Mi ángel y su princesa son mías (Parte w)
Continúa la historia con la hermosa hija de mi novia.
Luego de esa experiencia pasaron semanas que me escabullia en la noche a tomar y lamer ese dulce coño de niña… La mayoria de las veces en conjunto con sus hermosos gemidos.
Muchas otras no se llegaba a despertar (de sueño pesado como la madre pensaba yo) y aprovechaba para ir un poco más profundo y meterle 1 o 2 dedos dentro; ya que más que eso no le cabía.
La verdad las cosas con mi mujer ya no funcionaban mucho, si bien tenia una cuerpo muy apetecible de mi mente no podía sacarme el hacer mia a la pequeña, además ella estaba casa día más distante y demoraba más en llegar a casa del trabajo.
Un día un vecino me comento que vio a mi mujer en una cafetería con un hombre charlando muy íntimamente y la verdad no me importo como tampoco lo hizo la escusa que dio luego para quedarse a dormir a su casa; por el contrario pensé ese seria mi momento para llegar a más con mi pequeño ángel.
Ese día ella se fue bien temprano con un bolso a su «viaje de negocios» y yo me dispuse a hacer lo mio.
Me levante apenas supe que estábamos solos y fui al cuerpo de la pequeña, la madre ni siquiera había pasado a despedirse y no noto que no llevaba ropa desde la noche anterior.
Me senté al lado de ella en la cama y la vi dormir tan pacíficamente
Con una mano acaricie su angelical rostro dormido y fui bajando a su pecho al descubierto, acaricie cada pezón con suma delicadeza y luego de dajarlos bien duros baje aun más a su entre pierna.
Fue una gloria tocar esa flor aun húmeda de los fluidos de anoche. Comencé a mansturbarle su clitoris y ella a despertar lentamente.
Buen día princesa – le dije introduciendo un dedo en su interior
Ahmmmm – dijo media dormida – ¿que haces papi?
Estoy jugando como hacemos siempre pequeña ¿no se siente bien? – movia mi dedo ritmicamente en su interior muy apretado y sentía como su respiración se agitaba
Se siente raro papi – dijo con los ojos cerrados – aaaaah papi – se contorciono más al sentir el segundo en su interior.
Y es que debía acostumbrará si quería que fuese mía hoy, así que seguí moviéndome hasta sentir que venia si orgasmo y cuando al fin llego metí un tercer dedo.
Papi nooooo eso duele – me dijo con los ojos muy abiertos y tratando de safarse.
Shhhh bebé ya veras que también te gustará ya verás ‘ dije moviendolos en su apretado orificio e imaginando que era mi verga.
Papi porfis sacalos – me dice llorosa.
Bueno pero si le haces a papi un favor si?
Si si papi lo que quieras pero sacalos – saque los dedos y los lami, que delicia.
Luego me desnude y le la mire con morbo. – ven pequeña y lame mi pito como si fuese una paleta
Ella se acerco y lo quedo mirando – dale saca la lengua y pasala por él- la anime
Ella lo hizo despacio – sabe raro- me dice con esa carta inocente
Si te portas bien te dará un premio especial, pero para eso debes meterlo dentro de tu boquita y chuparlo por un rato.
Ella lo hizo, pero apenas le entraba un cuarto y lo hacia torpemente por ser su primera vez. Igualmente esa boquita estrecha era la gloria.
Continuo así por un rato hasta que sentí que me venia me levante y le agarre el pelo en una coleta – Bebé ya viene tu premio, cuando salga tómalo todo que te ayudará a crecer fuerte si?
Si papito – acto seguido comencé a bombearle con fuerza en la boca hasta que me acabe y le llene toda la boquita.
Se la deje dentro un rato para que tragara todo lo posible. Tan linda con sus ojos llorosos su boca abierta con mi pija dentro y el semen saliendo por la camisura de sus labios.
Cuando lo saque empezó a toser fuertemente hasta que se pudo recuperar – si seré fuerte y linda? Me lo tome casi todo aunque sabia raro.
Seras la más linda de todas mi niña.
Luego de acabarle en la boca la lleve a desayunar, mientras lo hacíamos la sente encima mio y le tocaba sus partes mientras ella comida.
Metía uno dedo en su chochito, apretaba sus pezones o solo mansturbaba su clitoris; para cuando termino de comer yo ya estaba a mil de nuevo y ella super mojada.
Así que la subí sobre la mesa corriendo todos los platos y vasos y baje a lamerla, metí un dedo 2 dedos y al tercero volvió a quejarse pero ya no me importaba no estaba en mi y a ella no le daba la fuerza para separarse.
Luego de estar moviendo 3 dedos en su interior y que se calmara un poco me acerque a su rostro y lo bese tiernamente
Bebé esto que haremos te dolerá un poco pero luego te acostumbraras y te gustará si?
Papi no quiero más ya me duele mi conejito – dijo haciendo puchero.
Lo siento peque pero tenemos que seguir, papi ya no da más. Te prometo que luego no te dolerá más.
Mientras le decía eso acomodaba mi pedazo de 26cm en su entradita y veía la diferencia de tamaños, era muy grande para ella y eso en vez de asustarme me excito más de ser posible.
Hice una pequeña fuerza y su interior se empezó a abrir para mi
Aaaaaaaaaah papi no no no me duele muchísimo papi – dice llorando
Aaah tranqui ya entrará de a poco
Volvi a empujar y entro la cabeza entera – ¡ESTABA SUPER APRETADA! era asfixiante y delicioso a la vez. Mi pequeño ángel no paraba de llorar y suplicar que me detuviera, pero ya era tarde.
Me quede quieto unos segundos y volví a moverme lentamente tratando de meter lo máximo posible entre llantos y suplicas.
Una vez entro la mitad de mi verga en ella empecé a moverme rápidamente disfrutando lo apretada que estaba.
Ah ah ah princesa tan rica que estas mmmm si si.
Papi por porfavor pa para – decía casi sin voz de tanto llanto.
Estuve bombeandola durante 30 min logrando meter 3/4 de verga al final.
Ah ah Bebé ya me acabo, aaaaah haces tan feliz a papi siiiiiii – me vine a chorros dentro de ella
Cuando la veo tenia la cara llena de lagrimas pero ella estaba desmayada.
Saque mi verga llena de sangre y fluidos y vi si vaginita toda abierta. Busque mi cámara y saque fotos de esa escena tan tierna.
Eso me volvió a excitar así que lleve a la niña a la cama y volví a penetrarla, esta vez de una. Total estaba dormida.
Metí toda mi verga esta vez y la penetre por horas. Hasta que me fui a bañar para dejar todo limpio para cuando volvierá la madre
Excelente espero leer más