Anecdotario. Aldo
Nos acomodamos y ahora hicimos un 69, olí su entrepierna, olía rico, desde ese momento me enamoré del olor a genital masculino,.
En aquella vez yo tenía 14 años aún, me había vuelto un pajero adicto, en los celulares apenas aparecía la búsqueda en internet, pero era costosa, uno usaba la imaginación para masturbarse y excitarse, recuerdo que disfrutaba pasar por los pasillos de ropa interior masculina del súper para ver bultos, también tenía recortes de revistas o diarios con los hombres sudados jugando fútbol y marcando su virilidad, nunca me había abierto con nadie, así que me fascinación por los hombres era algo personal.
Cierto día cuando pasaba por el centro, entre tanta gente crucé con un muchacho notoriamente mayor que yo, se veía alegre y amable, me sonrió y me avergoncé, giré la cabeza para ver su recorrido y él coincidió, también me buscaba, da media vuelta y se dirige hacia mi, yo estaba nervioso, mi corazón al full, no sabía cómo reaccionar. El se acerca y me saluda como si fuéramos amigos y me pregunta mi nombre, yo nervioso contento y nos presentamos ambos, él se llama Aldo, me pide mi número y nos despedimos.
Al momento seguí mi camino y me llega su mensaje diciendo que yo era muy lindo y que le gustaba, para mí al ser el primer hombre en el que había tenido una fijación mutua era algo sorprendente, me emocioné y mi amigo de abajo también, sin darme cuenta estaba manchando mis boxers, seguimos platicando y quedamos en vernos en el parque al otro día.
Llegó el día siguiente y nos vimos, paseamos y llegamos a un lugar «privado» entre árboles, comenzó a acercarse acariciarme, a besarme, era algo nuevo para mi, esa sensación de estar con otro hombre, su olor, textura, sentir sus manos tomándome, sentir su erección en mi abdomen, era algo maravilloso, empecé a tocar su cuerpo, tenía bien culo, sentía el calor de ses genitales, toqué sus tetillas, su abdomen, no dejábamos de besarnos. Era magnífico. Sentí sus manos en mi culo y mi bulto, luego su boca en mi cuello. Fue un faje increíble. Nos comimos por mucho rato, hasta que él mismo cortó la excitación, tenía que ir a clase, era un chico de 19 años y estaba en la universidad, acepté y me invitó a su casa a ver una peli… Antes no había Netflix, solo los DVDS, así que quedamos y nos fuimos.
Ese día yo estaba vuelto loco, la verga no dejaba su erección, mi boxer empapado de lubricante, yo olía a su perfume y sudor, era algo delicioso, llegué a mi casa, saqué mi verga y me la jale recordando las sensaciones que había tenido, a pesar de tanta calentura no preevía lo que pasaría después, sabía que iría a su casa, pero mi ingenuidad no daba a más.
Al otro día nos vimos en el parque y me llevó a su depa estudiantil, entramos al edificio y se detuvo en el baño, dijo que quería orinar, ví que sacó su pene y sin tapujos comenzó a orinar, ese fue el primer momento que ví e cerca un hombre mear, gusto que me sigue hasta el día de hoy, era un pene peludo, pero algo pequeño, su chorro amarillo claro caía en la taza con estruendo, tomó mi mano y la colocó en su verga para sostenerlo, sentir por primera vez un pene ajeno fue la gloria, una delicia, sentir como fluye el meado, ufff algo rico, recuerdo que terminé con la mano mojada de sus orines, al darse cuenta él me los chupo para limpiarlos, a este momento mi verga me dolía de estar encerrada, exigía salir.
Subimos al cuarto, y pasó a sentarse en su cama, lo seguí y cerré la puerta, un cuarto de varón, olía algo a sudor, boxers y prendas en el piso y algo desordenado. Me senté tímidamente junto a él y me comenzó a besar y no perdió el tiempo y me empezó a quitar la ropa, quedé sin playera y luego sin boxer, él aún tenía la suya, me gustó sentirme desnudo frente a él, yo ya tenía vellos en el abdomen, cosa que le encantó, se quitó su playera y el cabrón estaba marcado, toqué su abdomen como algo nuevo, se sentía rico y el se sentía más macho, desabroché su cinturón tímida y torpemente, y se quitó el pantalón, luego el boxer húmedo y Vi su pene pequeño lleno de pelos, despojé las prendas que yo aun tenía y nos encontramos los dos desnudos frente a frente, un adolescente de 14 años con verga grande para su edad, ya me media 18cm y un adulto joven de 19 con verga pequeña pero muy caliente, para mí fue algo inimaginable, comparar mi cuerpo con otro varón, Aldo sorprendido por mi verga se lanzó a mamarme y uffff volé sentir el calor de la boca de un chico en mi genital era algo nuevo, cómo movía su lengua, mamaba, acariciaba mis huevitos, ufff era hermoso. Nos acomodamos y ahora hicimos un 69, olí su entrepierna, olía rico, desde ese momento me enamoré del olor a genital masculino, bese su cabecita, probé el.liquido que emanaba de ella, olí sus huevitos y los besé, metí su penecito en mi boca, lo hice gemir, ambos disfrutamos, yo quería lechar, pero se detuvo, tomó algo de crema y se huntó en el culo, y luego me dirigió para cogerlo, yo no sabía qué hacer, torpemente empecé a apuntar mi verga en su ano, sertir la piel de su ano en mi glande era algo raro y rico, no me pasó por la cabeza usar condón, era rico sentir la piel, están temblando de la excitación y empecé a penetrar, lo penetré rico, el empezaba a gemir, y movía sus nalgas, yo como poseído comencé a entrar más rápido y moverme, el gemía y gemía empezamos a dudar chorros, la habitación olía a hombre, yo ya me estaba volviendo hombre, cogía un culo real, ya no era una jalada en lo cuarto y el wey disfrutaba. Empezó a pedir más y más y yo veía que mi pene se perdía en ese ano peludo, los pelos de mi pubis de juntaban con sus pelos anales, empecéa sentir cosquillas en mis huevos él apretaba su intestino y mi verga sentía ese rico abrazo, no aguanté más, sentía que me orinaba, pero me estaba viniendo, jamás había sentir tanto placer, grite y si dejar de moverme desleché, el vato también deslechó conmigo y me quedé muerto sobre el como dos perros abotonados.
Saqué mi verga aún dura, tenía rastro de esperma y mierda, el vato me la limpió y nos comenzamos a vestir, era una sensación erótica, yo ya era hombre, ya había cogido.
Nos besamos antes de irnos y me fui oliendo a su sudor.
A este wey no lo volví a ver hasta después de un tiempo…..
Danny J
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