Mi nuevo amante
Después de mi profesor, mi nuevo amante fue mi vecino .
Hola de nuevo, mi nombre es Step; en esta ocasión quiero narrarles mi experiencia con un vecino, a mis 9 años.
A dos casas de la mía, vivía un muchacho como de unos 22 años, yo lo conocía desde pequeña, cuando llegamos a vivir ahí. Joven, blanco, cuerpo atlético y guapo. Yo tenía 8 años cuando comencé a tener contacto con él, de carácter simpático y amigable. Yo me acerque a él porque me atraía, y como les conté en el relato anterior, yo ya había sexada por un tío y por mi maestro de primer grado.
Yo lo buscaba cuando sabía que se quedaba solo. La verdad debido a mis encuentros anteriores ya había perdido la pena para acercarme a un hombre, así que un día le hice plática y empecé a hacerle preguntas, como si yo no supiera nada de sexo. Le dije que en la escuela estaba viendo acerca de la reproducción humana y que ya sabía que los hombres tenían pene y las mujeres teníamos vagina pero que quería que me ayudara a resolver algunas dudas, a lo que él dijo que si, que con gusto, no pareció sorprenderle mi petición.
Lo primero que le pregunté fue que si él ya había tenido relaciones, a lo que él me contestó que sí, que con su novia tenía años teniendo relaciones, prácticamente desde que él tenía 17 años. Eso me empezó a poner muy caliente y empecé a sentir picazón en mi cuquita. Mi siguiente pregunta fue que si dolía mucho cuando el pene entraba en la vagina a lo que contestó que sólo cuando entraba por primera vez cuando la chica aún era virgen y le pregunté qué era eso, me dijo que cuando una mujer no ha tenido relaciones con nadie se dice que es “virgen” y le dije, entonces yo soy virgen verdad. Claro, me contestó.
Mi panocha comenzaba a mojarse y di el siguiente paso, le platiqué que una amiga del colegio y yo veíamos siempre en una enciclopedia que mis papas me habían comprado fotos del pene y que nos daba mucha curiosidad y queríamos ver uno, a lo que mi vecino se rió pero no se molestó. Me metió al coche de sus papás y se sacó el pene para mostrármelo, ya lo tenía bien duro, por lo que supe que mi plática lo había calentado mucho. Era grande y muy grueso, se le marcaban mucho las venas y su cabeza tenía un color moradito en el borde, que delicioso se veía, era un poco más grande de los que había visto hasta ese momento. Sin que yo me lo esperara mi vecino empezó a masturbarse enfrente de mí, que delicioso espectáculo.
Cuando por fin se vino, de su verga salieron chorros y chorros de leche, eso me calentó mucho y empecé a tocar mi panocha pero no pude conseguir venirme. Mi nuevo amigo me preguntó si me había gustado y le conteste que sí. Que se veía muy rico su pene. En eso estábamos cuando escuche la voz de mi mamá llamándome, por lo que ya no pudimos continuar.
Esperé con ansías la siguiente vez que pudiera verlo, pasaron aproximadamente dos semanas para que eso sucediera. Salí de mi casa con el pretexto de andar en bicicleta, pero yo ya había visto que mi vecino se había quedado solo en casa, así que fui a visitarlo.
Cuando llegue a su casa él estaba sentado en el sofá de su sala. Entre y le dije que si podía enseñarme de nuevo su verga a lo cual el asintió. Me tomo de la mano y me llevo a una de las habitaciones, mi corazón latía a mil. Ya en el cuarto, mi amigo bajo su pantalón y se sacó su pene, ya bien duro e hinchado, tomó mi mano y la llevó hasta su pene para que lo tocara, yo sin miedo y sin pena alguna comencé a acariciárselo, deslizaba mis manos por toda su enorme verga, con una mano seguía acariciándosela y con la otra tocaba sus enormes huevos peludos.
A mi vecino le encantaba lo que le estaba haciendo, empezó a salir líquido de la punta de su verga, el cual yo ya conocía muy bien y hasta su sabor saladito gracias a mi querido maestro. Quería seguir acariciando su pene pero mi amigo me agarró y me recostó en la cama para empezar a bajar mi pantalón y mis pantaletas. Y ahí estaba yo, con la cuca al aire y las piernas bien abiertas, esperando con ansías que mi nuevo amante empezara a atacar con su lengua hasta el último rincón de mi panocha.
Pero mi amante tenía otra idea en la mente, tomo su pene y dirigió su punta hacia mi mojada y caliente panochita, y comenzó a frotar su cabeza contra los labios hinchados de mi vagina, ufffff ¡¡que rica sensación!! Mi temperatura se elevó, aquello era muy delicioso, no había tenido oportunidad de tener otro pene en mi vulva. “Eres una niña muy caliente” me dijo, “mira nada mas como se te ha mojado tu cuca” yo asentí con mi cabeza y le pedí que siguiera haciéndolo. Siguió frotando un rato más y entonces se hincó frente a mí y metió su cabeza entre mis piernas para empezar a comerse mi panochita, para ser tan joven, sentí que era un amante muy experimentado.
Movía su lengua de arriba a abajo por toda mi rajita, que deliciosa mamada de coño estaba yo recibiendo, estaba toda empapada de mis propios jugos y de la saliva que su lengua dejaba en mí. Estaba a punto de explotar en un delicioso orgasmo cuando de repente se detuvo, yo abrí los ojos, que hasta ese momento los había tenido cerrados, solo sintiendo esa rica mamada, para ver la causa del porque se había detenido y vi que mojaba uno de sus dedos, a continuación dirigió su dedo a mi panocha y empezó a meterlo en mi vagina, woooow, mi vagina estaba tan lubricada con mis jugos que su dedo entró muy fácilmente, era la primera vez que era penetrada.
Sentí un poco de dolor, pero lo soporté, era más intenso el placer que mi hombre me estaba proporcionando, primero metió su dedo lentamente hasta el fondo de mi vagina y ahí lo dejo un rato, esa sensación era totalmente nueva para mí; después empezó a sacar y meterlo lenta y pausadamente, la sensación en mi vagina aumentó, sentía corrientes eléctricas recorriendo todo mi cuerpo, el mete y saca de su dedo se hizo más rápido y yo sentía que tocaba el cielo y sucedió: tuve un orgasmo súper intenso. Pero mi amante aun terminaba, de nuevo empezó a frotar su pene en mi panocha, provocándome más descargas eléctricas por todo mi cuerpo pues tenía mi panocha muy sensible.
Después de frotar un rato su verga en mi coño, comenzó a acariciarse, mi macho deseaba llegar al orgasmo también. Se masturbaba intensamente y yo atenta con mis ojos bien abiertos observando, deleitándome con su rica verga. Cuando sintió que su lechita iba a salir, coloco la punta de su pene en la entrada de mi panocha, recién desvirgada por mi macho, y soltó toda su lechita, llenando mi vagina de su néctar, sentí ese líquido calientito que entraba dentro de mí y de nuevo en mi vientre comenzaron los espasmos y la corriente eléctrica qué recorría todo mi ser, uffff que delicioso.
Los encuentros con mi nuevo amante aún estaban empezando, dure con el casi tres años más, hasta que se casó, pero antes de casarse terminó su obra y me termino de desvirgar con su enorme verga, pero eso se los contaré en otro relato, bueno si ustedes quieren, espero sus comentarios…
Que rico relato espero sigas con tus historias p u t i t t a