Asistenta en la noche juegos
Continuación del relato “Preparando la noche de juegos”..
Entre la habitación de don Genaro para prepararme bien, mi cuerpo estaba sensible y caliente después de la fogosa sesión de manoseos que me dieron los 3 señores, sin embargo, aún sentía algo de nerviosismo, la hora en la que tenía que mostrarme ante todos ya estaba cerca así que me mentalice para hacerlo bien y sobre todo para disfrutarlo, lo primero que hice fue volver a ponerme la ropa, por suerte don Genaro tiene una especie de repisa con puertas de vidrio por lo que podía ver un poco mi reflejo, era suficiente como para acomodarme bien la ropa, en ese momento escuche como tocaban a la puerta de la casa, escuche pasos dentro de la casa y la puerta abrirse, supe que habían sido invitados que llegaban a la reunión, yo continúe arreglándome era el momento de maquillarme un poco, me aplique solo un poco de labial, porque con el antifaz y la peluca realmente no tenía sentido maquillarme toda la cara, me puse la peluca, la ajuste bien para que aun tirándola sea difícil quitarla, escuche más bullicio viniendo del patio de don Genaro, pude escuchar voces a lo lejos, solo me quedaba ponerme el antifaz y estaría lista para salir, en eso escuché que tocaron la puerta de la habitación.
-“¿Señorita, está lista?, ¿Soy Genaro, puedo entrar?”.
Yo quité el seguro de la puerta y le abrí la puerta a don Genaro, él entró y la cerro detrás de él, me miro de pies a cabeza y me dijo.
-“Señorita, se ve espléndida, le aseguro que a todos les gustará su ropa, yo vine a ver si ya estaba lista, porque ya llegó la mayoría”.
Yo le dije sonriéndole.
-“Si don Genaro, estoy casi lista, solo necesito su ayuda con una pequeña cosita”.
Fui a mi bolso y tomé el vibrador, me subí a la cama de don Genaro y me quedé en 4 en el borde, lo miré por encima de mi hombro y le dije.
-«Podria colocarme el vibrador don Genaro, quiero que lo utilicen para llamarme cada vez que me necesiten, si quiere puede mojarme un poquito la conchita».
Él se acercó a mí rápidamente, tomo el vibrador, sentí sus manos en mis nalgas, las abrió un poco, me corrió la tanga y sentí sus dedos recorrer entre mis labios, luego sentí como don Genaro me empezó a comer el coño un poco, paso su lengua de arriba a abajo y la metió un poco en mi conchita, me dio sensaciones muy ricas, la sensibilidad se acentuó en ese momento, luego de eso me metió el vibrador bien adentro y dejo nuevamente mi tanga acomodada, yo me puse de pie, le entregue mi teléfono a don Genaro con la aplicación y me acomode el antifaz junto con los tacones, me gire para ver a don Genaro y le dije.
-“Ahora sí estoy lista, discúlpeme don Genaro, pero no puedo salir sin la peluca y el antifaz ante sus amigos, aún me da algo de vergüenza mostrar mi cara al exhibirme, don Nino, don Hugo y usted son la excepción, espero que sepa entenderme”.
Él me tomó la mano derecha y me dijo.
-“Señorita, no se preocupe, yo solo quiero que usted lo pase bien y este cómoda, recuerde que estoy yo junto con Hugo y Nino por cualquier cosa”.
Lo que me dijo don Genaro fue como un alivio para mí, sentí una calidez en sus palabras que me tranquilizaron mucho, le di un gran abrazo y le dije que ya estaba lista, él me tomó de la mano y me saco de la habitación, al salir vi a don Nino que nos esperaba, yo le sonreí tímidamente y él me devolvió la sonrisa, pero no fue la lasciva de siempre, sino que una más segura como dándome a entender que me daba ánimos, don Nino salió primero que nosotros, don Genaro me detuvo antes de salir a su patio donde estaban todos reunidos, entonces escuche a don Nino decir.
-“Chicos, su atención un momento, Genaro tiene un pequeño anuncio para la reunión”.
Al momento en que dijo eso, todos dejaron de hablar y quedo un silencio total solo se podía escuchar la música, que por cierto era clásica jeje, Don Genaro me miro y me guiño el ojo, me soltó la mano y salió a su balcón, yo me quede sola dentro de la casa, ese momento fue crucial, pensé que estaban exagerando demasiado la presentación y eso me puso más nerviosa, pero también recordé lo que me dijo don Genaro y las sensaciones tan ricas que me habían regalado los 3 señores antes, escuche a don Genaro decir.
-“En la última reunión se habló de hacer una invitación extra, yo dije que trataría de conseguir a una asistenta que nos acompañe y nos ayude en la noche, déjenme decirles que la conseguí, tenemos asistenta esta noche”.
Cuando dijo eso todos empezaron a hablar de manera expectante, se notaba la emoción en el ambiente, yo tenía el corazón a mil, no supe distinguir si era miedo o excitación lo que estaba sintiendo, estaba a punto de salir vestida con lencería muy reveladora frente a un montón de extraños y no solo eso, mi intención era provocarlos con mi actitud y mi vestimenta para que ellos me desearan y me tocaran, en esos segundos pensé que estaba totalmente loca por haberme metido en eso, pero unas inexplicables ganas de hacerlo me colmaron el pecho y me dio mucha más seguridad y confianza, entonces don Genaro abrió la puerta y me dijo.
-“Adelante, señorita asistenta, puede salir con toda confianza”.
Yo comencé a salir, mi pecho estaba apretado y mis labios secos, sentí que me desmayaría de la presión, termine saliendo lentamente hasta quedar de pie en el balcón, los mire a todos con mucha vergüenza y timidez, eran más o menos 6 señores que no conocía sin contar a don Hugo que estaba con la carne, ellos se quedaron en silencio mirándome con los ojos bien abiertos, fueron unos segundos de silencio donde me miraron de pies a cabeza muchas veces, seguramente porque no podían creer lo que estaban viendo, una chica con lencería un antifaz y una peluca, estoy segura de que ellos esperaban cualquier cosa menos con lo que yo me vestí, don Genaro me tomo la mano y me ayudo a bajar hasta el pasto y dijo.
-“Esta linda señorita, será nuestra asistenta esta noche, lo que necesiten pueden pedírselo a ella, pero les pido también que la traten con respeto chicos o se enojara y no querrá venir nunca más”.
Yo miré a don Genaro y me reí un poco, él lo dijo sabiendo que lo que yo buscaba realmente era que me faltaran el respeto y me manosearan de alguna forma, estando frente a ellos pude notar mucho más sus miradas sobre mi cuerpo, sus ojos mirando mis tetas, mis caderas, miraban todo menos mi cara, me estaban comiendo con la mirada, desnudando cada rincón de mi cuerpo en sus pensamientos, eso empezó a provocar un calor en mi conchita y mi piel se puso de gallina, sus miradas curiosas y algo pervertidas me permitieron mentalizarme en el rol de asistenta caliente que yo quería tener, entonces comencé con la ronda de saludos a cada uno, camine moviendo mis caderas de manera sensual para acercarme al primero de ellos, me incline un poco dejando mi culo parado y mis piernas estiradas, tome su mano y la lleve a mis muslos mientras le daba un besito tierno en la mejilla, cuando hice ese movimiento sentí como el vibrador se puso más intenso y me dio cosquilleos muy ricos, supe que era don Genaro, el muy pervertido me estaba dando toques de placer en mi conchita mientras saludaba a sus amigos, lo repetí con cada uno y en cada momento don Genaro me dio toques, solo hice una excepción con don Hugo que estaba con las manos ocupadas, así que con él lo que hice fue acercarme y pegue mis tetas a su brazo izquierdo, don Genaro dejo estático el vibrador en ese momento en nivel 2, me aferre bien a don Hugo para disimular el placer, levante uno de mis pies como la típica foto de chica enamorada y le di un besito ligeramente más largo, le sonreí y continúe saludando al resto asegurándome que todos sintieran el calor que estaba emanando mi conchita que ya empezaba a humedecerse mucho, cuando termine la ronda de saludos don Genaro detuvo el vibrador y dijo.
-«Entremos a la casa muchachos y organicemos las mesas, dejemos que Hugo y nuestra asistenta se encarguen del asado».
Todos comenzaron a entrar lentamente y sin dejar de mirarme, todos me sonrieron muy amablemente, sentí como un respeto viniendo de ellos, la verdad es que me transmitían algo de seguridad todos ellos, yo me imaginaba que serían unos brutos o sucios pervertidos que al verme querrían follarme como animales, por la fuerza si era necesario, pero al contrario parecían tan serenos, eso me llamo mucho la atención, por supuesto que la excepción de todos era don Nino, él se quedó junto a mí y a don Hugo para manosearme, él se deleitó con mi cuerpo como quiso, me agarro el culo mientras miraba la carne y hablaba con don Hugo, sus manos recorrían mis muslos y mis nalgas, era suave casi como un roce suave, don Hugo me pregunto.
-«¿Se siente mejor ya, señorita? o aún está nerviosa?».
Yo tomé la bandeja que don Hugo tenía al lado para que fuera cortando pequeños trozos para degustar, la acerqué a él, él puso un trozo de carne y empezó a cortarla, entonces le dije.
-«La verdad ahora me siento mucho más tranquila, estaba muy nerviosa, pero todos parecen ser muy lindos y amables, por cierto le dije a don Genaro, pero a ustedes dos no les he dicho, por favor no digan quien soy ni que me ven en el parque, mucho menos que los dejo tocarme en público, está prohibido, don Genaro lo entendió y espero que ustedes dos también lo hagan, cierto don Nino?».
Esa última pregunta la hice mirando hacia atrás por sobre mi hombro porque don Nino estaba abrazado a mí, mientras me restregaba su bulto entre las nalgas, casi parecía que no escucho nada de lo que dije, yo me sacudí un poco y lo empuje levemente con mi culo hacia atrás, eso le separo de mí un poco, ellos me dijeron que por supuesto que no dirían nada a sus amigos sobre conocerme de antes, en eso sentí como el vibrador empezó a darme pequeños toques, fuertes y suaves, me estremecí, mis piernas temblaron un poco, más las caricias de don Nino, me estaba costando resistir, le dije a don Hugo.
-«Creo que don Genaro me está llamando, por ahora me llevaré esto para degustar, nos vemos adentro, señores».
Ellos no entendieron a qué me refería y don Nino me preguntó.
-«¿Pero cómo sabes que Genaro te necesita adentro?».
Yo les sonreí, les guiñé el ojo y les dije.
-«Secretos de la asistenta y el anfitrión».
Me fui con la bandeja meneándoles el culo eróticamente, los toques del vibrador eran fugaces, pero constantes, don Genaro me estaba llamando y no podía hacerlo esperar, entre a la casa y pude ver a don Genaro de pie con mi teléfono en la mano, yo entre sensualmente y me puse al lado de él, le dije.
-«¿Me llamo don Genaro?».
Él me respondió como en un tono de señor importante.
-«Sí, por favor, dale a degustar a los chicos un poco de esa carne tan rica que llevas en tus manos».
Yo asentí y me encaminé hacia ellos, los nervios que tuve al principio ya no estaban, solo quedaba la putita que disfrutaba cada segundo esa reunión, me fui acercando ofreciéndoles a todos un poco de carne, todos la probaron y me agradecieron amablemente, pero por sus gestos parecía que lo que estaban degustando en sus mentes era a mí, entonces don Genaro dijo.
-«Como vieron, con esto ustedes pueden llamarla, solo les pido que el movimiento sea rápido y cuiden el teléfono, puedes ir a buscar un poco más de carne querida, muchas gracias».
Yo me gire hacia don Genaro, asentí y en eso vi a don Nino entrar diciendo que había más carne lista, tome la tabla y la puse delante de mí como una sirvienta sumisa, avance moviéndoles mi culo a todos, meneándolo juguetonamente, salí de nuevo hacia el patio y me acerque a don Hugo, suspire y le dije riéndome.
-«Son todos muy lindos y parecen cautivados conmigo».
Él me dijo mientras seguía mirando la carne.
-«Por supuesto que si señorita, porque usted es muy bella y amigable».
Me pareció muy tierno lo que me dijo don Hugo así que le di otro besito y volví a apoyar mis tetas en su brazo, él en un movimiento, levanto el brazo rodeándome y dejándome entre el y la parrilla, yo me sorprendí un poco, el quedo detrás de mí, apoyo su cabeza en mi hombro izquierdo y me dijo susurrándome.
-«Cortemos un poco más de carne, señorita».
Ese susurro me estremeció, yo dejé la bandeja apoyada a un lado, don Hugo soltó los utensilios me tomo las manos y dijo que los tomara, era una escena de lo más romántica, típica de dos enamorados cocinando juntos, don Hugo usaba mis manos para cortar la carne y al inclinarnos para ponerla en la tabla nuestros cuerpos se pegaban más, era una escena muy erótica, don Hugo me dejo sorprendida totalmente, no pensé nunca que fuera tan lascivo, su bulto empujaba mis nalgas con fuerza, cortamos un poquito más de carne y yo sentí el vibrador llamándome otra vez, debía volver adentro a servir a los señores, me separe de don Hugo apoyando mi culo en todo su bulto y me encamine hacia la casa nuevamente sin dejar de menearle mi culito en cada paso que daba, al entrar busque al señor que me había llamado, al entrar me sorprendí mucho, porque el ambiente cambio totalmente, ya estaba todo mucho más alegre, los señores jugaban cartas y conversaban con normalidad, de pronto escuche a mi izquierda.
-«Señorita asistenta, yo la llamé, ¿Podría traernos unas cervezas, por favor?».
Yo me di la vuelta y vi que era un señor rechoncho que estaba sentado al lado de otros dos en el sillón grande de donde Genaro, a su lado estaba don Nino conversando con ellos, pero sentado en el sillón individual, yo le asentí y me fui directo al refrigerador, vi que don Genaro solo tenía cerveza, pero sin alcohol, la verdad me sorprendí un poco, tome 3 para llevarles a los señores, camine hacia ellos sensualmente, me acerque a uno de ellos, le entregue la cerveza y me agradeció, luego tuve que darme la vuelta y pasar entre ellos y la mesita de centro para acercarme, cuando me incline mi culo quedo directo a la altura de la cara de don Nino, cuando les entregue las cervezas el señor rechoncho me dijo.
-«Señorita muchas gracias, déjeme decirle que usted es muy linda y tiene un cuerpo bellísimo, se ve muy sexy con esa ropa, espero que no le ofenda mi comentario».
Antes de que yo pudiera contestarle, sentí la mano de don Nino subir por mi pierna, llegar a mi nalga derecha y apretarla, yo me sorprendí, entonces él dijo.
-«No te preocupes, a ella le gustan los cumplidos, cierto señorita?».
Los señores miraron a don Nino como diciéndole que deje de hacer eso, que no era apropiado, pusieron cara de desconcierto absolutas, en ese momento, entendí que ellos se habían contentado solo con mirarme, pero pensaban que no podían manosearme, así que aproveché la acción de don Nino, para decir.
-«Claro que sí, me gustan mucho los cumplidos de todo tipo».
Me di la vuelta y mi culo quedo apuntando al señor rechoncho, yo me incliné un poco colocando mis manos en mis piernas y moví mi culo de izquierda a derecha, dándoles a entender que lo tocaran, por unos segundos no hubo reacción, mire hacia adelante a la mesa donde jugaban cartas y estaban todos volteados mirando la escena, en esos segundos pensé que me había excedido, pero mis dudas se fueron cuando sentí unas manos cálidas tocándome las piernas y las nalgas, mire hacia atrás y estaba el señor rechoncho, don Nino y el otro señor que estaba al lado de ellos, pasando sus manos por mi culo y mis piernas, eso me alivio un poco, el poco tacto y calentura de don Nino me había dado la oportunidad de mostrarle a todos que no había problemas en tocarme, deje que me manosearan el culo unos segundos, luego me erguí nuevamente y salí de entre ellos, estaba por dirigirme a buscar un poco más de carne y uno de los señores que estaba sentando en la mesa de cartas, uno más grande y se notaba que era más fuerte, me toco el brazo y me dijo.
-«Señorita por favor, venga siéntese con nosotros un momento».
Yo lo miré, le sonreí y le dije bueno, el extendió su brazo nuevamente, tomó mi mano y me acercó a él, se giró levemente en la silla, abrió sus piernas y con su mano libre se dio palmaditas en la pierna derecha, me dijo.
-«Siéntese aquí conmigo, señorita».
Yo asentí, me acomodé entre el y la mesa y me senté en su pierna, al momento de sentarme él me rodeó pasando su mano derecha por mi espalda, fue una especie de abrazo desde mis costillas, me acerco más a su entre pierna, yo quede sentada solo con mis muslos en su pierna lo que dejo mi culo en el aire, note que estaban repartiendo las cartas, jugaban poker, el tomo sus cartas con la mano izquierda y con la derecha empezó a tocarme el culo suavemente, al estar en el aire mi culo se abrió mucho más, su mano recorrió mis nalgas suavemente a cada momento, él me dijo.
-«Juguemos juntos señorita, usted cree que yo pueda ganar esta ronda?».
Yo le respondí.
-«Bueno, no lo sé porque, no he visto las cartas de los demás señores».
Él me sonrió y empezó a apretarme las nalgas con fuerza, me dijo.
-«¿Si gano me dará un premio, señorita?».
Yo le asentí, pasé mi mano por detrás de su cabeza, y mis tetas quedaron a la altura de su cara, el acercó su cara a mí un poco, empezaron a jugar y sorprendentemente el señor ganó la ronda fácilmente, yo me quedé sorprendida totalmente, él me miró sonriéndome y me dijo.
-«Parece que gane señorita, qué le parece si me da mi premio, mejor dicho, un premio a todos».
Yo me quedé algo sorprendida con lo que me dijo, en eso sentí cómo el vibrador subio de nivel, miré súbitamente, me dio un cosquilleo muy intenso que casi me hace caer, el señor me sujetó rápidamente, yo miré a dónde estaba el teléfono, pero no estaba en su lugar, entonces el señor me dijo.
-«Quítese la parte de arriba y muéstrenos sus lindas tetas, señorita».
Yo no podía concentrarme con la excitación del vibrador y las caricias, así que instintivamente solo le dije.
-«Si…claro…lo que…usted diga…».
Me quite la malla con prisa sin pensarlo y mis tetas quedaron a la vista de todos, yo me aferre al señor con fuerza porque la excitación me estaba ganando, empecé a temblar y a retorcerme un poco, de pronto el vibrador paro y me dio un segundo de calma, cuando volví en mí todos los señores me estaban mirando aún, con los ojos bien abiertos yo sentí mi cara muy caliente, seguramente estaba roja, el señor que me tenía sujeta se acercó a mis tetas y paso su cara por ellas, yo estaba muy sensible por lo que el contacto me dio mucho placer, casi como si me estuviera masturbando directamente en la conchita, de pronto sentí nuevamente el vibrador, pero un movimiento fugaz, me separe del señor y me pare buscando quien me había llamado, fue don Nino que me pidió una cerveza igual, él tenía mi teléfono en su mano, yo supe rápidamente que él había sido el que puso el vibrador más fuerte y me provoco ese placer, yo le asentí y me dirigí a buscar una cerveza, en el trayecto el vibrador volvió a subir, yo me di un pequeño salto de sorpresa, me incline rápido para tomar la cerveza del refrigerador mientras trataba de aguantarme los gemidos y los jadeos, camine con mis piernas temblando para llevarle la cerveza a don Nino, llegue a él y le entregue la cerveza, tome mi teléfono y baje el vibrador, él me dijo.
-«Muchas gracias, señorita».
Me dio una nalgada que hizo que me moviera un poco, yo me giré para dejar el teléfono donde estaba antes, en eso, don Genaro me dice.
-«Señorita, siéntese con nosotros un momento a jugar».
Yo me acerque a él y note que él y otro señor tenían las piernas juntas, pero chocando solo sus rodillas, don Genaro me tomo de la mano y me llevo para sentarme entre ellos, quedando otra vez mi culo al aire, rápidamente sentí como sus manos libres se fueron directo a mi culo y don Genaro acerco su cabeza a mis tetas para besarlas, la situación en ese momento era espléndida, no podía pedir más, estaba frente a varias personas, casi completamente desnuda, recibiendo miradas, manoseos y mucho placer, estaba tan comoda en ese momento que no quería que nunca terminara, era una situacion soñada para mi, una reunion normal entre amigos pero a su vez con un toque de perversion y excitacion donde me usaban como querian no podia pedir mas en ese momento, mientras estaba absorta en mis pensamientos, don Genaro me dijo en un tono picarón y dominante.
-«Señorita, ahora el que gane cada ronda del juego, podrá pedirle algo a usted, que le parece».
Yo le respondí picadamente.
-«Me parece estupendo don Genaro, ¿y quién ganó?».
Él me respondió con una sonrisa calenturienta.
-«Pues yo señorita, qué le parece si nos muestra a todos la linda tangita que trae hoy».
Yo le dije.
-«Claro don Genaro, lo que usted diga».
Me levante les di espalda a todos y lentamente me saque la faldita, quedándome solo en tanga, yo ya estaba totalmente en mi papel de asistenta putita, solo podía pensar en sus miradas sobre mí, en sus deseos más carnales que querían tener conmigo, no quería dejar de ser una zorrita para ellos, quería que me desearan, que mi cuerpo se les quedara grabado en sus pensamientos un largo tiempo, al quitarme la faldita la deje caer al suelo eróticamente y le dije a don Genaro.
-«¿Así está bien, don Genaro?».
Él me miró asintiéndome y sonriendo.
Yo estaba empezando a caminar hacia él, pero sentí el vibrador darme toques muy intensos, me giré y era don Nino de nuevo, me dijo.
-«Vamos a buscar más carne, señorita».
Yo le dije casi sin poder resistirme, concentrándome para no empezar a gemir con intensidad.
-«Si…claro…vamos…mm».
Él me tomó de la mano y sin bajarle a mi vibrador me saco por la puerta trasera, yo estaba muy excitada, jadeaba sin control y el placer era indescriptible, don Nino detuvo el vibrador, me puso la mano en el culo y me llevo hasta don Hugo, yo solo podía jadear del placer y apoyarme en el, al acercarnos a don Hugo él preguntó.
-«Ya corte más carne, solo me falta este pedacito que no quiere terminar de cocerse bien».
Don Nino me acercó la bandeja, yo la tomé como pude y, aun temblando, le dije.
-«Gracias…don…Hugo…».
Don Nino me dio la vuelta y volvió a impulsarme desde el culo sin dejar de manosearlo en su totalidad, cuando sentí que me estaba recuperando, don Nino activo nuevamente el vibrador, dándome toques muy fuertes, yo gemí «aaa…aaa…mmm…», entre jadeos empecé a temblar, sentí como faltaba poco para el orgasmo, don Nino me llevo adentro, yo tenía los ojos cerrados porque no podía aguantar el placer, el bajo solo un poco el vibrador, por lo que los cosquilleos continuaron en mi conchita, pero me permitió respirar un poco y recuperar el aliento, él me acercó a la mesa donde estaban todos, me apoyo contra la mesa para que dejara la bandeja, al yo estar así, él con ayuda de otro señor me quitaron la tanga, me la sacaron del todo y quede totalmente desnuda, don Nino nuevamente le dio potencia al vibrador y yo empecé a jadear y gemir muy fuerte»aaaaaa…siiii…aaaa…mmm», don Nino con ayuda del señor rechoncho me llevaron al sillón grande, me sentaron con las piernas muy abiertas, cada uno tomo mis pies, me sacaron los tacones y los dejaron levantados, pude ver a todos los señores mirándome con excitación viendo como estaba a punto de darme un orgasmo, eso provoco más calentura en mí, me estaban observando llegar al clímax, entonces don Nino paro el vibrador, acerco su mano a mi concha y me quito el vibrador, lo dejo en la mesita de té, mi vibrador estaba totalmente empapado con mis jugos, entonces don Nino con su mano izquierda empezó a masturbarme la conchita muy rico, yo en mi sensibilidad solo me deje llevar, continúe gimiendo como una perra «siii..ricooo…que rico…mmm…aaaa…», el vibrador es bueno, pero don Nino no se quedó atrás en cuanto a darme placer en la concha, empezó un movimiento frenético que yo trate de acompañar como pude, mis gemidos no los pude ocultar para nada y tampoco me importaba mucho hacerlo, estaba entregada al placer que me estaba dando, continuo masturbándome muy rico, complemento metiéndome algunos dedos en mi conchita para empezar a penetrarme con ellos, eso me estremeció más, cuando el orgasmo estaba pronto a llegarme le pedí, mejor dicho le rogué a todo pulmón a don Nino que me diera duro, que me provocara un orgasmo inolvidable.
-«Rapi..do..don Nino…rapido…quiero…correrme…muy fuerte…deme más duro…por favor…aaaaaaa».
-«Mas…mass….duro…quiero…mas…don…Nino…que rico…es…muy ricooooo…mmm…aaaa…sigame…dando…asi…esta muy…rico…hagalo…mas…duro y rapido…».
El orgasmo finalmente empezó a recorrer todo mi cuerpo y yo solo pude gemir con más ganas.
-«Mas…ya vieneeeee…oooooo….ssiiiiii…asiiiiii..aaaaaaa…no pare….deme….no pare…aaaaaa…siiii…maaaaaass..sigaaaaaa…mmmm…aaaaaoooo…es…muy…rico…don Nino…mmmm…no…puedo…resis…tir…aaaaa».
Él no se detuvo y el orgasmo fue muy intenso, el muy cabrón de don Nino me había preparado para ese momento, me calentó con el vibrador y los manoseos de sus amigos para luego poder tomarme y darme el primer orgasmo de la noche, sin duda era un viejo guarro, pero muy listo también, se había salido totalmente con la suya, yo estaba retorciéndome del placer frente a todos sus amigos, desnuda con las piernas abiertas, eso por supuesto acentuó mucho más la intensidad del orgasmo, don Nino continuo masajeando mi conchita lentamente, mientras me seguían dando espasmos del orgasmo tan duro que me provoco, me soltaron las piernas y quede tirada en el sillón jadeando y temblando como una putita que recibió su merecido, me había destruido totalmente, toda la tensión y excitación acumulada de días, habían culminado en ese gran orgasmo frente a todos los señores, don Genaro y don Nino se acercaron a mí y me levantaron del sillón, me llevaron al cuarto de don Genaro el cual me dijo.
-«Descanse un poco señorita, y recuerde que la noche aún no termina».
Yo caí rendida sobre su cama, mi conchita aún palpitaba mucho, estaba muy dilatada, pude sentir en mi cuerpo aun sensaciones de placer del orgasmo viniendo desde mi conchita, decidí quedarme recostada solo unos minutos, eran 8:50 según el reloj de don Genaro, al estar recostada, pensé en el momento que viví solo logrando acentuar más mi excitación, a pesar de haber tenido un orgasmo tan intenso, mis deseos de seguir siendo la asistenta continuaban en mi cabeza, la experiencia me había encantado y lo mejor es que los señores ya me habían visto desnuda por lo que mi preocupación de revelar mucho desde el principio se esfumó del todo, ya más recuperada del orgasmo, pensé en que ponerme, pensé en salir desnuda, pero no hubiera tenido sentido comprarme las demás cosas, así que decidí ponerme la malla, sería como estar desnuda, pero con el toque erótico de la lencería, además toda mi otra ropa quedo tirada en el comedor de don Genaro, me coloque las mallas, me volví a acomodar el antifaz y la peluca, antes de salir mire la hora y eran solo las 9, solo habían pasado dos horas y aún me quedaba tiempo de placer, salí lentamente de la habitación, todos voltearon a verme, me sonrieron, incluso algunos me silbaron suavemente, dando a entender que me veía muy sexy, yo les sonreí avergonzada y tímida, don Genaro me ofreció un refresco y yo la verdad con el orgasmo y los nervios previos lo necesitaba urgentemente, don Genaro se me acerco y me dijo.
-«Señorita, mientras usted estuvo descansando, mi compadre Lulo fue el que ganó la ronda de cartas y pidió que usted haga una ronda de abrazos apretados para todos».
Yo le sonreí pícaramente, pensé que era mi oportunidad para dar rienda suelta a la excitación de todos, me acerque a don Genaro y le di un gran abrazo, tome su cara y la metí entre mis tetas, me acerque los señores que jugaban cartas, todos me abrazaron manoseándome suavemente, me agarraron el culo y las tetas principalmente, otros tocaron mis piernas incluso besaron mis tetas, me acerque a los señores que estaban en los sillones, don Nino me abrazo y me agarro el culo con fuerza abriendo mis nalgas, paso levemente sus dedos por mi conchita, yo hice un pequeño movimiento de sorpresa, me separe de él y continúe, el señor rechoncho se centró en mis tetas, las beso y las chupo con fuerza, el señor a su lado, se sentó en el sillón me tomo de las caderas para darme vuelta, me comenzó a besar las nalgas mientras pasaba sus dedos por mi conchita, fue bastante rico la verdad, luego de la ronda de abrazos calientes, me acerque a beber un poco más de refresco, hubo unos minutos de calma en los que solo converse con los señores, eran todos tan amables como don Genaro, la verdad me sentí muy bien entre ellos, eran pervertidos, pero respetuosos, eran capaces de seguir mis intenciones eróticas, tener un ambiente caliente, pero que a la vez sea normal, jugando siempre en el filo de que todos se abalanzaran sobre mí para usar mi cuerpo como machos en celo apareándose con una hembra en celo deseosa, de pronto uno de los señores que jugaba cartas se puso de pie contento y dijo.
-«Gane la ronda, me toca elegir, quiero que la señorita asistenta, nos baje los pantalones a todos y toque nuestros penes».
Todos quedamos algo desconcertados con su petición, yo quedé algo descolocada porque era algo muy explícito y directo, el señor se acercó a mí rápidamente, y me dijo.
-«Arrodíllese, señorita asistenta».
Yo me puse de rodillas frente a él, quede frente a su entrepierna, comencé lentamente a abrir su pantalón, quite el botón y baje su cremallera, le baje el pantalón hasta sus pies y el señor quedo solo en ropa interior, me acerque a su rabo que se notaba durísimo tenía un olor algo fuerte, pero muy atrayente, así que presa de mis instintos de hembra, tome su ropa interior y la baje hasta sus pies dejando libre todo su miembro, qué salió con fuerza golpeando mi mejilla derecha suavemente, empecé a frotarlo por toda mi cara por unos segundos, como una tierna gatita que se frota contra lo que le gusta, volví a mirar al señor y le dije.
-«¿Qué tal así? está bien?».
El señor asintió rápidamente, entonces empecé mi ronda de frotarme con todos los penes presentes, me quede arrodilla y en 4 empecé avanzar hacia los penes de esos señores, don Genaro y su compadre Lulo estaba nuevamente sentados, así que me metí bajo la mesa que por suerte era bastante amplia, al primero que empecé a tocar fue a don Genaro, abrí su pantalón y saque su miembro, un viejo conocido para mí, ese pene y yo tenemos historia así que siguiendo mi instinto de putita empecé a frotarlo por toda mi cara, le di sutilmente unos besitos tiernos, continúe con don Lulo, saque su miembro que estaba muy erecto, incluso salía líquido de su punta, él estaba muy excitado, me frote ampliamente su pene por la cara embarrándome con un poco de sus fluidos, continúe paseándome en busca de más penes que frotar, por supuesto que mientras yo estaba bajo la mesa los señores siguieron jugando cartas, pero estiraban sus manos que tenían libres para intentar tocar mi cuerpo, continúe la dinámica, hasta llegar al señor fortachón el que me había hecho sentar en su pierna, abrí su pantalón y saque su miembro que era notoriamente más grande que el de los otros señores, incluso más grande que el de don Genaro, me frote con él, sentí su calor emanando y sus olores de hombre me volvieron loca, sin duda el olor y ambiente de sexo estaban por toda la casa, todos estábamos inundados por ellas y yo más que nadie me deje llevar por mis instintos de hembra, mientras disfrutaba del momento que era perfecto, el señor fortachón entonces, me miro y me dijo.
-«Señorita, acabo de ganar, qué le parece si mejoramos la experiencia haciéndola un poco más cariñosa?».
Yo al escucharlo no entendí a lo que se refería, me quede quieta mirándolo, él sutilmente puso su mano derecha en mi mentón y con un poco de fuerza abrio mi boca solo un poco, yo en ese momento supe a lo que se refería, pero deje que el mismo terminara el trabajo, con su mano izquierda tomo su pene desde la base y lo encamino directo a mi boca, su punta toco mis labios entre abiertos y sin resistencia alguna, empezó a meterlo abriéndome la boca para depositar su miembro sobre mi lengua, yo como buena asistenta, empecé suavemente a pasarle la lengua, el sabor no era el mejor, pero con la calentura poco me importo, lo lamí solo un poco, me retire de él y continúe con el señor que estaba a su lado, saque su miembro frotándolo lentamente saque mi lengua para saborear su tronco, el pene era más pequeño, pero no por eso menos apetecible, mientras estaba ocupada con su miembro, todos los señores siguieron con lo que estaban haciendo con normalidad, entonces escuche que tocaron la puerta de la casa, vi como don Nino se paró y miro por la ventana, entonces dijo.
-«Es Mario chicos, le abriré».
Yo me alegre porque tenía otro miembro que frotarme y otras manos que me tocarían, sin dejar de mamar el pene del señor, mire expectante para ver quien era, pero al escuchar su voz saludando a don Nino un frío helado recorrió todo mi cuerpo, el pánico se apoderó completamente de mí, el don Mario al que se refirió don Nino todo el tiempo es el dueño del terreno donde yo vivo, ese señor y su esposa son como abuelos para mí, don Nino después de saludarlo le indico con ojos pícaros que me mirara, don Mario se volteó hacía mi y me miro fijamente, yo me quede petrificada, toda mi calentura se esfumó de golpe, pensé lo peor en momento, una de las personas que jamás debe saber mi secreto estaba parado frente a mí, viéndome chuparle el pene de uno de sus amigos como una puta, por suerte el ángulo no favorecía el vernos con claridad y sumado a mi disfraz, supe que no podría reconocerme de inmediato, pero dudas fugaces pasaron por mi mente en un segundo, que pasaría cuando salga de la mesa, me reconocería? si hablaba sin duda sabría que era yo, no podía escapar porque sería muy sospechoso para todos que algo pasaba, todas esas preguntas no tenían respuesta y el señor al que se la estaba chupando era el último que estaba en la mesa sentado, don Mario solo sonrió emocionado y continuo saludando a todos con normalidad, me alivie porque supe que no me reconoció, se acercó a don Genaro para saludarlo, don Genaro le dijo.
-«Que bueno que viniste Mario, o te hubieras perdido a la asistenta».
Él le devolvió el saludo y, con una respuesta jocosa, le dijo.
-«No pensé que tus delirios de la reunión pasada se cumplirían Genaro, pero conseguiste una asistenta muy dedicada por lo que parece».
Don Genaro rápidamente se puso de pie y le ofreció su asiento a don Mario y le dijo.
-«Adelante por favor Mario, nuestra asistenta te atenderá».
Yo entré en pánico total, don Mario se sentó quedando a mi izquierda con las piernas abiertas esperando que yo me acerque a chuparle el pene, mi corazón se aceleró muchísimo, sentí que no podía respirar, en eso, don Nino se sentó en el lugar del señor fortachón para jugar una ronda de cartas, yo inconscientemente alargué mucho la chupada que estaba haciéndole al señor junto a don Mario, entonces don Genaro me dijo.
-«Señorita por favor, no deje esperando a Mario que acaba de llegar».
El señor al que se la estaba chupando dijo riéndose.
-«Parece que le gustó el mío jajaja».
Todos rieron con euforia por la broma, yo solté su pene muy nerviosa, no sabía que hacer, estaba solo a centímetros del pene de una persona muy importante en mi vida, jamás pensé en el de manera lasciva ni pervertida, me acerque muy lento mientras pensaba que hacer para que no me descubriera, al llegar cerca de él, don Mario me dijo.
-«Antes de eso señorita, porque no me muestra su retaguardia?».
Yo con nervios y temblando, me di la vuelta como pude dejando mi culo hacia don Mario, lo levante y se lo deje a disposición, él sin demora, empezó a pasar sus manos por mis nalgas, paso sus dedos por mi conchita que aún tenía humedad, pero cada vez se me secaba más, lejos de estar excitada solo sentí pánico y miedo en esos momentos, don Mario me metió dos dedos en la conchita muy suavemente, los metió y saco muy rápido, admito que eso si me gusto mucho, me dio chispazos de placer, luego de eso me dijo.
-«Tiene un culo muy hermoso señorita, ahora sí atiéndame».
Las palabras que yo menos quería escuchar, lentamente tuve que volver a posicionarme frente a su entrepierna, sin saber qué hacer, decidí en un segundo que lo mejor que podía hacer era disimular lo más posible y guardar total silencio, volverme sumisa total y seguir las órdenes de todos sin decir una sola palabra, porque si continuaba en la línea de antes don Mario reconocería mi voz sin duda, porque lo veo todos los días en el terreno, con esa idea en mente comencé a abrir su pantalón para sacar su pene, el pene don Mario aún no estaba erecto del todo, pero al verlo lo clasifique como un poco más pequeño que el del señor fortachón, lo tome con mi mano derecha, abrí mi boca y lo metí en mi boca, en ese momento no podía creer que estaba chupándole el pene a una persona que consideraba como de mi familia, me sentí muy sucia, degenerada y guarra, el pene de don Mario comenzó a crecer dentro de mi boca, yo continúe lamiéndolo solo dejando escapar pequeños jadeos al respirar, poco a poco el miedo estaba volviendo a ser excitación, sin duda el chupar un pene mantenía mi cuerpo en constante placer, debo decir que el pene de don Mario estaba muy delicioso, el chupárselo con el peligro de que supiera que era yo empezó a darme bastante excitación, en eso don Nino dice en voz alta.
-«Acabo de ganar señorita, por favor venga conmigo, me toca a mí».
Yo celebré internamente por la intervención de don Nino, me dio la oportunidad perfecta para alejarme de don Mario, solté rápido el pene de don Mario y me encaminé hacia don Nino, al estar frente a don Nino, me dijo con un tono muy pícaro.
-«Quiero que me haga descargar todo señorita, así que deme hasta estar satisfecho».
Entendí que el muy pervertido quería que se la mamara hasta el orgasmo, don Nino como siempre con sus propuestas sumamente exigentes y subidas de tono, pero también pensé que por separarme de don Mario lo recompensaría muy bien, saque su pene fuera de su pantalón, era el más pequeño de todos los que había chupado hasta el momento, lo metí lentamente en la boca y empecé a mamársela con deseo, él quería descargarse y yo lo ayudaría sin dudas, me trague todo su pene y lo empecé a lamer internamente con mi lengua, lo saque y continúe lamiéndolo por fuera con intensidad, él solo respiraba fuerte demostrando su excitación, al volver a metérmelo en la boca y sin aviso sentí como empezó a quejarse bastante, su pene tembló y comenzó a correrse en mi boca, yo me sorprendí, pero trate mantener toda su leche en mi boca, trague un poco y el resto quedo en mi boca, limpie su pene sorprendida de que le diera tan rápido pensé que quizá me había excedido con la mamada jejeje o que quizá el más hablador fue el más precoz, sea lo que fuere el había tenido su orgasmo y yo tuve una descarga de lechita en mi boca, lo cual me excito muchísimo, limpie el pene de don Nino y me separe de él, entonces él me dijo.
-«Uff señorita fue excelente, muchas gracias, por favor no olvide hacérselo a todos mis amigos».
Yo le hice un gesto de aprobación con la mano, en eso escuché la voz de don Hugo entrando a la casa, dijo con fuerza.
-«Chicos, acá está la carne terminada, pueden comer».
Como animales hambrientos, todos los señores incluyendo a don Nino se acercaron a tomar un poco de carne, yo me sorprendí porque quede bajo la mesa, pero no había nadie a quien chupársela, me dio un poco de risa la verdad, en eso mire al sillón y el señor rechoncho aún estaba sentado, me hizo unas señas para que me acercara a él, yo salí en 4 de debajo de la mesa y me acerque a él, él me dijo.
-«Yo comeré después de descargarme, señorita».
Me guiñó el ojo y yo entendí de inmediato, saqué su pene de su pantalón y empecé a mamársela muy duro, los demás nos voltearon a ver y don Nino dijo.
-«Ricardo, no pierde el tiempo jaja».
Los demás rieron mientras yo continuaba mamando el pene del que ahora sabia que se llamaba Ricardo, él aguantó un poco más que don Nino, yo lamí su pene como una golfa hambrienta, lo saboreé de inicio a fin, él me avisó y yo comencé a recibir su descarga en la boca, pero termino cayendo en mis piernas un poco, mis manos quedaron con parte de su esperma, lo estruje bien para sacarle todo, al terminar con él, ya estaba don Lulo a la izquierda de don Ricardo y el señor fortachón a su derecha, elegí primero a don Lulo, se la comencé a mamar lentamente, pasando mi lengua desde el tronco hasta la punta, él se quejaba intensamente, su pene temblaba cuando lo tenía en mi boca, empecé a subir y bajar con intensidad mientras lo masturbaba con mis manos, a los pocos minutos empezó a quejarse más y supe que venía su orgasmo, me erguí un poco para que su descarga terminara en mis tetas y mi vientre, así fue cada una de las descargas termino sobre mí, me volví a inclinar para limpiarselo y sacar los últimos restos de leche de su miembro, la noche continuaba con normalidad todos reían y disfrutaban, yo por supuesto también lo hice solo tenía cuidado de no estar de frente a don Mario, para mi suerte él se acomodó en una de las esquinas de la mesa, por lo que al mirar al sillón donde estaba yo mamando solo podía verme de espalda, eso me tranquilizo mucho y me permitió disfrutar del momento, mis mamadas continuaron sin parar a cada unos de esos señores, se las chupe con fuerza e ímpetu no quería que ninguno se quedara sin su turno, el pene del señor fortachón era grande, pero sensible no demoro en sucumbir a mi mamada, descargo mucha leche, trague un poco y el resto encima de mi cuerpo que ya se estaba llenando de esperma poco a poco, me encanto la sensación de como escurría el semen de ellos en mi cuerpo, al terminar con ellos, fui directo a la mesa rodeándola y siempre evitando las miradas de don Mario, empecé a chupársela a todos en la mesa, mi boca ya me dolía un poco de tanto succionar, pero ni loca me detendría estaba viviendo una experiencia única, no podía pedir nadas más que una reunión de amigos conmigo como mamadora encargada de sacarle la leche a cada uno, sin darme cuenta la hora paso y termine quedando frente a frente al pene que estuve evitando todo el tiempo, se las mame a todos menos a don Mario, lo bueno es que al estar en la esquina él no podía verme la cara porque la mesa me tapaba, entonces aproveche esa oportunidad y disfrute dándole una mamada lenta, era la mamada más riesgosa de todas y las sensaciones que me provocaba eran muy intensas sin duda el peligro detonaba algo muy rico en mí, tome su pene y empecé a succionarlo con pasión, subí y baje recorriéndolo con mi lengua lentamente, lo masturbe lentamente sin separar mis labios de su miembro, luego de unos minutos de dar mi mejor esfuerzo mamándosela, termino corriéndose en mi boca, con mucha intensidad, trague un poco de su esperma, era espesa y dulce, el resto lo deje caer en mi cuerpo, quede más cubierta aún de esperma, me separe de su pene, entonces escuche la voz de don Lulo decir.
-«Bueno chicos, ya son las 11 y le prometí a Miriam que llegaría un poco antes hoy, así que los que vinieron conmigo vayan preparándose».
El ambiente empezó a calmarse y muchos de los señores se prepararon para irse, don Mario salió de la esquina y le dijo a don Nino si quería que lo llevara, el le dijo que sí, poco a poco se prepararon para irse, entonces don Genaro les dijo.
-«Chicos gracias por venir, espero que hayan quedado satisfechos con la noche, por favor les pido que le agradezcan a la asistenta como es debido».
Yo me quede quieta un segundo, pero pensé rápidamente en que hacer para no tener que salir de la mesa ponerme de pie y hablarles, separe don sillas que estaban cerca de la puerta, saque mi culo de debajo de la mesa, pero ocultando mi cara, levante mi culo lo más que pude y me di unas nalgadas en él, ellos comenzaron a irse lentamente de la casa dándome cada uno una nalgada en mi culito, se sintieron muy bien la verdad, era el último manoseo de la noche y yo quería disfrutarlo al máximo, finalmente salieron todos y quede solo yo con don Genaro en su casa.
Acá termino la noche de juegos, espero que les haya gustado mi anécdota, les digo que mi noche en casa de don Genaro no terminó ahí, esperen el resto con ganas, les mando un beso a todos.
Muy excitante relato. Super 😘❤️😁. Ya quisiera una asistente asi 😍