Mi novio es un guerrero mexicano (novena parte)
Alejandro conocerá a fondo a Naoki, quien vive en su casa, y al terminar tendrán una noche placentera.
Me encontraba escribiendo algunas ideas para mi siguiente relato bajo la luz de la luna. Era una noche tranquila, solo en canto de los grillos llenaba de vez en cuando el ambiente. De pronto veo una figura acercarse a mitad de la noche. Era Naoki, el chico que me había pedido alojamiento.
– ¿Que haces aquí a estas horas de la noche?.
– Necesito encontrar búho. Vidas dependen, futuro extraño. ¿Escritor sabe?.
– No hay muchos búhos por aquí en la ciudad. Si lo llego a encontrar te avisaré.
Se inclinó ligeramente mientras decía «gracias».
– A proposito, ¿No te gustaría ser el protagonista de mi próximo relato?.
– Yo no español bueno. Hablando malo.
– No te preocupes, yo lo escribiré de forma que sea legible. ¿Que me dices?.
. . .
Saludos. Me honra narrar lo acontecido estos últimos días. Mi nombre es Naoki y soy, o era, un bushi. Provengo de una aldea alejada del resto de estas tierras y por lo tanto no nos consideramos parte del país, pero yo daría mi vida si su gobernante lo necesitase. Mis padre era un bushi, como yo, hasta que un accidente con una bestia salvaje le hizo perder un ojo y tres dedos de la mano, por lo tanto yo debía honrar a la familia y entrenar arduamente para las próximas batallas.
Todo comenzó aquel día en el templo mientras consultaba a una amiga, la miko del santuario. No me puedo explicar pero sentía que un aura negativa me estaba rodeando y pensé que quizá mi amiga pudiera purificarme. Ese día la encontré barriendo el santusrio como de costumbre y la saludé. Me llevó adentro y me sirvió una taza de té mientras le explicaba mis sospechas.
– ¿De casualidad has visto una mariposa negra en estos últimos días? – me preguntó.
– Sí. ¿Como lo supiste?.
– Un espíritu esta rondando por la aldea. No estoy segura de que lo que busca pero si ves actividad sospechosa avísame inmediatamente.
Por desgracia la única actividad extraña me ocurrió en sueños. Un hombre misterioso se me aprecia diciéndome que tenía que matar un búho para lograr ser feliz. ¡Totalmente absurdo!. ¿Para que hacer daño a un animal tan noble y ser felíz después de eso?. Pero el mismo sueño me siguió atormentando durante días hasta que regrese nuevamente al santuario con mi amiga.
– ¿Crees que tenga relación ese espíritu con este sueño? – le pregunté.
– No estoy segura. No tiene mucho sentido pero… hay algo que podríamos intentar. He estado practicando y creo que ya lo he logrado.
– ¿Ver mi fortuna?.
– Si ese sueño tuyo guarda relación con un evento futuro vale la pena intentarlo, ¿No crees?.
La última vez que lo intentó me dijo que una plaga arruinaría las cosechas de la aldea pero al final nuestras cosechas fueron muy fructíferas e incluso nos alcanzó para vender en los pueblos vecinos. No volví a confiar en sus predicciones luego de eso, pero esta vez quería darle el gusto de intentar una vez más. Encendió un poco de incienso y ambos cerramos los ojos.
– Veo… un sitio extraño. Estas contento por haber encontrado a la persona que te gusta pero ella se ve enferma… ¡Aaaggghh!.
Mi amiga se desplomó en suelo mientras yo no dejaba de preguntarme si se encontraba bien o debía llamar por ayuda. Un instante después se levantó y me advirtió.
– Una poderosa magia me impide ver el resto. ¡Esto nunca me había ocurrido!.
Mientras lo decía una mariposa negra entró y dio un par de vueltas alrededor. Antes de que pudiésemos atraparla la mariposa se posó sobre la cabeza de mi amiga y sus ojos se tornaron negros como la noche. De pronto alzó su mano y la puso sobre mi cabeza. Inmediatamente sentí como si pudiese ver imágenes con mi mente a través de una suave cortina de humo. Veía los altos edificios de una cuidad construida sobre lo que quedaba de un lago y a lo lejos un horrible ave de ojos enormes que apenas parecía un búho. Bajo la sombra de sus alas una gran sombra se dibujaba sembrando el caos y la enfermedad sobre los habitantes.
Cuando quitó su mano toda aquella visión desapareció mientras mi amiga recitaba en un tono masculino: » Al terminar la batalla busca al escritor de los ojos rojos. Si quieres que el amor perdure deberás ayudar al protector a acabar con el búho». Al terminar la mariposa emprendió vuelo y desapareció tan misteriosamente como llegó.
– ¿Que demonios fue eso?.
– No lo sé, pero debes desconfiar de lo que sea que de haya dicho. Ahora no me queda duda, ¡Estas maldito por los espíritus de estas tierras!.
A pesar de que trató de purificarme aquellas palabras continuaron resonando en mi mente como si aquel espíritu las hubiese pintado en mi memoria. No me quedó de otra ma que entrenar arduamente para la batalla, luego buscaría al escritor ese, y quizá pueda levantar la madición si encontraba a ese búho. Sin embargo todo salió de la forma que menos esperaba. Tras enfrentarme a media docena de aquellos feroces guerreros un par de ellos me derribaron y me capturaron. ¿Que iban a hacer conmigo?, ¿Me usarán como un simple esclavo?. No dejaba de preguntarme hasta que todo cambió cuando me llevaron con sus arqueros.
Un chico semidesnudo de bonitos ojos color rojo me ató de manos y pies y me llevó con otros de los mios. Cuando la caracola sonó mi corazón vio por primera vez a un chico atractivo de ojos verdes que vestía un traje rojo. Quedé cautivado por su belleza a pesar de ser un hombre como yo. Mi corazón y mi mente estaban confusos pero cuando vi al chico de los ojos rojos tomar el cuchillo y sacarle salvajemente a uno de mis compañeros el corazón pensé que estaba perdido.
– Escucha con atención – me dijo el chico de los ojos verdes – Si quieres conservar tu honor vas a luchar conmigo allá y morir como todo un guerrero.
La pelea era mas que injusta, casi era una burla para un bushi como yo. Con solo un palo con pumas y un escudo de papel mientras estaba casi desnudo en frente de una ceremonia de sslvajes era imposible que ganase, pero quizá si peleaba podría deshacerme de esta maldición. Aquel chico de ojos verdes peleó como una fiera pero su postura no era lo bastante firme y cuando menos se lo esperaba lo derribé con una patada. Su jefe quedó tan impresionado que me concedió la libertad.
Me alejé del público y busqué mi espada. La encontré tirada por ahí como si fuese un objeto sin importancia pero en lugar de tomar venganza quería disculparme con aquel chico de ojos verdes. Creo que lo deshonre frente a su gente y solo podía imaginarmelo llorando a solas. Lo busqué por largo tiempo hasta que lo encontré desnudo con el chico de los ojos rojos. Casi se me salen los ojos al verlos acariciándose mutuamente de una manera erótic. Aquella imagen me hizo cosquillas por debajo de mi taparrabo y no pude evitar tocarme con la mano. Mientras mas me tocaba mas rico se sentía y muy pronto me quité ese horrendo taparrabo y me sobé mi miembro hasta que una sensación extraña como de orinar me dio tanto placer que terminé orinando un pequeño chorro blanco.
Ambos seguían acariciándose mutuamente mientras me volvía a poner mi taparrabos. Creó que eso requiere de un amarrado especial porque, por mas que lo intenté, no logré ponermelo como antes. Mientras intentaba nuevamente amarrarme esa cosa vi a lo lejos un búho, ¿Acaso era éste el causante de todo el mal que vi en mi visión?. Tomé mi espada y mi taparrabos en la otra mano y seguí a ese búho por el bosque hasta que desapareció. ¿A donde se había ido?.
Para mi fortuna encontré el campamento de aquellos salvajes y le pedí a uno de ellos un lugar donde dormir. Su nombre era Tecolotl y fue quien me prestó ropa y me permitió compartir la tienda por una noche. Era alto y muy fuerte pero bajo esa montaña de músculos se escondía un tipo genial.
– Debo decir que estoy impresionado por la forma en la que luchaste. Mi hermano se había estado portando mal y necesitaba que alguien le diese una buena paliza.
Nunca había sido mi intención, pero cuando uno lucha por su vida lo demás deja de ser importante. Antes de dormir vi a mi compañero untándose pomada en la pierna. Era una herida del tamaño de la palma mi mano y se veía horrible, como si nunca hubiese sido tratada.
– Lo siento – dijo Tecolotl – Esto me duele mucho pero no es gran cosa. Si no fuera por lo que hizo mi hermano mi pierna no se hubiese lastimado así.
No tenía idea de a que se refería pero no podía quedarme de brazos cruzados. Mi padre me había enseñado a dar masajes, la gente del pueblo vecino le pagaba por ello, y no me se ocurrió mejor idea que darle uno para disminuir su dolor. Con un trozo de tela vende la herida y con mis manos masajeé suavemente su pierna.
– Eres bueno haciendo esto. Siento como el dolor se esta yendo.
Era lo menos que podía hacer. Después continué con su espalda solo para relajarlo aún mas como agradecimiento por haberme dejado dormir esa noche. Estaba realmente tenso, como si hubiese estado moviendo los brazos frenéticamente por horas. Tuve que aplicar técnicas mas rudas para destensarlo pero finalmente lo logré y cayó profundamente dormido.
Aquella noche dormí incómodo mientras aquellas palabras continuaron resonando en mi mente. «Busca al escritor de los ojos rojos». No pude dejar de creen en que aquel chico podría ser el que me guiase al búho y terminar con esta maldición de una vez por todas. Esa misma noche soñé con el chico de los ojos verdes desvistiéndome lentamente mientras me acariciaba el cuerpo y el placer nos consumía…
Desperté pensando en el sueño de anoche. Había conocido a muchas chicas bonitas y algunas con un gran corazón pero jamás había sentido el deseo de compartir mi cuerpo y espíritu con otra persona, en especial con un chico tan atractivo como él. Mi estómago rugía como un tigre y mi cuerpo demandaba algo con que saciar mi hambre. Me preguntaba que comerían estos salvajes y para mi sorpresa se les daba muy bien la cocina. No supe que comí pero aquella masa rellena de carne y deliciosa salsa, un poco picante, deleitaron mi paladar como nunca antes.
Con el estómago lleno busqué a ese chico de ojos rojos. Aquellos salvajes se habían deshecho de sus ropas y se habían vestido con ropa diferente. Muchas de las tiendas estaban siendo recogidas mientras algunas personas se iban por el lugar en que vinieron. Antes de entrar en pánico encontré a ese peculiar chico de ojos rojos sentado bajo un árbol con un libro y un lápiz en la mano. No me cabía duda de que él era ese escritor que debía hallar. ¿Pero como iba a ayudarme?. Si iba a buscar a ese búho necesitaría un lugar donde dormir y buscar, así que le pedí amablemente si me podía dejar vivir en su casa.
Mi suerte aumentó cuando aceptó con gusto, pero de pronto el apuesto chico de los ojos verdes llegó y se sentó a su lado. Mi corazón comenzó a latir como loco y las manos se pusieron sudorosas. Quería saludarlo y conocerlo pero la forma en que ambos discutían acerca del relato del chico y lo bien que se la estaban pasando me hicieron entender que éste no era el momento. Quizá en otra ocasión podría acercarme y pasar una tarde juntos pero por el momento me bastaba con oír su dulce voz.
El momento de abandonar ese terrible lugar había llegado. Tomé mi espada, mi fundoshi y algunas prendas que me prestaron. Mi sorpresa fue enorme al ver que este chico, Alejandro, se reunía con Tecolotl y ese chico de ojos verdes que me despertaba sentimientos profundos. Su nombre era Atzin y resultó ser un chico muy amable y agradable. Durante el viaje hablamos un poco sobre donde viviría y que haría ahora que era libre y que no tenía intención de regresar a la aldea. Mentí acerca de que quería ser un masajista, como mi padre, y aprender acupuntura. Mi verdadera intención era encontrar a ese protector y acabar con el búho, donde quiera que se escondiera.
La casa de Alejandro era enorme, tenía muchas cosas que jamás había visto en mi vida. Sus padres eran gente amable y muy comprensiva. No estoy seguro de entender todas las mentiras que le dijo Alejandro a sus padres pero decía que yo era un estudiante extranjero que había perdido papeles importantes o algo así. Solo actué como si eso fuese verdad y les di las gracias. No me pareció correcto lo que hizo pero si con ello podía estar un paso mas cerca de encontrar al protector y al búho no me iba a interponer. Además me juré a mi mismo pagarles de alguna manera por permitirme tener un techo en un lugar tan extraño como esta ciudad.
. . .
– ¿Eso es todo?.
– Si. Me honra tu escribido.
– Se dice escrito, un relato para ser preciso. ¿No quiere contar algo mas?. No me voy a molestar.
– Quiero conocer Atzin. Bonitos ojos, mi corazón «pum pum» cuando veo.
– Bueno, en realidad siendo deceocionarte pero ese chico de ojos verdes es MI NOVIO.
Su cara se puso muy roja y rápidamente se disculpó por haber sentido algo por él. No estaba molesto en realidad, solo quería dejar eso en claro. Sin embargo su sinceridad my confianza me dio una loca idea.
– Puedo permitirte conocerlo mejor, pero antes debes hacer algo por mí.
– Entiendo.
Yo estaba pensando en ponerlo a hacer mi tarea y hacer quehacer en la casa o darme algunos masajes gratis pero parece que él entendió otra cosa porque se quitó la pijama y quedó completamente desnudo frente a mí.
– No era eso a lo que me refería…
– No importa. Yo quiero agradecerlo.
Jamás fue mi intención abusar de él pero se me estaba ofreciendo en bandeja de plata y no resistí la tentación de divertirme un poco con él. Era un par de centímetros mas alto que yo pero mucho mas atlético. Su hermoso cuerpo se iluminaba bajo la luz de la luna dejando ver cada uno de sus músculos que me hacían babear. Me empujó suavemente y me bajó los pantalones para descubrir mi miembro que ya estaba endureciéndose. Con sus suaves manos me masajeó por debajo de mi entrepierna mientras un mar de sensaciones placenteras me inundaba.
Me quitó lo que quedaba de mi pijama y pasó sus dedos por mi pecho mientras continuaba tocando me por debajo de mi miembro. De pronto se acercó a mis pezones y comenzó a juguetar con su lengua. Me estaba derritiendo de placer hasta que lo detuve para no terminar aun. Quería hacerlo sentir bien también, así que me acerqué a su entrepierna y me metí su masculinidad a la boca. Era mas pequeño que el mio pero eso no importó mientras pudiese saborear aquella delicia. Jugué con su cabeza un rato y luego me metí todo a la boca. Como no era muy grande me cupo sin problemas e incluso pude meterme su pequeño par.
Naoki se moría de placer mientras lamía toda su entrepierna en mi boca. Aproveché el momento para agarrar ese hermoso par de pechos firmes. Me concentre en sus pezones mientras aceleraba el ritmo hasta que no pudo mas y explotó con un par de chorros dentro de mi boca. El sabor de su leche era diferente, tenía un gusto un poco mas salado pero igualmente delicioso. De pronto puso sus manos en mi entrepierna, una agitaba mi miembro mientras la otra masajeaba por debajo en la zona entre mi entrada y mis testículos. No tardé en soltar mi leche mientras una extraña sensación se concentraba en mi interior.
– En verdad no tenías que hacer eso, ¡Pero eso fue increíble!.
Estaba encantado con la forma en utilizó sus manos pero me hizo preguntarme si no había hecho esto antes…
– Mi corazón «pum pum». Quiero mi parte trato. Conocer chico ojos lindos.
– Tendrás tu tiempo con él, te lo prometo.
Una fantasía se empezó a construir en mi mente después de lo ocurrido y creo que ambos pasaremos una tarde inolvidable la siguiente vez. Después de todo cumpliría mi promesa y quizá pueda conseguir una pista que me lleve a este búho. El sol comenzaba a lanzar sus primeros rayos y la luna terminaba su travesía por el cielo estrellado. Nos vestimos mientras se encontraban todos dormidos pero creo que esto es solo el inicio de una gran aventura.
Continuará…
Muy buen relato sigue así