Sandrita y su padre Daniel.
Una historia incestuosa..
Sandrita y su padre Daniel.
Isabel era maestra de 4to año de primaria y se sentía a gusto con el grupo, aunque sobresalía Sandra, posiblemente la niña más inteligente de la escuela. Siempre se sacaba un diez en sus trabajos y en sus exámenes. Llevaba puntación perfecta desde el primer año y se decía que ya había escuelas interesadas en darle una beca a su corta edad. Su padre, de 29 años era un Ingeniero civil que se habría paso en el mundo de la construcción poco a poco llamado Daniel. Vivian solos desde hacía tres años en que la madre los había abandonado por otro hombre que no quiso a la niña con ellos. Isabel observaba mucho el comportamiento de la niña que no era ni fea ni bonita, pero la afeaban unos lentes redondos con cristales muy gruesos que le daban aspecto de ratón de biblioteca. No muy alta, de muy delgado cuerpo, lo mismo que sus piernas, a Isabel le llamaba la atención lo desarrollado de sus nalguitas y los lunes la veía caminar un poco raro y a veces pensaba. <<Será capaz su padre de haberlo hecho>>
Daniel era un hombre guapo que prosperaba cada día más. La niña lo adoraba y lo presumía con sus compañeritas cuyos padres no eran tan guapos, además siempre le hacía regalos que ella también presumía. Ese viernes Isabel le dio el examen ya calificado de aritmética donde como siempre, tenía un diez, la niña lo guardó sonriendo diciéndoles a sus amiguitas.
-Esto me vale un regalo. Nos vemos el lunes.
Sonó el timbre de salida y la niña recogió sus cuadernos y se colocó la mochila a la espalda, afuera de la escuela como todos los días la esperaba su padre, a quien todas las maestras veían con tiernos ojos. Besó a su hija en la mejilla y la tomó de la mano dirigiéndose los dos a su vehículo, 15 minutos después estaban en su casa donde ya estaba lista la comida que le preparaba una señora ya de edad que iba a arreglar la casa, lavar la ropa y cocinar tres veces a la semana. Comieron los dos sin mucho que decirse y después Daniel se puso a revisar unos planos mientras Sandrita se ponía a jugar con una consola de juegos de videos. Así pasó un par de horas cuando de pronto la niña empezó a ver pornografía infantil y a acariciarse la entre pierna, como si estuviera excitada. Daniel lo notó a lo lejos y dejo lo que hacía para sentarse en un sillón de alto respaldo. La niña volteo y sonrió pícaramente. Ese fue el momento donde se pusieron a funcionar ciertos “códigos” que existían entre ellos. Ella dejo el ordenador y se dirigió a su padre con los ojos brillantes, por lo que él supo lo que se avecinaba, era el inicio del fin de semana. Se colocó entre las piernas de él y sin decir nada se besaron tiernamente en la boca, con un beso sensual y excitante. El bajó su mano y le acaricio las nalguitas pues sabía que a ella le encantaba y el disfrutaba mucho sentir su suave piel en sus manos. Le bajó los calzones que ella terminó de zafarse con maestría. Las nalguitas de ella eran su gran vicio, desde casi 3 años atrás que había empezado a disfrutar de ellas a diario y a veces, varias veces al día, según lo cachondo que anduviera. Cada vez se enviciaba más y el solo tocarlas le levantaba una erección, por lo que en correspondencia la niña le abrió la bragueta del pantalón y liberó su verga, que ya estaba a medias, por lo que se hincó entre sus piernas y comenzó a mamársela. Era una maestra de tan solo 9 añitos que hacia maravillas con la verga en la mano y su boca. La recorría de arriba abajo, le acariciaba lo huevos, se metía la cabeza en la boca y la chupaba. Daniel lo disfrutaba inmensamente y después de unos minutos estaba a punto de vaciar su semen en la infantil boca, pero ella se detuvo, se incorporó y volvieron a besarse con pasión. Entonces Daniel hizo algo que cada vez que lo hacia lo enloquecía, así lo hiciera varias veces al día. Con ella de frente y parada ante el empezó a levantarle la camiseta del colegio poco a poco, dejando al descubierto sus planos pechitos, como una tabla, y sus tetillas de niño. Eso lo excitaba mucho pues el que su hija a sus nueve añitos no hubiera aun desarrollado algo de sus pechos le gustaba enormemente. Besaba y lamia sus tetillas y las acariciaba suavemente mientras una de sus manos se deslizaba en la entre pierna de la niña, que disfrutaba mucho. De pronto la niña con los ojos brillantes le dijo.
-Papi, quiero por atrás.
-está bien mi vida, súbete al sillón.
Con movimientos ya practicados Sandrita se subió al sillón y se volteó de espaldas a él, dejando sus nalguitas a la altura de la cara de su padre, llevó sus manos a sus nalguitas y las abrió. Ante los ojos de Daniel apareció el agujerito del ano de su hija. Cualquiera que tuviese experiencia se daría cuenta que el culito estaba distendido. Se veía la profundidad del recto y el esfínter muy hundido. En pocas palabras se notaba que seguido ese culito era usado por una verga o aparato que penetraba en él.
Daniel, como hacia siempre, llevó su boca a él y metió su lengua lo más que pudo ante el gozo de la niña, que balbucía palabras inconexas.
-¡¡Ayyy que rico!!!………me gusta mucho…….dame más lengua……lámeme el culo…………ya métemela.
Cuando Daniel consideró que el culito estaba listo y lleno de saliva para facilitar la penetración levantó a su hija, que para él no pesaba nada, luego la colocó sobre su parada verga y poco a poco la fue deslizando sobre ella. Sintió como cedía el esfínter de la niña dejando entrar la cabeza y luego unas 4 pulgadas que recibió sin quejarse. Daniel sabía que era lo que normalmente le metía, así que se detuvo y la dejó que ella sola regulara la cantidad que recibía. Ella apoyó sus manos en los descansabrazos del sillón y se movió arriba y abajo con la verga de su padre dentro de ella. Era una maniobra ya ensañada y que practicaban a diario. Él la tomó por las nalguitas y le ayudó en el ritmo. Era como si se hiciera una puñeta con el culito de su hija, así duraron más de 10 minutos y de pronto sintió que la niña empezaba con los espasmos de un orgasmo. Apretaba su coñito sucesivamente y esto se reflejaba en su pequeño ano y a la vez en la verga de su padre, que también entro en situación de orgasmo.
Los dos estallaron de pronto. Un rio de semen broto de la verga y llenó el recto de la niña que al ser inundado permitió que la verga se deslizara mejor. Desde hacía un poco más de un año habían descubierto que al venirse el dentro de su culito la verga rozaba menos, y por eso habían dejado de usar crema o aceite y disfrutaban más. Ella quedó desmadejada y apoyó su espalda en el pecho de su padre para después contorsionarse buscando su boca y darse un beso largo y sensual como acostumbraban. Los dos estaba relajados y el decidió sacar su pene del culo de su hija, así que poco a poco fue extrayendo su verga, hasta que quedó fuera. Entonces la niña se acomodó en sus brazos quedando sentada sobre él y acariciándose mutuamente a pesar que el semen escurría por su orificio anal, que había quedado totalmente distendido. El a veces gustaba de meterle la lengua pues ella disfrutaba mucho esa caricia y más cuando su culito estaba abierto por una penetración, pero esta vez se pusieron a platicar tiernamente.
-Te amo mucho papito.
-y yo a ti mi vida.
-¿estas contento?
– si mi amor.
-¿te puedo preguntar algo papito?
-claro mi princesa, para eso soy tu padre.
-¿tú crees que estaría bien que yo tuviera sexo con mujeres?
La pregunta sorprendió a Daniel, a pesar que él había pensado ya en llevar a la niña a otro nivel sexual, creía que sería bueno que probara el sexo lésbico con otras niñas y así atraerlas a tener sexo con él.
-¿con que mujeres te gustaría tener sexo?
-He estado viendo videos donde niñas como yo tienen sexo con mujeres adultas y la verdad me gustaría probar.
-¿Y las niñas no te gustan?
-No sé.
-¿Y me dejarías participar?
-Claro papito, es más, si quieres una niña yo tendría sexo con ella para que disfrutes.
Más claro ni el agua. Ya Daniel había pensado en su secretaria con la que a veces se acostaba y que tenía una hija de 7 años u otra empleada también muy ardiente, pero sin hijas, así que le dijo a Sandrita.
-Déjame escoger a la persona indicada, la voy a buscar guapa y que te guste. Antes de que tengas sexo con ella te la enseñaré para que la apruebes.
La niña aceptó y después fueron al baño a asearse pues les esperaba un largo fin de semana………………………continuara.
Verdolaga
una pregunta esta historia es real me encanto me hare una buena esta noche pensando en la nena
Chuparles su concha cuando no se han bañado es lo más.rico
Muy buen relato que me dejo con ganas de mas, espero que este pronto la continuacion
Que rico, es tan suave su conchita a esa edad, cy chuparle cuando no se han bañado esmlo.mejor
Delicioso la piel y ternura de una niña
Que buen relato quien no le gustaría tener una hija así.