La pequeña amante del profesor
Yo deseaba a mi profesor, y lo conseguí.
Hola, mi nombre es Step, tengo 32 años, en esta ocasión quiero contarles mi experiencia cuando tenía seis años, con mi maestro de primer grado.
Debo aclarar que a pesar de tener apenas seis añitos, ya había sido sexada por un tío, hermano de mi mamá, el cual cada vez que me quedaba a solas con él, me hacía ver películas XXX, me tocaba mis partes íntimas y me hacía tocar las de él. Por lo cual, desde esa edad ya me sentía excitada cuando me imaginaba como tendría su miembro algún hombre que tenía cerca de mí.
Mi curiosidad sexual me hizo fijarme en mi maestro de primer grado, el cual era muy atractivo para mí. Desde mi inocencia, o tal vez no tanta, imaginé como sería el miembro de ese hombre, que cuando estaba cerca de él para entregar alguna tarea, me hacía sentir cosquillitas en mi cuquita aún de niña, pero con sensaciones de una mujer. Cierto día me decidí a tocar aquel miembro que se había convertido en mi obsesión, me recosté en el regazo de mi profesor y para mi sorpresa, pude sentir como aquel miembro que yo tanto deseaba comenzaba a crecer y a ponerse duro, agarre valor y con temor y mucha emoción le di unas pequeñas mordiditas por encima de su pantalón, llegue a pensar que el profe me regañaría y me acusaría con mi mama, pero lo hecho, hecho estaba.
Cuál fue mi grata sorpresa que no hubo ningún regaño, al contrario, el profe me acaricio la nuca y mi cabello, voltee a verlo y en su cara se dibujó una sonrisita de complicidad, aquello que yo le había hecho le había gustado. Desde ese día, esperaba con ansías a que llegara la hora de ir a la escuela para acariciar de nuevo ese miembro, aunque fuera por encima del pantalón, y así lo hacía todos los días, y a mi maestro le gustaba.
Pero yo ya no deseaba sentir aquel rico miembro solo a través de la tela de su pantalón, ¡quería más! Y un día, armándome de más valor me aventure a meter mi manita por debajo de su pantalón, mi profe se dio cuenta de lo que intentaba hacer y me preguntó ¿quieres meter tu mano para sentirlo? Le dije que sí y el permitió que yo hurgara bajo su pantalón y ropa interior hasta llegar a ese enorme pene que tantas sensaciones me provocaba, puedo asegurar que mi rajita estaba mojada. Cuando por fin llegue a su pene, sentí una deliciosa sensación, era duro pero a la vez suave, tibio y con un glande ¡enorme! Mi maestro me preguntó si me había gustado y le dije que sí, me pregunto qué porque y le conteste que porqué estaba muy suave y calientito, el me acarició la cara y dijo que podía hacerlo tantas veces como yo gustara.
Y efectivamente así lo hice los siguientes días y semanas, desde que mi maestro entraba al salón yo corría a su lado para acariciarle su enorme verga, que se ponía bien grande y dura apenas sentía mi manita. Pero como podrán imaginar, yo quería más, mi pequeña cuca tenía ricas sensaciones, un cosquilleo intenso que estaba a punto de volverme loca, necesitaba que mi maestro me lo aplacara y le pedí que acariciara mi cuquita, el, consciente de que su alumna favorita necesitaba ser aplacada, acarició mi panochita por encima de mi falda, sin atreverse a tocarla directamente, yo cerré los ojos y me abandone a esa deliciosa sensación de los dedos me mi profe acariciando mi rajita, hasta que sentí una sensación cada vez más intensa y sentí que algo estallaba dentro de mí, siii, había tenido mi primer orgasmo, a manos de mi amado profesor.
Pero yo, tan pequeña pero tan caliente, ¡aun quería más! Quería ver y tocar ese pene completa y libremente y le pedí a mi amante que se lo sacara para verlo y tocarlo y de nuevo, mi amado maestro, me complació, se sacó ese hermoso miembro y me lo mostró, yo abrí mis ojos bien grandes y sin perder el tiempo ¡lo acaricie con mis dos manos! Que rica sensación. Después de estarlo acariciando por unos minutos, note que una gotita de un líquido transparente asomaba por la puntita de su verga, sin pedir permiso saque mi lengua y probé ese líquido, ese néctar que la verga de mi amado me ofrecía por ser buena niña y me gustó su sabor saladito. Mi maestro al sentir mi lengüita en la punta de su pene dio un pequeño salto en su asiento y me pidió que metiera toda su cabeza en mi boquita, la sentí tan enorme que apenas cabía abriendo toda mi boca, me llenó por completo.
Mi amado empezó a acariciarse su miembro y después de un rato salió de la punta de su pene un líquido blancuzco, que yo solo había visto en las películas que veía con mi tío. Me dio mucha curiosidad y le pregunte que porqué le había salido lechita, él me dijo que era normal, que eso le salía a los hombre y después me preguntó si quería probarla, a lo cual yo le dije que sí, pero ya se la había limpiado toda; entonces me prometió que la próxima vez me la daría en mi boquita y me preguntó si me gustaría chuparle toda la verga, inmediatamente le dije que sí.
Pasaron unas semanas en las que continuábamos con nuestros jugueteos sexuales, yo agarrándole todos los días su miembro y él acariciando por encima de mi ropa mi cuquita hasta hacerme venir. Hasta que por fin llegó el gran día, el día en que iba a probar completamente esa enorme verga y me daría su lechita. Llegando al salón mi maestro me llamó y me dijo, hoy te voy a dar a probar mi lechita, pero te la tienes que tomar toda, yo asentí.
Más tarde, después de volver del recreo, el maestro me llamó, él estaba sentado hasta atrás del salón, se había colocado una chamarra en su regazo y me dijo que ya era hora, que metiera debajo de la chamarra y se la empezara a chupar. Yo emocionada obedecí inmediatamente, ahí adentro estaba oscuro pero con mis manitas encontré su rica verga y sin más, comencé a dar lamidas a todo su pene desde la raíz a hasta la punta como había visto que lo hacían las chicas de las películas XXX, estaba dispuesta a darle mucho placer a mi macho, su verga se ponía cada vez más dura y gruesa, mucho más que las veces anteriores.
Seguí lamiendo su verga hasta que mi amante me dijo que ya me metiera su cabeza en mi boca, él estaba demasiado excitado. Yo obedecí y como pude introduje esa enorme cabeza bien hinchada a mi boquita y empecé a pasar mi lengua por todo el borde de su cabeza, mi maestro se retorcía de placer y yo también me excité, era la primera vez que probaba el miembro de un hombre y debo decir que me encantó la sensación de tener ese enorme pedazo de carne dentro de mi boquita; y mi amado maestro había metido su mano entre mis ropas y estaba acariciando mi rajita con sus dedos, era la primera vez que me tocaba directamente mi panocha, sin tela de por medio, me encantó. Mi amado comenzó entonces a mover su pene, metiéndolo y sacándolo de mi boca y entonces sucedió lo que yo tanto anhelaba.
Con ese meter y sacar su pene de mi boca mi amante alcanzó su orgasmo, y sentí dentro de mi boca grandes chorros de su néctar, ese líquido que yo ansiaba probar desde hace semanas atrás, bebí toda la lechita que me dio hasta la última gota, mi amado se retorcía de placer, supongo que le excitó mucho haberse venido en la boca de su nenita. Debo confesar que el sabor de su semen no era lo que yo esperaba, bueno, siendo yo una niña esperaba que tuviera un sabor dulce o supiera a leche de verdad, pero no me desagradó su sabor, tenía en mi boca el sabor de mi hombre. Cuando saque su pene de mi boca el me pidió que se la mostrara, yo abrí mi boca y él pudo comprobar que me la había bebido toda, él se revisó su verga y me dijo, la dejaste bien limpia y me sonrió.
Pasaron los días y de vez en cuando le chupaba su verga pero solo unos momentos porque no queríamos arriesgarnos a que nos descubrieran, entonces yo le confesé lo que sentía mi cuquita cada vez que estaba cerca de él y me preguntó si quería sentir su verga en mi cuca, por supuesto yo le dije que sí.
Un día, yo me puse debajo de la falda una licra que estaba descocida de la parte de enfrente, dejando mi cuca al aire, lo hice porque quería que mi amante no batallara para meter sus dedos en mi panocha. Cuando llegue a la escuela sin perder tiempo, me senté en el piso, delante de mi profesor y abrí las piernas para que el viera que me había puesto para él. Y ese día le di la idea para hacer lo que me había prometido.
Mi maestro nos llevó al aula de computación. El salón estaba oscuro, porque tenía cortinas gruesas, sólo la luz de las pantallas de las computadoras iluminaban el salón. Él se sentó enfrente de una computadora y me llamó, yo acudí de inmediato y me sentó sobre su regazo. Con movimientos discretos para que los demás no se dieran cuenta saco su pene y lo acomodó en mi panocha. Que rica sensación fue sentir la verga de mi macho en mi cuca, sentí que me palpitaba, como si mi corazón lo tuviera allá abajo. Mi maestro me tomo de mis caderas y comenzó a moverlas para adelante y para atrás, provocando con esto que mi panocha se tallara contra su pene, dándome un placer indescriptible. Después de algunos minutos tuve un orgasmo muy intenso que casi me hacía gritar, pero me contuve, no quería que los demás se dieran cuenta.
Terminó la clase de computación y el profesor nos mandó a todos a nuestro salón mientras él se quedaba apagando todas las computadoras, todos se fueron y entonces yo regresé para estar a solas con él; mi amado comprendió bien mis intenciones, sabía lo que su niña traviesa deseaba. Me hizo pasar y me sentó en una silla con las piernas bien abierta, mostrándole mi cuca. De inmediato se hincó frente a mí y comenzó a comerse mi cuca.
Sentí los ricos lengüetazos que mi macho daba a mi panocha, me sentía muy caliente. Mi maestro prácticamente se la comía toda, me pasaba su lengua, me chupaba, me hacía mil cosas y yo ya no aguante más, ¡me vine¡ Mi hombre me había regalado un orgasmo tan intenso, sentí una explosión en mi vientre, como calambres, como una corriente eléctrica que recorría hasta mis piernas y subía por toda mi espalda hasta llegar a mi cerebro, que delicioso.
Pero pronto llegó el fin de cursos y deje de ver a mi querido maestro. Espere con ansías que comenzará el nuevo ciclo escolar pero mi profe ya no regresó. Jamás volví a saber de él. Me hubiera gustado mucho que fuera él quien desvirgara mi panocha, deseaba tanto tener su enorme miembro dentro de mí. Aún siento deseo cuando lo recuerdo, siendo sincera, me gustaría volver a verlo y echarme un polvo con él. Sería fantástico volver a ser su amante, la amante del profesor…
Espero les haya gustado
wao q rico y caliente tu experiencia, step, me calentó muchísimo
Gracias por favor lean el otro relato qué subí
Excitante me gustó.mucho
Qué linda se la imagina disfrutar chupar tan rico, y me vi yo misma. Dulce morbo.
Buena antesala de cogérsela. Dejaste puesta la semilla para todo.