Algo que no conocía sobre mi
Espero que puedan disfrutar de mis vivencias sexuales; poco a poco les iré contando cómo cada día descubría algo nuevo sobre mí..
Todo comenzó cuando tenía 9 años; mi familia se compone de 4 personas: mi padre, un señor algo enfadoso y que causa algo de miedo; mi madre, una señora muy cariñosa y consentidora; mi hermana, que en esa temporada no era muy cercana a mí; y yo, un niño que se quedaba solo demasiado tiempo, bastante hiperactivo y curioso.
Como mis padres trabajaban demasiado, yo me quedaba solo la mayor parte del día; mi padre iba por mí a la escuela, me acompañaba a comer y se iba al trabajo, y yo pasaba bastantes horas solo hasta que llegara mi mamá. En esa temporada, mi hermana no estudiaba en la misma ciudad en la que estaba yo, así que no figuraba en la casa, solo los fines de semana.
Estando solo, me entretenía demasiada parte del tiempo con la computadora; tenía acceso a Internet y poco a poco fui encontrando cosas que me comenzaban a atraer, comenzando por el porno que un amigo mío me había enseñado. Aunque era porno heterosexual, yo me quedaba impactado con las vergas de los hombres; después buscaba porno por mi cuenta, hasta que encontré porno gay. Ahí mi mundo fue más claro; sabía que me gustaban las vergas.
Entonces, en una de esas muchas veces que estaba viendo porno gay en una página como anuncio de spam, me salió un perro follando a una mujer; al inicio me dio asco, y conforme pasaban los días, me salía seguido ese anuncio, hasta que cambió el anuncio por un perro mamando una verga. Ahí sí me interesé y entré al anuncio, pero a los pocos segundos me espanté de tantas cosas que había; se me hacía algo impuro y me daba algo de asco saber que cogían con animales, así que cerré el navegador y seguí viendo porno gay. Así pasaron los días y los anuncios sobre zoo seguían apareciendo; siempre trataba de ignorarlos hasta que una vez me apareció el chico más hermoso que había visto, cogiendo demasiado intenso a un perro. Este tenía su enorme verga de fuera mientras el chico lo cogía; no pude ignorar al chico, me encantaba su cara, así que entré al anuncio para poder ver el video. Este chico tenía una serie enorme de videos cogiendo a varios perros machos, y todos disfrutaban ser cogidos; al menos eso pensaba porque ningún perro intentaba zafarse o se mostraba molesto. Poco a poco me fui masturbando hasta venirme; recuerdo que esa fue la primera vez que pude eyacular y ver semen; usualmente solo salía algo transparente, pero esa vez fue blanco y viscoso.
Ese día, al acostarme en mi cama, no dejaba de pensar en los recuerdos de lo que había hecho; me sentía algo impuro, pero me encantaba demasiado la cara del chico.
Así estuve varias semanas viendo zoo; conforme más veía esos videos, ese sentimiento de impureza desaparecía e inclusive me empezaba a gustar más que el porno de humanos. Ahora solo quería ver zoo; vi demasiados videos durante 2 meses: hombres con perras, perros, vacas, mulas, yeguas, gallinas, pavos. El más loco fue un hombre con una víbora; cada día era un animal nuevo y una buena corrida. Hasta qué…
Este relato es real, si alguno gusta conversar conmigo o darme algún consejo sobre mi relato en tg @Lol_289.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!