Una familia de Diez: 1 El Inicio.

Una versión distinta a la que están acostumbrados. .
Tanto en México como en Centro y Sudamérica es muy popular esta bonita serie, así que por qué no realizar una versión para adultos.

Este era un jueves cualquiera en la vida de los López, Plácido quejándose de su jefe y de sus problemas económicos, Renata consolandolo y confundiendolo continuamente, Martina «La Fresa Frustrada» de la familia y Plutarco quien será el eje central en esta historia.

Plutarco de recién 13 años cumplidos hacia unos meses que había descubierto que su cuerpo cambiaba y como tal conoció la masturbación haciéndolo cada ves que podía principalmente por las noches cuando su pequeña hermana Martina de 7 años en ese momento dormía imaginando que tenía sexo con famosas o con alguna profesora buena de su escuela.

Aquel jueves estaba nuestro protagonista por iniciar el ritual de todos los días cuando proveniente de la habitación de junto (la de sus padres) escucho un leve gemido Plutarco abrió los ojos como platos intentando descubrir si lo que escucho en realidad fue un gemido.. sacándolo de su confusión inicial el «rechinar» de la cama de sus papás – Están cogiendo – pensó aún duditativo, un extraño estremecimiento recorrió todo su cuerpo poniéndolo al mil para terminar masturbándose furiosamente en su mente pasaban muchas cosas: las imágenes de una revista porno que uno de sus compañeros había llevado a la escuela, la profesora de deportes que estaba buenísima.. estar escuchando a sus padres coger en la habitación continúa, terminado por explotar soltando un par de chorros de semen al tiempo que la cama dejaba de rechinar dando casi de forma simultánea aquella sesión de sexo.

Se quedó pensando en lo que había acontecido cuando escucho pasos en el pasillo era Renata quien entraba al baño al instante cerro los ojos por qué sabía que mamá iría a ver a los niños.

A la mañana siguiente aún un poco confundido por lo que había pasado la noche anterior la familia se reunió para ir a desayunar y a sus respectivas actividades a excepción de Martina quien había estado resfriada por lo que no iría ese día a la escuela.

Estaban por salir de casa cuando Plutarco recordó que había olvidado un libro en su habitación por lo que tropezandose y cayéndose como siempre se regresó corriendo a buscarlo encontrándose con una imagen que marcaría su destino y quizá el de la familia; su tierna hermanita de 7 años profundamente dormida tan solo con un camisoncito de una popular caricatura totalmente descubierta y con el camisón un poco levantado y una pierna abierta dejando delante de los ojos de su hermano una suculenta panochita tan solo cubierta por la delicadeza de la tela del calzoncito…

– Plutarcoooo – se hace tarde vámonos, sacaba de su letargo a nuestro protagonista.

Espero sea de su agrado.