A LOS PIES DE TODAS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ardiendo en volcánica excitación adolescente por aquellas despampanantes muchachas que vivían provocándonos exprofesamente para así encendernos, los diez chicos que formábamos aquella masculina pandilla otra vez volvíamos a reincidir en el error de aceptar jugar contra ellas, cuando ya, ellas, nos habían ampliamente vencido en absolutamente todas las anteriores ocasiones. Obvio: Nuestro masculino orgullo,nos enceguecía impidiéndonos ver tal realidad. Otra vez, entonces, volvíamos a aceptarles el desafío de jugar contra ellas, esta vez, poniendo en juego…nuestra libertad. Si: volver a perder, significaría nuestra obligación a entregarnos como esclavos a todas en el compromiso indeclinable de a ellas someternos en adoración absoluta,y, como comienzo de aquella tan insólita relación…deberíamos todos y a un mismo tiempo los diez…lamerles los pies a las diez ya que diez ellas también eran, y así…así sería el inicio de aquel tácito sometimiento de todos nosotros, a todas ellas.
Sonrientes y con una muy explícita expresión de trinfal goce anticipado, aquellas puercas comenzaron con nosotros aquel juego,sabiendo que al final de él,también nuestra dignidad perderíamos;y que, nuestros viriles y encendidos cuerpos, pasarian a ser de ellas…objeto de ilimitados deleites.
Transcurría ya el juego cuyo carácter no viene al caso en sus reglamentos precisar,y ya ellas eran un constante a carcajadas reír ante la colosal paliza que sin poder nosotros evitarlo, nos estaban ellas dando. Desconcertados nosotros y ya sintiendo en nuestros masculinos órganos el genital timbréo de sensaciones lúbricas que nos martillaban al ver cada vez más y más cerca la avasallante realidad de tener que a ellas entregarnos tal cual lo acordado había sido, y una extraña pero motivante eroticidad comenzaba a hacernos ver a aquellas hermosas y dominantes muchachas, como dignas diosas harto merecedoras de ser así adoradas. Entonces…perdidos ya y decididos a acelerar los acontecimientos que al desenlace nos llevarían…en nuestra actitud, decidimos "ayudarlas" a hacer aún más rápida y contundente, la irreversible victoria que ciento por ciento les pertenecía.
Tal actitud nuestra así servil y cómplice a sus dominantes intenciones, las hizo estallar en un estridente y femenino coro de socarronas carcajadas del más desprejuiciado carácter, y precipitándose un catastrófico resultado que nos ponía como víctimas de la más apabullante de las femeninas victorias sobre varones en juegos disputados, caímos a los pies de todas desnudándonos por completo como había sido además el trato, para comenzar aquello que comenzaba…lamiéndoles a todas, los pies. Si: El esplendoroso verdor de un maravilloso parque sólo por nosotros ahí concurrido, nos exhibía ya en aquel insólito cuadro de diez chicos completamente desnudos y arrodillados, lamiéndoles los descalzos pies a diez muchachas que se habían para éso recién descalzado.
Recién era ése, pues, el comienzo. El resto, estaba todo entero por delante. Pero ya, ahí, los diez estábamos como en adelante estaríamos para ellas: "A LOS PIES, DE TODAS".
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