Lesbianas en celo parte 1
A caso las lesbianas podemos probar la verga?.
Para empezar, mi nombre es Sandra, soy una chica de 26 años (en ese momento 23) soy de una estatura muy baja, de piel café con leche y desde siempre he sabido que soy lesbiana.
Toda esta historia empieza desde mi adolescencia, a mis 15 años empecé a sentir una sensación horrible de la nada, mi vagina se dilataba sola, me salía fluido vaginal como si mi conchita fuese una fuente, unas ganas inmensas de tener algo dentro de mi y todo esto duraba por al rededor de 3 meses a diario sin descanso, no era la única ya que años después descubrí que a varias lesbianas les pasaba lo mismo que a mi. Todo cambió a mis 26 años.
Me encontraba en una fiesta con mi entonces novia cuando de repente sentí esa sensación horrible, queriendo alejarla lo más posible comencé a tomar para adormecer mi cuerpo.
Mi novia estaba preocupada pero cuando le expliqué que estaba “malita” se relajó un poco pero aún así me dijo que no tomara tanto, cosa que desobedecí totalmente.
Me tomé media botella de vodka y a partir de eso todo es muy borroso y sólo recuerdo algunas partes.
Después de tanto alcohol me pelee con mi novia, después de horas yo seguí tomando pero todos se habían ido, mi novia se había enojado tanto conmigo que me dejó sola. Afortunadamente la fiesta había sido en casa de mi amigo Bryan, un hombre negro de 34 años de edad pero que se dedicaba al fisicoculturisno.
Recuerdo haberme quedado dormida en un sillón pero nada más.
Amanecí de una forma que me asustó, estaba desnuda, acostada en un sillón lleno de fluidos, mi vagina se sentía muy abierta y como si hubiera algo caliente dentro, fui corriendo al baño aún en shock sin saber qué había pasado. Al sentarme al inodoro noté que algo espeso y caliente salía, “es el flujo”, pensé pero noté que no sentía nada de ese malestar que siempre duraba meses, puse mi mano bajo mi vagina para atrapar un poco de ese fluido que salía de mi como si de orina se tratase.
Quedé aún más en shock cuando revisé mi mano, ese líquido espeso, caliente y abundante era de color blanco, salí del baño confundida y dejando un rastro de esa sustancia tras de mi mientras me dirigía nuevamente hacia el sillón, estando ahí noté que estaba salpicado de jugo de vagina, sinceramente me sentía como esas largas y placenteras noches de sexo con Alejandra, mi pareja, sentía que había tenido varios orgasmos.
Después de unos segundos de inspeccionar el sillón bajó Bryan de las escaleras, estaba totalmente desnudo con su verga gigantesca botando de un lado a otro, me quedé quieta sin saber qué hacer y sin darme cuenta ya lo tenia frente a mi
“Sandra reacciona” me dijo mientras me golpeó en una mejilla con su miembro.
Salté asustada “qué pasó?!” le grité y sólo se rió “te pusiste hasta atrás Sandy, tanto que te hice mía”
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