CARNE MIERDA Y BUITRE 3: Violado en el Cine Capri (scat depravado)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por doctorscat.
Luego de haber conocido las experiencias de Joaquin C.(parte 1) y de Nestor V. (parte 2) llega el turno de Jose Luis S, un relato mucho mucho mas largo e intenso que los anteriores, y que seguramente empujará los limites de las primeras dos entregas. Espero la disfruten.
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José Luis S.:
Eran las 6 de la tarde de aquel día de otoño, me encontraba solo caminaba por las calles de Santiago de Chile, con el cuerpo caliente y con un morbo en la entre piernas que no aguantaba más. Llegué hasta la Plaza de Armas para ver si me encontraba con alguna miradita cómplice en aquel gran tumulto de gente, en aquella plaza, cohabitaba una bizarra mescla de padres paseando a sus niños, indocumentados, artistas, traficantes y prostitutos.
Me metí por una antigua galería comercial de calle Santo Domingo, esas que no ofrecen ningún articulo interesante, solo humildes peluquerías, tiendas de juguetes usados y prótesis corporales que despintan en las mal cuidadas vitrinas del corredor, al final de aquel pasadizo se llega al rincón prohibido, aquel sitio decorado de afiches con obscenas mujeres, y letrinas mostrando tentadores y ridículos títulos de películas pornográficas.
Varias veces había estado allí adentro, pero después de pegarme unas cuantas infecciones había desistido de volver al cine Capri, pero mi calentura no me dejaba pensar con claridad, y solo imaginaba volver a aquel antro del macho vulgar, donde se siente aquel penetrante olor a verga de oficinista y te inundan los gemidos de putos novatos ofreciendo sus húmedos y mal olientes coños.
La vieja en la boletería no me miró a los ojos, solo cortó mi boleto y me dejo subir la escala de desteñido color rojo. Aquel veterano tomó mi tiquet y me apuntó la entrada al pandemonio.
Abrí la puerta, y gritos fuertes de putas en la pantalla me dieron la bienvenida. El teatro era enorme, Ya conocía mi vieja rutina, para poder acostumbrarme a la obscuridad me senté en el primer asiento con que mis pies tropezaron. Mi corazón latía con fuerza, mi sien comenzaba a afiebrarse y mi ropa interior a tensarse.
La pantalla mostraba un mala puta atragantada con una verga en la boca, mientras el hombre le apretaba la nariz como una especie de tortura para que esta comenzara a asfixiarse con su falo, en ese momento hubiese preferido ver una película de machos culeándose, pero confieso que los machos héteros de las películas tienen una mente mucho mas perversa y dominante, que me despierta el animal de dentro.
Saqué mi verga para entretenerme un rato, pensando en luego sorprender a los muchachos de mas atrás, al sacarla afuera un halo a meado y verga mal oliente golpeó mis sentidos, como siempre mi fiel compañero estaba jugoso y fuerte. No me demoré mucho en ponerlo duro, las venas comenzaron a salirse y parecía tener vida propia por sus palpitaciones.
Ya podía ver en la obscuridad, estaba listo para comenzar mi recorrido hasta el fondo de la sala, allí donde los más osados, sucios y destapados llegan a compartir sus depravaciones. Esta vez intenté llamar la atención desde el comienzo, me abroche el pantalón bajo mis bolas, dejando mi verga al aire, mientras subía por la sala apegándome a los asientos ocupados por machos califas para que sintieran aquel intenso y afrodisiaco olor a pija, dura grande y goteando.
Mientras subía escuchaba los gemidos, palabras caliente y miradas de los maricones que aspiraban mi esencia, unos pasaban su nariz por mi glande, otros, su lengua, otros solo se masturbaban, otros me seguían como perros en selo.
Llegué hasta el fondo donde pude ver algunas parejas en acción, las últimas filas del cine están a muy mal traer, y gran parte de los asientos han sido removidos, dejando estratégicos espacios donde algunos hacen de las suyas, barias parejas ya habían comenzado la acción, un hombre ejecutivo, tipo oso encorbatado, muy velludo y de pantalones abajo estaba acompañado de un chico joven que yacía de rodillas mamándole la verga mientras se apoyaba de sus peludos glúteos, el macho lo agarraba de la nuca y se lo enterraba hasta tocar fondo, por los ruidos el muchacho estaba con su boca rebosante en saliva comiéndole el falo a aquel oso, otros estaban dispersos por ahí sobajeándose las vergas, otros besándose y otros dando señas de humo con sus cigarros encendidos en la obscuridad.
Yo con mi verga dura y bien meneada me fui hasta el final y al darme vuelta para apoyar mi espalda en la pared alfombrada del cine una fila de 6 hombres me había seguido, y esperaban disfrutar de aquel olor que había despertado sus sentidos, un tipo de unos 25 años me miró a los ojos y me dijo “papito, déjame comerte la verga”
No le dije nada, solo levante mis brazos y los crucé detrás de mi cabeza. El maraco se agachó a comerse mi verga, otros dos se pusieron a los costados esperando su turno, había uno delgado que me sobajeaba las bolas mientras miraba sediento mi verga esperando a que el primero terminara, miré los ojos del flaco, sacó la lengua mientras me miraba con morbo, le quité mi verga al primero y la puse frente al flaco, sin que este se diera cuenta se la enterré fuerte por su hocico hasta que dió un gemido de desesperación, me dí el gusto de tomarlo de la nuca y comenzar a clavarlo sin piedad hasta las amígdalas, muy violentamente lo desclavé dejándolo con la quijada abierta, el maricon pegó una arcada dejando caer restos de comida en mis bolas peludas, entonces comencé un juego con los otros 4 que aguardaban, ninguno pudo disfrutar mi verga como ellos querían, sencillamente los agarraba de la cabeza se las enterraba hasta el fondo y cuando se ahogaban se las sacaba en menos de un segundo, para hacerle lo mismo al siguiente, solo me interesaba destrozarles la garganta y dejarlos con ganas de mas.
Los ruidos, mis gemidos y las arcadas de los 6 maracos a mi disposición llamaron la atención de los demás, aquel Oso encorbatado se había acercado a mi lado para que otros le chuparan su verga, ambos nos miramos, era un tipo guapo de unos 44 años peludo, con barba y una mescla de músculos y grasa que calentaba, mas aun su pijota larga, cabezona y gordota, nos miramos y nos sonreímos, El tipo también levanto su brazos y los puso tras su cabeza, apestaba fuerte a axilas y un rico olor a bolas le salía de abajo que combinaba perfectamente con mi hediondez a verga podrida. Apegué mi nariz a su sobaco, y ufff…me calentó, me dejó toda la nariz mojada y apestada a sudor asido y caliente de oso grande.
Mientras nos mamaban las vergas mi vejiga comenzó a molestarme, decidí darme un break e ir al baño a mear, así podría volver a la acción lubricado y mas pasado a pija.
Sin esconder la verga entré al baño, la luz repentina me cegó un momento, los baños eran un desastre, azulejos rotos, cañerías en mal estado, espejos sucios y un fuerte olor a culo y mierda, quería mojarme un poco la cara antes de mear, solo uno de los lavamanos funcionaba, tirando chorros intermitentes de agua, un tanto turbia, un tanto mal oliente. Mientras me refrescaba, por aquel feo espejo vi cuando aquel oso encorbatado entró al baño acompañado del flaco que hace un rato yo había atragantado y se fueron directo a una de las cabinas del fondo. Me quedé pensando un par de minutos, mientras los chorros de agua seguían cayendo por el lavamanos, sentí como comenzaban a hacer ruidos, el flaco se estaba quejando de dolor, mientras la respiración rasposa del gordo se hacía mas fuerte, casi como ronquidos que hacia su garganta, me posé en los urinarios comunes a fingir que orinaba, se me había parado nuevamente la verga y orinar se me hacia un tanto doloroso. Espesé a sobajearme suavemente la verga mientras escuchaba aquel macho gordo y musculoso aforrarle duro al flaco por el culo, el flaco comenzó a gritar
-“no! No!”-
De un golpe se abrió la puerta de su cabina pegando fuerte en los azulejos, no podía ver nada, todo estaba ocurriendo a mi espalda, todo quedó en silencio, solo los tenues gritos de las putas en la pantalla de la sala se hacían escuchar de fondo.
El flaco o el oso, uno de los dos salió rápidamente del baño subiéndose los pantalones, al dar vuelta mi cabeza vi que se trataba del flaco que caminaba a paso veloz hasta salir del baño hacia la sala del cine. Estaba curioso de lo que había ocurrido, quería encontrarme con aquel macho, asi que sin vergüenza caminé hasta el final del baño donde estaba su cabina aun con la puerta abierta
Ahí estaba aquel tipo completamente desnudo, excepto por su corbata, su ropa metida en el tarro de la basura, sentado en el wáter con su verga cubierta en la mierda del flaco. Que visión! Que calentura ver aquel macho grandote peludo, con su robusto estomago y su verga de 22 cm colgando semi dura y cubierta en caca.
Lo miré a los ojos y le sonreí con morbo, el macho miró mi verga, me la agarró y me la jaló hasta su cabina. Sin pensarlo abrió su boca y se la comió entera! Lo agarré de su robusto cuello y comencé a hacer mi truco favorito, meterla hasta la garganta y desclavar rápidamente, hasta la garganta nuevamente y desclavarla. Uff lo disfrutábamos, el macho entró en el juego y aprovechaba los intervalos en que mi verga lo desalojaba para tomar un poco de aire y poder aguantar la respiración, luego el mismo apegaba su boca contra mí para que le abusara. La calentura me tenía extasiado, el olor a mierda que desprendía su verga de tanto menársela me tenía lleno de degeneración. Mientras me la chupaba agarré su verga, embarré mis dedos de la mierda y me los llevé a las narices, el se dio cuenta de mi gusto por lo sucio, ambos éramos iguales. En dos segundos soltó mi pija y se encaramó sobre la taza del wáter, apuntando su verga sucia directo a mi cara, pude ver bajo su glande pedazos de mierda alojados, y los pelos de su estomago estaban mesclados con mas mierda seca, levanté mi mirada para verlo a los ojos, saqué mi lengua y le dije,
“viólame macho!”
Con sus brazos peludos y sudados me agarró de la cabeza y sin piedad me incrustó su falo atreves de todo mi hocico de perro, me empaló la boca!. Comencé a sentir en mi garganta aquel gusto amargo a mierda seca, tosí fuerte pero al oso no le importó, me agarré de sus nalgas duras y peludas mientras me embestía la tráquea, me estaba ahogando duramente, pero mi morbo por tenerlo ensartado eran más fuerte, mi cabeza estaba roja, cuando la saliva comenzó a escaparse por los bordes de mi boca el macho de un golpe me la descorchó, un espasmo dejó escapar restos de mierda que golpearon en el estomago del macho, se agachó y sin dejar caer mi saliva me metió la lengua por la boca para disfrutar el gusto de su verga cagada en mi cavidad vocal.
Le dije “que rico huevón!”
Me dijo “te gusta la mierda?”
“Me fascina Torito! – respondí
El recalcó -“A esto vengo acá huevón, a culiarme culitos cagones, sacarles la caquita, pero el flaco de hace un rato vio que le estaba sacando mierda y se espantó, pero tu me encantas, me fascina como me la comiste”-
Le dije -“yo también Torito, todas las noches me pajeo pensando en encontrarme un culito pequeño, rico para comerle la mierda, como si fuera un manjar, estoy demasiado caliente,..Quiero mas!”-
El me dijo -“Sabes? …Hay un pendejito de unos 18 años que estaba en la sala, jovencito, que debe tener un culito suavecito, le encanta que lo miren, cada vez que lo veo acá sueño con reventarle el culo a pijasos” –
Como es su culito? – le pregunté
Respondió – “Solo una vez lo vi de pie, morenito, lampiño y formadito, el chico tiene pinta de colegial, mide como un metro sesenta, bajito, y siempre lo miró cuando viene, pero se aleja” –
“Uff! Compadre! Vamos por el!” – le dije
El macho se puso los pantalones y su camisa que sacó del tacho de la basura, rápidamente se lavó las manos de mierda y nos fuimos o a buscar al jovencillo ese a la sala.
Nuevamente me costó acostumbrarme a la penumbra, intenté buscar entre las cabezas sentadas al muchacho, imaginándome quien de todos los mas jóvenes podría ser, desde muy adelante vi como el oso me hacía señas con un encendedor, caminé rápido y me acerque a el.
“Ahí esta el hijo de puta” – me dijo en voz baja
El Chico estaba sentado muy adelante lejos de la acción, junto a otro hombre mayor de mal aspecto, ambos se masturbaban mientras miraban la película sin mirarse, se notaba que no se conocían, el muchacho
era caliente, pequeño, espalda ancha, un tanto tostado, cara masculina, pelo ordenado y corto, de seguro un hijito de mama.
El oso me dijo – “Atráelo tu, que a mí no me pesca”
“Espérame por aquí, intentaré llevármelo al baño, y nos sigues” Le dije.
Me senté al lado izquierdo del pendejo, al verme se tapó su verga, y el otro sujeto también dejó de masturbarse, ambos se limitaron a mirar la película con vergüenza, me dí cuenta que era un novato, de seguro nunca se atrevió a hacer nada mas que una paja acompañado en aquel lugar. El muchacho estaba al medio de los dos, el otro tipo, a su derecha siguió masturbándose solo.
No quería perder mas tiempo, así que me saqué la verga, aun mas dura y jugosa que antes y comencé a pajearme mientras jadeaba, no lo miré a los ojos para no intimidarlo, pero comencé a hacerle un pequeño show erótico para atraerlo, ahí estaba yo sentado a su lado, me subí la camisa para mostrarle mis abdominales y me agarré una tetilla, cerré los ojos para darle tiempo de mirarme, de repente sentí una mano tibia y suave en mi estomago, sonreí, solté mi verga, posé mi mano en la suya, y mientras jadeaba le bajé su mano hasta mi verga, el chico muy suavemente comenzó a masturbarme, mientras sentí como comenzaba a acelerarse, nuestras miradas se toparon, me miró con deseo y cuando estaba decidido a bajar su cabeza para probar mi verga, lo detuve y le dije;
– “No, aquí no, vamos al baño mejor” el chico se quedó pensando desconcertado un momento
Para calmarlo le dije, “aquí hay muchos mirones, vamos para el baño”..Esas palabras lo convencieron.
Lo tomé de la mano y lo conduje camino al baño, el oso me estaba esperando en la puerta, el chico no se dio cuenta de su presencia, miré a mi oso con satisfacción mientras cruzábamos el umbral del baño, conduje al chico hasta la penúltima caseta, pues la ultima estaba llena de mierda y babas que habíamos dejado con mi toro, Dejé la puerta semi abierta, para calmar al chico le dí un beso tierno y profundo, mientras nos besábamos este me agarraba la verga, me bajé los pantalones y me senté en el water, el chico estaba hipnotizado por mi verga cabezona y venosa, lo tentaba meneando mi falo, el chico dejándose llevar por sus instintos se bajó también los pantalones, se arrodilló frente a mi mazo y cerrando los ojos se la trago toda, lo dejé que hiciera lo que quisiera, yo sabia que lo que vendría después seria chocante y retorcido para aquel chico, y saber que lo corromperíamos duro, mas verde me ponía.
Ahí estaba como puta tragándome la verga, se notaba tenía poca práctica, y con un poco de fuerza era fácil atorarlo, solo lo dejé chupármelo, mientras su culito pequeño y redondo apuntaba a la puerta de la cabina semi-abierta.
Con una de mis manos comencé a bajar por su espalda y mientras me mamaba, llegué con mis dedos hasta su culito, ufff, estaba apretado, mojado y hirviendo, el chico meneaba suavemente su culito al vaivén de mis dedos. De repente sentí los pasos de mi oso acercándose, el muchacho estaba tan extasiado que no se percató que aquel toro nos miraba por la puerta de nuestra cabina entre abierta.
El oso observaba como yo le hurgueteaba el ano al chico mientras babeaba, el toro y yo nos mirábamos a los ojos y gozábamos tan retorcidamente, nuestras miradas se conectaban tan profunda y depravadamente que no podíamos dejar de sonreír y gozar, saqué mis dedos del culo del chico y me lo pasé por la nariz
YUFFFF!! Fétidos a mierda de nene! Un dulce olor a mojones jóvenes y transpiración de culito virgen, el oso miró mi expresión de vicio y sacó su lengua sedienta, con mucha sutileza estiré mi mano hasta su nariz, el chico no se daba cuenta lo que ocurría a sus espaldas, los ojos del macho se dilataron, no lo podía creer, era el olor del culo que siempre había querido poseer, ahí, frente a el, parado esperando ser clavado, el macho se llevó mis dedos a su boca y se quedó inmóvil unos segundos, adormecidos por el dulce gusto a mierda de mis dedos. abrió sus ojos y dominado completamente por su deseo corrupto se alejó de nuestra cabina, intuí lo que estaba haciendo, había cerrado con llave el baño desde dentro para que nadie nos interrumpiera en nuestro indecente plan.
Ya en completa intimidad, el machazo volvió, y sin disimulo abrió la puerta de nuestra cabina de un solo manotazo, el muchacho del susto dejó de mamar mi verga, y miró hacia atrás aun arrodillado, ahí estaba, aquel toro moquero gordo de pie con su verga dura al aire, mirándolo con odio y deseo.
El toro dijo – “Asi te quería tener pendejo culiado rico!…te voy a hacer parir el culo a perforadas!
Wow! Me calentó la actitud de mi macho, el chico estaba aterrado, intentó ponerse de pie, pero yo no lo dejé hacerlo, me levanté un poco y me senté sobre su espalda para impedir que se zafase, este quedó en cuatro patas, con su cabeza estaba metida en el wáter, y mientras lo contenía con mis piernas instintivamente mis manos se fueron a su culo, a su virgen y suave coño de jovencito.
“déjame viejo huevón!” gritaba el chico
“Nadie te escuchará pendejo de mierda, ahora eres nuestro!” – le dije sin dudar. El macho levantó el culito del joven y literalmente comenzó a comérselo con su boca y nariz, estaba deleitándose de aquel culito esquivo y se lo pasaba por toda la cara mientras decía:
“Eso! Si! Esto es lo que yo quería!..ahora va a ser mio mariconcito..te voy a hacer cagar el coño, putito”
Me tiritaban las piernas de nerviosismo, el macho dejó bien baboseado el culo del chico y sin pensarlo dos veces lo montó como un animal ensartándole la verga hasta las vísceras, sin limite, sin piedad, y con una actitud egoísta y pervertida que nunca había visto.
El joven dio un grito que le salió del alma, aquella alma que el macho le estaba perforando, para acallar al putito le metí mi verga por la garganta, sabiendo que mi juego favorito, el del mete y saca duro, seria muy útil en esas circunstancias
Hasta el fondo le taladraba la garganta, y luego muy fuerte hasta afuera, así una y otra vez, esa era mi rutina para acallar al pendejo. En un segundo de lucidez me di cuenta lo que estábamos haciendo, lo estábamos violando, literalmente lo estábamos partiendo en dos.
El macho lo insultaba:
-¡¿Como está mi verga putito rico?! – vez que está rica?? Igual te comes la verga de este oso pendejo exquisito!
Mientras mi macho lo cabalgaba sin piedad, el chico sollozaba, al Toro le corría el sudor por la sien, por su guata peluda, mientras aquel niño estaba siendo literalmente torturado por ambos, comencé a acariciarle el cuerpo al Toro, su estomago mojado, sus axilas fétidas, mientras este me tiraba escupos que caían en mi cara y boca, era un deleite ver a semejante semental convertido en una monstruo lleno de ira, de lívido, y yo poder ser parte de su caliente maldad.
Torito! Nos estamos violando a este puto! “clávalo hasta el estomago macho!” Yo le decía
Y el me respondía “Uuff si!..atóralo!..vamos que se ahogue” …
El Chico estaba llorando, pataleando por piedad, y sus mocos corrían por mis bolas, nuestra lujuria nos iba a llevar a acabar con su cuerpo, ¿como un par de hombres puede llegar a destruir la vida de aquel chico solo con su vergas y su depravación? Eran dos picas que lo estaban desgarrando vivo.
Le di en el gusto a mi macho, se la enterré violentamente al chico mientras sentía como su esófago se contraía apretándome la verga, la dejé ahí tocando fondo varios segundos mientras yo empujaba,, sentí su mandíbula y dientes tiritar con mi carne alojada en el, de repente el chico dejó de dar manotazos y solo se puso rígido, sus mirada se desorbitó y parecía perder el sentido, nos miramos con el macho y reímos, los estábamos estrujando, lo estábamos utilizando, pero aun queríamos mas, la primera violación y tortura estaba por terminar, el macho me guiñó un ojo y contamos hasta 3…un, dos, tres!
Ambos en el mismo segundo destapamos al pendejo, yo al sacarle de un golpe la verga un charco de vómitos salió de su estomago, su cabeza se azotó contra el suelo mientras seguía vomitando con los ojos blancos, con su respiración temblorosa. Vi a mi macho que también había dejado caer el culo del putito al suelo y estaba con su verga infestada en una mierda negra, le corría por los pelos de las piernas, dejando el olor más asqueroso y extremo de todos. El chico estaba semiinconsciente tirado en el suelo, el macho salió de la cabina mirándose la verga, su estómago y piernas también estaban cagadas.
Dejamos el chico en la cabina y me acerqué a mi macho..Me arrodillé frente a el, y pude ver como un gran mojón de mierda
le cubría desde la base de su verga hasta darle un par de centímetros mas a su glande, quizás unos 3 centímetros de pura mierda decoraban su cabeza: Con los brazos estirados le dije…
”Damela toda! Acábame!”
Era nuestro alimento, nuestra razón de ser. Para no dejar caer la mierda de su glande con suavidad me agarró de la cabeza y como compartiendo un preciado tesoro, me remachó implacable su verga con mojón y todo hasta mi carótida. me quedé con los brazos levantados mientras me envaraba con su mazo. El macho sacó su verga, agarró uno de los mojones del suelo, me lo puso en la boca y nuevamente me atravezó la cabeza, me obligaba a comer toda la mierda del chico mientras gemía como bestia.
Mi macho se percató que el pendejo estaba saliendo de la cabina arrastrándose por el suelo, El chico estaba sollozando mientras miraba como mi macho me daba de su propia mierda por la boca
El macho le dijo:
“Mira como se comen tu mierda putito!”
“mira como esta puta se traga lo que dejaste!”
Ven, ven acá!”
El chico entre sollozos se arrastró hasta el macho, sus lagrimas comenzaron a cesar, mientras el macho le hacía cariño en su cabeza y me daba fuerte por la boca a mi.
“Te gusta mirar?” Le preguntó. El chico solo lo miró, mientras el macho me empalmaba con rabia.
“¿Te gusta ver cómo me la chupan después que te la metí?”
El niño asintió con la cabeza, mientras el toro me tenía a su suerte.
Yo estaba delirando, ya barios minutos que había dejado de respirar, sentía como la mierda corría por mi interior y cada vez que abría los ojos solo veía a ese gran macho peludo, fétido, en lo alto, con su sable atravesándome la cabeza, sus ojos enajenados me miraban sin arrepentimiento, me sentía morir, solo quería saber que se sentiría desfallecer ahí arrodillado mirando a aquel macho con los brazos levantados incrustado en mi boca, agonizar enfilado a su entre pierna y antes de desfallecer mirar sus ojos llenos de satisfacción y morir colgado a su fierro, inerte con los dientes engarrotados a su tranca, y el cerebro perforado por su pica, eran los pensamientos más obscuros que salían de mi desesperación.
El toro me arrancó su verga y me dio una cachetada en la cara, esta me hizo reaccionar y comenzar a tomar aire, mi garganta estaba rota, no podía hablar, y solo podía respirar despacio.
, luego el toro violador besó al chico y le dijo:
“¿Quieres ver como me lo culeo a el también?”
El chico después de aquel tierno beso asintió esta vez mas seguro
El macho respondió : “Mmmm si putito, vas a ver como le rompo el culo a este, mientras tu solo miras amor”
Estábamos los tres en el centro del baño, al chico le dolía mucho su culo, a cada rato se pasaba su mano y veía como le salía su mierdita.
Esta vez me tocaba a mí, que lujo pensar en tener ese pedazo gordo de carne atravesado en el culo. Me acosté con la espalda en el suelo y levanté mis piernas.
Mi macho le dijo al muchacho:
“¿Cómo quieres, que le dé fuerte o despacio?”
El muchacho tímidamente le dijo, “méteselo lo mas fuerte”
El macho me miró, soltó una carcajada y dijo “El chico es de los nuestros!”
Posó su verga en la entrada de mi culito..
Me dijo “estás listo maricón?”
Le dije con dificultad, “estoy listo…daleeeee duroooooooooo!!!”
Y me empotró el recto, un grito salió de los dos en el momento en que su verga toco mis tripas, mi hueso!. Era un dolor fuerte, una violación descomunal que estaba destruyendo mi interior.
El oso estaba completamente mojado, su grasa caía por sus piernas
Yo con la lengua afuera disfrutando el dolor y gusto de ser perforado y el muchacho comenzó a masturbarse mientras nos miraba a un metro de distancia
Mientras clavaba fuerte, entre jadeos, el macho le preguntaba el muchacho:
¿¿Te gusta como le lo follo?? ¿¿Ah??? Te gusta!???
“Si, me gusta” – dijo
¿Quieres ver algo mas caliente? Le dijo el macho
Si..
¿Te gustaría ver como lo cagó por la boca??
“Si!”…dijo el muchacho mientras se pajeaba mas duro
Entonces el macho sacó su verga toda cagoteada de mi ano y realizó una gran hazaña, yo seguía acostado de espaldas, y el macho me levantó completamente las piernas, arqueó mas mi espalda y dejó caer mis piernas por el lado de mis hombros, casi como haciéndome chupar mi propia verga, entonces el se dio vuelta, buscó mi ano, se agachó un poco y me comenzó a meter su verga de espaldas a mí, lo único que yo podía ver era el techo sucio del baño y el culo de mi macho mientras me clavaba su pinga y me raspaba el recto. Podía ver como se abría y se cerraba el culo de mi macho mientras me agarraba de sus pies gordos y de sus muslos musculosos.
Seguí sintiendo como me daba por el culo en esa posición..y mi macho dijo
“¿Quieres que lo cague putito??”
“¿Cágalo!” – Dijo en joven
Vi como el culo del oso se abrió dejando escapar un gran pedo que inundó mi boca desde la distancia, sin poder toser por la hediondez le siguió un enorme mojón que no terminaba nunca y que iba cayendo directo en mi garganta
Mmmm era un mojón duro, gordo y poderoso, su gusto era amargo y sabroso..Lo mastiqué con los dientes mientras seguía mirando el culo de mi macho, era demasiado, comencé a vomitar su mierda, pero mi calentura era mas, comencé a esparcirme su mierda por el cuerpo, por la cara, combinada con mis vómitos, mi macho sacó su verga de mi ano y me miró feliz, satisfecho.
“¿Mmm te gusto lo que hicimos?” Le preguntó al muchacho
Chico: “Si, es caliente”,
macho :“Ahora es mi turno” Quieres cagarme la cara?
Chico: Si
Macho: Tienes mas mierda para darme?
Chico: Si señor
El toro.moquero se acostó en el suelo chorreado en mierda y le dijo..
Ya amorcito, siéntese en la boca de su amo
El pendejo sin pensarlo dos veces se sentó sobre la cara de mi macho, los gemidos eran mutuos..yo estaba ahí sentado mirando la escena mientras me recuperaba
Cágame! Dijo el macho, y el pendejo comenzó a hacer fuerza con sus piernas totalmente abiertas…
El macho abrió la boca cuando se dio cuenta que la mierda del cabro era una mescla liquida de mierda y barro, que le cubrieron hasta los ojos. Al final, un mojón más contundente se alojó en la boca del oso que comenzó a comer con desespero mientras le agarraba las nalgas al joven. Este se sentó sobre el toro sin dejarlo masticar..y comenzó a frotarle el culo fuertemente por la cara.
El macho estaba en la gloria, entonces yo aproveché su calentura, me acerqué, me agaché sobre la verga de mi toro que apuntaba al cielo y me deje caer con todo el peso de mi cuerpo hasta que su verga tocara nuevamente mi estomago. Comencé a saltar como puta sobre el. Quería romperme el culo a propósito…cabalgué como perra en celo…hasta que el macho comenzó a quejarse fuertemente,, jadeaba bajo el culo del joven, levante mis piernas y me dejé caer hasta aplastar sus bolas. En ese momento sentí como mi culo se desgarraba y una inyección de moco caliente llenaban mi recto..el macho estaba acabando y me estaba preñando, era un delicioso ardor. El pendejo aun sentado en la boca del macho me miraba con calentura.
“Que rico” – Murmuró el chico, me levanté de la pija del oso mientras moco, mierda y sangre salían de mi culo…mi verga estaba que explotaba.
El macho seguía chupando aquel culo que tanto deseo, el muchacho sentado en su boca miró como me había quedado el culo
¿Quieres mirar como tengo el hoyo? Le pregunté al chico
Si!….me dijo
Entonces yo de pie le mostré mi culo y se lo acerqué, de a poco, muy despacio, hasta que sin dejarlo reaccionar le pasé mi culo cagado y ensangrentado por la boca.
Abre!…le dije
No! dijo
Abre grande!! Le grite
El macho mientras le comía el culito al chico lo agarró de los brazos y con fuerza lo contuvo sentado en su cara
Sin pensarlo dos veces me senté en la cara del chico, con mi dos manos le abrí la mandíbula y en el segundo que estaba totalmente dominado solté un pedazo de mierda junto con el medio litro de semen que el toro me había inyectado. Se lo alojé al chico en toda su boquita y me salí.
Me di vuelta y ahí estaba el chico haciendo caras de asco mientras se pajeaba, le corría el moco y mi mierda por la cara.
El macho grito desde abajo “¡Remata a este pendejo!”
Agarre al niño de sus orejitas y con violencia le metí la pija profundo, moliéndole el mojón que le había dejado en su boca, y que ahora salía por entre sus dientes y caía por su esófago
“trágatela perro!” decía el macho
Mátalo a pijasos!! Gritaba
Comencé a violarlo fuertemente, sin piedad, solo metía y sacaba fuerte, las bolas chocaban con su cara, el reflejo de su garganta se había vencido y a cada embestida salían lagrimas de sus ojos, a cada sacada chorros de vomito corrían por su cuerpecito.
“Acaba a este hijo de Puta!!!!!” – Gritaba el oso
El oso estiró sus manos hasta el cuello del chico y comenzó a apretarlo, a estrangularlo, mientras yo le daba por la boca, ya los ojos del chico estaban completamente rojos e idos nuevamente, y mas mierda salía de su culo ya flojo y abierto.
Mi moco quería escapar y de una feroz clavada comencé a inyectarle mi leche maloliente por la tráquea,, mientras el oso estaba estrangulándolo como un perverso acecino, mientras devoraba su mierda.
Un chorro de semen cubrió el pecho peludo del oso, el muchacho había acabado también! en ese momento el macho soltó su cuello y yo me desclavé de su tráquea.
El muchacho seguía vomitando litros y litros de mierda, su cara estaba irreconocible, se dejó caer en los azulejos del baño y vi la cara de mi macho exhausto, caliente, tiritando con los ojos abiertos, brillosos, sus barba y bigotes cubiertos en saliva y mierda, lo miré de pié y le sonreí, le di una mano para que se levantara, al hacerlo nos miramos, nos abrazamos y nos besamos obscenamente, mientras tanto nuevamente a mi mente venia la oscura fantasía de morir colgando de la verga de aquel toro.
¿A dónde podía conducirnos todo esto?
Luego, la calentura comenzaba a entibiarse, mi verga se bajó un poco, el macho comenzó a lavarse con los chorros de agua de los urinarios y yo ya no podía aguantar más:
Dirigí mis chorros de meado al rostro del muchacho en el suelo, estos comenzaron a limpiar su cara, simplemente se dejó. De a poco esa carita linda, tostada y joven comenzó a notarse nuevamente, pero esa mirada inocente no volvió a aparecer, esa mirada blanca la cual macho y yo gozamos tanto destruir se había esfumado, pero de seguro no era la única que frecuentemente visitaria el Cine Capri en Santiago.
FIN
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PARTE 1
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