Bailarina por mi hijo
Tras perder su trabajo una hermosa mujer debe tomar una decisión que cambiara su vida.
Hola, mi nombre es Gloria, y esta es la historia de cómo pase de una mujer de familia respetable a una de las bailarinas más cotizadas de mi ciudad.
Como ya mencioné mi nombre es Gloria, tengo 30 años y vivo en una pequeña ciudad de México llamada Condado Victoria, mi cabello es castaño mayormente lacio, mis pechos son bastante grandes por lo que siempre parecen estar rebotando sin importar el sostén que me ponga, mis caderas son anchas, por suerte me lleve la parte buena de la maternidad, y lo demás bueno, las cosas no van del todo bien.
Soy viuda desde hace poco más de un año, mi esposo perdió la vida en un accidente de auto dejándonos solos a mí y a nuestro hijo, desgraciadamente él no contaba con ningún tipo de seguro de vida por lo que yo he tenido que cargar con todos los gastos de la casa, había sido difícil ya que con mi prácticamente nula experiencia laboral solo pude conseguir trabajo en una pequeña maquiladora que pagaba poco, pero era mejor que nada.
Actualmente vivo sola con mi querido hijo Martín mi razón para vivir y el ultimo recuerdo que tengo de mi amado esposo, actualmente tiene 14 años, es un chico algo bajito igual que su padre cuando lo conocí, solo que el heredo el color castaño de mi cabello, recientemente comenzó el siclo escolar por lo que tuve algunos gastos fuertes recientemente y decir que mi cartera esta algo delgada seria ser muy generoso, pero todo vale la pena por mi querido hijo.
Él es muy consiente de nuestra situación, de echo esa es la razón por la que aun duerme conmigo, a penas y podemos pagar este pequeño departamento por lo que una cama propia es un lujo que sabe no puede darse, él también se esfuerza mucho, me pidió permiso para tener un trabajo de medio tiempo y aunque no estaba del todo segura finalmente lo deje, consiguió uno en una tienda de lencería, su trabajo consiste solo en tener el lugar limpio y hacer uno que otro recado.
La dueña es una mujer rubia llamada Aurelia, ella es una mujer muy hermosa y a pesar de que algo en su mirada me da escalofríos debo admitir que ella es muy buena con mi pequeño, lo deja hacer su tarea y a menudo le da algún bocadillo, me da pena decirlo, pero yo también salí un poco… beneficiada.
Un día Martín llego de lo más normal y me dio una bolsita negra diciendo, la señorita Aurelia me dio esto para ti, no me imaginaba que podía ser, pero al abrir la bolsa un bochorno se me fue al rostro ya que dentro había un pequeño sostén semitransparente que hacía juego con una pequeña tanga del mismo color, al principio pensé que era una broma, pero durante un tiempo ella me mando varios conjuntos.
En una ocasión ella trajo a Martín en su auto debido a una fuerte lluvia por lo que mientras Martín se cambiaba le ofrecí una taza de café y le pregunte el porqué de los conjuntos, ella solo se alzó de hombros y dijo que era consiente de nuestra situación y era una pequeña forma de apoyarme, ella termino su café y se fue sin más.
Si soy honesta nunca pensé que usaría algo como eso, después de todo siempre he sido una mujer recatada, soy consciente de lo llamativo de mi cuerpo por lo que trato de disimularlo con ropa holgada, pero como dice el dicho a caballo regalado no se le mira el diente, después de todo mi antigua ropa interior ya se encontraba perdiendo su batalla contra el tiempo y con un cajón lleno de lencería nueva finalmente decidí en darles el uso que merecían, aún recuerdo la primera vez.
Había terminado de bañarme y era hora de vestirme, busque en el cajón de mi ropa interior y puedo decir que la vista daba pena, un montón de bragas descoloridas por meses o incluso años de paseos por la lavadora, tome unas viendo como tenían un color blanco amarillento por el cloro, no sería malo de no ser porque originalmente eran azules, di un suspiro y finalmente abrí el cajón de junto que para ese entonces estaba lleno de todos los regalos de Aurelia que a la fecha no me había atrevido a usar.
Me quite la toalla y solo me puse el primero que agarre sin mirar, debo decir que para ser tan pequeño se sentía bastante bien, el sostén era pequeño apenas cubriendo lo suficiente, y el soporte… debo decir que me sorprendió para bien, con unas tetas como las mías encontrar un sostén que no lastime ya era difícil, pero este era muy cómodo.
Di unos saltos para comprobarlo y aunque me rebotaban mucho en ningún momento me dio la sensación de que algo fuera a salirse, por otro lado, debo admitir que la tanga era muy suave, o al menos por delante donde había algo de tela, ya que por atrás como era la primera vez que usaba una no sabía que tan normal era la sensación de tener ese pequeño hilo metido entre mis nalgas, eso sumado a la sensación de tener el trasero desnudo era raro, pero sin llegar a ser desagradable.
Me daba un poco de pena lo que Martín fuera a pensar, como lo dije antes él duerme conmigo, siempre he ido a la cama en ropa interior y ese día no fue la excepción, mi hijo me vio y apenas le puso algo de atención a lo que usaba, se limitó a decir, te queda bien mamá, y siguió actuando como siempre, debo decir que eso me calmo, de ahí en adelante todo siguió normal al menos hasta cierto día.
Eran poco más de las 6 de la mañana cuando un nuevo día comenzó para mí, la alarma del despertador sonó y abrí lentamente mis ojos, el sol aún no había siquiera salido, pero yo ya tenía que levantarme, debía cambiarme y preparar el desayuno, el uniforme del trabajo era un pantalón holgado de tipo mezclilla y una camisa de manga corta del mismo material, algo practico para el trabajo que realizamos, tosté un poco del pan que estaba poniéndose duro e hice unos huevos revueltos.
— cariño el desayuno está listo.
— ya voy mami.
Él ya tenía puesto su uniforme de la escuela y estaba particularmente feliz.
— te vez muy animado, paso algo?
— sí, la señorita Aurelia me mandó un mensaje, tiene un trabajo especial para mi así que me dará un dinero extra.
— trabajo especial?
— sí, ira una clienta especial de la señorita Aurelia, debo acompañarla a hacer sus compras, sus propinas son muy buenas.
— ya veo, entonces esfuérzate mucho.
Ambos salimos de casa y él fue a la escuela mientras yo fui al trabajo, debo decir que lo que dijo Martín me dejo pensando un poco.
Ciertamente Martín se ha esforzado mucho en su trabajo, desde hace tiempo trabaja para tener un nuevo teléfono, le ha costado mucho, no solo porque el casi nunca se compra nada, sino porque el me da la mitad de su dinero, créanme que me negué, pero el no quiso aceptar, no era mucho, pero en nuestra situación cada centavo contaba.
Llegue al trabajo y había algo raro ya que a diferencia del ruido habitual de las maquinas trabajando todo estaba en silencio y todos los trabajadores estaban esperando afuera.
— oigan, que paso?
— no sé, pero parece que van a hacer un anuncio.
Fue lo que me dijo uno de mis compañeros, esperamos unos 10 minutos y finalmente vimos cómo alguien salió, era un hombre de saco que cargaba un altoparlante, dijo su nombre y se presentó como un ejecutivo de una maquiladora competidora.
— atención trabajadores, lamento ser yo quien tenga que dar este comunicado, pero esta sucursal oficialmente ha sido comprada y por ende… abra un cambio completo de plantilla.
Los gritos no se hicieron esperar, claro después de todo nos estaban corriendo de un momento a otro, afortunada o desafortunadamente nos estaban despidiendo conforme a la ley con nuestra indemnización correspondiente así que poco y nada era lo que podíamos hacer.
Preguntamos si habría recontrataciones o algo parecido, pero no, los nuevos operadores serian contratados por una compañía externa así que no habría ninguna contratación próxima, lo último que nos dijeron fue que hiciéramos fila para recoger nuestro dinero, y así de la noche a la mañana, yo estaba desempleada.
Caminaba por un callejón de vuelta a casa sintiendo que el mundo se me caía encima, ¿cómo se lo diría a mi pequeño? No, no podía decírselo al menos no por ahora, lo importante ahora era conseguir otro trabajo, ¿de qué? no importaba.
— mientras pueda darle una vida digna a Martín trabajare de lo que sea.
— ¿lo que sea?
Lo que parecía una voz con eco llego a mis oídos, di media vuelta, pero no vi a nadie.
Un escalofrió me recorrió el cuerpo mientras el clima repentinamente comenzó a cambiar, esa mañana soleada rápidamente paso a un cielo nublado que vino acompañado de una leve llovizna.
— pero que ven mis ojos, una desdichada mujer que cae en la miseria?
Me di media vuelta y lo vi, no sé de dónde salió, pero un hombre alto de cabello negro, vestía un traje negro azulado con detalles blancos, usaba un pañuelo amarillo en vez de corbata además de unos guantes blancos y lo más llamativo eran unas gafas de sol que cubrían sus ojos, aunque para nada escondían su expresión de burla.
Este camino alrededor de mi viéndome de pies a cabeza para luego dar una leve carcajada.
— maravilloso, pero que espécimen tan espectacular tenemos aquí, debo decir que tu potencial rivaliza con el de mis mejores damiselas.
— pero, de donde saliste?
— moi puede oler la desesperación a kilómetros, y aunque el reciente acto de cuestionable legalidad fue llamativo, tu esencia fue particularmente, atractiva, y por la marca de la tanga en tu pantalón he de imaginar que fue por la esencia residual de cierta vendedora.
— quien eres tú?
Pregunte con algo de molestia, a primera impresión era un tipo raro que se burlaba de mi situación.
—oh, disculpe madame, me presento, mi nombre es Vladimir, Vlad para mis camaradas, he de decir que tuve la buena fortuna de toparme con usted en este momento de necesidad, así que si no es molestia me gustaría darle una oferta de trabajo.
— trabajo, así nada más?
— por supuesto, moi estaría encantado de agregarla a las filas de mi humilde establecimiento.
Pude ver como ese hombre hacia una leve inclinación mientras me tendía una mano, a simple vista parecía un hombre con modales intachables, su acento francés incluso les daba más elegancia a sus palabras, pero por alguna razón… mi cuerpo me gritaba que corriera, de hecho, lo hubiera hecho de no ser porque mis piernas no dejaban de temblar.
— vamos madame, sé que es normal estar nervioso en una entrevista de trabajo, pero el puesto es completamente suyo si lo desea.
— qu… que… clase de, trabajo?
— algo simple, entretenimiento.
— entretenimiento?
— claro, usar su atractivo natural para encantar a las masas, usted seria lo que común mente llaman, una stripper.
Vladimir simplemente se inclinó hacia atrás y fácilmente esquivo el golpe que me dispuse a dar con mi bolso, el coraje que sentí cuando dijo esa palabra fue más fuerte que el miedo que le tenía, aunque nuevamente me asuste cuando él se acercó de nuevo e inhalo profundamente como si disfrutara mi aroma.
— la vergüenza humana es tan deliciosa, en cualquier caso, tome esto y llame si está interesada.
Pude ver como el acerco un sobre y lo puso entre mis pechos, no tengo idea de en qué momento se me soltaron los botones de la blusa, pero solo vi como el dio media vuelta y comenzó a caminar perdiéndose rápidamente de mi vista, curiosamente la lluvia se detuvo poco después.
Camine a casa un poco asustada, el temblor en mi cuerpo tardo poco más de una hora en desaparecer, tome el sobre que ese hombre me dio y tras dar un suspiro me dispuse a abrirlo.
Lo primero que vi fueron unos billetes, contando era fácilmente lo de un mes de mi trabajo, además de eso había una tarjeta, al leerla vi que era de un club de bailarinas llamado “El mecánico”, sacudí la cabeza y me regañe a mí misma solo por considerarlo, aun así, guarde el sobre, pero la tarjeta, por alguna razón la guarde en mi cartera.
Paso una semana en la que busque trabajo como loca, salía con mi uniforme de la maquiladora a la hora de siempre y volvía a casa en la que se supone era mi hora de salida, todo con tal de que Martín no sospechara, pero como lo dije antes mi experiencia laboral era prácticamente nula por lo que fui rechazada en prácticamente todas las entrevistas, mi indemnización me daría poco más de un par de meses más para conseguir un nuevo trabajo, o eso fue lo que pensé.
Un par de días después Martín me comento que tenía dolor de estómago, pero honestamente estaba muy preocupada con el trabajo para darle su debida importancia, por lo que le di un poco de té y lo mande a la escuela con normalidad, esto continuo por un par de días, pero yo seguía más preocupada por conseguir un sueldo estable y finalmente paso, una llamada.
Mi teléfono era un modelo viejo pero funcional, lo tome con la esperanza de que fuera de algún trabajo, pero.
— buen día señora gloria, hablo del colegio, Martín fue llevado de urgencia al hospital.
Pude sentir una cubeta de agua fría en mi espalda y corrí a toda velocidad, algo le había pasado a mi bebé, no sé cómo lo hice, pero llegue solamente corriendo, no me detuve ni a respirar cuando pregunte por él.
— ¿qué le paso a Martín, él está bien?¡¡¡
La recepcionista se asustó por mi llegada, pero rápidamente me dio la información del doctor que atendía a mi hijo y su habitación.
— señora Gloria cálmese, Martín está bien.
Fueron las palabras de aquel doctor finalmente teniendo tiempo de calmarme.
— pero… que le ocurrió?
— apendicitis, ahora mismo estamos preparando todo para entrar a quirófano.
Tras solo escuchar eso me rompí y comencé a llorar, mi bebé, mi tesoro, él estaría en una operación mientras yo estaba más preocupada por conseguir trabajo.
— puede calmarse, se detectó a tiempo, así que será una operación muy sencilla, el estará como nuevo en unas 3 semanas.
— gracias, pero… el pago.
— imagino que tiene problemas económicos, la operación es relativamente barata, pero los gastos de recuperación pueden elevar un poco el gasto total, le recomiendo pedir un pequeño préstamo.
Solo pude sentarme y llorar, pensé que tenia unas cuantas semanas para estabilizarme, pero ahora, estaba perdida, no tenía ninguna garantía para pedir un préstamo sin echarme al cuello una deuda que posiblemente tarde años en pagar, pero, aun tenía una última opción.
Como él dijo la operación fue sencilla y rápida debido a que se detectó a tiempo, pensaba en llevar a Martín a casa, pero Aurelia se ofreció a cuidarlo en su casa ya que de ese modo podría estar más al pendiente de el a diferencia de mí que tenía que estar en “el trabajo”, obviamente una cuartada para que yo pudiera tener más libertad mientras solucionaba mi situación.
La noche llego y con ella mi momento de ir a ese lugar, me puse mi mejor ropa, simple y recatada como lo que suelo usar, tome un taxi y llegue a la parte “peligrosa de la ciudad”, había un enorme letrero con luces de neón, sentía como el corazón me latía a mil por hora, pero debía hacerlo, camine a la parte de atrás y encontré una puerta con un timbre además de un letrero que decía, solo personal.
Me dispuse a tocar y alrededor de un minuto después vi salir a un enorme sujeto con una expresión aterradora.
— buenas noches, dígame.
— eh… busco al señor… Vladimir, el me dio… esta tarjeta.
El tomo la tarjeta de mis manos y la vio por unos segundos.
— adelante, ve por el pasillo y sube la escalera.
— gracias… señor, ¿eh?
— me dicen “tren de carga”.
— ok… gracias, señor… tren de carga.
Comencé a caminar y note el sonido de la música, cuando subí las escaleras me tope con una puerta, antes de tocar pude ver una ventana que mostraba el escenario principal, una hermosa mujer bailando completamente desnuda, por otro lado, en las mesas pude ver a varias mujeres atendiendo a los clientes, muchas de ellas con atuendos muy reveladores, otras con las tetas al aire y una que otra completamente desnuda, di un último trago hondo y toque la puerta.
— adelante.
Entre en aquella oficina y ahí estaba, ese hombre de mirada burlona.
— pero que tenemos aquí?, tal parece que la señorita Gloria acepto mi humilde oferta.
— …
— vamos, no seas tímida, acaso no tienes una deuda medica que pagar?
— pero como sabes?
— moi lo sabe todo cariño, la pregunta aquí es si quieres o no unirte a mis filas?
— no quiero ser una prostituta, solo quiero que mi hijo tenga una vida digna.
— JAJAJA, no tienes idea de cuantas veces he escuchado esa frase, en cualquier caso, primero debes pasar una prueba.
— no voy a tener sexo contigo¡¡¡
— tranquila, eso no es del interés de moi, no sirve de nada darte un contrato si al público no le interesa verte, así que, si bajas ahí y me haces ganar dinero estas dentro, obviamente te pagare el día.
— que debo ponerme?
— Bajé la mirada viendo mi recatada ropa.
— nada realmente, en las noches de debut acostumbramos que las bailarinas lo hagan con la ropa que traen, considéralo una especie de bautizo, ahora sal por la puerta derecha y espera a que te den la señal, si todo sale bien te garantizo una planta fija.
Las manos me temblaban y simplemente asentí, bajé por las escaleras llegando a lo que parecía una especie de pasillo con un par de puertas a pocos metros de lo que imagine era el escenario, me quede congelada unos momentos cuando sentí una mano en mi hombro, instintivamente gire y di una bofetada por el miedo, solo para ver a un sujeto rubio el cual tenía unos lentes descolocados posiblemente por el golpe.
— eh, lo ciento yo…
— el que lo sintió fui yo, usted es Gloria, ¿verdad?
— si…
Viéndolo con más cuidado era un hombre delgado con grandes ojeras, usaba una camisa negra holgada, lo más destacable era su cabello largo atado a una cola de caballo y su tono apagado para hablar.
— me dicen Max, soy el presentador, Vlad ya me lo dijo, en cuanto acabe esta chica te toca, cálmate y mira con atención, no te preocupes por parecer nueva, eso le encanta al público.
Vi como Max entro en una de las puertas posiblemente su cabina, el cuerpo me temblaba, hasta ahora solo mi amado esposo me había visto desnuda y ahora un montón de desconocidos me verían hasta el alma, seguí metida en mi mente cuando la canción termino y vi como una hermosa chica volvía del escenario cargando unas cuantas prendas, ella me vio por unos segundos para luego darme una sonrisa.
— primera vez?
Solo asentí.
— Se nota que tienes miedo, todo estará bien, yo también estaba aterrada la primera vez, solo muévete con la música y cuenta hasta 100, entonces quítate la ropa lentamente, recuerda recoger tu ropa antes de regresar y no dobles las rodillas al hacerlo, eso le gusta al público.
De alguna forma eso me dio un poco de valor, tal vez la forma tan alegre con la que ella hablaba o por la sonrisa en su rostro, pero había llegado el momento cuando el presentador hablo.
— atención señores¡¡¡, el día de hoy su amado club “El mecánico” tiene noche de debut, con mucho gusto paso a presentarles a una hermosa ama de casa que dejo el delantal para bailar para nosotros, con ustedes la gran, MAMI NOCTURNA¡¡¡¡
Dejando de lado la sorpresa por la ahora animada forma de hablar de Max, la canción comenzó y tras un último respiro finalmente comencé a caminar.
Salí al escenario tratando de mover la cadera lo mejor que pude, di una vuelta al escenario viendo la mirada expectante de aquellos hombres listos para tomarme de tener la oportunidad, mantuve una expresión seria, pero poco les importo ya que sus miradas estaban puestas en mi cuerpo.
Camine al centro del escenario y camine alrededor del tubo, no sabía qué hacer con el realmente así que solo me moví frotándome contra el de forma torpe en el esperando que eso les gustara, mi cuenta finalmente llego a 100 y comencé.
Mis manos comenzaron a desabotonar mi blusa mientras movía la cadera, uno a uno los botones se abrían revelando ese pequeño sostén rojo que no hace mucho fue un regalo de Aurelia, deje caer mi blusa y un grito del publico hiso eco en el lugar, mis enormes pechos aparentemente llamaron la atención.
Mis movimientos seguían torpes, pero debía continuar, comencé a desabrochar mi falda viendo los ojos expectantes de mi público, sacudí la cintura hacia atrás aparentemente presumiendo mi trasero, aunque solo era para disimular que no me podía bajar bien el cierre de mi falda, solté una risa mental entendiendo porque las bailarinas usan ropa que en su defecto solo se podía arrancar.
Tras un pequeño esfuerzo más finalmente baje el cierre de mi larga falda la cual cayó al suelo mostrando mis enormes y redondas nalgas que eran seguidas de unas largas piernas pálidas sin ningún tipo de imperfección.
Usaba una tanga muy pequeña como siempre, solo un pequeño pedazo de tela protegía mi intimidad, mientras que por detrás ese pequeño hilo había desaparecido dentro de mis redondas nalgas.
Los gritos no se hicieron esperar, levante los brazos he hice un pobre intento de imitar una bailarina árabe, una imitación terrible si me preguntan, pero al público lo único que le importaba era ver el movimiento de mis tetas y culo.
Los segundos pasaban y aunque hubiera querido detener el tiempo en ese momento para no hacer lo siguiente no había otra opción, lleve mis manos a mi espalda y solté el broche de mi sostén, un pequeño salto era la señal de que mis niñas ahora estaban libres listas para salir a jugar, lentamente baje mis tirantes mientras bailaba, para el público un acto de coqueteo, para mí la forma de posponer el momento.
Di media vuelta y todos vieron cómo me saqué el sostén dejándolo caer, pero al darles de nuevo la cara mantuve mi brazo cubriendo lo que podía, más y más gritos era lo que se podía escuchar, aunque solo era mi pobre intento de conservar por unos momentos mí ya inexistente dignidad.
Seguí el ritmo de la música por unos segundos más in atreverme a bajar el brazo viendo la expectante mirada del público, comencé a jugar con el elástico de mi pequeña tanga queriendo alargar el momento lo más que pude, pero era hora.
Nuevamente di media vuelta dándole la espalda a mi publico dejándoles contemplar mi hermoso trasero, sacudí un poco la cadera y jale los elásticos, me incline ligeramente y baje mi tanga mostrando como el pequeño hilo salía de entre mis nalgas para finalmente caer al suelo, sacudí un poco más la cadera viendo como aquellos hombres querían verme al completo.
Lentamente di media vuelta cubriendo mi cuerpo con los brazos mientras bailaba, todos gritaban expectantes, el miedo desaparecía, mi mente estaba perdida y finalmente lo hice, levante los brazos y las luces se enfocaron en mí, con un rebote mis pechos quedaron al aire al igual que mi pubis el cual estaba libre de cualquier rastro de bello, mi cuerpo desnudo el cual solo mi amado esposo había visto ahora estaba expuesto ante un montón de desconocidos, hubo un silencio del publico por un segundo para luego ser seguido de un grito que inundo el lugar.
Comencé a moverme en el tubo ahora libre de mi miedo, usé el tubo para apoyarme y sacudir mi trasero ante el público, era emocionante, me sentía libre y por alguna razón segura en ese lugar, la música finalmente acabo y la voz de Max se escuchó.
— muy bien público, denle un último aplauso a mami nocturna¡¡¡
Todos comenzaron a aplaudir y por alguna razón sentía una especie de paz, tome mi ropa y siguiendo el consejo de aquella chica me incline sin doblar las rodillas dándole al publico una perfecta vista de mis atributos ganándome un último aplauso del público.
Caminé de vuelta tras bambalinas y vi a Max esperándome.
— lo hiciste bien, el jefe te está esperando arriba… hollé, estas bien?
No entendí a que se refería al menos hasta que me lleve una mano al rostro y lo note, estaba llorando sin darme cuenta.
— no te preocupes todas lo toman diferente la primera… uh…
No lo deje seguir hablando ya que sin darle tiempo a reaccionar agarre su cabeza para presionar su cara entre mis pechos mientras lo sujetaba con fuerza y comencé a llorar a mares.
Se quedo quieto en su lugar hasta que termine de llorar, honestamente no se si lo hiso por que le gusto o si solo porque ya estaba muy acostumbrado a eso, en todo caso era hora de ir con Vlad.
— balla señorita, si que fue un buen show el que dio en el escenario, es uno de los mejores debuts que hemos tenido en mucho tiempo.
— sí, vas a pagarme?
— directo a lo importante? Eso me agrada.
El me tendió un sobre y al abrirlo había suficiente dinero para pagar la operación de Max.
— ahora con respecto al contrato, sigues interesada?
— si solo se trata de bailar puedo hacerlo.
— en ese caso, toma esta hoja y firma.
El extendió una hoja de papel y una pluma, sentía que iba a venderle mi alma al diablo, pero no tenía otra opción, tome la hoja y al leerla.
— ME TIENES QUE ESTAR JODIENDO¡¡¡
— algo mal con los términos?
— eh… eh…, ¿seguro médico?, ¿plan dental?, ¿sistema de ahorro para el retiro?, ni un abogado tiene estas prestaciones.
— estamos bien regulados, lo único malo es que descontamos impuestos sobre nómina, pero ya sabes cómo se pone ascienda.
— ¿cómo facturas esto? Digo, ¿esto es real?
— claro que lo es, una vez firmes estarás bajo mi protección completa.
No dude un segundo y firme el contrato.
— muy bien con esto todo queda listo, y no te preocupes, el seguro corre de inmediato así que nos aremos cargo de la operación de Martín.
— pero como sabes?
— ya lo olvidaste, moi lo sabe todo, ahora ve por tu niño, seguro querrá ver a su hermosa madre.
No se como las cosas terminaron así de bien pero no me quejo, después de todo mi bebé me estaba esperando, y si se lo preguntan este solo fue el inicio de mi vida como bailarina, pero esa es historia para otro día, por el momento solo estoy bien con ser una bailarina por mi hijo.
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