PADRES DIVORCIADOS……HIJA FELIZ.
Una hija que adora a su papito..
PADRES DIVORCIADOS……HIJA FELIZ.
Una hija que adora a su papito.
Elena estaba muy contenta con la situación con su ex marido. Hacia un año y medio que se había acercado a Zoila, su hija de 9 años, y cada vez la niña estaba más feliz con él. El divorcio había sido traumático y tuvo que aceptar muchas cosas para no hacer un escándalo. Cuando tu esposo te encuentra con otra mujer en la cama teniendo sexo no hay manera de imponerte, y eso había pasado. Elena y José quedaron de acuerdo que Zoila no debía saberlo y lograron ocultarlo, no solo a ella, si no a la sociedad en sí. Tenían 5 años divorciados y había que reconocer que José se había portado muy bien. Le consiguió un trabajo bien remunerado y además le pasaba una buena pensión.
Desde hacía año y medio había hecho efectivo el acuerdo incluido en el divorcio y todos los fines de semana, el viernes a las 18:00 horas, pasaba por su hija y se la llevaba a su casa o a una propiedad que visitaban cada de vez en cuando, a una hora de ahí, una pequeña finca bardeada con un arroyo de 10 metros de ancho que pasaba por ella y que había heredado de sus padres.
-Esperé que creciera un poco para no confundirla, eso la habría traumado a tan tierna edad. Le decía a su ex mujer.
Zoila cada día era más feliz y se notaba, pues esperaba con ansia a su padre. Ese día se preparaba pues se iría por 15 días con su padre pues estaban de vacaciones en la escuela. Elena había hecho su propio plan con su pareja lésbica y saldrían del país, aunque le había pedido a José que si se tardaba un poco más se ocupara de la niña.
-Claro mujer, es mi hija y mi prioridad.
-Te agradezco tu comportamiento, ella cada día te quiere más, ya hasta tengo celos.
-Soy su padre mujer, es lógico.
-Sí, pero la chiqueas mucho.
Por ser fin de clases e inicio de vacaciones Zoila había salido muy temprano de la escuela así que a las 14:00 horas su padre pasó por ella, que salió con su maleta para dos semanas. Su madre la despidió pues dos horas después saldría el avión en que se iba y solo le dijo que obedeciera en todo a su padre.
-no te preocupes, siempre lo hago.
-Llegando te cambias el uniforme.
-Si mami.
Elena los vio mientras se alejaban notando como se desarrollaban las nalguitas de su hija. “hice bien al meterla a gimnasia, se está desarrollando”
Zoila era una niña muy delgada de facciones finas, sin ser una belleza, pues le afeaban unos lentes de cristales redondos que la hacían parecer ratón de biblioteca. Se subieron al coche y 15 minutos después estaban en casa de José, que era un amplio departamento de tres recamaras, una de él, otra de visitas, y la última adaptada como un despacho con escritorio, sofá y dos sillones de los llamados “orejones”, además de sala, comedor, cocina, ante comedor, dos baños, uno en su recamara y otro en un pasillo y unja sala de televisión. Como propietario de varios negocios le iba bien económicamente. Al llegar se cambió de ropa quedando en pantaloncillo y Zoila se fue a terminar una tarea. Él se sentó en un sillón de su oficina a leer un informe dejando pasar el tiempo, serían las cinco de la tarde cuando Zoila entro a su despacho y José la vio. Ellos tenían un lenguaje propio basado en señas, actitudes o posiciones muy particulares, y ahora Zoila le enviaba un mensaje con la pura manera de colocarse las calcetas. Ella generalmente usaba durante la semana unas calcetas blancas del uniforme que sobresalían unos 8 centímetros sobre su tobillos, pero los viernes usaba unas que superaban los 15 centímetros y que según la posición enviaban un mensaje a su padre. Si estaban abajo era “ahora no tengo ganas” si se la subía a la altura inferior de la rodilla era, “tengo ganas” y si superaban la rodillas tapándolas era “tengo ganas que me la metas en mi culito”. Juan vio que las traía sobre las rodillas y le dijo.
-tráeme un refresco mi amor.
-voy corriendo papito.
La niña regresó con un refresco que puso en la mesita que estaba ante el sillón donde él se sentaba, agachándose al hacerlo y enseñando sus calzones, entonces el actuó. Alargo la mano izquierda, le levanto la faldita y le bajo los calzones empezando a acariciar sus nalguitas, ante los quejidos de placer de ella. De pronto empezó a meter su dedo medio de 10 centímetros en el culito de ella que se colocó en una posición que le daba facilidades, abriendo las piernas y levantando el culito.
-¡ugggg!…….me gusta mucho papito.
El continuo con el masaje anal que empezó a practicar cuando le rompió el culito hacía ya 8 meses, cuando sintió que estaba relajada saco su dedo que vino con algunas heces fecales y un fuerte olor a mierda, pero esto los excitaba aún más. Después atrajo a su hija que estaba de espaldas a él hacia su regazo y empezó a besarla en la nuca, saco su polera o blusa de la escuela y acaricio su espalda, sus planos pechitos y su estómago mientras ella se contorsionaba para besarlo en la boca. Le sacó las pantaletas y se bajó el pantaloncillo sentándola sobre su verga para sentir la suavidad de su piel sobre su pene, llevo su mano a su coñito acariciándoselo lo que hizo que la niña se mojara de inmediato, metió su dedo que quedó húmedo mientras le masajeaba el pequeño clítoris.
-Ayyyy……..me gusta mucho papito…….no lo saques de ahí……me mojo, decía la niña.
De pronto José se detuvo y levantó fácilmente a su hija que al ser tan delgada era muy ligera, la hizo que quedara parada ante él, con los pies en el sillón dándole la espalda. Las nalguitas de Zoila quedaban a la altura de sus ojos, con sus dos dedos gordos abrió los globos de sus nalguitas y quedó a su vista el esfínter exterior del culo de su hija. En esos ocho meses en que la había desflorado se había hundido un par de centímetros dentro de su ano, se veía distendido, cualquier experto vería que ese culito era penetrado constantemente. Los dos sabían lo que se avecinaba y disfrutaban tanto. José llevó su boca al culito de la niña mientras estiraba los globos haciendo que se abriera un orificio anal por donde metió unos tres centímetros de su lengua, era la caricia preferida de su niña y el la complacía siempre, no le importaba el sabor a mierda del ano infantil, metía lo más que podía de su lengua y hubiera querido tenerla más larga mientras Zoila se contorsionaba de placer casi aullando con los ojos vidriosos de tanto gozar, los dos sabían lo que seguiría así que después de unos minutos sucedió. Inyectó saliva suficiente y la hizo que doblara las piernas sosteniéndola en el aire, la fue deslizando lentamente sobre la cabeza de su verga que estaba roja como un rubí a punto de reventar de tanta excitación, sintió como su glande venció el esfínter del ano y penetró lentamente hasta unas 5 pulgadas. La niña apoyó sus manos y las piernas en el sillón y poco a poco empezó a moverse dándole mucho placer a su padre, a cada instante aumentaba la pasión y el disfrute, José la sostenía para que el ritmo no parara y como era una niña menudita tal perecía que se estaba haciendo una puñeta con ella, se revolvía buscando la boca de su padre y el metió su dedo en la vagina de ella y así hicieron lo que llamaban “la triple unión” la verga en su culito, el dedo en su vagina y las boca y lenguas unidas.
Desde el fondo de los huevos de José nació la descarga de semen que de pronto estalló en el ano filial llenándolo de esperma cual si fuera una lavativa que lubricó aún más las entrañas de la niña. Cada vez que lo hacían lo disfrutaban tremendamente y quedaban muy satisfechos y felices disfrutándolo mucho, esta vez no era la excepción. José levantó suavemente a su hija y sintió como el glande salió de su culito lleno de esperma y algunas heces fecales diluidas, manchándole la verga. Se incorporó y juntos fueron al baño para limpiarse mutuamente, su verga aún estaba lo suficiente dura para otro asalto y Zoila le dijo.
-¿Quieres que te la mame?
-No mi amor, lo dejamos para la noche, nada más lávamela.
Así lo hizo y salieron del baño, en ese inter ya era las seis de la tarde y José se fue a preparar la cena pues a las siete en punto estaban en la mesa. Dejaban tiempo para la digestión pues en la noche de seguro la encularía nuevamente. Después de cenar se sentaron a ver tv y de pronto Zoila dijo.
-¿Te puedo preguntar algo?
-Lo que quieras mi amor.
-con quien disfrutas más, conmigo o con mi mamá.
José se quedó callado unos segundos, como pensando la respuesta y luego dijo.
-sin lugar a dudas, contigo. Con tu madre disfrutamos buen sexo al inicio de nuestro matrimonio, pero después ella se despegó poco a poco por razones que luego te diré.
-¿Por qué es lesbiana?-preguntó Zoila.
-¿desde cuándo lo sabes?
-hace más de un año. Siempre que venía la “tía” Nati a dormir con nosotras me daba sueño muy temprano, un día no me tome la leche y me fui a acostar, a media noche me levanté al baño y oí ruidos en el cuarto de mi mamá, me acerque y vi que tenían la puerta abierta y mi mamá con un consolador metiéndoselo en el culo a mi tía Nati. Tú ya me la habías metido en mi coñito pero al ver eso lo desee y por eso te lo pedí, aunque aún tardaste en metérmela en mi culito.
-Bueno, entonces ya lo sabes. Ahí se enfrió la relación entre tu madre y yo, y no por ser lesbiana, porque si ella me hubiera incluido en sus placeres yo hubiese aceptado, pero no quiere nada con hombres.
Ella nunca fue como tú que disfrutas todo lo que hacemos, cuando se la metía por el culo siempre se quejaba y no le gustaba que me viniera en su boca.
-a mí me encanta.
-Lo sé, por eso te amo, además me das un placer que solo tú puedes darme, a cambio del que solo yo puedo darte, al menos por ahora.
-¿Cuál papi?
– el del incesto.
La noche fue maravillosa, como todas. Pero después la contaremos…………continuara.
Que rico relato