebatibles para llevar a cabo los despidos sin riesgo de reclamos judiciales. Tenían conversaciones de WhatsApp, desde un mes atrás, efectuadas con otros Directores con los que se reunía, así que era probable que estos estuvieran al tanto de sus trapisondas y muy posiblemente ellos harían también las suyas.
- Todo esto hay que corroborarlo a conciencia, lo mismo que la relación que mantiene con la Secretaria del Presidente pues, por lo que dejan entrever otros intercambios de WhatsApp, la tal Isabel y él serían amantes y no es muy reciente.
Esto lo dijo, mientras me mostraba varias transcripciones en que los diálogos no dejaban lugar a dudas-. Me tomé la cabeza pensando que la estructura interna laboral y posiblemente económica de la empresa estaba totalmente podrida. Para muestra bastaban muy pocos botones, pero le pedí que investigaran a los de la lista y a su entorno, quería que sacaran a relucir cualquier clase de “trapo sucio”. El hombre se fue con esa premisa y yo me quedé recaliente y enojado porque tenía ganas de echar a todos a patadas, algo que sabía que por el momento no podía hacer.
Me senté tranquilo porque se lo tendría que explicar al Presidente, no sabía la relación que él podría tener con su secretaria, pero tenía claro que no la podría tener a mi lado, además tenía que evitar que el tomara algún tipo de medidas apresuradas. Debía dedicarme a esto de lleno y lo primero que hice fue llamar a Roberto, le expliqué algo de mis imposibilidades y le pedí que se encargara de los chicos, no hubo problemas con ello y yo me dediqué al tema del trabajo. El Presidente me atendió enseguida y me aclaró que él ya estaba disfrutando de su retiro en la casa, algo que me podía beneficiar…
- Hola Ignacio, ya está todo listo para que se haga cargo a partir del lunes, asentado legalmente por medio de un Escribano, ¿cómo van las cosas con lo suyo?
- Para mí van bien, pero tengo que pasarle novedades que no le van a agradar demasiado.
- Dele, cuente, a esta altura ya nada me sorprende, algo venía “olfateando” respecto a que alguno no hacía las cosas bien.
- Me alegro que lo tome así y le pido que la información que le voy a pasar no lo haga actuar de forma apresurada, todavía nos falta muchos datos por recopilar y si algo de esto se sabe le daríamos armas para esgrimir determinadas defensas legales.
- Quédese tranquilo Ignacio, todo está en sus manos y voy a respetar a rajatabla lo que usted decida. ¿Ya tiene quién es el traidor?
- En mayor o menor medida son varios con uno que dirige que resulta ser el Director de Logística, Distribución y Transporte, además tengo una lista de empleados con cargos y sueldos elevados que serían parientes directos e indirectos de él, lo mismo pasaría en otras Direcciones.
- ¡La puta madre!… Que mala noticia que me da Ignacio, es justo quien no querría que fuera, es un conocido de años, conocido incluso de mi familia.
- Tenga por seguro que, aunque aún no se puede actuar, no tengo dudas de lo que digo, el “fulano” en cuestión ha hecho mucho dinero a costilla de la empresa, hay mensajes de mail y WhatsApp que corroboran lo que le digo y puede que haya algo más que lo pueda hacer sentir mal.
- Por lo que me dice, entiendo lo de la “limpieza” en forma paulatina, ¿qué es lo otro que me puede hacer sentir mal?
- Para serle claro, no sé qué tipo de relación tiene usted con Isabel, pero ella no puede trabajar a mi lado, es más le diría que no puede seguir trabajando en la empresa.
- ¿Qué pasa con Isabel, yo le había prometido mantenerle el trabajo?
- Pasa que es la amante del Director traidor que nos ocupa como prioridad, se ven dos veces por semana en una casa que está a nombre de un testaferro, no quedan lugar a dudas sobre lo que le afirmo, además que esto no es de ahora y los datos surgen de sus mensajes entrecruzados.
- ¿Está seguro Ignacio?, ella tiene a su marido, incluso han venido a cenar a mi casa en más de una oportunidad, salen de compras con mi mujer, tiene acceso a casi todas mis decisiones en la empresa.
- Sin dudas, esta cercanía le ha permitido hacerle saber a su amante que usted iba a darme el cargo a mí desde hace una semana. Las conversaciones y los mensajes lo corroboran, ni siquiera pueden aducir algún tipo de reunión laboral, a la vista tengo un mensaje que dice: “Cielo, necesito que vengas, mi concha está deseando que la martirices con tu lengua y tus pijazos, mi marido está de viaje de negocios y nos podemos poner de acuerdo para actuar contra el Director General, pues yo quedo como su secretaria principal”. Como verá no tiene visas de conversación estrictamente laboral.
- ¡Qué hija de miles de putas!, tenía mi confianza y la de mi mujer, recibió muchos beneficios por estar a mi lado, ¿cómo es posible que las personas actúen con tanta maldad?… Es verdad que ella sabía de su nombramiento desde el principio, que me pidió quedarse a su lado para ayudarlo en lo que no pudiera entender y también es verdad que el marido estaba de viaje. ¡No tienen ningún tipo de perdón!…
- Cálmese señor, yo sé que saber todo esto no es agradable, pero le aseguro que voy a hacer lo mejor para salvaguardar a la empresa de estos delincuentes. Le agradecería que no le cuente ni a su esposa, ella puede enojarse y reaccionar hablando lo que no debe, tampoco tenga contacto con Isabel, aduciendo que cualquier tema tiene que solucionarlo conmigo.
- Está bien Ignacio, no me diga más, haga lo que estime conveniente, yo voy a pasar un fin de semana de mierda.
Corté la comunicación pensando en lo jodido que debe ser descubrir que te está “cagando” gente de tu extrema confianza, con el agravante del “bichito” que se te mete en la cabeza y te lleva a pensar que gran parte de lo que han logrado por ellos en lo personal ha de haber sido por meterle la mano en el bolsillo a la empresa abusando de la confianza brindada. Eso te lleva incluso a dudar de tus propios procederes y a pensar que cuando hay dinero y Poder de por medio, desaparecen muchos de los “valores” y “códigos”, pasando a ser la “codicia” la que sienta sus reales.
Alguna vez cuando era un pelotudo adolescente, “conocedor de todas las verdades”, había discutido feo con mi padre por aquello de “entregar confianza a manos llenas”. “Mi problema no son tus amigos o conocidos, mi problema sos vos porque todavía no entendés que la confianza que uno otorga y la que le otorgan a uno se debe consolidar día a día, siempre hay más “malos” que “buenos” y no es cuestión de “regalarse” creyendo que hay “traiciones chicas” y “traiciones grandes”.
El tiempo y la experiencia me enseñaron la verdad de esas palabras y aunque mi “viejo” cayó varias veces en algunas “pérdidas de confianza” que duelen porque uno tiende a confiar y confiarse, tuve que reconocer su razón en esto que me dijo y hacía tiempo que ya no era tan “dado”.
La voz de Josefina avisando que el almuerzo estaba listo me sacó de los pensamientos agoreros y de la “filosofía de entrecasa”. Almorzamos juntos y mi madre no perdió ocasión para hablarme bien de Leticia y de Peter. Preguntó si hacía mucho que estaba separada, si conocía al padre del chico, que si esto, que si aquello y, como pasaba casi siempre, me hacía “levantar presión” con sus “interrogatorios” que las madres suelen “disfrazar” de amor y preocupación, uno de los motivos por los cuales, consciente o inconscientemente “estiraba” siempre las visitas a mi casa paterna.
Josefina trataba de cambiar la conversación preguntando que comidas quería que me preparara para freezar, “las que vos quieras, todas las que me hacés me encantan, sólo recordá que siempre aparece alguna invitada para compartir”, le contesté parándome para atender el teléfono que estaba sonando mientras escuchaba a mi madre que decía, “este chico no va a madurar más”.
Era Leticia, llamaba para avisarme que Elena estaba bien, totalmente estabilizada y me mandaba saludos al igual que Sandra y Diana, se los retribuí y le conté que no iba a ir a la Escuelita porque habían surgido un par de temas de la empresa que tenía que resolver. “Avisame si necesitás que te acompañe” -me dijo-, no dejó entrever ningún tipo de connotación, pero “mi amigo” me dio un “tironcito” al recordar que la noche anterior la había tenido al lado y lista como para “cualquier negocio”, era evidente que, lo de actuar como “señorito francés” muchas veces no cuadraba con mis ganas de “ponerla” y pasarla bien.
Me obligué a desistir de pensar en sexo porque la realidad es que quería pasarme la tarde tomando sol o recuperando el sueño. La semana había estado un tanto agitada, además debía pensar los pasos a seguir con el tema de la empresa y tantos culos femeninos complacientes dando vueltas no es que ayudara demasiado a pensar en trabajo, de todos modos, me descubrí pensando en Sandra con sus mamadas o Diana en “cuatro” con el culo a mi disposición y… en Leticia desnuda y entregada en una cama.
Me fui a la cocina a tomar un café y me acomodé el “morcillón” porque pensar en la hija de Elena lo había activado y como tenía “todas las fichas”, pensé que de esa noche no pasaba. Josefina me sirvió el café y comenzaba a contarles de la recuperación de Elena cuando el celular volvió a sonar, “¿quién carajo será ahora?”, -expresé con cierto mal humor-. Era Ivón y como era raro que me llamara, me preocupé… Apenas atendí no me dejó ni hablar…
- ¡Nacho, tenemos que hablar urgente! Esta tipa Isabel no es “trigo limpio”, se hace la buena y ya tuve que pararle los pies un par de veces. Antes de ayer la escuché hablar por teléfono con alguien, no sé con quién, pero le contaba lo que hacía el Presidente y que iba a ser difícil lidiar con el “elegido para la función”. Como yo estaba relativamente cerca le dijo que luego lo llamaba y le explicaba, quedó todo ahí porque yo me hice la idiota y quedó como que no había escuchado.
- Pará, pará un poco Ivón, hay un par de problemas por resolver, pero será a partir del lunes, tomate el fin de semana con tranquilidad.
- Recién salí y estoy yendo para casa, vení a verme, estoy sola porque mi marido se fue a un Congreso de Capacitación en otra provincia todo el fin de semana y no puedo estar tranquila, tengo una grabación que me da miedo, hablan de hacerte algo o pegarte un susto o atentar contra vos, estoy segura, aunque no hicieron nombres.
- ¡Ivón!”, ¿de qué hablás?, ¿cómo es que tenés una grabación?
- No quería decirte algo porque sí o hablar por hablar porque ella tiene más antigüedad que yo en la empresa, por eso, ayer le puse un micrófono de alta densidad en el escritorio y conectado a mi notebook, así registraba todo. Cada vez que hablaba con alguien, yo salía de allí y me iba a la otra oficina. Hoy habló con alguien, grabé todo, lo pasé a mi teléfono y no sabés lo que dice…
- Bueno, respirá tranquila y prestá atención. Te voy a mandar la dirección de mi departamento por mensaje de texto, esa no la conoce nadie, llegate por allí a eso de las siete de la tarde, charlamos todo esto, cenamos y vemos de pasarla bien, pero primero mandame por WhatsApp el audio de lo que grabaste, yo voy a hablar con gente amiga para que procedan con esto, luego te cuento bien.
- Dale Nacho, mandame la dirección y a las siete estoy allí.
- Listo belleza, un beso y quedate tranquila.
Recibí el audio que me mandó Ivón y me encerré en el despacho para escuchar tranquilo. No se hacían nombres y se entrecortaba por los ascensos y descensos en los tonos de voz, pero el hombre hablaba de “hacer entrar por la variante al nuevo Director General y para eso nada mejor que darle una sorpresa en el domicilio”.
La mujer contestaba que tenía que ser algo que no dejara lugar a dudas porque no creía que así porque sí fueran a “torcerle la mano” y “sin hacer “cagadas” que puedan ponerte en evidencia”, -le decía-. “Si vive solo es mejor, se le puede mandar un paquete con bomba, aunque no estalle, como una forma de aviso o tirotearle e incendiarle el auto, mismo los muchachos de carga lo pueden visitar y darle una paliza simulando un asalto”.
El hombre que hablaba tiraba distintas alternativas, deslizando también algunas puteadas e insultos al “viejo de mierda” que había decidido ese cambio de mandos sin tenerlos en cuenta. La tal Isabel decía que había que pensarlo bien porque podían quedar todos presos si algo salía mal… “Vos quedate tranquila, nadie tiene que sospechar de la secretaria y no creo que se anime a denunciar nada, además, ¿a quién va a denunciar?”.
Le preguntaba además si la dirección era la correcta y que había que apurar todo antes de que empezara a trabajar, “se va a cagar hasta el pecho y el lunes presenta la renuncia, mi cuñado me manda a cuatro “roperos” que trabajan para él, lo van a desfigurar al idiota, vos tenés que tener todo listo para hacerte cargo y sacarte a la pendeja de encima”. El audio se diluyó, pero no me hizo falta escuchar más. Sin dudas que hablaban de la casa en que yo estaba, era la única dirección que figuraba en la empresa y no cabían dudas que harían algo este fin de semana. No me asusté, es como que “me la venía venir” pero la bronca no me la sacaba nadie.
Primero pensé en pedirle a los custodios que los esperaran y que hicieran “desaparecer” a los que vinieran, después pensé en que yo también tenía que estar para “descargar” mi bronca con esos tipos. Esto hasta que pensé que eran Policías y no sabía cómo podían reaccionar ante algo extremo e ilegal.
La adrenalina me aturullaba todas las ideas y me la “jugué” por lo que me pareció más lógico, preguntar a los que sabían cómo proceder y para eso lo mandé a llamar a Julio. Me quedó más que claro, por si hacía falta, que la “chapuza”, la improvisación, actuar por “calentura”, pensar y animarse a hacer por reacciones, se convierte en una total estupidez cuando se confronta con la realidad del conocimiento y el que sabe aplicarlo.
Julio escuchó el audio y me la cantó clara: “Podemos reducir a estos cuatro y molerlos a palos y hasta quizás animarnos a algo más, pero a usted no le va a servir para nada porque son “perejiles”, sin embargo, pueden servir como la punta del ovillo para “armar” una buena Causa y llegar a los que deciden todo esto”.
Siguió hablando y cada vez me aclaraba más el panorama… “Hay que meterlos presos, congelar sus cuentas, investigar judicialmente hasta a los miembros de sus familias, en otras palabras, destruir todo lo que armaron. Son delincuentes y no merecen piedad, de hecho, ellos no la tienen. Con un buen Fiscal y un Juez que entienda esto se soluciona todo, es más, el Subcomisario que nos presentó tiene los medios para hacerlo más sencillo”.
Dicho y hecho, lo llamé al Sub, escuchó el audio y no tuve mucho que explicar, movió sus “hilos” y con un Fiscal y un Juez atentos a intervenir, se armó la “trampa”. Me saldría un par de “billetes extras” pero eso era lo de menos, la “limpieza” los ameritaba.
Todo estaba supeditado a que aparecieran los “malos”, detenerlos y todo el entramado se ponía en marcha. Lo único que me pidió es que no estuviera en la casa, pero debía dejar el auto estacionado al frente de la misma, como, en hipótesis, no me conocían, cualquiera de los custodios se haría pasar por mí y, para cualquiera que mirara, “yo estaría en casa”. Las “fleté” lo más rápido que pude a mi vieja y a Josefina, aduciendo una reunión de trabajo urgente y por la cara que le puse, mi madre no dijo ni “ay”, se fue diciendo que regresaría en la semana.
Ricardo, otro de los custodios al que habían llamado de urgencia, fue el que me llevó con su auto al departamento, reconocería el lugar y me dejaría allí. Si necesitaba volver urgente alquilaría un auto, estaba todo planeado. Ricardo miró el lugar, opinó que allí no habría ningún riesgo porque no cualquiera podía subir hasta el departamento y se regresó para la casa.
Me quedé solo y me percaté de que faltaba como una hora para que apareciera Ivón, la adrenalina, la incertidumbre, la “bronca”, las ganas y las ideas de destruir a todos esos delincuentes se me agolparon en la entrepierna. La excitación se me hizo insoportable y no pude aminorarla ni con el baño de agua tibia que me obligué a tomar, aunque ella lo deseara y supiera a lo que venía, los orificios de Ivón pagarían las consecuencias de todo el embrollo montado.
GUILLEOS1, AGRADECE COMENTARIOS Y VALORACIONES.
Que buena serie! Excelente trama y narrativa, sigue así…
Saludos
Excelente excitante y buena historia.